Preguntaba
una niña a su padre: ¿Papá que es el Medievo?
Al
pobre hombre, preocupado como estaba por los problemas cotidianos de la vida,
la hipoteca, un ere en su empresa, la factura de la luz y una avería que sufría
su monovolumen la pregunta le pilló desprevenido, balbuceó un… bueno…esto… pues
la Edad Media supongo.
Su
hija le miró esperando la continuación de la explicación, al ver que esta no se
producía insistió en su indagación: ¿Pero cómo se vivía en España durante la
Edad Media?
Pues
parece ser que fue un periodo de tránsito entre la caída del imperio de Roma y
la conformación de un nuevo orden político/social, los nuevos señores se
apoderaron de los bienes, tierras, campos y las vidas de los súbditos, las
cuales se auto otorgaron en propiedad. Se inició un periodo oscuro con la siempre
inestimable ayuda de la Iglesia. El disidente era ahorcado, el incrédulo
quemado y el pobre zarandeado.
En
este punto el padre se miró en los ojos de la niña, le enterneció su inocencia
y dijo:
Voy
a ponértelo fácil, elimina la tablet, el smarphone, la consola e internet y lo
que queda es la Edad Media. El amo sigue siendo el amo, el siervo continúa
siendo siervo, la Iglesia no ha perdido ni un ápice de poder, la diferencia de
derechos en función del nacimiento se sigue dando. Seguimos en el Medievo.
Pero
papá… ahora no hay amos, no hay siervos, tenemos democracia.
El
padre se dio cuenta que tendría que emplear algo de tiempo, mucho tiempo, en
explicar a su hija la realidad en la que vivía.
Sí
hija mía, sí hay amos, todavía existen los siervos ¿Cómo podemos llamar al presidente
corrupto de un banco estafador sino cacique actual? ¿Qué nombre le damos a un
obrero explotado? Sí la mitad de tu miserable
salario lo tienes que destinar -durante prácticamente toda tu vida laboral - a
pagar el lugar en el que tienes que vivir ¿Qué nombre le ponemos a eso? esos
son unos nuevos esclavos y todo esclavo tiene un amo. Cuando los nuevos dueños dictan disposiciones
injustas que sustraen derechos básicos previamente alcanzados es sometimiento.
Cuando la población está obligada a subvencionar las juergas y fiestas de los
poderosos eso es vasallaje. En el momento que no te permiten ser libre eres un esclavo.
En
cuanto a la democracia… el hombre exhaló un profundo respiro y continuó.
La
democracia es mucho más que una palabra, infinitamente más que una definición,
la democracia es una aspiración humana, es un sueño inalcanzable de libertad,
es la proyección de la dignidad humana en estado de igualdad. Nada que ver con
lo que vivimos.
Cuando
a la democracia se le colocan apellidos mal vamos. La Democracia Popular, la
Orgánica o de cualquier otro tipo están muy lejos de la idea primigenia de
democracia. La Democracia Representativa tan alabada hoy por los prohombres
tampoco tiene sentido en el momento que los representantes olvidan la voluntad
de los representados y (cuando hay
dudas) la mejor forma de conocer la voluntad de estos últimos es preguntarles,
dejar que emitan su opinión.
La
democracia no concede derecho de pernada a los nuevos caciques, o por lo menos es
un derecho que no debería ser concedido.
Habrás
oído estos días a muchos políticos importantes, unos cercanos al Pleistoceno
(Rodríguez Ibarra, Felipe González, Alfonso Guerra, Corcuera, Leguina…) otros
más modernos e incluso actuales (Susana Díaz, Madina, Zapatero…) que se han
hartado de decir y proclamar la necesaria obligación de admitir las decisiones
de unos pocos en contra de la opinión de unos muchos. Los pocos son los amos y
los muchos son aquellos a los que no se les pregunta, a los que se silencia por
miedo a recibir una respuesta contraria a los intereses de los jerarcas.
La
democracia representativa deja de tener validez cuando se hurta el valor de la
representación, cuando prevalece la opinión del representante sobre la del
representado.
Individuos
como el ex presidente Ibarra se convierten en “cabareteras” de escenario en
escenario exhibiendo sus vergüenzas con la proclamación de los pensamientos que
albergan. El resumen es muy simple:
Según
Ibarra es lícito presentarse ante la
sociedad ofreciendo unas opciones, unas ideas y un programa, pero se reservan
la prerrogativa de cambiar en cualquier momento para ajustar las circunstancias
a oscuros intereses que solo ellos conocen y que nunca han sido ni van a ser puestos
sobre la mesa.
Ocultan
de forma premeditada sus intenciones hasta alcanzar el poder, una vez logrado
su objetivo se olvida lo prometido. Curiosa idea la que tienen estos
dinosaurios sobre la DEMOCRACIA.
La
niña después de escuchar con atención preguntó desconcertada:
¿Entonces,
si no es democracia qué es?
Pues
tal y como nos dicen, es el periodo más largo de derechos humanos que ha
disfrutado este país, ¡imagina la calidad de su historia!
Pero
mira, dijo el padre, si vas a comprar un
vestido de una marca y después de pagarlo cuando lo desenvuelves en casa te das
cuenta que te han dado una falsificación ¿A eso cómo lo llamarías?
Creo
que es una estafa dijo la niña.
Pues
eso hija mía - aunque le den una mano de pintura legalista - cuando se manipula
la voluntad a través de la mentira el resultado es una estafa.