Nuevamente
inmersos de lleno en la pre-campaña electoral para concurrir a la cita del 20D,
las ejecutivas de las diferentes formaciones han comenzado a articular su
estrategia, uno (PP) con la idea de mantenerse, otro (PSOE) espera recuperarse
y los llamados emergentes han llegado para
perturbar la pacifica alternancia que tan bien les viene al binomio
dominador. Todos sacan sus mejores galas y adoptan lo que creen que van a ser
medidas decantadoras de la voluntad de los electores.
El
PP exhibe lo que quiere vender como milagro económico. Intenta taparse las vergüenzas tras la cortina Pujol ¡Qué
bien le viene a Rato y Rajoy que el foco apunte a otros! El PSOE sigue en la
nube de González, en la mediocridad de Zapatero y sumido en el fango de sus
contradicciones, nada nuevo.
El
emergente naranja desplaza como preferido del capital a UPYD y las sociedades del
IBEX 35 aportan su granito de arena para
abonar el crecimiento. Todo muy liberal.
Podemos
entra en la puja y comienza a pergeñar
medidas que palien en lo posible el descenso augurado por las encuestas.
Las encuestas ya han cometido el primer error, Podemos haga lo que haga
crecerá, desde el cero absoluto cualquier porcentaje positivo será un
incremento. Cosa diferente es que alcance las expectativas deseadas y provoque
un ataque de nervios a algunos, o se quede corto y puedan aparcar sus miedos otros.
La
primera medida tomada - por otra parte esperada – ha sido la de recuperar a su
banderín de enganche haciendo retornar a Pablo Iglesias de su destino en el
Parlamento Europeo al igual que en su día hicieron Teresa Rodríguez y Pablo
Echenique.
Estos
actos de poner rostro al Partido vienen a certificar con contundencia algo que
ya era sabido: Las elecciones europeas sirvieron como probeta de laboratorio
para experimentar e investigar que tan importante era el tirón del comunicador
mediático, qué calado tenía su mensaje para, a partir del análisis de los
resultados, evaluar la fortaleza de una
opción política que fuera capaz de dar voz y presencia social a los indignados
con la situación del país y a los
desesperados por mor de su situación personal.
El
experimento resulto un rotundo éxito, tanto fue así que de suplicar alianzas se
pasó a menospreciar colaboraciones. Izquierda Unida, Equo y otras formaciones
afines fueron desfilando por la sede de Podemos con la finalidad de confluir en
las municipales y autonómicas, en unos casos vano intento, para otros tremenda
decepción.
En
ese momento, no sabemos si por engreimiento, soberbia o error de cálculo, se
producen las primeras pifias en el desarrollo del proyecto:
Una
es el retorno al laboratorio para continuar con el estudio, el objetivo es
conocer con más exactitud qué grado de apoyo social tiene la formación del
círculo. Para el análisis se acude en solitario a las elecciones autonómicas. Resultado:
Podemos NO gobierna en ninguna Comunidad Autónoma. Alcanza alguna relevancia en Andalucía, Aragón
y Valencia. Muy lejos, lejísimos de sus expectativas en Cataluña. Su influencia
queda sepultada bajo la apuesta del IBEX 35, Ciudadanos le disputa una parte
importante de los desencantados. La transversalidad tiene estas cosas, a falta
de ideología funciona la comodidad.
El
techo de Podemos en el barómetro Autonómico se mueve alrededor del 15 % del
electorado.
Otra
pifia es la postura adoptada en la cita municipalista, repiten por activa y por
pasiva que la formación no se presenta a disputar los Ayuntamientos. Pero
claro, hay una serie de joyas que es imposible despreciar, Madrid, Barcelona,
Zaragoza, Santiago, Cádiz… como son
ilustrados y politólogos reputados alumbran soluciones ingeniosas para no
desdecirse y al mismo tiempo estar presente en la cita electoral, agrupaciones
de electores, partidos instrumentales, recetas varias para retomar los tubos de
ensayo y estudiar qué pasaría con una confluencia de idearios afines.
Resultado: éxito atronador en los grandes municipios como Madrid, Barcelona,
Zaragoza, Cádiz, Santiago,… con alcaldes de Podemos ¿Seguro que son de Podemos?
Las
medidas imaginadas surten efecto en las grandes ciudades y en algunos
municipios muy, muy pequeños, en el resto del Estado, en las ciudades entre
15.000 y 100.000 habitantes el desbarajuste es absoluto, el caos se lleva por
delante a los círculos y provoca la desafección de los inscritos.
A
posteriori parece un sarcasmo la exhibición de logros municipales y una burla
la petición de esfuerzos a los previamente abandonados ¿es Podemos participe en
el éxito e inocente en el fracaso? Si Iglesias y Errejón se atribuyen los
éxitos de Madrid y Barcelona, ¿No serán igualmente responsables del fiasco cosechado
en cualquiera de los casi 7000
municipios en los que la formación corre el riesgo de convertirse en una anécdota?
Las
frases grandilocuentes quedan muy bien en un discurso o en una conferencia en
la facultad de Políticas pero sirven de poco para la vida cotidiana. Asomándose
a la ventana del aula se hubieran dado cuenta que para asaltar los cielos hacen
falta escalas, cuerdas, torres de asalto, catapultas…, y todo eso lo acercan a
las murallas los ignorados, los peones, los “curritos” en suma: las bases.
Ahora
necesitan de los anónimos y promueven programas votados y consensuados en supuesta
participación abierta. El nivel porcentual de contribución efectiva ha sido
deprimente. Pocos y mal avenidos.
A su
indiscutible condición de teóricos de la política le ha faltado bajar a las
calles, la señora María no va a comprar patatas para hacer la comida de sus
hijos con el “Núcleo Irradiador” de Iñigo Errejon es más, le importa un pepino
el dichoso núcleo. La recogida de basuras de un pueblo no lo va a arreglar
ningún catedrático desde la Moncloa. Lo que piden las personas es una solución inmediata a los cientos
de dificultades cotidianas, a los problemas que padecen cada día. No necesitan
para nada una clase diaria de retorica filosofal.
Ilustrados
en Ciencia Política se han saltado el prólogo de la lección. Al ser humano le
preocupa infinitamente más el entorno cercano que la posible bienaventuranza
lejana. Dejamos aquí unos ejercicios para su laboratorio:
Pregunten
a la gente, no importa condición, raza, sexo, edad…, que les preocupa más: La
prima de riesgo o la cuota de la hipoteca, el crecimiento interanual de la
economía o el salario del mes, el PIB o la factura de la luz.
Articular
una gran confluencia no debe ser muy complicado si se tiene claro el objetivo,
es inoportuno alegar como disculpa la improcedencia de convertir una
candidatura en una sopa de letras, a los millares de famélicos que vagabundean
por los contenedores de basura les da
igual que la sopa sea de letras, juliana, o de ajo, lo que quieren es ¡Sopa! No
caigan en la tentación de cometer el
burdo pufo de camuflar la realidad y no pretendan darnos gato por
liebre.
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