Es
muy complicado hacer distingos entre los bobos: Aunque se pinten de diferentes
colores cuesta saber quién es quién. Sucede
lo mismo con los nacionalistas, cuesta trabajo discernir entre la postura de un
nacional/catalanista y un españolista recalcitrante. Tienen diferencias insignificantes los pueriles razonamientos de Pantuflo Inda o
de Contrito Marhuenda con las posturas que desde CDC–CUP vienen esgrimiendo
en sus reivindicaciones.
La
confluencia entre las actitudes de los comunicadores y de los secesionistas viene
dada por la adopción de la postura del avestruz acosado por la mosca cojonera:
Escondo la cabeza en un hoyo y a partir de ese momento nada de lo que acontece
en el exterior es relevante, cree el avestruz, en tanto la mosca decide
porculizar al emplumado bicho hasta límites insoportables.
Unos
(los españoleros) han decidido mirar hacia otro lado y de esta manera, sin
afrontar los problemas, les parece que estos dejan de existir. Para esta grey
el asunto catalán no pasa de ser un capricho de cuatro desaprensivos
antipatriotas que únicamente buscan romper la unidad de la “Patria”. Su táctica se basa en no darse por enterados.
Los
otros (los independentistas) han encontrado una ganga en la actitud de una
formación política (PP) cuyo lema es “Contra Cataluña las votaciones salen
mejor”. Esa postura ha facilitado sobremanera su papel de mosca cojonera
concediendo múltiples adhesiones a su programa secesionista.
El
ejemplo más claro del comportamiento del avestruz nos lo ofreció Rajoy cuando,
ante una pregunta sobre la corrupción que asola a su partido, contestó con el
parte meteorológico. Una vez instalados en ese nivel político/intelectual ¿Qué
se puede esperar?
Ahora
no tiene ganas de encarar el problema que le ha surgido en Cataluña. Sentado en
su sillón, leyendo “El Marca” y fumando un puro apurará los últimos instantes
de su mandato para dejar encallado un problema de extrema gravedad.
Como
todos los ineptos “El Indolente” piensa que el problema lo tienen otros. En
esto tiene razón, su incapacidad ha creado un problema que tendremos que
arreglar entre todos y entre todos lo pagaremos. La solución puede ser tan
costosa como “El Indolente” decida pues
parece ser que se lo vamos a
permitir.
Los actores de esta ópera bufa han conseguido
confeccionar un traje en el que no cabe el cuerpo del difunto. La mortaja que
han cosido se va a abrir por las costuras porque los costureros/as de la prenda
han utilizado hilos podridos que no sujetan ni las gomas de la ropa interior.
A
los personajes de sentimiento ultra nacionalista español cualquier discrepancia
con su concepción de Estado les resulta un atentado contra la cacareada unidad
de la Patria. Su férreo inmovilismo les ata la neurona dejándoles incapacitados
para pensar en alternativas que den respuesta a cualquier circunstancia que
escape de su esquema mental. Acostumbran a argumentar razones de índole
histórica para reforzar sus tesis.
Los
argumentos históricos que usan no afectan a los pueblos. Todavía no saben que los pueblos no tienen ese tipo de Historia,
únicamente la padecen. Sufren las historias de los amos que son los que se unen
y se separan para agrandar los límites de sus fincas (dominios). Los dueños
(reyes o nobles) son los que declaran guerras para apropiarse los reinos
colindantes. Ellos ganan y pierden las batallas y acaban siendo los actores de
“su” historia. Las víctimas son las personas obligadas a participar en esas
disputas. Las clases dominantes escriben la historia de sus hazañas, las clases
humildes son obligadas a cambiar su herramienta de trabajo (la azada, el
martillo, el horno de panadero, la escofina, el formón o,…) por la lanza o la espada para morir
defendiendo las propiedades del “señor”.
Los huérfanos agonizarán de hambre ante la falta de quien les
proporcionaba el sustento. Los príncipes brindaran por la victoria o se
exiliarán para lamerse las heridas de la derrota y preparar la reconquista de
lo perdido.
Los
estados son entes vivos y en continuo proceso cambiante, exactamente igual que
los seres que lo conforman. Argüir razones históricas para modificar o NO modificar las estructuras del
Estado es tan banal como apelar a la tradición para mantener privilegios. Ambas
cosas se transforman con reformas vivas.
Valga
como ejemplo la caída del Imperio Romano, el cual desapareció sin más motivo que el empuje de
una nueva fuerza social ¿Seguro? Categóricamente NO, el amo de la finca vecina
extendió sus lindes y se quedó con el territorio. Los humildes (romanos e
invasores) seguían levantándose por las mañanas a trabajar y seguían
acostándose con hambre. Los dirigentes
del Imperio fueron los que perdieron posesiones y los nuevos amos los que
disfrutaron prebendas. En uno y otro lado la muerte y el dolor afectaron sobre
todo a los parias sin historia. Lo único que tenían era existencia, hasta que
dejaron de existir en aras del destino superior como era la defensa o el
engrandecimiento del cortijo (la patria) del amo.
Basta
de tópicos sobre la historia. Esa historia la escriben cuatro cronistas de
sociedad y naturalmente escriben sobre quien les resulta importante. La
historia se parece mucho al actual “Hola” pero trasladado a libros de texto.
La
Historia de los pueblos consiste en recordar las luchas para que sean
reconocidos los derechos. La sangre y la muerte de los esclavos fue lo que
terminó con la esclavitud. El derecho a la libertad ya existía, la rebelión de
los sometidos consiguió que fuera legal y socialmente reconocido. Los derechos
no se otorgan, tan solo se reconocen y se articula legalmente su defensa.
Los
Estados modernos tendrían que enterrar mucha
de su historia para intentar ocultar sus miserias. Hitler es historia, Franco es
historia, Stalin es historia o yendo más atrás, Nerón y Calígula son historia,
en cambio sus víctimas son números anónimos en una estadística y a veces ni
eso, en ocasiones son cantidades aproximadas de cálculos al azar.
Con
esos antecedentes las posturas de ser o no determinado ente nacional tiene
exiguo sentido. Los defensores de España por encima de todo se debían preguntar:
Si desparece España ¿qué? Pues nada, aparecerá otra entidad creada por los
poderosos para someter a los desfavorecidos.
¿Cataluña
Estado? ¿Para qué? Pues probablemente para que los payeses del Ampurdá o El
Maresme sigan trabajando como mulas para los nuevos amos: Los banqueros, sus
socios y sus amigos.
Hasta
este punto nos han traído dos animales: un avestruz que es incapaz de afrontar
los desafíos por incapacidad y una mosca cojonera que a toda costa quiere su
parte de pastel sin importarle las consecuencias.
En
medio de semejantes lumbreras estamos todos los demás ¿Balcanización española?
Es probable.
¿Intervención
de la Guardia Civil o el Ejercito? Más que posible según mentes tan
“privilegiadas” como el Ministro del Interior en funciones.
¿Conflicto
social de difícil solución? Seguro. El ego diferenciador será alimentado para
que los tontos de ambos lados culpen al otro bando de todos sus males. Quien
gana seguro es el amo del cortijo.
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