La incongruencia ideológica en la
que se ven inmersos los partidos de la
oposición les lleva a actuar queriendo arrimar el ascua a todas las sardinas, a
las propias y a las ajenas. Sucede que el rescoldo no es tan grande y
desdichadamente las sardinas se quedan a medio hacer.
Así es fácil entender porqué un partido que está sentado en el
banquillo e imputado como organización criminal puede tener el apoyo que
disfruta en las urnas. El votante español medio debe de provenir de una especie
de homínido capaz de sobrevivir en la adversidad ambiental más extrema,
soportando el hedor nauseabundo que emana de las cloacas sin que sus glándulas
pituitarias se resientan lo más mínimo. Otra explicación es que el sufrido elector
carpetovetónico no percibe alternativas viables que le saquen del estercolero.
Esta última aseveración se
sostiene por las reacciones que han tenido
destacados miembros de la cúpula de Podemos
para intentar salvar al soldado Kichi de sus propias incoherencias. Sí,
estamos hablando de la medallita a la virgen. Si personas con la formación que
acreditan los defensores de la ocurrencia del alcalde son incapaces de entender lo que implica un
Estado Laico, la batalla está irremediablemente perdida, únicamente nos queda
poner la cara de Ramón Espinar cuando intenta dar una explicación al hecho: cara de emoticono que no sabe dónde está.
Para disimular su metedura de
pata, cobardía o amansamiento necesitan
disfrazar la actuación del
regidor como una defensa de los desfavorecidos aludiendo al sentir popular. Se
escudan en la recogida de firmas para vestirla de petición de las clases
humildes y acaban tildando a la virgen de benefactora de los pobres, allá
ellos. Solamente un apunte; la virgen es
la misma la de los ricos que la de los
pobres. Kichi y Fernández Díaz hacen lo
mismo, ocultan su torpeza encomendándose a su virgen para que les solucionen los
problemas. El alcalde a la del Rosario, el ministro a la del Amor. Es
entendible la devoción del ministro ¡sería inexplicable su carrera sin mediar
milagro! Pero ¿el alcalde? Pues quizás estemos ante el mismo suceso sobrenatural
de difícil logro sin intervención de la
divinidad. Esta es la explicación que buscaba Espinar y no encontró, de ahí su
cara de emoticono.
Como broma está muy bien la
salida de Pablo Iglesias, “el acto de Kichi es perfectamente laico, lo que os
pasa a los demás es que lo observáis desde una perspectiva urbanita madrileña
de izquierdas y no con los ojos de un pueblerino andaluz.” O algo muy parecido.
Pues eso, ahí lo dejo.
Queríamos pensar que Podemos podía
recuperar el espacio que había dejado vacio el PSOE cuando de la mano del felipismo acabó
engullido por los socialista-liberales (Boyer, Solchaga, Solbes) desterrando a
los socialdemócratas. Ese PSOE era comprensivo con la jerarquía eclesiástica
aun cuando ésta llenara las calles de
kikos y catecumenales al grito de: ¡sí a la vida! y ¡el divorcio destruye la
familia!
Desde la Conferencia Episcopal
encabezaron las procesiones que se orquestaron contra los sucesivos gobiernos
del PSOE. Para calmar a la marabunta se sirvieron de una táctica infalible: llenarles la bolsa para que se tranquilizaran. No se dieron cuenta de que las
sotanas les vuelven insaciables.
A Felipe González no se le
ocurrió remover los acuerdos del 79 y aparte de diseñar unas excelentes
condiciones en los conciertos educativos, continuó sufragando la propia
existencia de la franquicia vaticana a través de los Presupuestos Generales del
Estado.
Zapatero subió la asignación a la
Iglesia en un intento baldío de acallar las voces místicas que intentaron
tumbar - en el Tribunal Constitucional - su ley de matrimonio entre personas
del mismo sexo.
En plena crisis económica e
iniciada la mutilación de los derechos
civiles una corporación aguantaba el embate de la tijera recortadora. La
Iglesia Católica Española ha visto como sus presupuestos y asignaciones eran
respetados y ampliados, incluyendo la exención de impuestos por actividades
lucrativas o sobre sus bienes inmuebles de cualquier uso, incluido el uso personal.
¿Poca cosa? Es posible. Lo que es
seguro es que para mantener sus prebendas la Iglesia Católica se ha valido de todos los
ardides. Así el PSOE en la reforma del Código Penal sacó el Artículo
209 del Código Penal de 1973 (promulgado por Franco) que hablaba del delito de Escarnio
y lo trasladó al Artículo 525 del CP de 1995; Delito de ofensas contra el
sentimiento religioso ¡Ojito con lo que haces o dices que me ofendo!
Suprimido el PSOE albergábamos la tenue esperanza que algún día
alguna fuerza política de nuevo cuño abogara por una efectiva laicidad del
Estado que nos permitiera librarnos de la influencia de las sotanas en la vida
pública española. Vana esperanza. Descartado Ciudadanos por correa de
transmisión del PP encontramos que, de momento, la deriva de Podemos es similar
a la de los socialistas, proclaman una cosa y hacen otra. El PSOE presenta una
PNL en el congreso para RECUPERAR los bienes inmatriculados por la Iglesia y
también una moción en el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza para presionar al
alcalde, próximo a Podemos, a desistir en su empeño de RECUPERAR los inmuebles
esquilmados por usurpación ¡Eso es coherencia!
Con Podemos nos tememos que no va
a ser posible desarrollar la neutralidad del Estado en materia religiosa, por
lo menos con el Podemos actual.
Para algunos de sus actuales
líderes, lo laico no es dejar a los seres del imaginario espiritual en la
intimidad de cada uno, ahora -para Pablo Iglesias, Rodríguez o Espinar - lo laico
es contemplar en el protocolo de honores municipales a esos seres inventados y
otorgarles medallitas para mayor gloria de la Orden religiosa, cofradía o del
obispo de turno. Eso sí, tienen que ser vírgenes ideadas para los andaluces
pobres.
A las vírgenes de los ricos
madrileños las condecora Fernández Díaz y protesta Podemos.
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