martes, 22 de diciembre de 2015

Huele a repetición

Ha hablado el pueblo soberano y ha expresado su opinión en las urnas. Ahora toca esperar las decisiones que van a adoptar los dirigentes de las diferentes formaciones políticas. Estos días ya estamos teniendo unos adelantos de por dónde van a encaminarse sus movimientos.
Mariano Rajoy está moderadamente satisfecho, el Partido Popular ha conseguido arrancar algunos de sus objetivos aunque hayan  sido pobres y logrados a duras penas.
El primer objetivo alcanzado ha sido no perder la llave que abre la cerradura de la puerta para iniciar un proceso constituyente, sus 123 diputados le confieren más del tercio de la cámara  que necesita para poder bloquear la modificación de la Constitución del 78. Además de ser recomendable acometer una reforma de tal envergadura con la implicación de todas las fuerzas representadas en el Congreso, en el caso que nos ocupa es imprescindible por la propia aritmética parlamentaria. Mucho nos tememos que el PP no está por la labor de arreglar algo que a ellos le funciona a las mil maravillas tal y como está.
Otro de los objetivos cumplido ha sido el de ganar las elecciones. Han vuelto a ser la opción más votada, aunque parezca extraño siguen contando con una masa fiel de votantes que sostienen firmemente su zona de confort. La pérdida de más de tres millones de votantes representa la devolución de votos prestados que ha estado disfrutando desde el primer descarrilamiento del PSOE de Felipe González. La elecciones de 1993 fueron un punto de inflexión en el crecimiento de los Populares, arañaron votos con una supuesta centralidad en sus posiciones, posiciones de “Centro” que le habían otorgado un crédito de esos  millones de sufragios que en la actualidad han tenido que devolver.
Las lealtades de sus votantes son al mismo tiempo suelo y techo. Crecen vendiendo centrismo y descienden cuando aparece otra posibilidad centrista como sucede en estos momentos con Ciudadanos.
Y aquí aparece uno de los emergentes: Ciudadanos. Su explosión en el Congreso ha quedado lejos de las expectativas creadas, ni los empujones recibidos a través de las encuestas previas ni la sobresaturación mediática a la que nos han sometido han provocado el efecto deseado. Nacido para sustituir la vieja máquina de la derecha o cuando menos paliar su caída, no ha conseguido ni lo uno ni lo otro. Por una lado se ha quedado corto, no parece que vaya a ser el repuesto inmediato y por otro lado tampoco ha conseguido número suficiente para servir de bastón de apoyo. Ni fu ni fa.
Por las declaraciones de Albert Rivera comprobamos que tienen los pies fríos, el escrutinio les ha despertado de su sueño de convertirse en el baluarte de liberalismo presentado como moderación de centro. Sabe Albert que tenía una oportunidad de oro para convertirse en la pieza de repuesto de una derecha cansada de escándalos y harta de tener siempre las mismas caras en el cartel. A pesar de los esfuerzos de sus patrocinadores los números son bastante peores de lo previsto. Queda como marginal sin ninguna capacidad de influencia en los asuntos de importancia.
Otro de los actores, Pedro Sánchez, actúo durante su rueda de prensa como era previsible, se mostró contento por no descender a los infiernos aun cuando la escalera que usa   es claramente la de bajada.
Ya siente el aliento de Podemos en la nuca y Susana comienza a demandar su hegemonía en el partido. El catastrófico resultado conseguido por el candidato en Madrid, comparado con la solidez del partido en Andalucía, deja a Pedro a merced de los capitostes del aparato. Poca o ninguna capacidad de maniobra por mucho que proclame su aspiración a repetir como Secretario General. Esa será su intención otra cosa es conocer cuál será la intención de Susana. Algunos de los Barones ya se han definido y desde la plácida atalaya que les proporcionan  sus sillones en las presidencias de las respectivas Comunidades Autónomas empujan a Pedro a la oposición. Ellos no ven reparo en recibir apoyo de Podemos, pero se lo niegan a Sánchez en virtud de unas líneas rojas que no se deben traspasar. En el caso de Castilla La Mancha y de Extremadura las líneas deben ser de color rosa pálido u otro tenue color fácil de soslayar.
Todos los partidos están empujando a Rajoy para que forme gobierno como pueda. No puede solo, pero empujan para que lo haga. Ciudadanos se abstendrá, PSOE y Podemos estarán en contra. Las matemáticas no fallan, estas actitudes conducen a nuevas elecciones.
La postura de Pablo Iglesias es la más diáfana en esa dirección, en su primer análisis manifestó las exigencias que iba a poner encima de la mesa para apoyar una candidatura. Por supuesto que es consciente que el PP ni le escucha pero ¿El PSOE? Pues haciendo el énfasis que usó como propuestas calificadas de “Inaplazables” e Imprescindibles” tampoco. Pablo hizo un brindis al sol con la copa de los socialistas. No está en manos de Sánchez atender sus demandas para alcanzar un acuerdo y él lo sabe. Iglesias podría ser la alternativa pero lo ha despreciado. Echará en falta el millón de votos de UP, con ellos sería la alternativa de Gobierno o tendría al PSOE tocado y hundido. En cambio tiene que variar la estrategia y hacer un ofrecimiento de colaboración que nadie va a aceptar. Un discurso para enardecer a los seguidores en su comparecencia pos electoral, pero poco más.
Con este panorama la impresión es que todos estarían contentos con una repetición de la cita.

El PP con la esperanza de recuperar parte de lo perdido, el PSOE rezando para detener la caída, Ciudadanos en busca de una segunda oportunidad y Podemos pidiendo ese debate y esa semana que le ha faltado ¿Esta vez en Unión con Garzón? Más que probable. 
Con cualquier otra forma y una vez encaminados a otra cita con las urnas, Rajoy habemus.

jueves, 17 de diciembre de 2015

El Dewater

Podíamos empezar con una retahíla de dichos, frases y refranes populares que definen a la perfección el desarrollo del ansiado debate ofrecido por los cabezas de lista de las principales fuerzas políticas del Congreso de los diputados  surgido de las elecciones del 2011, a saber: Donde no hay mata no hay patata. Lo que natura no da Salamanca no presta.  De donde no hay no se puede sacar. A veces vale más pasar por tonto que abrir la boca y demostrarlo… ¿para qué seguir? Son  suficientes ejemplos de sabiduría popular para calificar el “DEWATER” entre Rajoy y Sánchez.
Ninguna idea nueva, ausencia de propuestas, plaga de tópicos, todo lo que ya sabemos.
Las proclamas de uno y otro convirtieron el encuentro en una opereta, para llamarle debate a ese engendro es necesario un ejercicio de indulgencia plenaria que me resisto a ejercer, nos dejaron fríos, consternados, inermes, si el esperpento hubiera durado mucho mas la paralización neuronal habría amenazado  con dejarnos catatónicos.  
Afortunadamente llegó el momento álgido y Pedro se lanzó a por todas, decidió (o lo decidieron sus asesores) dar un paso adelante y adentrarse en los vericuetos de la legitimidad. Le costó trabajo pues su mochila está tan cargada de porquería que debe ser comedido, pero se decidió, ¡ole y ole! ¡Le espetó a Mariano su indecencia en la cara!
Las plumas y ordenadores subvencionados empezaron a articular la estrategia de siempre: ¡El victimismo! Habrá que tener cuidado, comienzan haciéndose las victimas e históricamente acaban convirtiéndose en verdugos. En las cunetas españolas todavía quedan miles de ejemplos.
Achacan a Sánchez irreverencia y ruindad ¡Manda Gúevos! Que diría el londinense embajador comisionista.
En cualquier país de los que nos ponen como ejemplo cada día, un Presidente de Gobierno con la décima parte de escándalos de los que salpican a la formación política que preside “El Indolente”, habría hecho la maleta y se habría dedicado a sus labores registrales en la canonjía que disfruta desde su más tierna juventud ¿ganada en oposición? Bueeno, gran parte de los méritos podrían ser atribuidos a apellidarse Rajoy Brey.
Este individuo, con cara de plasma y fama de perezoso, ha conducido los destinos de la nación por el proceloso mar de la corrupción, entre tiburones sedientos de euros, rodeado de macarras y mafiosos. Quien no lo crea que se acerque a los juzgados y compruebe las listas de imputados, salpicados y condenados defendidos por el presidente del partido. Tan solo minutos antes de ser conducidos a una habitación con vistas en cualquiera de los recintos carcelarios donde expían penas.
Fabra era un ciudadano ejemplar (Rajoy dixit), Matas era un ejemplo a imitar (Rajoy dixit), Mato era una ministra intachable (Rajoy dixit), Bárcenas tenía que ser fuerte (Rajoy dixit)… y tantos y tantos ¿Le extraña que le llamen indecente? ¿En qué mundo vive?
Cuando la definición – que no el insulto – le estalló en la cara se arrancó por bulerías y amagó con tener un pelín de dignidad; aunque fuera prestada, se enervó y con aire de suficiencia dijo: Hasta aquí hemos llegado.
Tengo que admitir que me lancé a la carrera al mueble bar para descorchar una botella de cava. Mariano decidía claudicar y ceder a la decencia. Se iba, se levantaba de la mesa y abandonaba el “Dewater” y la carrera electoral ¡Por fin! Se rendía a la evidencia de su inutilidad.
Pero no, sólo resultó un amago, un quiero y no puedo, una imitación del gran Chiquito de la Calzada, “no puedo, no puedo, no puedo, nor, nor, nor”.
Una fuerza extraterrenal le mantuvo apalancado al sillón, “Hasta aquí hemos llegao” se quedó en un conato. Uno más de los muchos que colecciona desde que, en su tierna juventud, le sentaran en una poltrona vitalicia que le dura hasta nuestros días. Eso sí, siendo siempre una lumbrera, los genes le han castigado con puestos de excesiva responsabilidad.
No se levantó de la silla, no se marchó, no se arrepintió de su vagancia, únicamente movió su torso hacia el respaldo del sillón y dijo: Hasta aquí hemos llegao.

En lugar de irse tiró de la cadena y nos deleito con una versión actualizada de la política nacional, en lugar del plasma utilizó el Dewater.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La madre de todas las campañas

El próximo día 20 de Diciembre acabará ¡Por fin! La campaña electoral para la renovación de las Cámaras del Congreso y Senado.
Está siendo una larga, muy larga campaña; comenzó un infausto 11 de marzo de 2004 con los sangrientos atentados de Atocha. A partir de ese momento y tras los resultados electorales del día 14 se abrió la veda de la manipulación, las teorías de la conspiración, el desprecio a la voluntad de los votantes españoles que fueron, según los urdidores de la teoría, asustados por la barbarie y domesticados por las bombas.
Para los conspironoicos la cobardía del pueblo le otorgó la victoria a un malandrín como Zapatero arrebatándosela al heredero nombrado por el glorioso dedo del emperador Aznarparte ¿Hasta dónde vamos a llegar? Se preguntaban los prohombres del bien hacer y las mujeres como dios manda.
Como nada es eterno y la estupidez no puede esconderse indefinidamente a Zapatero le llegó su final político de la misma forma que se estrelló Rubalcaba: merecidamente.
El castigo al que nos hemos visto sometidos los habitantes de este país ha superado con creces los límites de lo soportable, hemos sufrido sin pestañear el espolio de las arcas de la Seguridad Social, el recorte de derechos laborales, la altanería de Wert, la chulería de Soria, la huidas por las puertas de “plasma” de Rajoy, la Gürtel o la Púnica, las tarjetas Black y las comisiones de Trillo y Pujalte, los sobres en “B” y las fiestas de cumpleaños de Mato, las tasas de la justicia y la privatización de la sanidad. Recortes de derechos ya reconocidos con la excusa de una economía de supervivencia para sacar al país de la hecatombe zapateril.
Un estado que ha decidido vivir una “economocracia” como línea maestra de sus actuaciones de Gobierno. Un estado que modifica su Ley de leyes  - La Constitución- para agradar y obedecer a sus amos financieros: Antes se pagan los intereses de los bancos que la vida de los ciudadanos. Ese está siendo el lema central de nuestro sistema.
Si nada lo remedia el día 21 comenzaran las negociaciones para volver a investir Presidente del Gobierno al Señor de los Hilillos. Parece que tendrá que pactar con unos (Ciudadanos) u otros (PSOE). Quizás hasta cambien la imagen del plasma y sea la cara de Soraya la que veamos, pero todo será igual.
El día 20 veremos las consabidas imágenes de la fiesta de la democracia. Los lideres votando e invitando al voto, por cierto, voto que no podrán ejercer los miles de cientos de expulsados de esta España decadente y caduca.  Naturalmente, nos pasarán las imágenes de las monjas votantes y los ancianos trasladados en cualquier medio para que puedan  ejercer su derecho.
Ancianos incapaces de distinguir su mano izquierda de su mano derecha decidirán el futuro de los nietos de 17 años que tienen vedado votar por falta de responsabilidad política, o eso dicen.
Es decir, a ver si nos aclaramos, quiere esto decir que ¿personas que difícilmente llegaran a la sesión de investidura, probablemente incapacitadas para gobernar sus esfínteres van a decidir como tendrán que sobrevivir las generaciones venideras?
Si nos fijamos en la intención de voto declarada, el gremio poblacional  cuya aspiración de futuro es no hacérselo encima va a inclinar la balanza a favor del “Señor de los Hilillos” en contra de la aspiración de las generaciones que tienen la obligación de luchar por alcanzar un rayo de esperanza.
En manos tan firmes que con dificultad sujetan la cuchara cuando comen, se sustenta el futuro de quienes tienen que huir del país para encontrar ocupación y futuro. Las monjas votaran 6 o 7 veces ¿Por qué tantas? Pueden que sean incluso más, serán tantas como ancianos acarreen a los colegios electorales. Encomiable labor si no fuera porque tal vez y solo tal vez deberíamos plantearnos si está capacitado para votar alguien que ya ha perdido su capacidad de decisión.

Resulta altamente revelador que quienes tienen que hacer uso de la “movilidad laboral” tengan tantas dificultades para expresar su opinión política y aquellos que tienen como única aspiración jugar a la petanca en el parque sean los que decidan seguir con Mariano. Para hacérnoslo mirar.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Lo que encierran las palabras

La barbarie es barbarie se denomine como se denomine no importa el nombre que le pongamos, ni los fines que las acciones persigan, serán actos deleznables por mucho que los enmascaren tras un barniz de hermosos apelativos disimuladores de sus atroces consecuencias.
La violencia existe en la naturaleza, es consustancial con la vida ¿Acaso no es violencia la muerte del herbívoro presa del depredador? La necesidad de pervivencia de uno lleva aparejado el extermino del otro. El reino animal tiene asumido que las cosas son así, en cambio los humanos buscamos cientos de explicaciones a estos tipos de comportamientos y el que mejor encaja en nuestro pensamiento es la regulación de la vida, el orden natural de las cosas, el equilibrio de la existencia.
Con ese tipo de razonamiento damos por sentado que, a través de actos violentos, la concordia se mantiene. Justificamos la existencia de los cazadores como elementos reguladores del control poblacional de los cazados.
El género humano, como depredador especializado, emplea métodos violentos para imponer su voluntad al contrincante, ese y no otro es el germen de la guerra: Un bando acude al ejercicio de la fuerza cuando sus aspiraciones de posesión no son atendidas por el bando contrario. Se trata de poseer, lo que sea, ya sean tierras, agua, minas, oro, petróleo, personas, lo que sea que se necesite o se desee.
La diferencia fundamental entre el depredador animal y el humano es que aquel cubrirá su necesidad de supervivencia y descansará en su empeño violento una vez satisfecha. El humano no, el hombre se dejará arrastrar por la codicia y querrá acumular bienes sin otro objetivo que el de la posesión por la posesión, exigirá más poder, más tierras, más dinero, más esclavos, sus ansias no tendrán limite y no reparará en utilizar todos los métodos que tiene a su alcance; el recurso definitivo será la violencia.
Si nos desposeemos de los avances científicos y tecnológicos, nuestro comportamiento no difiere mucho del que tenían nuestros antepasados  en la edad de las cavernas. A su favor jugaba el profundo desconocimiento y la ausencia de pensamiento filosófico en búsqueda de la verdad, cuando la filosofía apareció en escena comenzaron a articularse las relaciones entre las personas. Desafortunadamente la filosofía fue sustituida por las religiones y una vez hallado un destino superior se acabó la búsqueda. Para todo lo que carecía de explicación lógica el inmenso poder de los dioses puso la respuesta. Se abrió un gran baúl de basura en el que cabía de todo, desde una vida después de la muerte hasta un premio a los desfavorecidos si admitían dócilmente su condición de seres perjudicados en su existencia.
Si tus hijos se morían de hambre no era porque el señor conde acaparara trigo, era porque los caminos del “Señor” son inescrutables.  
Paso a paso, poco a poco el poder encontró un aliado inestimable, a la opresión en el más acá le unieron el castigo en el más allá. Cerraron el círculo para dar una vuelta de tuerca a su dominio ¿Cómo te atreves a cuestionar la vida de tu rey? Arderás en el infierno por insolente.
Naturalmente siempre que nace un negocio hay imitadores y tras un dios apareció otro y otro y…,en esas estamos. Enfrentamientos de poder bajo la bandera de los dioses. Lerdos del calibre de José María Aznar pregonan el predomino de la civilización cristiana soslayando a Aristóteles, Sócrates o Platón. Para personajes como el mencionado la dosis de derechos humanos que disfrutamos no es producto de infinidad de luchas sociales contra sus creencias, es fruto de la concepción cristiana de la vida. O sea, según este tipo de personajes  de las hogueras quema herejes surgió el voto universal o la jornada de 40 horas o la emancipación de las mujeres o la igualdad de sexos o la equiparación de razas.
Ahora surge el “terrorismo” islamista. ¿Y si no es terrorismo? Parece que ninguna de las nuevas estrellas de los debates  - los expertos en terrorismo internacional – contempla la posibilidad que los sangrantes acontecimientos que azotan Occidente sean producto de un reparto de violencia. Le llaman terrorismo para identificarlo con acciones de grupos de asesinos que perturban nuestra serena paz social. Un vistazo a la historia nos enseña que los que para la corona española fueron en su día rebeldes, tales como Bolívar o San Martin, hoy son libertadores del pueblo, los guerrilleros españoles contra la invasión francesa  son vistos como patriotas, revolucionarios como Marat o Robespierrre hoy son adalides de la libertad. Siempre que triunfe  la revolución es una fórmula de ejercicio de la violencia que termina legitimándose, uno de los últimos ejemplos es Cuba, 50 años después el imperio americano ha dado su beneplácito para que Obama se relacione con los Castro.
Nadie nos asegura que los terroristas de ahora no sean los héroes de mañana. Quizás el término terrorista acabe con la misma aceptación que han obtenido el de “guerrillero” o el de “revolucionario”,  tal vez deberíamos pensar que son nuevas formas de responder a las imposiciones de los poderosos repartiendo el dolor que los caciques mundiales provocan. Tal vez y solo tal vez, deberíamos pensar que más de un  millón y medio de muertos en la zona de conflicto, Irak, Afganistán, Pakistán, Líbano, Palestina, Siria…   están teniendo como respuesta unos centenares de víctimas en nuestro entorno.

La religión solo es el banderín identificativo, la enseña de reclutamiento, si el enemigo fuera la creencia religiosa, esta sería derrotada con escuelas en las que se enseñara civismo humanista.  El enemigo son los obscenos intereses de vergonzantes multinacionales que se enriquecen mediante la sangre y el dolor con ayuda de los sátrapas de la zona y la indiferencia de la placida sociedad occidental. Los vocablos para definir comportamientos no son inocentes.