sábado, 28 de agosto de 2021

El juego de las diferencias

 

No debería de extrañarnos. En tiempos pretéritos, cuando la patria hispánica estaba más tiesa que la mojama de Tánger, Manuel Fraga, a la sazón ministro de Franco y posteriormente fundador del germen irradiador del  Partido Popular,  manifestaba urbi et orbe que “España es diferente”. Tenía razón, ¡Vaya que sí!

El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha dictaminado que la sentencia dictada por el Tribunal Supremo de España, en la cual fue condenado por prevaricación el juez Baltasar Garzón,  no había respetado la presunción de inocencia y el acusado no había tenido un juicio justo.

El Tribunal Supremo de España y el Tribunal Constitucional NO ofrecieron al ex juez oportunidad alguna de recurrir a una instancia superior. Extremo este que también ha sido condenado por  la ONU.

El mencionado organismo de Naciones Unidas insta al Estado español a restituir el daño ocasionado al Juez Garzón. El dictamen otorga a España un plazo de seis meses para presentar alegaciones.

Como respuesta a la resolución de la ONU, el Tribunal Supremo – tan caducado como el Consejo General del Poder Judicial – y presidido por el mismo señor (que si en lugar de juez fuera un yogurt estaría en el cubo de reciclaje urgente), se pone farruco y dice que se pasa por el forro los dictados del Comité ¡Toma y toma!

Con una gracia que no se puede aguantar, el Tribunal Supremo dice que: “el Dictamen del Comité de Derechos Humanos de la ONU no es equiparable a una resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y recuerda que, según la Ley Orgánica del Poder Judicial, solo las resoluciones de Estrasburgo (TEDH) habilitan la revisión de las sentencias”.

La declaración ofrecida por el TS oculta que España deberá presentar sus «explicaciones o declaraciones escritas» y avisar si ha adoptado medidas sobre el caso del ex juez Baltasar Garzón en un plazo de seis meses ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU), según lo establecido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

En el marco del procedimiento, y según lo establecido en el artículo 106 del Reglamento del Comité, se designará a un «relator especial» para hacer seguimiento al dictamen aprobado a fin de «cerciorarse» de que España ha tomado medidas para «dar efecto» a la resolución.

Naturalmente España puede pasarse por el arco del triunfo la resolución. Aunque deberá tener en cuenta las consecuencias que se deriven por no atender las directrices que emanan de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

En cualquier caso, no dejará de ser una nueva llamada de atención internacional, ¡otra más! A las actuaciones de los tribunales de justicia nacionales.

Siguiente parada en la estación condenatoria al Estado español: Tribunal Europeo de Derechos Humanos  (TEDH) y la corrección que hará del proceso condenatorio de los jóvenes de Alsasua. Reyerta de borrachos en un bar convertido en un acto terrorista por mor de una judicatura trasnochada.

¿Hasta cuándo vamos a tener que vivir con la vergüenza de las actuaciones del Órgano de Gobierno de los jueces y por ende de magistrados agarrados a las ubres del poder? 

¿En qué instante llegará un atisbo de comportamiento democrático al Poder Judicial?

Que España necesita una revolución más que el comer es una realidad incontestable.

Falta por definir qué tipo de proceso revolucionario se ajusta mejor a las necesidades de la peculiar  idiosincrasia hispánica.

¡Eso sí! Siempre teniendo en cuenta que el proceso será doloroso y no estará exento de dificultades.

El panorama nacional demanda una pronta reacción de la sociedad civil “civilizada”, antes de que la facción “incivilizada” - que lamentablemente avanza - decida  preservar privilegios propios  a costa de derechos universales.

La situación político-social en otros países no nos es tan ajena y tan lejana.   

Las actuaciones de colectivos como Hazte Oír, El Yunque, o Abogados Cristianos son la punta de lanza de una operación a gran escala que pretende devolver a la sociedad española a las catacumbas del integrismo nacional-católico.

Hoy han encontrado en Afganistán la piedra angular que justifica su proyecto: ¡Nos acecha el islamismo! gritan sin cesar, ¡Laminarán los derechos civiles de mujeres y de colectivos desfavorecidos! La propaganda lo soporta y aguanta todo.

La realidad es que los postulados que nos ofertan desde de derecha extrema y extrema derecha no difieren gran cosa del modelo social que propugnan los barbudos con turbante. Quizás la longitud de la falda de las mujeres y la posibilidad de que elijan peinado. Para el resto de las cuestiones femeninas usaran el reglamento  del obispado titulado  ”Cásate y sé sumisa”. 

Los atentados de Kabul han dado en los morros candorosos de los dirigentes de las potencias mundiales.

Parece que los talibanes no lo controlan todo. Los acuerdos a los que llegó Trump, que Biden no cuestiona y que la EU no sabe no contesta, no alcanzan a la totalidad del país.

Ahora resulta que el ISIS afgano, primo del ISIS Sirio atenta contra los americanos en Kabul a pesar de estar financiados por EEUU para derrocar al régimen de Damasco. Bashar al Asad tiene que estar meándose de risa.

Y en España ¿Gobierno y oposición empezarán a pensar con miras de Estado o se distraerán con otras cosas? ¿Se centrarán en los problemas domésticos o jugaran al Stratego?

Nos quieren conducir hacia una sociedad dormida igual que la de los años más oscuros que soportamos con el felón.

Hablan de libertad para tomar cervezas y niegan la libertad en el trabajo con leyes que cercenan derechos básicos.

Su libertad religiosa atiende a los dictados de la Conferencia Episcopal, ¿Suena parecido a un talibán?

Soportan la Democracia siempre que ellos ganen las elecciones, en caso contrario – igual que en el 36 – buscaran la manera de recuperar el Gobierno para mantener el poder ¿Parecido a Afganistán?

En tiempos recientes hemos asistido a infamias por haber entregado temporalmente el Gobierno, aunque  nunca han perdido el poder. Los ejecutivos de Felipe González fueron una buena muestra de sumisión a los amos. El antaño socialista, hoy en día sigue recibiendo sus jugosas propinas electrificadas.

Desde 1978 arrastramos muchas taras. Se hicieron muchas concesiones camufladas bajo el: “había una gran presión y peligro de involución”.

A día de hoy nos siguen presionando con la misma cantinela. Cada vez que se habla de reformar la Constitución sacan espantajos del nacionalismo hispánico haciendo evidente el peligro de asistir a aventuras golpistas.   

Estamos corriendo el riesgo de que la estulticia nos aborregue y  se vuelvan a ciscar en nuestro futuro.

 

jueves, 19 de agosto de 2021

El nuevo orden

 

Es el eterno dilema: los que maman no quieren soltar la teta y los hambrientos luchan por sobrevivir ¿Qué prevalece?  ¿El derecho al bienestar de los múltiples desfavorecidos o el mantenimiento de escandalosas canonjías  de unos pocos a costa de la mayoría?

En eso consisten los procesos revolucionarios que la humanidad ha llevado a cabo ¿Nos conformamos con ver pasar la vida por delante de nuestra puerta, o nos hacemos partícipes de ella agarrándola con todas nuestras fuerzas? El futuro está en juego.

No parecen los momentos más propicios para hablar de revoluciones cuando el mundo occidental se mece somnoliento ante los convulsos sucesos afganos.

Los acontecimientos colocan a cada cual en su sitio y a pesar de los sabios que iluminan con su sapiencia las rotativas y medios de comunicación, la tozuda realidad de los hechos ha acabado enviando al cubo de la basura la misión de pacificadora modernización que los amos del mundo fingían llevar a cabo.

Será porque ya han arramplado con todo lo que tenía el país, o porque ha dejado de ser rentable, pero el caso es que el macarra que habitaba la Casa Blanca decidió abandonar a los títeres que simulaban dirigir Afganistán.

A continuación el pusilánime inquilino actual ha sido incapaz de asumir la responsabilidad que conlleva ser el presidente de la primera potencia intervencionista del mundo. 

Meter la narices - y las manos – en las casas ajenas, exige lavarte si te manchas, arreglar lo que estropeas, ordenar los que trastocas. En definitiva, si ejerces de gendarme de la humanidad estas obligado a establecer las condiciones de vida con las que has abanderado la invasión de unos territorios que no te pertenecen.

Una vez que has decidido ofrecer una alternativa de vida a los habitantes del territorio, no es de recibo que te inhibas a favor de aquellos a los que considerabas la esencia del mal. Los habitantes, ¡Todos los habitantes! Quedan expuestos a peligros reales por su condición de seres que sobrevivieron a la invasión imperialista.

La reconstrucción hubiera hecho necesaria una inicial demolición del podrido edifico que sustentaba la tiranía y sobre el solar comenzar a cimentar una sociedad justa, equitativa, libre y paritaria.

Claro que la inicial tiranía fue ayudada a alcanzar el poder combatiendo un estado que había desterrado a una tiranía que detentaba el poder… ¡Cuánto interés por un desierto sin valor! ¿Sin valor?  Un informe conjunto de la ONU y la UE de 2013 estimó en un billón de dólares el potencial de todos los recursos subterráneos del país.

Guillaume Pitron, autor del libro "La guerre des métaux rares" (La guerra de los metales raros), explica que Afganistán dispone de una enorme reserva de litio no explotada hasta la fecha.

Las tierras raras (el neodimio, el praseodimio o el disprosio), cruciales en la fabricación de imanes utilizados en industrias del futuro,  como la energía eólica o los vehículos eléctricos, también abundan en Afganistán.

¿Empezamos a entender la situación?, ¿comenzamos a comprender que buscan  las intervenciones de potencias extranjeras en Afganistán?

Al igual que tenemos conocimiento de los hechos de la segunda guerra mundial por medio de los panfletos propagandísticos de Hollywood y los USA son los salvadores de la humanidad, de la intervención yanqui en Afganistán nos están informando patéticos lameculos del poder.  Y por supuesto Hollywood.

Ya ha comenzado la desbandada de seres humanos huyendo de la barbarie que les espera tras la caída de Kabul en manos de los talibanes.

El terror comenzará a ser distribuido en tazas grandes para que no quepa la menor duda de las intenciones de los nuevos “señores de la guerra”.

El pueblo afgano - culpado de colaborar con los invasores - sufrirá las consecuencias de la retirada de las potencias del primer mundo.

Entretanto “los tertulianos españolotes” tratarán de  ridiculizar la aspiración de paz que manifestaron millones de “españolitos” de a pie en contra de la guerra.

Con el uso de papel y micrófonos aprovecharan las desgracias afganas para tildar de hipócritas a los que con la nueva ecuación de poder reclaman una intervención internacional.

Es deplorable el grado de servilismo que muestran estas sabandijas a quien les pone el pienso en el pesebre y el desprecio con el que tratan a todo el que discrepa de su integrismo libero-capital.

Para estos integristas del liberalismo la pérdida de derechos humanos será otro de los daños colaterales.

La situación de las mujeres de nuevo  pasará desapercibida. Nadie reparará en ellas pues estarán ocultas bajo trapos.