viernes, 27 de octubre de 2023

La sin razón

 

Seamos sinceros, por mucho que nuestro pensamiento quiera solidarizarse con las miles de familias que van a sufrir los desmanes del candidato Milei - si por desgracia llegara a ocupar la Casa Rosada - nunca llegaríamos a padecer la verdadera dimensión de la situación.

Contemplamos el devenir argentino desde la distancia. Para la población hispánica, Milei no deja de ser la noticia anecdótica que inunda nuestros informativos con su comportamiento histriónico y con sus vergonzosas proclamas ¡Nada más! El resto es problema de las argentinas.

Repetir algunas de las ocurrencias que surgen de las mentes del conglomerado cerebral del candidato a Presidente, además de vergüenza, da asco, es mejor no repetir aquello que no merece ser difundido.

 Ahora bien, que semejantes discursos contra la dignidad humana hayan tenido más de nueve millones y medio de votos en las elecciones presidenciales argentinas, irremediablemente nos  tiene que hacer reflexionar. 

¿Puede tener cabida en una democracia proponer un salto de varios siglos hacia atrás en derechos sociales? Ni siquiera hablamos de unos pocos años o décadas, nos enfrentamos a siglos de retroceso.

El concepto político que pretenden aplicar nos traslada directamente a un feudalismo afortunadamente superado ¿Tendremos que reconquistar derechos incuestionables?

Hay algunos principios básicos que no debería ser necesario explicar; por ejemplo: el  derecho a la vida.  Que no consiste en poder respirar, sino en disfrutar de una existencia plena. Por cierto, cuando se den cuenta, querrán privatizar el aire respirable para hacer negocio. Espero no haber dado una idea a “los emprendedores que crean puestos de trabajo”.

La esperpéntica situación argentina, ha quedado difuminada por las consecuencias de un conflicto en Oriente Medio de proporciones mucho más graves.

La solución final que ha decretado el criminal Netanyahu se diferencia muy poquito de la decisión que empezó a tomar forma en la noche del 9 al 10 de octubre de 1938 (noche de los cristales rotos) cuando los seguidores de un tal Adolf se proclamaron defensores de la esencia aria.

Lo que sucedió a continuación todavía debería llenarnos de vergüenza y dolor. Lastimosamente nos hemos acomodado y ya nada nos conmociona. Un holocausto de más de diez millones de personas ha acabado convirtiéndose en un documental televisivo con cifras de relleno.

En estos momentos estamos comprobando que las víctimas de la sinrazón israelita son daños colaterales, igual que si se hubiera roto un jarrón o una lámpara.

Las vidas humanas pasan a un insignificante segundo plano convirtiéndose en moneda de cambio, de presión, de negocio o de glorificación. Por desgracia, muchos partícipes sacan provecho del dolor. Los padrinos de la miseria nos venden sus productos enmascarados con liberticidas consignas. La libertad de Ayuso, Abascal o Milei no es más que una palabra hueca en boca de unos mercaderes sin escrúpulos.

Esa manera bastarda de entender la libertad es lo que otorga al estado de Israel un ilimitado derecho al uso de la fuerza para “defenderse”. El amo del mundo (USA) ha decidido que Israel es libre para aniquilar palestinos. 

Israel utiliza el exterminio para consolidar la ilegalidad de la expansión territorial que lleva a cabo desde que el 29 de Noviembre de 1947, en sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas,  se aprobó la creación de dos (2) Estados en Palestina. Uno árabe (Palestina) y otro judío (Israel). A día de hoy sólo está configurado y reconocido uno: Israel, únicamente existe un Estado judío en tierra del antiguo protectorado británico de palestina. El otro Estado previsto, el palestino árabe, lucha por no desaparecer triturado por la maquinaria de guerra judía.

Para corroborar todo lo anterior solamente hay que perder un poco de tiempo y leer las decenas de resoluciones que la  Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU han dictado condenando las prácticas colonizadoras de Israel desde su nacimiento.

Nada importan las demandas palestinas para los caciques del mundo ¿Qué importan las vidas de unos cuantos andrajosos cuando los banqueros del universo exigen obediencia?

Desde la perspectiva de estos acontecimientos, personajillos de la catadura de Milei, Meloni, Orban, Abascal, Bolsonaro, Ayuso…, pierden relevancia y no pasan de ser anécdotas intrascendentes y temporales  en el devenir de los acontecimientos.

Intrascendentes hasta que aparece un animal como Netanyahu que enciende la mecha del conflicto humanitario  que hace arder todo el entramado.

La paciencia siempre tiene un límite y la tiranía infaliblemente los encuentra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario