martes, 29 de marzo de 2022

La factura

 Estos días se están llevando a cabo unas jornadas de “trabajo” en Doha, el “Foro de Doha” le llaman.

La ciudad de Doha es la capital del emirato  absolutista de Qatar. La definición de absolutista se la otorga la wikipedia  y es sufridamente comprobado por los ciudadanos qataríes.

Aunque no debemos olvidar que para las potencias  dominantes del orbe mundial parece ser un régimen “muy democrático y respetuoso con los derechos humanos”. Sin ir más lejos no han tenido ningún inconveniente en nombrar al emirato sede del próximo campeonato del mundo de fútbol. Los petrodólares pesan mucho más que los “petromuertos”.

Hablar de las condiciones laborales y de vida de los miles de trabajadores filipinos, indonesios, vietnamitas… que se ven obligados a auto-esclavizarse en el emirato, aceptando unas condiciones de trabajo inhumanas, nos llevaría a poner bajo la lupa a multitud de Gobiernos de Estados supuestamente Democráticos que son cómplices de la realidad.  

En su condición de encubridores de los desmanes -que se han cometido, se cometen y si nada lo remedia se seguirán cometiendo- deberían ser analizados los comportamientos y logros de muchas Instituciones y Organismos Internacionales, pero sobre todo habría que estudiar cuando perdieron de vista los objetivos para los que fueron creados.

Algunas de estas entidades  proclamadas  tutoras de los Derechos Humanos y  defensores de la Justicia Universal muestran, en el mejor de los casos, una alarmante falta de agilidad en sus repuestas a los problemas más acuciantes; en otros casos las medidas que tratan de implantar son desoídas por falta de contundencia en las resoluciones

¿Cuántas condenas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas son necesarias para poner fin a los bombardeos israelíes sobre los palestinos?

¿Cuántas resoluciones son necesarias para que Marruecos lleve a cabo un referéndum de autodeterminación en el Sahara?

¿Por qué fue bombardeado Irak en contra de las decisiones del Consejo de Seguridad?

La lista sería interminable.

No es necesario analizar los objetivos de la conferencia, es tan palmaria su inútil incoherencia que podría equipararse con una olimpiada de los derechos laborales celebrada en  el año 1825 y que estuviera patrocinada por un productor de algodón de Alabama.

Si no fuera tan dolorosamente patético lloraríamos de risa con la broma de la unión sacramental entre los emires y los regidores occidentales. Es enternecedor comprobar cómo  acaban  lamiendo las acicaladas manos de sus acérrimos “enemigos” islámicos.

Claro que resulta más turbia – si cabe – la turné a través de videoconferencia que está llevando a cabo el Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.

Su anterior dedicación a las artes escénicas le ha dado tablas suficientes para manejarse como pez en el agua cuando de hablar a espectadores silentes se trata.

Volodymyr hace un llamamiento a la comunidad internacional para que le proteja del monstruo moscovita y le ayude a derrotar al tirano ruso.

Por lo que se ve, el mundo al oeste de Ucrania ha comprado ese mensaje. Una vez depositados en el cajón de los olvidos los acuerdos de Minsk 1 y 2 todo es factible de ser llevado a cabo, incluido el riesgo de una confrontación global de resultados inimaginables.

Estados Unidos y su títere la OTAN no han intervenido directamente - todavía - debido a una sencilla evaluación de riesgos. Esperan que el agotamiento rinda a Putin y sino - para la OTAN/USA  sería mucho mejor - una revuelta interna tipo Chile y que un Pinochet de la estepa libere al pueblo ruso del molesto lider.

Por cierto, Putin es un presidente tan democráticamente electo como Biden, Macrón o Sánchez. Ya sabemos cómo piensan en la Casa Blanca sobre todos aquellos líderes que encarnan una importuna figura en el ámbito de las relaciones de poder: donde esté un buen golpe de estado que se quiten las urnas.

Aunque la CIA se involucre todo lo necesario, el derrocamiento vía golpe no parece ser la solución inmediata. Se fía todo al nivel de resistencia ucraniana para sostener una situación que estaría arreglada si todas las partes se obligaran a respetar y cumplir los acuerdos anteriormente alcanzados.

En la actualidad hay que contemplar otros escenarios, han aparecido demandas nuevas.

El reconocimiento de las repúblicas de Donetsk y Lugansk sigue siendo prioritario pero no definitivo, son parte un conflicto enquistado, cuya solución pasa por el reconocimiento de su independencia por parte de Ucrania. Sin embargo es solo parte de la solución

El reconocimiento de Crimea como territorio ruso empieza a ser una realidad incuestionable. Ahora está dejando de ser una aspiración moscovita para convertirse en una necesaria imposición. Es otro punto de la solución inmediata que Rusia da por conseguida.

El distanciamiento político y geográfico de la OTAN sigue siendo imprescindible aunque sea innecesario. Por otra parte la OTAN no necesita acercarse más a territorio ruso. Es más una cuestión de jerarquía que una necesidad táctica.

La salida al mar Negro es irrenunciable por parte rusa y Putin está cada vez más cerca de conseguir sus objetivos, entonces ¿qué más quiere?

Ahora ha entrado un nuevo factor  que va a ser de capital importancia y al igual que en todos los negocios, el de la guerra tiene unas pérdidas y unas ganancias, así que la pregunta es: ¿Quién paga esta juerga?

¿Quién va a resarcir a Rusia de los gastos ocasionados y las pérdidas sufridas?

Nadie se va a hacer cargo de la factura, sólo habrá un pagador,  Zelensky tendrá que volver a hacer bolos de pueblo en pueblo para abonar la cuenta que está costando la verbena.

Putin tendrá su botín de guerra, las sanciones pre paz y post guerra que va a imponer a Ucrania van a  compensar generosamente los descalabros económicos que está sufriendo con las sanciones.

Las patadas que Rusia está recibiendo de occidente y de EE.UU acabarán impactando en el dolorido culo ucraniano.

Pero tranquilos, no faltarán tele maratones de ayuda a Ucrania, ni recolectas de víveres y ropas, ni reportajes de niños harapientos desvalidos que promuevan la solidaridad mundial.

Las señoras que saben portar las mantillas y las peinetas colocarán las mesas petitorias igual que  hicieron con Haití, Yemen o Somalia.

De Palestina, Sahara, Siria, Líbano, Irak…, poco se habla. Pocas voces se oyen clamando por una justa solución a las guerras y conflictos que asolan estos países y comunidades aunque lleven muchos años condenados a pagar la factura.


martes, 15 de marzo de 2022

Narcos de la información

 Los camellos de la narco-información inundan las ondas, los kioscos, las televisiones e incluso las redes sociales con su adormidera tertuliana. Hablan con dogmas y axiomas que consideran  irrefutables. A quienes ellos nombran como bueno, queda santificado en cualquier circunstancia y situación.

Por el contrario, aquel que tiene la desgracia de ser señalado como perverso, resulta marcado para siempre jamás. Salvo que en un acto de autentica contrición se arrodille ante el amo y éste magnánimamente le perdone sus culpas. Tras una dolorosa penitencia, ¡Por supuesto!

Por doquier surgen expertos en todo tipo de materias. Los shows televisivos les autorizan a hablar sobre hechos y asuntos que desconocen. Pero poco importa, lo realmente trascendente es lanzar el mensaje una y otra vez hasta que cale en el imaginario colectivo.

Es la táctica empleada durante siglos por las franquicias eclesiásticas: la reiteración una y otra vez de un postulado por incongruente que sea, hasta que a fuerza de repetirlo suene a verdad inmutable.

Nos venden que Putin es un malvado (que lo es) y que Zelensky (otro malvado) es una pobre víctima atacada por las ansias imperialistas de un ególatra con ínfulas de Zar.

Ana Rosa, Vallés, Herrera, Losantos, Ferreras, Alsina, Marhuenda, Inda…, con sus micrófonos a pleno rendimiento (si me dejo alguno que me perdone) han decidido a quién santifican y a quién condenan.

Por supuesto lo hacen en nombre de la sacrosanta democracia occidental y para defendernos del diablo rojo comunista. Para estos popes de la “información”, todo lo que procede de Rusia es comunista.

¿Para qué informar con veracidad y certeza? ¿Quién lo necesita?

Putin se presentó y ganó en las elecciones Presidenciales (2018) con una amalgama de partidos llamada Frente Popular Panruso, en el cual se encuadraba  el partido Rusia Unida de Vladimir Putin. Este partido - Rusia Unida - se define como “centrista conservador, defensor de los valores tradicionales y de la identidad rusa”.

Si en la descripción del partido Rusia Unida, se cambia identidad rusa por española, rápidamente se identifica al partido centrista conservador homólogo, que pasea su “españolidad” por España: el PPOX del que se desgajan las dos corrientes PP y VOX. En segundo lugar quedó Pável Grudinin  del Partido Comunista.

En las elecciones legislativas (2021), la Duma, se dieron resultados similares y la fuerza opositora al partido Rusia Unida resultó ser el Partido Comunista.

Vamos que no son los perversos comunistas rusos quienes han ordenado atacar Ucrania. Tampoco es Rusia quien ha iniciado la guerra.

El conflicto tiene su origen en los incumplimientos de los acuerdos de Minsk, entre ellos el acercamiento de la OTAN a espacio ruso. Otra cuestión importante es la represión sufrida en las zonas “rusófonas” de Donetsk y Lugansk así como la situación de Crimea. La zona lleva más de 14 años pregonando un enfrentamiento que EE.UU, OTAN y UE han alimentado con su soberbia.

Un malvado (Zelensky) ha desafiado a un malvado (Putin) esperando que otros malvados (OTAN) le protegieran.

Hay otro malvado al que la situación le viene de perlas. USA está tratando de enfurecer a Rusia y como saco de golpes utiliza el culo ucraniano. Exactamente igual que antes utilizó para su desfogue el culo iraquí, el afgano, el vietnamita, el sirio o el libio. Todo ello lo hace para satisfacer su insaciable apetito de poder y beneficiar a su bolsillo .

El tonto de la película vuelve a ser la Unión Europea. Borrell recomienda bajar la calefacción, Bruselas alargar el conflicto con el envío de armas a Ucrania para armar civiles. Un completo dislate ¿Un dislate? ¡No!, una prueba más de la escasa trascendencia que tiene la vieja Europa en el concierto mundial. Es el pago por someterse incondicionalmente al amo yanqui.

Los tertulianos, sin embargo, se regocijan pensando que Rusia ha fracasado en su guerra relámpago. Opinan al unísono que - aguantando otra semana más - Putin tendrá que negociar condiciones ventajosas para Ucrania y de paso para Europa ¿En serio?

Aún no se han enterado de que Rusia (Putin) no quiere ocupar ni siquiera invadir Ucrania. El objetivo es una demostración de fuerza, en primer lugar a Ucrania, después a Europa y la OTAN y por último al emperador del mundo le está enviando un mensaje: “militarmente hemos vuelto”.

En la guerra de los Balcanes, la OTAN (EE.UU) bombardeó sin piedad Serbia - siendo Javier Solana el Secretario General -  mientras el mundo (Europa) se hizo el sordo, el ciego y el tonto.

Para atacar Serbia alegaron una limpieza étnica de albano-kosovares llevada a cabo por los serbios. A su vez Serbia proclamaba defender la integridad territorial de su país. No le sirvió de nada, la operación de castigo se llevó a cabo.

Desde el aire acabaron con la resistencia serbia, prácticamente no hizo falta intervención de fuerzas terrestres en el ataque ¿Motivo? La extraordinaria posición de debilidad económica, política y militar de la Federación Rusa. Boris Yeltsin abandonó a Milosevic y este no tuvo otra opción que rendirse sin oponer resistencia.

Hoy Zelensky es alentado a resistir a Putin pensando que enquistando el conflicto las sanciones económicas derribaran al gigante ruso. Puede ser, pero analicemos las hipótesis.

La actual capacidad de destrucción de ejército ruso es demoledora y no está muy alejada de la fortaleza estadounidense. Rusia, todavía, está muy lejos de poner todos sus recursos bélicos en acción. Con algo más de empeño y menos preocupación por las consecuencias puede reducir a escombros importantes ciudades ucranianas sin sufrir grandes pérdidas.

¿Por qué no lo hace? ¿Por qué no emplea el método USA de destrucción total como hicieron los americanos con Irak o Serbia?

Sencillamente porque Ucrania es el porche de Rusia, su jardín, su vecino, está ahí, al lado. Las secuelas para la vida posterior serían de conflicto permanente entre vecinos y Rusia no quiere eso.

Para los presidentes americanos era más sencillo, Kennedy, Johnson, Reagan, Ford, Clinton, Bush…,  no les importaba lo que sucediera en lugares alejados de sus fronteras. Todos sus conflictos eran llevados lejos. Hacían la guerra con Moscú masacrando Corea, Vietnam, Irak,  Afganistán, Serbia…, lejos, muy lejos de Nueva York, Chicago o Los Ángeles.

Los europeos pensamos lo mismo, por eso queremos que Ucrania aguante, para tener un dique de contención. Usamos a los ucranianos como escudos para los miedos que nos están inoculando desde todos los medios vendidos al poder.

Nos drogan con el miedo al inmigrante y pedimos que se cierren las fronteras, pero tienen que venir porque les necesitamos para hacer los trabajos que no queremos. Nos asustan con los ocupas y nos venden alarmas. Los menores no acompañados nos hacen cambiar de acera como si estuvieran apestados.

El miedo al diferente nos inmoviliza, todos los árabes nos parecen sospechosos de algo. Para los narco-comunicadores todos los sirios, palestinos, afganos, yemeníes, somalíes… son culpables y las desgracias que padecen son invisibles.

Estos personajes han convertido a Ucrania, en el centro del universo. Los debates políticos giran en torno a las medidas punitivas que hay que adoptar para doblegar al demonio Putin. Cuando sería mucho más fácil, más rápido, infinitamente más barato y rentable, a la vez que menos doloroso, doblegar al diablo Zelensky.

Eso es lo que hizo Rusia con Milosevic. Pero eso no se contempla.

No es algo que debiera afectar a Europa ¿Donetsk y Lugansk independientes? Y ¿Por qué no? ¿Crimea Rusa? Bueno. Ucrania neutral y desmilitarizada, vale, igual que Austria o Finlandia por poner  ejemplos.

¿A qué intereses perjudican esos acuerdos? Seguramente a los del amo del mundo que no quiere que Europa sea autónoma y actúe por ella misma.

Hay que seguir narcotizándola con temores y en esta ocasión el miedo vive muy cerca. Las víctimas son personas cristianas de piel blanquita, rubios y con los ojitos claros.

 

 


sábado, 5 de marzo de 2022

No nos salva ni dios

 La técnica del milagrito divino para explicar comportamientos raros ha sido profusamente usada desde la noche de los tiempos.

Así, dios todo poderoso, quiso restar trascendencia a lo inexplicable e hizo que las cosas fluyeran a su imagen y semejanza: sin dejar pruebas de su presencia.  Eso dicen los sabios teólogos.

Con el hermanísimo de la nueva “Virgen Iluminada de Atocha” se ha pretendido mejorar la ancestral técnica de los prodigios: huelen a corrupción, suenan a corrupción y parecen corrupción pero quieren hacernos creer que son iniciativas empresariales del hermano de IDA.

Es lo que tiene ser familia de una iluminada, resulta complejo separar la ficción de la realidad, más aún cuando la realidad es la utilización lucrativa de los recursos públicos.

Por mucho que Díaz Ayuso alegue persecución ¿Desde cuándo denunciar las presuntas tropelías de su hermano es un ataque a la iniciativa privada? ¡No señora Presidenta! ¡La denuncia representa defender los recursos públicos!

IDA fue una de las personas que tuvo paperas y faltó a la escuela el día que explicaron - en segundo de primaria - el concepto universalmente reconocido de la condición social del ser humano.

La defensa que desde las teorías cristiano-liberales se hace de la individualidad está muy bien, aunque sean discutibles se pueden admitir como filosóficamente aceptables.

Ahora bien, pierden toda su credibilidad cuando arremeten contra la socialización de los recursos comunitarios para retribuir una inexistente “meritocracia”.

En la mayoría de los casos los premiados no atesoran méritos suficientes para ser distinguidos, ni los recursos utilizados  son de carácter privativo.

 Normalmente (a las estadísticas nos remitimos) son gratificaciones a costa del erario público y los valores especiales que se esgrimen acaban siendo  algún vinculo familiar con quién designa al agraciado.  

Son sanguijuelas que viven de las arcas públicas pavoneándose de pertenecer a una clase que consideran especial.

Todo este proceso ha sido, es y, si nada lo remedia, seguirá siendo convenientemente sepultado bajo toneladas de información sesgada, distorsionada, errónea o convenientemente manipulada por medios afines que limpiarán la imagen del corrupto.

A esos sicarios del poder nada les detiene. Carecen de deontología profesional.

Otro ejemplo lo encontramos en el trato dado a las múltiples tropelías del Emérito. Primero la ocultación, a continuación la negación y la puesta en aviso del infractor.

Finalmente han acabado defendiendo al investigado alegando la prescripción de los delitos, la regularización (hecha sobre aviso), la inviolabilidad del personaje y como guinda los méritos contraídos por ser nombrado por Franco ¡Toma, toma y toma!

Está sobradamente probado que la especie autóctona hispánica atesora una serie de taras que la facultan para tolerar casi todo, es capaz de tragar con cualquier cosa.

También es un secreto a voces que el desarrollo democrático del sistema judicial post franquista deja mucho que desear, lo más reciente es la propuesta de la fiscalía del cierre de la investigación sobre el Emérito.

Las correcciones que ha tenido que hacer el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, unido al estado de provisionalidad dilatada en el tiempo de su órgano director (CGPJ) es una prueba irrefutable de su deficiente funcionamiento y escasez de carácter democrático.

Sin embargo, siendo un problema, no es el más grave. La falta de educación, formación e información es mucho más preocupante.

La completa falta de deontología profesional en el campo informativo ha conducido al mundo en general - y a España en particular - a un callejón sin salida.

Vivimos una historia de malos y buenos contada a través de las maniqueas lentes de Hollywood y ahí nos hemos quedado.

El séptimo de caballería sigue llegando a rescatar a la caravana de colonos y los aplausos resuenan en el patio de butacas.

Poco importa que - durante la carga -  los yanquis  arrollen todo y a todos que se crucen en su camino ¡Son los buenos! Los indios (ancianos, enfermos y niños) corren a salvarse sin que los espectadores participen de su sufrimiento ni les importen sus heridas o su muerte ¡Son los malos! Hollywood dixit, amén.

Las agencias de  publicidad llevan decena de años vendiendo el producto capitalista-liberal sin ninguna cortapisa.

En una buena comercialización es imprescindible hacer notar las deficiencias de la competencia. Verdaderas o falsas, no importa, hay que resaltar deficiencias ajenas para que destaquen virtudes propias.

Ese es el papel que adoptan los medios de comunicación. Poco importa la veracidad de la noticia, nadie va a reclamar y si alguien lo hace, una ridícula rectificación a pie de página servirá para salvar responsabilidades.

En ese mundo vivimos y nos movemos. Las agencias informativas marcan el rumbo de nuestras ideas y adhesiones. Malos y buenos a la carta informativa.

Los vaqueros nos defienden de los cuatreros malvados y el séptimo de caballería nos rescata de los perversos indios ¡Dios salve a América! Al resto del mundo no lo salva ni dios.