viernes, 30 de junio de 2017

Borrón y cuenta nueva

¡Otro reprobado! Y van… varios, más de los deseables ¿Consecuencias? Ninguna, como si oyeran llover, es más, el responsable último de las tropelías de Montoro, dirá que hace un sol espléndido en esta época del año para cuanto peor mejor su beneficio propio, el suyo mío o algo así.
La respuesta del ministro de Hacienda ha sido la habitual en estos casos, manifiesta su intención de estar ojo avizor para descubrir las debilidades de los reprobadores y al menor desliz saltar sobre la pieza para defender su honor de la osadía de los denunciantes.
¡Como si le quedara honor!
La calidad del honor del ministro ha quedado  meridianamente clara una vez que su Decreto Ley de amnistía fiscal ha sido calificado de arbitrario, injusto y al margen del mandato Constitucional, esa es la cruda realidad. Los “porqués” que argumentan desde el Gobierno para justificar tan deplorable medida son ganas de marear.
Que el titular de hacienda no parece muy respetuoso con la Carta Magna ya está constatado, ahora queda por dilucidar si el despacho profesional que el ministro abrió con su hermano ha sido beneficiario de alguna prebenda institucional. Esa sería la forma de despejar cualquier atisbo de duda acerca de lo que le queda de honorabilidad.
Su caso no deja de ser uno más en el espectáculo con el que cada día nos obsequia la comedia protagonizada por  el señor “muy español y mucho español”. Al fin y a la postre Rajoy es el responsable último de la inmundicia que nos rodea.
Montoro no es el único señalado, el ministro Soria tuvo que dimitir por embaucar al Congreso y el fiscal anticorrupción por su situación insostenible, incluso teniendo  al Fiscal General como valedor.
En realidad Moix no dejaba de ser el último eslabón de una cadena que garantiza la inmunidad de las familias “de toda la vida”. Ese y no otro es el  motivo que mueve a Nacho (Ignacio González) a  advertir a Rafa (Catalá) de la conveniencia de nombrar a un tío cojonudo que  arregle el entuerto judicial ¡Caramba, si Rafa el justiciero también ha sido reprobado! ¡Ah! y el fiscal Maza.
Claro que metidos en estos vericuetos va a ser mejor no recordar que Rajoy quería imitar el comportamiento del servil Presidente de Baleares o proclamaba la ejemplar ciudadanía del delincuente Fabra. ¡Maldita memoria colectiva! Ahora le toca a Rafael Hernando hacer de macarra y  buscar algo de Venezuela para contrarrestar. 
Aunque bien mirado, corramos un tupido velo y pelillos a la mar que en este país estamos acostumbrados a hacer borrón y cuenta nueva o se dice ¿Borbón y cuenta nueva?
Cuando en 1947 Franco promulgó la ley para la sucesión a la Jefatura del Estado se auto-concedió la potestad de elegir sucesor. El dictador  se puso manos a la obra en el cometido. Así trajo de Roma un tierno cachivache moldeable en la observancia de los Principios Fundamentales del Movimiento.  
En definitiva que la proclamación de una República, los sufrimientos para defenderla de un rebelde  y el calvario padecido durante 40 años de dictadura sirvieron para acabar en el mismo sitio: La nobleza arriba y el pueblo mendigando.
En la historia de España cada vez que se vislumbra un rayo de luz que ayude al avance social se utiliza lo de Borbón y cuenta nueva.
En 1974, antes de su conversión para hacernos el regalo de la Democracia – modélica transición mediante – “El Campechano” asumió eventualmente la Jefatura de un  Estado  dictatorial   durante unos meses en los que parecía que ¡Por fin! Franco nos iba a dejar en paz.
Cuando se hizo efectivo el relevo y para asumir con todas las de la ley (de Franco) la Jefatura del Estado, Juan Carlos I juró lealtad a montones de cosas, entre otras al Régimen que le había regalado la corona saltándose los principios monárquicos por los que se rige la institución. Juan de Borbón trinaba de ira contra el usurpador y contra su vástago traidor. Franco y su hijo le consolaron adecuadamente con  un Condado y una buena pensión.
Aquellos barros de componendas traen estos lodos de corruptelas, de esta forma se justifica que permanezcan en el Gobierno unos ministros reprobados. ¿No reside la Soberanía Nacional en el pueblo español? ¿No es el Congreso de los Diputados la representación de esa Soberanía Nacional? ¿No juran o prometen los altos cargos de la administración – ministros incluidos – acatamiento a la Constitución?
 Si eso es así ¿Por qué se tolera que un ministro desprecie la Constitución?  ¿Por qué motivo el pueblo español soporta que le gobierne un partido imputado como organización para delinquir? ¿Qué motivos impulsan a  las nuevas camadas del Partido de la gaviota a defender con tanto ardor el legado de un genocida como Franco? 
En un país de verdad sería delito la defensa pública  de los miembros de Gobiernos de Franco. En un país serio estaría penada la apología del golpismo. En un país con derechos humanos se castigaría por disculpar a cualquiera de los ministros de gobiernos genocidas. La revisión de la historia condenará a personalidades como Fraga Iribarne, Utrera Molina o Martin Villa por colaboracionistas.
 Es notorio que algunas “decentes” fortunas actuales están manchadas de sangre de muchos  inocentes. Si se hiciera una investigación a fondo de los procesos judiciales de la dictadura en muchos casos se  revertirían propiedades a sus legítimos dueños y la Iglesia Católica española perdería innumerables inmuebles producto del  inmenso expolio que ha llevado a cabo amparada por el dictador.
En fin un caos para “la gente de bien”, mejor nos regalaron una ley de punto final y aquí no ha pasado nada. Borbón y cuenta nueva.  

sábado, 17 de junio de 2017

Poco que celebrar

Después de 40 años de travesía por uno de los periodos más amargos de historia de España, el día 15 de Junio de 1977 los españoles tuvieron una cita con las urnas para elegir a los miembros de las cámaras legislativas.
La situación tras la muerte del usurpador rebelde no era nada halagüeña, el dictador dejaba como herencia un país atrasado, empobrecido, inculto y anacrónico en el contexto europeo.
Sin tener cifras oficiales - porque eran convenientemente opacas - se calcula que la tasa de paro sobrepasaba holgadamente el 30%, el índice de inflación superaba el 20%, la exclusión social y la pobreza se intentaban paliar con una fuerte emigración a Francia y Alemania. Todavía podemos recordar las campañas de la vendimia francesa en las que la mano de obra barata eran campesinos españoles hacinados en barracones a pie de viña.
Con ese panorama concurrieron a las elecciones más de 500 formaciones políticas. La realidad era que se presentaban unas pocas con opciones, media docena de ámbito estatal y algunas nacionalistas con posibilidades. El panorama quedaba considerablemente reducido.
Entre los concurrentes se encontraban los jerarcas oficiales del Régimen que se inclinaban a permanecer fieles al “atado y bien atado” que había dejado el dictador. También se presentaban aquellos que durante 40 años habían querido mantener viva la llama de la democracia desde la clandestinidad.
Entre los primeros, las corrientes también estaban claramente establecidas: continuistas y aperturistas.
Por otra parte los opositores clandestinos a los designios del General comenzaban a percibir que las condiciones socio-políticas  y el panorama europeo podían empezar a cambiar el paisaje.
Los continuistas abogaban por un franquismo sin Franco,  un nacionalcatolicismo a ultranza que defendieran los valores de Una España Grande, Libre y católica ¡Por supuesto! Así se presentó Blas Piñar diciendo que la democracia no se come ni llena la cesta de la compra.
En idéntico ámbito y con marcada coincidencia de pensamiento,  los siete magníficos - ex ministros de gobiernos de la dictadura - se disfrazaron de demócratas de toda la vida bajo el liderazgo de Manuel Fraga y crearon Alianza Popular.
Fraga era partidario de hacer una apertura controlada, no abrir las puertas a todas las iniciativas y no a cualquier precio. La calle no iba a dejar de ser suya o eso intentaba.
En el mismo espectro ideológico se encontraban los últimos cachorros del Régimen bajo la tutela de Adolfo Suarez,  curiosamente postrero Secretario General del Movimiento.
Este grupo articulado en UCD diseñó una operación para “transitar” desde el franquismo a una parodia de libertades sin rupturas. Para ello lograron convencer al Jefe del Estado designado por Franco - El rey Juan Carlos - de la necesidad  de transformar el franquismo si quería mantener pacíficamente la corona y de paso acercar España a Europa.
A partir de esa cita electoral del 15 de junio de 1977 los hechos se han encargado de escribir los renglones de la historia.
La victoria de Adolfo Suarez tuvo como colofón la Carta Magna de diciembre de 1978, “la modélica Transición española” comenzaba su andadura con el beneplácito mayoritario de los partidos de la oposición al franquismo que fueron  admitidos al banquete siempre que consintieran en pasar página  sin grandes escándalos.
Y consintieron, probablemente bajo amenazas de involución. El caso es que la izquierda expulsada violentamente del poder y de España cuarenta años antes, volvió a sentarse en las instituciones firmando condiciones de rendición que hoy perduran.
Las componendas del 78 dieron legitimidad a los deseos de Franco y así consagró la Monarquía como forma de Jefatura de Estado, se blindaron los privilegios de la Iglesia Católica y la Ley de Amnistía (mejor llamarla de punto final) dejó en el limbo los crímenes del franquismo.   
Podíamos seguir enumerando las numerosas vergüenzas que fueron enterradas con paladas de infamia. Fortunas amasadas con el trabajo de presos políticos esclavizados y ¿Hoy?
Lamentablemente seguimos igual, el día 13 de junio, durante su intervención en la moción de censura al Presidente Rajoy, la portavoz de Podemos hizo una extensa exposición de casos y motivos por los que el Partido Popular, la continuación de Alianza Popular de Fraga, el de la apertura pero no mucha, debería dejar el Gobierno y disolverse, o bien ser judicialmente disuelto en su condición de Organización para delinquir.  
El resultado de la moción ha estado muy lejos de esta posibilidad, los portavoces de los diferentes partidos han argumentado que el candidato no tenía programa de gobierno y que las mociones en España son constructivas. Por ese motivo votan a favor de Rajoy, o sea de un estado de corrupción sistémica, o votan en contra de la moción absteniéndose, o sea a favor de un estado de corrupción sistémica.  
No importa que los representantes de la soberanía nacional reprueben  al Ministro de Justicia y al Fiscal General del Estado. Siguen en sus puestos, o sea un estado de corrupción sistémica.  Tampoco le perturba al Ministro de Hacienda que el Tribunal Constitucional tumbe el Decreto Ley de Amnistía Fiscal tachándole de improcedente, arbitrario e injusto. O sea corrupción sistémica.
Para contrarrestar la repercusión que pudiera tener sobre la opinión pública ver al Presidente del Gobierno ante los casos de saqueo protagonizados por destacados dirigentes de su partido, se acuñó la frase “prefiero un corrupto que un comunista en el Gobierno”.

De esta forma, a través de miedos atávicos,  consiguen la fidelidad de unos millones de votos que les permiten seguir a lo suyo, o sea mantener un Estado de  corrupción sistémica.

martes, 6 de junio de 2017

Rendirse a las evidencias

La incongruencia ideológica en la que se ven inmersos  los partidos de la oposición les lleva a actuar queriendo arrimar el ascua a todas las sardinas, a las propias y a las ajenas. Sucede que el rescoldo no es tan grande y desdichadamente las sardinas se quedan a medio hacer.
Así es fácil entender  porqué un partido que está sentado en el banquillo e imputado como organización criminal puede tener el apoyo que disfruta en las urnas. El votante español medio debe de provenir de una especie de homínido capaz de sobrevivir en la adversidad ambiental más extrema, soportando el hedor nauseabundo que emana de las cloacas sin que sus glándulas pituitarias se resientan lo más mínimo. Otra explicación es que el sufrido elector carpetovetónico no percibe alternativas viables que le saquen del estercolero.
Esta última aseveración se sostiene por  las reacciones que han tenido destacados miembros de la cúpula de Podemos  para intentar salvar al soldado Kichi de sus propias incoherencias. Sí, estamos hablando de la medallita a la virgen. Si personas con la formación que acreditan los defensores de la ocurrencia del alcalde  son incapaces de entender lo que implica un Estado Laico, la batalla está irremediablemente perdida, únicamente nos queda poner la cara de Ramón Espinar cuando intenta dar una explicación al hecho: cara de emoticono que no sabe dónde está.
Para disimular su metedura de pata, cobardía o amansamiento necesitan  disfrazar la actuación  del regidor como una defensa de los desfavorecidos aludiendo al sentir popular. Se escudan en la recogida de firmas para vestirla de petición de las clases humildes y acaban tildando a la virgen de benefactora de los pobres, allá ellos. Solamente un  apunte; la virgen es la misma  la de los ricos que la de los pobres. Kichi y Fernández Díaz  hacen lo mismo, ocultan su torpeza encomendándose  a su virgen para que les solucionen los problemas. El alcalde a la del Rosario, el ministro a la del Amor. Es entendible la devoción del ministro ¡sería inexplicable su carrera sin mediar milagro! Pero ¿el alcalde? Pues quizás estemos ante el mismo suceso sobrenatural de difícil logro  sin intervención de la divinidad. Esta es la explicación que buscaba Espinar y no encontró, de ahí su cara de emoticono.
Como broma está muy bien la salida de Pablo Iglesias, “el acto de Kichi es perfectamente laico, lo que os pasa a los demás es que lo observáis desde una perspectiva urbanita madrileña de izquierdas y no con los ojos de un pueblerino andaluz.” O algo muy parecido.  Pues eso, ahí lo dejo.
Queríamos pensar que Podemos podía recuperar el espacio que había dejado vacio  el PSOE cuando de la mano del felipismo acabó engullido por los socialista-liberales (Boyer, Solchaga, Solbes) desterrando a los socialdemócratas. Ese PSOE era comprensivo con la jerarquía eclesiástica aun cuando ésta  llenara las calles de kikos y catecumenales al grito de: ¡sí a la vida! y ¡el divorcio destruye la familia!
Desde la Conferencia Episcopal encabezaron las procesiones que se orquestaron contra los sucesivos gobiernos del PSOE. Para calmar a la marabunta se sirvieron de una táctica infalible: llenarles la bolsa para que se tranquilizaran. No se dieron cuenta de que las sotanas les vuelven insaciables.
A Felipe González no se le ocurrió remover los acuerdos del 79 y aparte de diseñar unas excelentes condiciones en los conciertos educativos, continuó sufragando la propia existencia de la franquicia vaticana a través de los Presupuestos Generales del Estado.  
Zapatero subió la asignación a la Iglesia en un intento baldío de acallar las voces místicas que intentaron tumbar - en el Tribunal Constitucional - su ley de matrimonio entre personas del mismo sexo.
En plena crisis económica e iniciada la mutilación  de los derechos civiles una corporación aguantaba el embate de la tijera recortadora. La Iglesia Católica Española ha visto como sus presupuestos y asignaciones eran respetados y ampliados, incluyendo la exención de impuestos por actividades lucrativas o sobre sus bienes inmuebles de cualquier  uso, incluido el uso personal.
¿Poca cosa? Es posible. Lo que es seguro es que para mantener sus prebendas  la Iglesia Católica se ha valido de todos los ardides.  Así el PSOE  en la reforma del Código Penal sacó el Artículo 209 del Código Penal de 1973 (promulgado por Franco) que hablaba del delito de Escarnio y lo trasladó al Artículo 525 del CP de 1995; Delito de ofensas contra el sentimiento religioso ¡Ojito con lo que haces o dices que me ofendo!
Suprimido el PSOE  albergábamos la tenue esperanza que algún día alguna fuerza política de nuevo cuño abogara por una efectiva laicidad del Estado que nos permitiera librarnos de la influencia de las sotanas en la vida pública española. Vana esperanza. Descartado Ciudadanos por correa de transmisión del PP encontramos que, de momento, la deriva de Podemos es similar a la de los socialistas, proclaman una cosa y hacen otra. El PSOE presenta una PNL en el congreso para RECUPERAR los bienes inmatriculados por la Iglesia y también una moción en el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza para presionar al alcalde, próximo a Podemos, a desistir en su empeño de RECUPERAR los inmuebles esquilmados por usurpación ¡Eso es coherencia!
Con Podemos nos tememos que no va a ser posible desarrollar la neutralidad del Estado en materia religiosa, por lo menos con el Podemos actual.
Para algunos de sus actuales líderes, lo laico no es dejar a los seres del imaginario espiritual en la intimidad de cada uno, ahora -para Pablo Iglesias, Rodríguez o Espinar - lo laico es contemplar en el protocolo de honores municipales a esos seres inventados y otorgarles medallitas para mayor gloria de la Orden religiosa, cofradía o del obispo de turno. Eso sí,  tienen que  ser vírgenes ideadas para los andaluces pobres.

A las vírgenes de los ricos madrileños las condecora Fernández Díaz y protesta Podemos.