Por
fin ha llegado el día que pondrá blanco sobre negro la trayectoria que adoptará
el PSOE, su deriva política, el programa de partido, el modelo social que
pretende alcanzar y la ruta para lograrlo ¿Tantas aspiraciones encierran las
primarias? Vayamos por partes:
Según
algunos de los prebostes elevados a la sublime condición de oráculos del
socialismo autentico las primarias son un ejercicio inútil que únicamente sirve
para que los candidatos a ocupar la secretaría general se despellejen entre
ellos.
Para
reforzar su razonamiento utilizan una reflexión que en su día hizo Ramón Rubial.
Según el dirigente socialista se debería apartar de responsabilidad política a
todo aquel que se ofreciera voluntario para un cargo. Para ello aducía que “un puesto de responsabilidad siempre
conlleva sacrificio y trabajo; luego aquel que lo desea voluntariamente es
porque quiere obtener beneficios a cambio".
Es
decir, según el pensamiento de Rubial ningún Secretario General tendría que
haber sido nombrado pues todos los que ha habido, de una u otra forma, se han
postulado para el cargo. En fin son esas cosas que se recuerdan y argumentan
para animar una tertulia de afines que escuchan con la boca abierta y tragan
con todo lo que emana del ingenio del vetusto
ilustre. Aún cuando haya ocasiones en las que suelta frases que ni él mismo
entiende.
Los
Popes del partido de la rosa acostumbran a desvariar cuando son despojados de
sus atributos de poder, así encontramos a socialistas liberaloides como
Leguina, marxistas arrepentidos como Felipe Gonzalez, socialdemócratas de
pachanga como Solchaga, socialista teocráticos como Belloch o socialistas de
nobleza falangista como Bono, en definitiva mercaderes de la ideología capaces
de fundirse en íntimo abrazo con cualquier especie - política o económica - que les garantice su propia
supervivencia.
Ahora
estamos asistiendo a las butades de ex altos cargos que dogmatizan desde
cualquier medio de comunicación que les ponga una cámara o un micrófono
delante. No les gustan las primarias como tampoco les gustaba Pedro Sánchez,
dudo que les agrade Patxi López y cuánto me extraña que simpaticen con Susana
¿A quién daría su conformidad? Pues probablemente a ellos mismos si pudieran o
tuvieran oportunidad de volver.
Pero
en algo sí tienen razón, a partir del día 22 de mayo nada será igual. El nuevo
Secretario General intentará articular el partido a su imagen y semejanza,
concederá premios a los fieles e indultos a algunos disidentes. Sin lugar a
dudas habrá un cabecilla de la disidencia que será decapitado. Cualquiera que
haya sido el ganador. Hablaran de unidad y de confluir en objetivos comunes
pero será mentira. Sin lugar a ninguna duda de inmediato comenzarán las
intrigas para defenestrar al elegido y
las artimañas de este para intentar sobrevivir.
Tampoco
habremos entrado en una nueva etapa de regeneración del partido, las
corporaciones locales seguirán igual, las Comunidades Autónomas sobrevivirán a
la hecatombe como buenamente puedan sosteniéndose en el bastón de Podemos. Sí,
el mismo báculo que no sirvió para aupar
a Pedro a la Moncloa.
Desde
las cloacas del Estado se pueden percibir olores tan nauseabundos que es mejor
taparse las narices para no contaminarse que abrir las ventanas para airear las
pestilencias. La salida a la luz de determinadas cuestiones es posible que
pusiera en entredicho todo el andamiaje del sistema nacido en las componendas
del 78.
Dejar
que una formación política nueva, sin ataduras a convencionalismos y sin deudas
con poderes fácticos pudiera escarbar entre los escombros del Estado podría
resultar extremadamente dañino para los verdaderos amos del Cortijo Nacional.
Mejor dejar la escoria quieta aunque los responsables del estercolero sigan
viajando a Suiza, Panamá o Islas Caimán.
Han
salido a la luz pruebas del saqueo llevado a cabo durante las dos últimas décadas, pruebas más
que suficientes del comportamiento vil de los dirigentes y de la servil compostura que somos capaces de adoptar
los habitantes de este simulacro de país.
Acorralados
por leyes de vergüenza somos incapaces de tener un atisbo de dignidad colectiva.
No nos atrevemos a exigir la desaparición inmediata de la vida pública de esta
caterva de delincuentes. Paulatinamente vamos siendo desposeídos de nuestros derechos
pero seguimos creyendo en instituciones
inútiles colocadas al servicio de los depredadores de nuestras vidas. Ya ni siquiera merece la pena preguntarse
hasta cuándo vamos a soportar la situación.
La
respuesta es sencilla: soportaremos estoicamente mientras funcione la tele y pongan un partido de
futbol. Si pensamos que son nuestros cuatreros justificamos que nos desprecien.
Aquí
disculpamos a los ladrones siempre que nos dejen lamerles las botas.
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