Tras
hacerse públicos los mensajes cruzados entre López y Ortiz no alcanzo a
discernir qué me causa más estupefacción, sí el silencio de la prensa
oficialista o las manifestaciones de los ultra defensores de la Institución
monárquica.
Por
un lado la noticia ha pasado completamente desapercibida, salvo rarísimas
excepciones, la prensa escrita ha tapado con un pesado manto de silencio los
compadreos de la regia periodista con un coleguita de yoga. Su salida de tono
calificando de “mierda” a un medio de comunicación ha merecido escasísima
relevancia entre el resto de publicaciones. La intervención del “Preparado” ha
sido alabada por la proverbial prudencia que tan ilustre personaje muestra en
sus misivas. No podía ser de otra forma. Al aforado y legalmente
“irresponsable” no se le debe afear conducta alguna haga lo que haga, aunque
sea relacionarse con individuos imputados/investigados/judicializados por
conductas cuando menos sospechosas de irregularidades.
Al
monarca ¡Ni tocarlo!
Compañeros
y amiguitos de colegio como eran mantienen incluso en sus mensajes particulares
las formas de protocolo, solo se las salta una plebeya aupada a los altares por
vinculo matrimonial, claro que ella no fue preparada desde su tierna infancia
para asumir la más alta magistratura del Estado. Son los riesgos que se corren
cuando se sale a buscar compañera fuera del rebaño de nobles de alta cuna, los
modales son diferentes y subida en su nube dorada nos debe ver a todos los
súbditos como un inmenso mojón merecedor del mayor de los desprecios.
Para
su regio esposo y su compa no pasamos de ser un pueblo difícil, ¡Muy difícil!
Sería cuestión de analizar donde encuentran la dificultad. Para engañarnos
somos facilitos, para amaestrarnos estamos perfectamente capacitados, si lo que
se trata es de humillarnos no tenemos parangón. Si le plantea dudas al Borbón
como llevar a cabo estas misiones que le pida los apuntes a su padre que tiene
un manual de cabecera con las instrucciones que a su vez le pasó su padre político, el instigador de
la Gloriosa Cruzada Nacional.
Pero
dejemos al “Campechano” disfrutar como “Emérito”, sus lacayos dicen que bien se
lo ha ganado, le atribuyen que nos trajera la modélica transición y con ella
arribó la santa Democracia que en la actualidad padecemos. Repiten sus
aduladores que Él bastante hizo con poner los pilares para desmontar el aparato
franquista (aunque se quedara como reliquia), si después hemos hecho un bodrio
ya es culpa nuestra. Nos espetan que no seamos desagradecidos y recordemos.
Claro que si tuviéramos memoria seguro que no estábamos así.
Y
así pasito a pasito vamos soportando la vida y a los guardianes de las esencias
Reales, aguantamos estoicamente a todos aquellos españoles autollamados de bien
que defienden con fiereza los derechos Institucionales de la Jefatura del
Estado como pilar vertebrador de la convivencia entre todos los españoles. No
importa que nos llamen “mierda”, tenemos que tener en cuenta que era una
conversación privada y ya ha dicho el Ministro de Justicia que habrá que investigar
cómo se han interceptado los mensajes para estudiar las responsabilidades por
violar la vida privada.
Seguramente
el Ministro no estará de acuerdo conmigo, cosa que por otra parte me importa un
carajo, pero la Institución Monárquica NO tiene vida privada, por mucho que se
empeñen, es el liviano precio que tienen que pagar por acumular vasallos ¡Todo
no se puede tener!.
Hay que elegir: O vivir en un escaparate, eso
sí en las alturas, o vivir en el anonimato, naturalmente sin siervos
prefijados.
Si
me apura el ministro iría más lejos, llegaría a decir que “La Consorte” ni
siquiera puede tener vida íntima. Ella - como habitáculo receptor de la esencia
borbónica regidora de los destinos del país – debe estar expuesta al control
del organismo calificador que garantice que lo que nos proporciona como
heredero/a es un Borbón y no un Martínez
cualquiera ¿Quién garantiza que en una de esas salidas rockeras a las que es aficionada no se deja llevar por
el éxtasis musical y comete un desliz, producto del cual en lugar de un
Borbón-Ortiz tenemos un García-Ortiz.
Todo
saltaría por los aires, Leonor y Sofía pasarían a un segundo plano siendo
Borbonas y su hermanito Ortiz pasaría a ser el “Elegido”.
Imagino
que para alguien con la carga de soberbia de la “Consuerte” someterse a una
prueba de ADN para garantizar la legitimidad dinástica tiene que representar
una inaceptable humillación. Lamento decir que para humillación la de los
cuarenta y bastantes millones de conciudadanos que estamos expuestos a ser considerados una mierda.
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