viernes, 21 de octubre de 2022

Caducados y podridos

 

Todo apuntaba a una gastroenteritis crónica después de haber ingerido excesivas dosis de CGPJ caducado hacía cuatro años y pico.

Nos temíamos diarreas persistentes, tan persistentes o más que el propio CGPJ en funciones. Pero no, aunque haya claudicado el cabecilla de los okupas seguimos prácticamente igual que antes del esperpento dimisionario.

Ahora que los españoles de bien, alertados por Vallés, Griso, Herrera, Losantos y compaña, se vuelcan en la adquisición de alarmas domiciliarias para evitar la sorpresa de salir a echar un carajillo y a la vuelta encontrarse la chusma en casa, el okupa del máximo organismo del poder judicial ha decidido que ya está todo atado y bien atado y es hora de presentarse como un hombre justo y cabal haciendo mutis por el foro.

Carlos Lesmes quería evitar un bochorno a Felipe VI alias “El Preparao” y por ello dimitió cuatro años tarde.

Eso sí, colocando al frente de audiencias,  juzgados y presidencias de las salas, a múltiples afines a su ideario que - por si alguien tiene dudas - es tan cercano al del PP, que Lesmes fue Secretario de Estado con el hombrecillo insufrible (Aznar) de presidente del Gobierno de España.

La noticia de la dimisión del “caducado” daría para desarrollar un artículo y dejar tranquilas  nuestras inquietudes literarias, pero no, como estamos comprobando el gesto de Carlos Lesmes, además de tardío ha resultado infructuoso.

La renovación de los órganos judiciales sigue encallada. Los cacareados “constitucionalistas” únicamente se acuerdan de la carta magna para aplicar el 155 a los rompe patrias catalanes, el resto del articulado procuran obviarlo, especialmente aquel que dice que “la soberanía nacional reside en el pueblo español y de él emanan TODOS los poderes”.

Ahora, las derechas que padecemos, se comportan igual que todos los jugadores tramposos y tratan de cambiar las reglas de juego a mitad del partido.

Que los jueces elijan a sus jefes implica que los sectores reaccionarios de la judicatura  controlen el poder judicial “in eternian”, tal y como están acostumbrados a hacer desde que en 1936 un despreciable personaje interrumpió el desarrollo democrático y social de su patria. De la soberanía residente en el pueblo español hablaremos otro día.

Las peleas posteriores por decidir quien preside el CGPJ y los recursos ante el Tribunal Supremo que ellos mismos componen resultan esperpénticos.

Igual de anacrónicos y decepcionantes los interminables recursos que ha presentado el juez Alba para retrasar su ingreso en prisión. Recordar que el juez Alba conspiró para favorecer a su amigo el presidente de Canarias y ministro de industria energía y turismo José Manuel Soria. Curiosamente ha sucedido exactamente lo mismo que en otros procedimientos judiciales en los que están o han estado inculpados miembros relevantes del PP.

Los actores principales salen indemnes y los colaboradores necesarios para la comisión de las tropelías son condenados, ¡Curioso, cuando menos es curioso! ¿Tendrán algo que ver estas resoluciones de los tribunales con la negativa a renovar los órganos judiciales?

Igual que resulta llamativo que unos personajes con las característica físico/psíquicas que adornan a Federico Jiménez Losantos y a su amiguete Girauta se dediquen a mofarse del  físico de una política diputada de la Asamblea de Madrid perteneciente al grupo parlamentario de Unidas Podemos.

Que unos tipejos como Federico y Girauta pretendan mofarse, criticar y descalificar a alguien usando la apariencia física de la aludida merece una contundente respuesta de la insultada.

Alejandra Jacinto contestó a las burlas acerca de su peso siendo muy amable y condescendiente al responderles.

Que dos bastardos cerebrales sobradamente pagados para inyectar odio y que bastante castigo tienen con parecerse a ellos mismos, utilicen el insulto sistemático merece una respuesta más contundente.

El feo comportamiento de Federico le traslada al callejón de los espejos deformantes de Valle Inclán denotando la falta de estímulos que ha tenido a lo largo de su arrastrada y penosa vida.

El haber padecido tratos vejatorios en función de su apariencia no le otorga a nadie bula para despreciar a las personas por su físico

Ser un incongruente intelectual no debería permitir a ningún mamarracho exhalar bazofia radiofónica con su fétido aliento.