jueves, 6 de diciembre de 2018

El desplome anunciado


La aparición en Andalucía del españolismo más rancio no es casual y las explicaciones que  brindan los aturdidos repudiados en las urnas no acaban de convencer a una masa social sorprendida.
Los servidores de la “pantomimocracia”  han errado en sus predicciones. Resulta que la idiocia global que nos ofusca  ha propiciado la entrada en las instituciones de patanes sin escrúpulos.
Tampoco les ha costado un gran esfuerzo, solo han tenido que  aprovechar los butrones que previamente otros facinerosos  habían  horadado.
España ya no es tan diferente, ni tan europea, ni tan democrática, ni siquiera es “una Unidad de destino en lo Universal” que proclamaría la marchita Falange Española y de las JONS.
Los cálculos previos han sido desacertados y ahora los gurús necesitan encontrar con celeridad una explicación a lo sucedido en la cita electoral andaluza. Aunque sobre todo requieren rellenar las páginas de sus periódicos para  poder intervenir en programas de opinión. Necesitan una explicación para aclarar los motivos que han impulsado al destape de las vergüenzas ideológicas de forma tan impúdica.
Todo ello lo tienen que hacer  intentando no dejar muy patente algunas de las taras  que adornan al carpetovetónico hispánico: no son racistas pero…  ¡soportan mal a los moros! No son machistas, sólo  vociferan a las mujeres que se vayan a fregar, no son homófobos pero solamente aceptan los matrimonios  entre macho y hembra
Hasta aquí no hay nada sorprendente y no parece que vaya a cambiar mucho.
Los expertos en “ciencias colindantes” (politólogos, sociólogos, psicólogos y varios “ólogos” más) no encuentran explicaciones.
La extrapolación de los resultados dados en Andalucía es extraordinariamente complicada y se ignora si tendrá  traslado a otras comunidades  autónomas.
¿Tendrá consecuencias en las elecciones municipales, europeas y generales? Tomemos un respiro, recuperemos la cordura ¿Qué ha sucedido? Sencillamente ¡poco o nada!
Después de cuatro decenios de simulacro democrático, nuestra situación política sigue en la casilla de salida. Dicen que somos una democracia consolidada ¡Mentira! En el devenir político español  nada está consolidado y menos la democracia.
España nunca ha sido una comunidad armónica, ni siquiera ha conseguido parecer una sociedad desarrollada.
Los resultados de las elecciones a la Junta de Andalucía únicamente han servido para trastocar el misérrimo panorama político nacional.
Por fin la derecha franquista se ha destapado  y ha encontrado la fórmula de integrarse en el sistema a cara descubierta. Se acabó la pantomima del centrismo y la moderación, era sabido que en los genes del PP estaba enraizado el régimen del general Franco, ahora ya está constatada la ideología que alberga.
Los diferentes, los extraños, los pobres, los humildes y los desfavorecidos siempre han sido responsabilizados por su caótica situación. Para solucionar la situación de esas personas se ha recurrido a la caridad alienante o la brutalidad represiva. De ambos remedios tenemos muestras suficientes gracias a los obispos colaboradores con el Movimiento Nacional y a los caciques locales torturadores.
No ha pasado nada nuevo. El cura, el cabo y el alcalde siguen obligando al maestro a jugar la partida de cartas en el bar.
Actualmente parece que el maestro ya ha desistido de defender sus ideales. Se ha rendido.
Por lo vivido en el Sur de España las fuerzas oscuras de la opresión capitalista han conseguido debilitar los ideales de igualdad social hasta dejarlos en una mera aspiración poco sostenible.
No es Vox el problema, Abascal lleva años lidiando con la amabilidad de un sistema al que desprecia pero del que vegeta sin remordimientos. Por eso nunca ha hecho nada que pusiera en peligro sus intereses personales y ahora no va a empezar a hacerlo.
Ha hecho lo mismo que Solbes, Solchaga, Almunia, Aznar, Rajoy, Casado, Rivera, Aguirre o Cifuentes, todos ellos  liberales económicos (reconvertidos o convencidos) que consiguen dominar, subyugar y aplastar  al Estado hasta querer convertirlo en una minúscula representación de la sociedad. Sin embargo no desperdician la oportunidad de vivir espléndidamente de unas Instituciones en las que no creen.
Con algo de fortuna Susana Díaz será enviada al limbo en el que ya viven sus mecenas Felipe González y Alfonso Guerra. 
Por lo demás ha ocurrido lo que siempre sucede cuando se generaliza el hartazgo entre los necesitados: los que lo tienen todo ganan  con la inestimable colaboración de  los ignorantes que aspiran a recoger las migajas, pero que se quedan en casa en lugar de acudir a defender sus derechos en las urnas.

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