martes, 31 de enero de 2017

Dormidos

Las semanas son tan iguales, los procesos sociales tan repetitivos, los acontecimientos políticos tan sumamente anodinos y previsibles que hay que hurgar demasiado en la basura para no escribir siempre acerca de lo mismo.
El mundo se ha vuelto Trump-oso, Europa está dormida, el continente africano sigue sufriendo, los conflictos que provoca la avaricia son alimentados por las religiones ¡malditas religiones!
Unas pocas familias se reparten el pastel decidiendo quién vive y quién muere, cómo se debe vivir y en donde; el presente y el futuro de las personas están en sus manos. Mientras tanto a los sufrientes nos invade una extraña somnolencia pegados a la pantalla del televisor porque los padecimientos de los demás nos pillan muy lejos. Las víctimas se convierten en números de una estadística infame. Mil, dos mil, cinco mil muertos, desplazados humillados y hundidos no dejan de ser eso: números. Sin cara, sin cuerpo, sin futuro, sin derechos ¡Sin vida!
La nueva profesión de moda -” los opinadores” - acomodan el pensamiento colectivo para que parezca normal la barbarie y la inmundicia. Alimentan al monstruo como siervos dóciles y mansos. No importan las consecuencias, ellos no las sufren, ellos defienden a sus amos en aras de una espuria libertad de expresión que utilizan para defender sus bajos intereses.
Así encontramos alabadores del recién elegido nuevo Emperador del Universo, aunque sus medidas sean un misil lanzado a la línea de flotación de la armonía mundial.
Ahora ya se puede dar un portazo en la cara de los que huyen del horror, se ha legitimado   la discriminación racial, se pueden levantar muros para condenar a la pobreza a una parte de la humanidad, se amenaza la paz mundial porque el Imperio es lo primero ¡Ay, pobres de nosotros que hemos nacido al otro lado de la raya!
Ante esta situación ¿Qué hacemos? Pues oír con atención las noticias que nos hacen llegar. Tragamos basura informativa como si fuera una droga colectiva.
Personajes infames transmiten, micrófono en mano, las consignas pre establecidas para conseguir inmovilizarnos. No es necesario mucho esfuerzo, estamos totalmente convencidos de su superioridad intelectual. Pueden decir y hacer lo que les venga en gana, todo lo consumismos con avidez.
Al tiempo que subvencionamos sus altavoces para que nos adoctrinen, con nuestro dinero también pagamos a los malandrines que opinan vertiendo sus falaces mentiras. No importa, seguimos pegados al televisor esperando que llegue la publicidad para ir al baño, o escuchamos emisoras de radio que recitan las recetas del buen comportamiento social que les han escrito en el guión.
Saben que mienten, que distorsionan la verdad, que nos están manipulando, pero les da igual, su objetivo es agradar a sus dueños. ¿Verdad Marhuendas, Indas, Ferreras, Federicos, Pedros Jotas, Herreras… ABC, La Razón, El País… Telecincos, Las Sextas, Antenas 3… La Ser, La Cope…?
Todos, absolutamente todos forman parte de la misma conjura, la de aquellos que conforman los batallones de enganche de los dueños que nos quieren sumisos, pobres, controlados y adormecidos.  
De vez en cuando nos obsequian con un poco de carnaza en forma de escándalo que salpica a uno de los capitostes caído en desgracia, un cebo para conformarnos y dividirnos.
Un Emérito en apuros sexuales, un Trillo reconvertido, o unos cuantos chorizos cazados in fraganti. Simples maniobras de distracción.
En el fondo, con estos señuelos, lo que consiguen es proteger el sistema, los privilegios, el estatus dominante de las oligarquías despóticas contra las aspiraciones de dignidad del resto de la humanidad. Que el Mediterráneo se esté convirtiendo en una grandiosa fosa común lo explican culpando a los parias que huyen sin saber a dónde. Si los fríos de Europa Central congelan la vida de unos cientos de miles de expulsados de su tierra,  lo atribuyen a las lógicas consecuencias naturales  provocadas por el clima de la época del año.  

¡Todo eso nos pilla tan lejos! Casi tanto como el muro de México. Las vallas de Ceuta y Melilla están mucho más cerca y tampoco nos importan. 

domingo, 15 de enero de 2017

El Estado no está

Como sigan así las cosas, los españoles haríamos bien en empezar a solicitar la nacionalidad europea como única garante de nuestros derechos. Evitaríamos encontronazos con la justicia española y bastante mejor  nos iría.
Recientemente hemos tenido conocimiento de los varapalos que los Tribunales de la Unión Europea han obsequiado al Estado Español por disposiciones dictadas por los altos Tribunales (Supremo y Constitucional) que contravienen principios esenciales recogidos en la Convención europea de Derechos humanos.
Por una parte el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó la aplicación de la retroactividad en la devolución de las clausulas suelo aplicadas sin transparencia por la banca española.  
El 9 de Mayo de 2009 el tribunal Supremo de España había declarado nulas las dichosas clausulas aunque limitó su aplicación hasta esa fecha ¿Motivos? Pues probablemente para no enfadar, alterar o indisponer a los poderosos banqueros. Total, los españoles ya habían rescatado a la banca con decenas de miles de millones de euros (se calcula en más de 60.000 millones el precio del rescate que nunca se recuperará), si no se van a devolver los millones del rescate para que enredar exigiendo el pago de unos pocos miles de millones más. A partir de la sentencia del Tribunal Europeo serán aproximadamente alrededor de 4.500 millones los que tendrá que devolver la banca por la aplicación abusiva de las clausulas suelo.
Por otro lado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha fallado en contra del Estado español en el recurso interpuesto ante ese Tribunal por una empresa a la que después de esquilmarle una propiedad le dieron la espalda los altos organismos de justicia españoles.
La empresa ganadera Sociedad Anónima de Ucieza compró en 1978 una finca en la localidad palentina de Ribas de Campos. En esta finca se encontraban enclavadas una iglesia cisterciense y varias edificaciones adjuntas, un molino entre ellas, que en su día formaron parte del monasterio Santa Cruz de la Zarza.
Valiéndose de una ley hipotecaria  de 1946 – por lo tanto de dudosa constitucionalidad – que le otorga la condición de fedatario público, el Obispo de Palencia inscribió las mencionadas edificaciones a su nombre en el Registro de la Propiedad.
En defensa de su derecho la empresa acudió a los tribunales y cuando el caso llegó al Tribunal Supremo este no lo admitió a trámite. El Constitucional rechazó el recurso de amparo.
Para los jueces europeos ambos tribunales han vulnerado principios esenciales y así lo hace patente en la sentencia. Por unanimidad ha declarado que el Estado Español ha vulnerado el Artículo 6.1 de la Convención de Derechos Humanos.
En los países de la Unión Europea crece el estupor al comprobar cómo la legislación española propicia el expolio de bienes públicos por parte de la Iglesia Católica.
La complicidad de sucesivos gobiernos de Partido Popular, la avaricia eclesiástica, la indolencia del PSOE y la irresponsabilidad de las corporaciones locales ha dado como resultado que joyas del patrimonio nacional pasen a manos privadas: los edificios y sus contenidos. Ha sido una sencilla forma de convertirse en el mayor holding inmobiliario del país. Sin poner un euro, sin esfuerzo, sin tener legitimo derecho.

A los señores obispos sólo les ha hecho falta  la connivencia de algunos ministros simpatizantes con la Obra o militantes en sectas similares, un barniz de legalidad y el silencio artero de Registradores y Jueces.

sábado, 7 de enero de 2017

Huevos con perejil

En esta ocasión ni siquiera ha hecho falta que soplara una ligera brisa de Levante, con calma chicha los miembros del Consejo de Estado han enviado un misil a la línea de flotación del ex – minisTrillo de Defensa al emitir su dictamen acerca de la responsabilidad del Gobierno y más concretamente del Ministro Federico Trillo en el antes, durante y después del traslado de tropas a una misión en zona de guerra. Durante 14 años las familias han estado esperando que alguien les hiciera caso.
En primera instancia el juez Grande Marlasca escuchó a la zona conservadora de su corazón y cerró el asunto de la contratación de cachivaches voladores sin encontrar ningún indicio delictivo, a pesar de las señales que percibía de las administraciones de otros países (Noruega, Suecia…) de nuestro entorno que los habían desechado por inseguros e inservibles. 
Es lo que tiene una justicia administrada por jueces proclives a satisfacer al amo del corral: se  necesitaban informes oficiales acerca de la peligrosidad del transporte y en su lugar se encontró con una airosa salida proporcionada por los propios afectados: las deficiencias no fueron advertidas en formato oficial o esos informes sobre la precariedad del transporte han desaparecido.
Un juez diligente debería haber intuido que… “la disciplina militar tiene consecuencias para los funcionarios de la milicia que cometen la osadía de desmarcarse de la línea oficial”.
Si no se entiende la última frase pregunten al ex – teniente Gonzalo Segura expulsado del ejercito por denunciar algo que él  cree que es una práctica corrupta, o a la ex–comandante Zaida Cantera. Una prueba más de que la lucha contra la corrupción es una causa perdida en un país de pícaros y sinvergüenzas. El primer investigado en un caso de corrupción institucional es el denunciante, algo que resulta tremendamente esclarecedor para evaluar el sistema judicial español.
Hablar de la justicia militar es un oxímoron al igual que la inteligencia o la música militar y no vamos a hacer leña del  árbol castrense  que en este país es un arbusto que  está suficientemente caído.
El asunto Federico nos enseña varias cosas:
Tenemos organismos muy caros que no sirven para nada, por ejemplo: El Consejo de Estado: Un estamento que dictamina y no es vinculante ni ejemplarizante ni ilusionante, únicamente sirve de consuelo poco gratificante.
Bueno, también vale para que momias del pleistoceno que imaginábamos amortizadas, (Romay Beccaria, Ledesma, Fernández de la Vega, Herrero de Miñón,…) sean recolocadas y tengan unos suculentos ingresos para dar la propinilla a sus nietos, aunque estos dinosaurios sean incapaces ya de deletrear sus nombres.
Y si nadie lo remedia, que nadie lo remediará, a ese ilustre y cómodo lugar ira a colocar sus posaderas Federico Trillo – Figueroa y Martínez – Conde. Llevará su reclinatorio para orar con humildad cristiana ante la imagen del todo poderoso reconociendo sus culpas y limitaciones a la vez que pedirá perdón por sus pecados, los pecados que ofenden a su dios. Los que destrozan la vida de los hombres le traen sin cuidado, para esos utiliza los resultados electorales que, según él, son eximentes  blanqueadores de toda responsabilidad.
Hay que utilizar mucho perejil para poder aderezar un plato que apesta a infamia corrupta aunque unos juececillos revoltosos hayan cerrado el asunto atendiendo al exquisito  gusto del Gourmet Trillo.

A falta de la decisión  de Rajoy -vamos listos si esperamos que decida- sobre el caso más grave de corruptela política, el sentir de los huérfanos, viudas y padres de los militares sacrificados en el vuelo del Yak–42 hace pensar que, si después de las pruebas de inmundicia política aportadas, el contrito pecador supernumerario del OPUS continúa en la escena política o en la función pública -como aspira con indecente pretensión-  es para gritar alto y claro: ¡Manda huevos!