El pasado día 26 de junio se publicaba en El Heraldo de
Aragón una carta, escrito, o antología del disparate, no sé muy bien cómo
calificarlo, de un tal Vicente Herce de la Prada.
Como
quiera que el escrito está a disposición de todo aquel que padezca problemas de
tránsito intestinal y pueda perder el tiempo en leerlo para aliviar sus
dolencias, no me voy a detener en reproducirlo (bastante castigo he tenido ya
con su lectura), únicamente voy a tratar de puntualizar alguna de las
afirmaciones y pensamientos del ínclito Herce de la Prada y de todos aquellos
que deambulen por caminos tan tormentosamente equivocados como el suyo.
Comienza
el escrito dejando claro uno de sus dogmas, ¨Los políticos de izquierdas, socialistas
y comunistas, confunden laico con agnóstico¨, y se queda tan ancho. También
podía haber dicho que socialistas y comunistas confunden una guitarra con unas
maracas. Decir tonterías, de momento, no
está penado en el código penal, aunque no se confíen los proclives a decir
bobadas, los beatos ministros Gallardón y Fernández pueden cambiar la
legislación en cualquier instante y convertirse en delito la estupidez. La
suerte que tienen los mentecatos es que
esta opción se la pensaran muy bien los miembros del Ejecutivo porque de
ser aprobada, los consejos de ministros de este Gobierno tendrían que
celebrarse en Alcalá-Meco.
Con
el fin de ilustrar a los ignorantes estos individuos usan con descaro el siguiente enunciado sobre lo que es
considerado laico:
¨ Creyente
católico de a pie¨. Curiosamente es
la definición que utiliza el Concilio Vaticano II, para ellos debe ser la madre
y fuente de todas las sabidurías.
¿Dice
eso la Real Academia Española de la lengua? NO, para la RAE laico es:
-
Que no tiene órdenes clericales.
-
Independiente de cualquier organización o
confesión religiosa.
-
No eclesiástico ni religiosos.
Es
decir, probablemente haya católicos laicos, cosa que sería de desear, lo que es
seguro es que a una persona que anhele un Estado Laico le trae sin cuidado lo
que dice el Concilio Vaticano II pues su aspiración es que el Estado sea Independiente
de cualquier organización o confesión religiosa
Según
la RAE, supongo y espero que no sea mucho suponer, habrá algún liberal,
demócrata cristiano, conservador, o de ideologías alejadas de la izquierda que
no tengan el Concilio Vaticano II como libro de cabecera y piensen que el
Estado debe estar al margen de las creencias religiosas de los individuos. Si
no es así, su candidato tendría que ser
Monseñor Rouco y no Rajoy, ahorrarían tiempo y dinero.
Continuando
con el análisis de esta forma de pensar expresada por escrito, en sus alegatos
suelen invitar a los disidentes de sus teorías, socialistas y comunistas, a
leer entre líneas el Artículo 16.3 de la Constitución. Me ha podido la
curiosidad y he querido saber que se habían perdido los izquierdosos acerca del
mencionado artículo y la verdad, por más vueltas que le doy, entre líneas solo
veo espacio en blanco. Desde el principio hasta el final. Lo reproduzco por si
me he perdido algo ¨ Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán
en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás
confesiones.
Debe ser que
desde la beatifica visión de la vida de estos prójimos, guiados por el Concilio
y bendecidos por sus creencias, ven cosas entre líneas que los demás mortales
no estamos capacitados para percibir. He recabado opiniones de amigos de
diferentes ideologías y creencias religiosas y nada, tampoco pueden leer entre
líneas. Esa facultad la deben tener únicamente los iluminados.
Para el resto
de los mortales España es un estado Aconfesional (como nota aclaratoria; significa
sin confesión oficial ni oficiosa), en el cual no deberían existir privilegios
ni interferencias de las creencias religiosas
en la vida pública y en las decisiones legales. Aspiración legítima y contemplada en la Constitución. Sin
necesidad de rellenar los espacios en blanco.
Al igual que es
legítima la aspiración de alejar de la educación las enseñanzas religiosas
propias de un Estado Teocrático como el Estado Vaticano, también denominado
Santa Sede. Estado por otra parte escasamente respetuoso con los derechos
humanos, vergonzoso es que no haya firmado la carta Universal de derechos
Humanos de la ONU de fecha 10 de Diciembre de 1948, ha debido estar muy ocupado
con los Concilios.
Estado
sospechoso de poca trasparencia democrática, Estado con una carga machista de
proporciones considerables y, hasta la llegada de Francisco, repleto de una homofobia importante.
A partir de la llegada del nuevo
Papa los homófobos no han desaparecido,
únicamente están un poco mas callados, sin embargo de vez en cuando algún
Obispo pierde el oremus y enseña su patita arremetiendo contra los homosexuales.
Por otra parte
diremos que en los acuerdos con la Iglesia Católica, ésta se comprometió a
alcanzar la independencia económica a través de su financiación con recursos
propios. No obstante, después de más de treinta años, evidenciamos que no se autofinancia, incluso se ha aumentado la
aportación estatal, produciéndose por ello un flagrante incumplimiento de dichos
acuerdos.
Con estos
antecedentes, mal que les pese a los agresivos prosélitos clericales, tiene que resultar posible denunciar un
acuerdo entre Estados que nos permita dejar de ser el granero y sostén del minúsculo Estado Vaticano.