miércoles, 30 de octubre de 2019

Carnet vinculante


Se siguen publicando sondeos sobre las intenciones de voto para la cita electoral del 10N.
En los datos que nos están haciendo llegar hay cosas destacables: el estancamiento del PSOE, la recuperación del PP, el batacazo de Ciudadanos, el auge de la extrema derecha y el notable aguante de Podemos a pesar de Errejón. Por mucho que lo ha intentando Ferreras no ha podido evitar que el “nietecito” pase de champán de marca a gaseosa “esbafada”.
Para evitar que el estancamiento se convierta en descenso, Pedro Sánchez dice que el PSOE mirará a la izquierda ¡A buenas horas! Desde la izquierda NO se mira a la izquierda ¡Se está! Cuando se mira a la izquierda es porque se está en la derecha o bastante escorado hacia ella.
Si los pronósticos se cumplen, tenemos que empezar a desterrar la leyenda de que  el votante nunca se equivoca. Es mejor que esta aseveración sea falsa. Si no ¿Cómo se justifican los votos que reciben partidos que prometen cercenar derechos civiles consolidados y ampliamente  utilizados por sus propios votantes?
La explicación la encontramos en la falta de compromiso al poner la papeleta en la urna.
¿Qué impulsa a las mujeres a depositar su confianza en candidatos con talantes machistas, a los homosexuales a votar a formaciones impregnadas de  homofobia o a los pensionistas a dar su confianza a aquellos  que congelan las pensiones y recortan prestaciones en sanidad y dependencia?
Quizás pudiera tener su origen en un extraño genoma que impulsa a los humanos a querer pertenecer a un grupo social determinado o tal vez el deseo de ser admitido en el clan de los amos.
¿Es posible ir en contra de los propios intereses por tan burdos motivos?
Parece ser que sí. Ahora bien, ello no impide chupar  del trabajo de otros con tal de conseguir las mejoras codiciadas. Así los chupópteros se adhieren a leyes aunque hayan sido aprobadas por partidos que repudian.
Un dato revelador de este tipo de conductas lo encontramos en los conflictos laborales. Los trabajadores defensores del derecho al trabajo - los  esquiroles - no participan en las acciones reivindicativas de los obreros. Ahora bien, cuando la presión de los huelguistas triunfa no le hacen ascos a disfrutar de los logros conseguidos.
A día de hoy existen suficientes medios técnicos para conseguir corregir semejantes despropósitos de conducta, pero sobre todo hay sistemas para exigir de las personas que sean consecuentes con sus decisiones. En definitiva, asumir en primera persona las consecuencias  que conllevan la opción política que con el voto se ha sustentado.  La técnica se llamaría “Voto vinculante”.
Con esta sencilla medida dejaríamos de ver a mujeres votando formaciones que desdeñan sus aspiraciones de igualdad. O  por lo menos serían conscientes de las consecuencias que acarrea su falta de empatía con los movimientos feministas al seguir el mensaje eclesiástico de “cásate y se sumisa”
Si la votación es para aquellos que niegan el derecho que tienen las mujeres a decidir sobre su cuerpo, de ninguna de las maneras  podrán tener acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. Es más, si es utilizado el antiguo método de viajar a hacer turismo abortivo por Europa, al regresar  una dotación policial  estaría atenta para poner a la infractora a disposición judicial.
Basta de trucos  de  prestidigitador.
Los acérrimos defensores de la religión en la escuela y en la sociedad – abanderados de los movimientos integristas ultra católicos - tendrían que cumplir escrupulosamente con los preceptos de su doctrina ¡Se acabó el consabido “soy creyente pero no practicante”!
No practicas pero obligas a los demás a soportar tus creencias y a tener que colaborar con el mantenimiento de tus caprichos, supersticiones y excentricidades.
Al  tener que enfrentar su responsabilidad, muchos descerebrados dejarían de conceder su voto a los partidos que aprueban infames leyes laborales, a las formaciones que protegen a los bancos que les desahucian, a los políticos que les cierran la boca con leyes mordaza, a los mezquinos que les congelan las pensiones y los salarios, a los ladrones que eliminan becas y desprecian la educación pública en beneficio de la concertada, a los falsarios que  disminuyen los impuestos a las fortunas mientras recortan en sanidad y dependencia, a los sinvergüenzas que quieren empequeñecer el Estado mientras llevan toda la vida aprovechándose de él en puestos creados a dedo.
En definitiva, dejarían sostener a todas esas formaciones políticas preñadas de sanguijuelas que alardean de su homofobia, disfrutan con su machismo y pasean orgullosos envueltos  en banderas que apestan a xenofobia.
Con el carnet vinculante se terminaría con los votantes estúpidos que regalan su elección sin afrontar ninguna responsabilidad.  ¡Eso votas, eso tienes! ¡Padecerás la estulticia de tus actos! Y por supuesto ¡No disfrutas lo que no defiendes!

sábado, 26 de octubre de 2019

Fuera del Valle


¡Por fin sacaron a la momia del Valle! Podríamos felicitarnos y dar saltos de alegría pero casi no nos quedan ganas, es lo que tiene alcanzar los sueños con exceso de retraso.
Por otra parte tampoco convendría descuidarnos, ya han empezado a salir a la palestra los primeros espantajos escarnecidos. Les mueve la rabia por la resolución del Congreso de los Diputados de trasladar a un tirano fuera del mausoleo  de honor que había construido para vergüenza y escarnio de los vencidos.
Al déspota le llegó el final en la cama, la muerte le alcanzó acompañado por su familia, velado por sus amigos y enterrado dignamente con honores de Jefe de Estado. Todo muy diferente al enterramiento al que fueron sometidos miles de represaliados que fueron asesinados y sepultados como perros en cualquier cuneta.
Tras el óbito del opresor se inició un proceso de reconversión de las estructuras del Estado.
Para ello hubo que tragar con la Jefatura del Estado que había ordenado el sátrapa. Cuarenta y tantos  años más tarde, después de una sangrienta guerra y una feroz dictadura habíamos vuelto a la casilla de salida: un Borbón se sentaba en el trono de España a título de rey por obra y gracia de un tipejo que decidió que la nación debía ser UNA finca LIBRE de derechos civiles y con GRANDES carencias sociales.   
Las cabezas pensantes del Régimen llevaban años madurando  el momento sucesorio ¿Cómo tenían que reaccionar cuando desapareciera la figura que aglutinaba el Movimiento Nacional?
Sabían que tendrían que hacer sustanciales modificaciones en el apartado político, no era fácil pretender mantener inalterable el franquismo sin Franco.
El primer paso fue acercarse a la tímida oposición política que se gestaba en el interior del país. De esta forma quedaba debilitada la verdadera oposición que seguía operando desde el exilio.
La estrategia para lograr el asentamiento del liderazgo de Felipe González fue una obra de precisión urdida desde las cocinas del franquismo y digna de una artera mente.
El Coronel médico Romero, concejal del Ayuntamiento de Sevilla y amigo del médico personal del  Almirante Carrero Blanco, resultó aval suficiente para que el PSOE renovado de  Felipe lograra el reconocimiento de la Internacional Socialista de Willy Brand.
De esta forma quedó desplazado el PSOE en el exilio, liderado por  Rodolfo Llopis y que pasó a conocerse como PSOE histórico desde la aparición del PSOE renovado de González.
Con el PSOE domesticado se acometió la tarea de realizar una Transición pactada que silenciara el posible ruido de sables. Se dieron los pasos para aglutinar al resto de actores que posteriormente se unirían a la comedia de la reforma política.
Lo primero y esencial era mantener un clima de estabilidad y concordia. Para conseguirlo garantizaron a los franquistas relevantes la inmunidad judicial y sus situaciones de privilegio.
Para tranquilidad de los verdugos se decretó una ley de amnistía que enmascaraba una perversa ley de punto final.
Los desvalijadores, ladrones, torturadores y asesinos adeptos al régimen quedaron a salvo de la acción de los tribunales de justicia.
Cuando en uso de la justicia universal tribunales internacionales han intentado juzgar los delitos cometidos por prohombres del franquismo, la respuesta de las autoridades españolas ha sido la de exhibir la ley de amnistía que limpiaba de responsabilidad los delitos cometidos durante el oscuro periodo dictatorial.
Como es sabido, este hecho es contrario a  la declaración de Justicia Universal que no contempla ni las amnistías ni la prescripción de los delitos de lesa humanidad.
Para salvar la cara de insignes franquistas reclamados por tribunales internacionales, el Ministro de Justicia Ruiz Gallardón, en contra de la opinión de expertos consultados por su Ministerio, restringió la aplicación de la Justicia Universal. Entre otros, Martin Villa y Utrera Molina – suegro de Gallardón – fueron favorecidos por la limitación y librados de comparecer como imputados ante la jueza Servini.
A día de hoy con una ley de memoria histórica vigente, las cunetas siguen llenas de cadáveres de asesinados sin que los Gobiernos hagan mucho por solucionarlo. Mariano Rajoy se jactaba de haber dedicado presupuesto cero a la ley de la memoria histórica.
Tampoco ayuda al cumplimiento de la ley  la actitud de  magistrados como el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que la tacha de venganza de los perdedores de una guerra. Además de ignorante, perverso. Declaraciones de esa índole  denotan que por mucho que vuele Franco NO ha salido de la vida política y pública española.
Ver la escena de la dotación militar del helicóptero que transportó el féretro de la momia saludando militarmente al “nietísimo y hermanitos” produce sonrojo, vergüenza y bastante asco.
Hasta que las directrices del Parlamento europeo no se hagan efectivas y ¡Por imperativo legal! Se ilegalicen TODAS las muestras, declaraciones, manifestaciones y asociaciones dedicadas a exaltar el fascismo asesino franquista, Franco seguirá aburriéndonos con su mensaje de Navidad.

domingo, 20 de octubre de 2019

Tenía que pasar


¡A quien le extrañe la situación que levante la mano!
Tras ímprobos esfuerzos, ¡por fin! Los ganapanes de la intolerancia han conseguido hacer el caldo gordo a los secuaces de las oligarquías dominantes.
Nunca han estado contentos, por más que se fabricaron una democracia a su gusto y conveniencia, algo no les cuadraba.
Eso de que las personas corrientes y vulgares del populacho tuvieran derechos sociales amparados  por las leyes les traía a mal traer, ¡Hasta donde vamos a llegar!
Las élites ya sabemos como son, viven en una realidad paralela y no les afectan los problemas de la gente. Tampoco les preocupan las soluciones. A ellos únicamente les perturba que no se les distinga, el dejar de ser diferentes, únicos y distanciados.
Por ese motivo defienden la monarquía con uñas y dientes. Mientras haya rey habrá clases y estratos sociales. El rey está allí y allá abajo todos los demás.
Las élites dominantes aplican la misma regla que usa la praxis monárquica: aquí estoy yo y en los sótanos pululáis  todos los que no pertenecéis a mi familia, mi círculo o mi condición social.
Hasta aquí nada nuevo bajo la luz del sol, ni nada que no sepamos todos. Para alcanzar estados de justicia social es imprescindible empezar haciendo sociedades  igualitarias. Si no es así mal vamos.
Y en este punto comienza el problema. El rey se enfurruña porque ve peligrar su chollo a la par que las nuevas y antiguas noblezas  se enfurecen por el mismo motivo.
Pero claro, rozaría el ridículo una protesta de la familia real y sus acólitos para reclamar la defensa de sus privilegios. Es difícil imaginar a las altas cunas manifestándose por el paseo de la Castellana al grito de: !...ía, ía, ía, queremos monarquía!
 Los “insignes”  no están por la labor de exhibir su palmito en semejantes menesteres ¡Para eso aprovechan a los lacayos!
Una inmensa tropa de aspirantes a recoger los restos que desperdician los amos son los que hacen el juego sucio. Este batallón lo forman los políticos infames que soportamos, los medios de comunicación que desinforman y los empresarios explotadores que amenazan.  Como guinda del pastel son acompañados por eclesiásticos que interfieren en la vida social a través de la educación y la sanidad, dificultando – de esta forma - el desarrollo de leyes sociales.
Esta recua de mantenidos son los que bastardean con los derechos de la ciudadanía, los que atropellan a los trabajadores, los que recortan servicios sociales, los que manipulan la información para vender humo o catástrofes según les convenga.
Y aupando a esta verdadera lacra social están los bobos útiles, los aspirantes de los aspirantes, aquellos que se compraron una vivienda y un apartamento en la playa y se creen invitados a la mesa de los dueños.
Esos lerdos que son jefes de sección de unos grandes almacenes, o técnicos de laboratorio u oficinistas bancarios o médicos, abogadas, ingenieras, arquitectos, funcionarios, policías, bomberos profesores,…etc.
Esas lumbreras que tienen una vida acomodada con televisión en color y coche 4x4 reniegan de su condición de clase trabajadora para agarrarse a la categoría de clase media alta.
Piensan que los problemas de la gente corriente no les afectan. Miran por encima del hombro a los desfavorecidos,  y en un estúpido mimetismo con sus dueños desprecian a los que tienen menos y a los diferentes.
Y ¡cómo no! no podían faltar en este coctel los exacerbados, los nostálgicos de épocas que nunca deberíamos haber padecido ¡Los muy españoles y mucho españoles!
Esos que no perdonan que se piense fuera de los límites de su ideología han encontrado otros cabestros de la misma derecha aunque con distinta bandera. Unos pasean un pajarraco, los otros una estrella. En medio la gente corriente pillada entre dos fuegos.
Nada casual, este momento es el idóneo para que las fuerzas vivas ¡De toda la vida! aprovechen para recuperar el control y desguazar el estado del bienestar. Naturalmente apoyándose en la defensa de la ¡Indisoluble unidad de la Patria!
Ahora está más cerca que nunca el acuerdo de Gobierno de Salvación nacional. PP y PSOE, o PSOE y PP, confluirán en aras de la indisoluble Unidad de ¡España!
No sabían cómo hacerlo, pero han dado con la fórmula para devolvernos a la cruda realidad.
 ¡No, no somos una democracia! Tenemos  el resultado de la voluntad de unos caciques que han decidido cuándo y cómo tenemos que nacer,  pensar, vivir y morir.
Todo lo que estamos viviendo tenía que pasar.

martes, 8 de octubre de 2019

La repetición


Las ocurrencias de Pedro Sánchez han desatado  múltiples especulaciones, cientos de análisis y variadas maneras de observar el proceso político.
¡Una, dos, tres, cuatro,…! ¿Cuántas fiestas o verbenas de la democracia son necesarias para que las voces que hablan sean escuchadas?
El deplorable espectáculo  que nos está ofreciendo el progresista de carretera camina parejo a su falta de escrúpulos.
En muchas ocasiones sus decisiones pueden ser achacables a la falta de preparación aunque - más veces de las deseables - es la ausencia  de decencia política la que condiciona su comportamiento.
Los sondeos que se están conociendo hasta la fecha parece que no le dan la razón al autor del “manual de supervivencia” ¡mira que si se  olvidó de algún capitulo y resulta que no resiste!
Si se cumplen los pronósticos se moverán unos pocos escaños, unos partidos crecerán algo a costa de otros aunque la correlación de fuerzas entre los bloques seguirá siendo muy parecida.
Entonces ¿Qué hará “el socialista de bar de carretera” con la nueva situación cuando ésta se revele idéntica a la anterior?
Las primeras señales ya nos están llegando.
Cuando ha sido invitado a la mesa del poder, Pedro Sánchez ha olvidado por qué está en la Moncloa. Ni él ni sus asesores veían la posibilidad de desalojar a Rajoy.
Una vez logrado el objetivo Sánchez olvidó para qué está en la Presidencia del Gobierno y quién le puso ahí.
Y tras la amnesia necesitaba encontrar una nueva identidad, algo que le reconciliara con los próceres del socialismo.
Tenía que buscar el camino a casa. La senda para que los dioses - que según el presidente de Aragón Javier Lambán  habían señalado a Susana Díaz - volvieran sus dedos bienhechores y le señalaran a él como “El Elegido”.
En estas circunstancias puede estar cercano a cumplirse el sueño húmedo de los poderes en la sombra.
Esos que nunca se presentan a las elecciones están a punto de conseguir su máxima aspiración: ¡La Gran Coalición Salvadora de la Patria! O por lo menos “La redentora de sus cuentas corrientes”.
Pablo Casado empieza a girar hacia el lado que le indican, Rivera muestra señales de derrota y abatimiento, Errejón será el nene de los recados de  un Gobierno nuclear irradiador, naturalmente Abascal seguirá chupando de la teta del Estado ¡Lo que lleva haciendo toda la vida!
Tan solo un imprevisible  buen resultado de las verdaderas fuerzas de progreso puede frenar la que se avecina.
Aunque  las cartas ya están echadas y como siempre: la patronal, la banca y la iglesia juegan con los naipes marcados.
Sin olvidar a la familia que disfruta de especial consideración por el único merito de nacer ¡Qué sí, que todo este paripé cuenta con el beneplácito del legítimo heredero de la legítima monarquía que legítimamente fue impuesta por un opresor!
Nefasto personaje que últimamente tiene su momia  en boca de todos aquellos que tratan de limpiar su historia para  dignificar una traición.
Los nostálgicos intentan esconder un delito de sediciosa rebelión cometido por una banda de militares.
Los generales  traidores habían jurado salvaguardar el Orden Constitucional de la II República y en lugar de ello se levantaron contra el pueblo que les había dotado de armas para cumplir la misión de proteger la legalidad.
A día de hoy la catastrófica derecha permanece atada a los designios del usurpador.  
Mientras - la derecha ultramontana (“Los voxeros” y la Fundación F. Franco) - aprovechan la incongruente situación legal española que les consiente alabar públicamente a un delincuente. La UE ya ha dictaminado que la Fundación F. Franco debería ser ilegalizada.
La cascada de intervenciones blanqueadoras de los asesinatos del franquismo provoca urticaria.
Comprobar el posicionamiento de Díaz Ayuso la Presidenta de la Asamblea de Madrid sacando a relucir los incendios de una España en ebullición para justificar los actos de un genocida es una obscenidad.
Alegar el incendio de unos cuantos edificios eclesiásticos para justificar una intervención armada que concluyó con más de un millón de víctimas denota una alarmante falta de inteligencia. 
Argumentar la existencia de dos bandos equiparando al gobierno legal y legítimo con una recua de facinerosos muestra un penoso desconocimiento.
Y por último, NO desmarcarse del ideario fascista la califica sin necesidad de poner adjetivos ¡Ella es de esa estirpe!
La “modélica transacción” del 78 está agotada. Este nuevo episodio de reescribir la Historia es consecuencia de la ley de amnistía y punto final que impusieron los beneficiados del régimen franquista y fue admitido por los abducidos ante la posibilidad de vivir en una “simulocracia”. 
Existiría una pequeña posibilidad de regeneración en las elecciones del 10N si no supiéramos que desde la primera restauración monárquica este país es la finca de recreo de unas pocas familias. Para el resto de la población está todo el pescado vendido.