Los exámenes de septiembre ya han comenzado. Entre los primeros
comparecientes ha estado la Ministra de Trabajo, Fátima Bañez, la misma que le
pide empleos a la virgen del Rocío para que arregle lo del paro.
Pues bien, la ministra ha
decidido presentar la situación laboral
en España como sana, solida y social. Según ella hemos dejado atrás la crisis
de la forma más gallarda posible: “A la española” ¿Qué entenderá esta mujer por
“A la española”?
Resulta del todo patético la fiebre “españolera”
que ataca a los miembros del gobierno del PP ítem más, si su único valor para
pertenecer al gabinete es el de ser paramecios del OPUS DEI.
“Hemos salido a la española”
proclama orgullosa la ministra ¿Orgullosa de haber ensanchado la brecha social?,
¿encantada de tener una tasa de precariedad laboral sin límites?, ¿emocionada
por comprobar que compatriotas con trabajo coquetean con el umbral de la
pobreza? Si, señora ministra “A la española”. Las cifras de despidos que se han
producido el 31 de agosto (por encima de los 300.000 despidos) nos han aclarado
lo que quería decir.
Con los estertores de agosto
llegó la comparecencia de Mariano Rajoy ante el pleno del Congreso de los
Diputados para hacer un monográfico sobre el caso Gürtel, aquí también le salió
al Presidente la vena autóctona y despachó el asunto “A la española”. Durante
la comparecencia no utilizó la denominación Gürtel o corrupción en ocasión
alguna para hablar del “asunto” que le había llevado hasta allí.
Al más puro estilo ibérico se
marchó a Ubeda a visitar sus cerros y cuando descendió al hemiciclo fue para
atizar a Robles con un caso “tan reciente” como el de los GAL. Todo muy didáctico, sensato y democrático.
Claro que la oposición tampoco
está para echar cohetes: Margarita Robles perdió la brújula con la primera
andanada y pasó del monográfico sobre la corrupción a la defensa de Margarita.
Serían los nervios del debut.
Pablo Iglesias debe estar
esperando que Mariano le conteste a sus preguntas. Según dice Iglesias el
reglamento obliga a responder, ¡Inocente! También la ley obliga a decir la
verdad a los testigos comparecientes en una causa y que nosotros sepamos la
veracidad del testimonio de Rajoy ante la Sala de la Audiencia tiene visos de ser
muy poco ajustado a los hechos y sin embargo la Sala no ha tomado, ni va a
ejercer, ninguna medida punitiva.
O sea Pablo, si se pasa por el
arco de sus caprichos las leyes procesales y el Código Penal, a ver si adivinas
por dónde se va a pasar el Reglamento de la Cámara, sobre todo cuando la
encargada de su cumplimiento es Ana Pastor, la Guardiana del PP. En efecto queridos amigos se lo va a pasar por
el sitio que estáis pensando.
Rivera hizo lo que acostumbran a
hacer los repipis, “Os lo dije, este pleno no serviría para nada”. Tendremos
que darle la razón. Ahora bien, esa razón lo único que corrobora es la
inutilidad de la representación popular en la cual está depositada la soberanía
de la nación.
A ver si por fin Albert se ha
dado cuenta que el sistema democrático
emanado de las componendas del 78 es una farsa pseudo-democrática que quema al poder legislativo en la sartén
del ejecutivo. En su debe de responsabilidad está que Rajoy sea Presidente, la
aprobación de los Presupuestos y que siga siendo Presidente tras una moción de
censura.
Si necesita pruebas de la inutilidad del Congreso, las
tiene en las reprobaciones a Ministros y altos cargos que han servido para que
Rajoy tenga lectura cuando visita el inodoro.
En estos exámenes de septiembre
que, como vemos, valen para recuperar las asignaturas suspendidas también
comprobamos que la contumacia impregna el comportamiento de nuestros adalides
políticos. Nada cambia bajo la luz del sol, los atentados de la Rambla de
Barcelona están haciendo que los actores de la pantomima democrática nacional
interpreten su papel ajustándose escrupulosamente al guión.
Primero el dolor y la
consternación a continuación la repulsa y condena para continuar con la pena en
el duelo y la inquebrantable unidad ante el terror. Todo ello aderezado con
ligeras puyitas lanzadas “sin mala intención”. Hasta que una vez concluidos los
actos oficiales se abre la veda del aprovechamiento político de los cadáveres y
en eso el PP es doctor “honoris causa”.
Para los Populares todos,
absolutamente todos los adversarios políticos, resultan sospechosos de
menospreciar a las sentidas víctimas del terrorismo.
Por supuesto que ahora no iban a
dejar pasar la ocasión. Necesitan los guiños a esa derecha ultramontana que
pace en las estepas de la verdad absoluta y bebe de ríos de sabia religiosidad
nacional - católica.
Una nueva idea de la conspiración
antiespañola está en marcha. Hay que unir a los hombres y mujeres de bien
contra el enemigo común que representan esos arteros pro-referéndum. Al toque de tamboril se alistan los meritorios
y en primera fila -para escarnio de los aragoneses- encontramos a Eloy Suarez; perdedor
municipalista, infumable clasista e impresentable opusdeista todo ello
aderezado con una buena dosis de incompetencia y malos modos.
Tras ser reconvenido por la “altísima”
dirección del PP ha simulado un intento de contrición. Viene el arrepentimiento
muchas horas después de haber insultado gravemente a una Policía del Estado. Ni
para pedir disculpas sirve, en realidad no sorprende pues hace tiempo que
sabemos que Eloy no sirve para nada.
Voces críticas, políticas y
sociales piden la dimisión del diputado Suarez, es una prerrogativa que no se
le debería dar.
Dimitir es un acto voluntario para
cesar de una función, por reconocer una incapacidad en el desempeño de un cargo o por admitir un error.
En el caso que nos ocupa nada de
ello es aplicable. No merece la salida airosa de la dimisión, merece la
expulsión automática de la vida política y que se busque refugio entre la recua
de protozoos a los que pertenece, en esta ocasión no tendríamos que permitirle hacer las cosas “A la española”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario