sábado, 26 de diciembre de 2020

La carga borbónica

Hace unos días esperábamos a un rey y resulta que la noche mágica de estas  “entrañables” fiestas nos ha descubierto varios.

Hemos tenido la visita de un rey cargado de desvergüenza y desdén, un digno sucesor de sus antepasados Borbón.

Los regios personajes que alcanzan la Jefatura del Estado por vía genética, deben entender que les sean aplicadas las taras de sus antepasados para analizar su conducta.

Si alguien por ser Borbón va a ser Rey, debe ser consciente que su ADN borbónico lleva implícito el peligro de ser un trastornado perverso como Felipe V, un incompetente al igual que Fernando VI, vago, despreocupado e ilegitimo como Carlos III, vividor, pusilánime y medio bobo tal que Carlos IV, felón, cobarde, absolutista y traidor de la misma forma que Fernando VII o la corrupta casquivana Isabel II. Sin olvidar a la esclavista María Cristina o al putañero dictatorial Alfonso XIII.

Esta es la cadena sucesoria de la rama familiar que los Borbón franceses regalaron al sufrido pueblo español. Llegaron despreciando leyes, tradiciones y convivencia  consolidando su posición mediante guerras civiles, hambre y miseria.

Cuando en España se plantea el debate entre Monarquía y República, los defensores a ultranza de la Jefatura del Estado vía espermatozoide u óvulo utilizan, como argumento incontrovertible, la existencia de otras monarquías europeas en países modernos y avanzados.

Ocultan por perversidad o maldad las múltiples diferencias que existen entre esas monarquías  Constitucionales  europeas y la medieval  monarquía española.

La postura adoptada por los actuales Borbón sobre los acontecimientos políticos que vapulean en este momento España, deja un hedor a absolutismo decimonónico que provoca urticaria.

Los ¡Viva el rey! de los grupos de la derecha extrema y su hermana la extrema derecha extrema chirria en los oídos de cualquier demócrata por conservador que sea.

La identificación que hace la Corona con los postulados de una ideología política que pensábamos superada, provoca en el resto de la sociedad animadversión hacia la Institución alabada por los ultras. Oír a los dirigentes de las derechas disculpar las fechorías del “Campechano” silenciadas por el “Preparao” es música celestial para las aspiraciones republicanas.

Francia consiguió ser una República moderna y avanzar en derechos civiles después de librarse de la familia Borbón. España está históricamente bajo la lupa de una asonada militar con el permanente auspicio de la familia Borbón.

Las penúltimas “borbonadas” fueron la dictadura de Primo de Rivera y el apoyo implícito y explicito al genocida régimen franquista, si no hubiera sido así ¿Por qué el sedicioso decretó una restitución monárquica y señalo sucesor a Juan Carlos I?

Felipe VI sale en todas las pantallas para leer su discurso anual en el que toma por idiotas a toda la población. Monárquicos fascistas incluidos.

¿No tenía nada que decir a los españoles sobre las andanzas económicas de Juan Carlos I? ¿Nada?

Solo una tenue referencia a la obligatoria ejemplaridad que deben practicar las instituciones y los servidores públicos.

Todo ajeno a la monarquía española - que no es una Institución sino un privilegio - y a un Rey que no es un servidor público sino un beneficiado a título de Rey.

En su condición de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas ¿No tenía nada que decir sobre los chats golpistas? Despreciar la decisión democrática del pueblo español ¿No merece reprobación? Menospreciar, insultar, amenazar, tildar de ilegal y criminal a un Gobierno legítimamente elegido ¿No debe ser censurado? El ambiguo comportamiento del monarca ¿No ha avalado derivas golpistas?

La definición que Felipe VI hizo de la dictadura como “un largo periodo de enfrentamientos y divisiones” resulta tan esclarecedora como la que nos regaló Mayor Oreja cuando  denominó al franquismo como “periodo de extraordinaria placidez”. Esas expresiones dejan patente la carencia de educación democrática de ambos personajes.

En este país padecemos a un Rey impuesto y de oferta 2x1 sufrimos un monarca añadido.

Ahora - como en la baraja española – tenemos cuatro reyes: al Emérito rey de Oros, al Campechano rey de Copas, el Preparado rey de Bastos y al Inimputable rey de Espadas.

En el juego de naipes los monarcas tienen una  función clara, en las monarquías europeas también. En España la propia Corona sigue sin entender el papel de la Corona. Tampoco lo tiene claro el coro de siervos  que aclaman a los reyes como si siguieran siendo seres superiores investidos por gracia divina y “regaladores” de Democracia.

martes, 8 de diciembre de 2020

Esperando al Rey

 

El día 6 de Diciembre del año de la pandemia se ha vuelto a celebrar la llegada de la Constitución del 78 para regular la convivencia de los ciudadanos de este país. Dicen los juglares del evento que fue un extraordinario ejercicio de responsabilidad por parte de diferentes contendientes políticos que fueron capaces de aparcar sus aspiraciones en aras del bien común. Esa es la versión oficial e histórica.

La realidad es que el aparato del régimen influyó con todas las fuerzas que tenía – que eran muchas – para dar sentido al legado del dictador y que fuera un hecho la famosa frase del  “todo atado y bien atado”.

La “modélica Transición” culminó con la elaboración del texto constitucional. Han tenido que pasar unos cuantos años para que los primigenios detractores hayan cambiado de postura reconvirtiéndose en furibundos defensores de una reforma que en forma alguna deseaban. Afortunadamente, existe la memoria y la hemeroteca para recordar los votos en contra de algunos diputados de Alianza Popular. La formación de los “siete magníficos ex ministros de Franco”  se reconvirtió en el Partido Popular por obra y gracia de su fundador Manuel Fraga apoyado en un joven político anodino y gris.

En aquellos momentos los pensamientos de José María distaban de ser laudatorios con el texto que ahora le parece inamovible, inmutable e incuestionable. Hoy se ha convertido en un acérrimo defensor de la norma criticando cualquier tipo de iniciativa que pueda conducir a su modernización con las adecuadas modificaciones.

Los defensores constitucionalistas aluden a las dificultades de la época para justificar los posibles fallos que puedan ser atribuidos a la ley. Al asumir que la Jefatura del Estado estaría ostentada según los designios del dictador se permitió que en las futuras estructuras del Estado siguieran presentes los privilegios del Régimen.

El texto constitucional es sensiblemente mejorable en muchos aspectos, desde la Jefatura del Estado, las prebendas de inviolabilidad que otorga al monarca, la sucesión dinástica, pero sobre todo el mando sobre los Ejércitos.

Que el rey sea el mando supremo de las Fuerzas Armadas no es baladí, representa sin ambages el bastión que sustenta a la institución monárquica. No es una prerrogativa otorgada al azar o sin pensar.  Resulta ser el candado que cierra la cadena con la que se ató la transformación de un régimen dictatorial impuesto por un levantisco genocida en una modélica democracia.

Las estructuras en las que descansaba la dictadura continuaban vigentes tras la desaparición del dictador. La idílica mutación que nos llevan vendiendo durante 42 años no ha sido tan transformadora; en realidad los cambios no han sido tan espectaculares en ninguno de los campos que articulan nuestra convivencia.

Pasito a pasito nos fueron llevando hacia el simulacro de democracia en el que nos encontramos.

La  Jefatura del Estado no fue el único regalo que nos legó el sátrapa, la clase política que confeccionó las leyes eran igual de herederos que el Rey, no salieron de una caja de sorpresas, los Adolfo Suarez, Manuel Fraga, Ruiz Jiménez, Fernández Miranda, Oscar Alzaga, Martín Villa y otros varios ya se sentaban en sillones del Gobierno, direcciones generales y puestos relevantes del régimen. Incluso la participación del PSOE fue dirigida por miembros destacados de la Presidencia de Gobierno de los gobiernos franquistas. La sustitución de un exiliado Rodolfo Llopis por un amaestrado González  se orquestó con el beneplácito y colaboración de los servicios secretos españoles.

Una vez domesticado el PSOE - como referente de la izquierda antifranquista - el PCE de Carrillo se vio obligado a ceder ante la presión y las amenazas.

Los organismos judiciales y tribunales cambiaron de nombre, sólo de nombre y con eso camuflaron  la justicia franquista con tintes de democracia.

Por supuesto la iglesia católica sacó tajada del cambio de legislación ¡cómo no!.

En el trasvase desde “Los principios generales del Movimiento” a la Constitución del 78 el papel de la curia quedó protegido por la ambigüedad de la Constitución. De forma confusa, un país aconfesional privilegia a una confesión religiosa, así quedan amparados los tratados y el concordato con los que se llenan de euros las arcas obispales.

Otra de las patas en las que se asentó el franquismo fue la represión, el asesinato y el miedo. En esta trilogía intervinieron activamente las Fuerzas de Orden Publico (Policía y Guardia Civil) y las Fuerzas Armadas.

Por la prensa hemos conocido las andanzas condecoradas del siniestro González Pacheco (Billy el Niño) pero hay muchos más Billys. En los cuartelillos y en las comisarias no entró de repente un vendaval de democracia y derechos humanos  el 20 de Noviembre de 1975, ni siquiera a partir del 6 de Diciembre de 1978. En los centros policiales se continuaron las mismas prácticas y por los mismos actores con la Constitución promulgada.

En las bases, acuartelamientos  y academias militares tampoco se abrieron las ventanas. Los firmantes seniles de los manifiestos ultra son los jóvenes oficiales de los años 80 que recibieron el testigo y las enseñanzas de sus mandos de entonces.

Durante toda su vida militar han esperado la oportunidad de manifestar su rechazo al “casi” estado democrático.

El 23 de febrero de 1981 urdieron una pantomima para mayor gloria y asentamiento del “regalador” de la democracia. Con el golpe del 23 F se cerró definitivamente la posibilidad de plantear un referéndum sobre la Jefatura del Estado. “El Emérito campechano” había traído la democracia, la había defendido y teníamos que agradecérselo como humildes súbditos. Aunque fuera mirando hacia otro lado ante sus tropelías.

Ahora los vejetes del chat y los ex uniformados de las cartas acuden al “Preparado” en su condición de mando supremo ¿para qué?

Felipe VI tardó 24 horas en dirigirse a la nación con motivo del intento de referéndum en Cataluña. Hoy todavía no ha dicho nada acerca de los pronunciamientos de los ex militares. El problema no son unos cuantos seniles chateando barbaridades, tampoco unos cientos firmando cartas poniendo en entredicho la voluntad representativa de los votantes, ni siquiera el manifiesto menosprecio que destilan hacia el Gobierno, el Congreso y las instituciones. El verdadero problema radica en conocer cuántos Generales, Almirantes, Jefes, Oficiales, Suboficiales, tropa y marinería están de acuerdo con los manifiestos y propugnan actuaciones similares desde dentro de las instalaciones militares. Eso sí que es peligroso.

Para neutralizar derivas de ese tipo es para lo que el Rey es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas: para recordar a los militares su subordinación al Gobierno legítimo salido de las urnas.

Felipe VI está tardando mucho en poner las cosas en su sitio, salvo que  - esperemos que no – esté de acuerdo con los firmantes.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Basta de vasallaje

En España estamos acostumbrados a las rabietas de las derechas políticas cuando los resultados de las elecciones les son desfavorables. Le llevamos ventaja a Trump.

Así reescriben la historia alegando fraude en las elecciones que dieron ganadora a la coalición de izquierdas del denominado Frente Popular.

Apenas cinco meses le otorgaron al gobierno  del Frente Popular que sucedió al Gobierno de los Radicales de Lerroux. Durante el periodo noviembre de 1933 a febrero de 1936 (llamado “El bienio negro”)  Lerroux - apoyado por los católicos de derechas de la CEDA - intentó deshacer todas las reformas modernizadoras que el Gobierno provisional había implantado al inicio de la II República.

La II República fue una forma de Estado perfectamente admitida por las mayorías con las lógicas desavenencias que surgen al empezar a formalizar una nueva dimensión del Estado.

Las derechas políticas se sintieron incluidas en la legalidad republicana mientras ostentaron el poder, bueno, no todas. La derecha ultra católica (CEDA) se mostró abiertamente beligerante cuando empezó a percibir la paulatina disminución de privilegios que tendría con la nueva situación.

Al abandonar España camino del exilio Alfonso XIII dio una muestra más de su nula empatía con la realidad nacional.

Nunca renunció a sus derechos, con ellos se trasladó a Paris y posteriormente a Roma. En 1941 abdicó en su hijo Juan en un intento de recuperar las prerrogativas reales para la familia Borbón. Las facciones monárquicas seguían defendiendo una Jefatura de Estado medieval y necesitaban una cara nueva para lograr sus objetivos.

En 1975 y tras cuarenta años de sometimiento, torturas y claudicación social el reino de España se encontró con un rey impuesto por un delincuente. Para curarse en salud el genocida tipificó y castigó con pena de muerte el delito de rebelión militar que él mismo había cometido. Murió en la cama siendo Jefe de Estado de un reino sin rey y dejando  un sucesor a título de rey despreciando la legitimidad de la República.

La memoria colectiva es débil y fácilmente manipulable. Los cantamañanas de las tertulias rebuscan en las hemerotecas para encontrar artículos de prensa de sus antecesores lameculos que ponderen las excelsas virtudes del salvapatria uniformado, al tiempo que vilipendian a la II República española.

Nunca se ha estudiado ni divulgado suficientemente el articulado de la Constitución Republicana. La separación de poderes empezaba por separar a la iglesia de la cúpula del Estado, pero sobre todo la apartaba de la educación de los niños. Los padres tienen el dudoso derecho de educar a sus hijos en sus propias creencias lo que no pueden es exigir al Estado que subvencione sus supersticiones.

Felipe González calmó a los obispos con las subvenciones a los colegios concertados mayoritariamente en manos de órdenes religiosas.

La resistencia al cambio que la oposición reaccionaria presenta hoy en día a la nueva Ley de Educación que se está debatiendo no es porque busquen alcanzar la excelencia académica, esa ya la tienen sus hijos en los colegios privados. Lo que buscan es que el negocio de la enseñanza, al igual que el de la sanidad siga en manos de sus amigos empresarios y de los obispos roba-patrimonio. Los recortes en sanidad de los Gobiernos del Partido Popular propiciaron el negocio privado y por ende la lastimosa situación sanitaria que padecemos.

Los puristas de la economía liberal saben que en el libre mercado, curiosamente,  el mejor cliente es el Estado. Por ese motivo es mucho más productiva una pequeña comisión muchas veces repetida en el tiempo que una gran ganancia en una única ocasión.

De este proceder “El Campechano” es un perfecto ejemplo. Nadie cuestionaba la cobranza de unos céntimos por barril de petróleo y en cambio le ha delatado su avaricia por la  gran comisión  del AVE a la Meca.

En la actualidad tanto la enseñanza como la sanidad aparecen como la nueva burbuja de negocio que sustituya a la defenestrada burbuja inmobiliaria.

Para conseguir adecuar nuestra economía a las necesidades de ser la cuarta economía de la zona euro es preciso modernizar no solo las herramientas y sistemas de producción, es imprescindible una profunda transformación de las estructuras del Estado que nos conduzcan a una democracia de verdad.

La cuestión territorial, la democratización de los Órganos de Justicia, de las Fuerzas Armadas, la representación política y la Jefatura del Estado deben afrontarse sin complejos y sin dilación.

Ser monárquico debe de considerarse un estado de “tránsito levitacional” si no, es difícil digerir que alguien adquiera voluntariamente la condición de súbdito y vasallo renunciando a la categoría de ciudadano.

Aunque lo verdaderamente inexplicable es que los vasallos asuman con tanta mansedumbre que las niñas de Felipe VI tienen más calidad y por lo tanto más derechos que sus propias hijas; exclusivamente por el hecho de ser el desarrollo embrionario de un espermatozoide del “Preparado” depositado en el receptáculo de una periodista de televisión.


lunes, 12 de octubre de 2020

Vitorear reyes

 

Una vez instituido el 12 de Octubre - en sustitución del infausto 18 de julio - como fecha de exaltación patria,  los rancios veneradores de la monarquía se apresuran a  lanzar sus serviles vítores. No tienen en cuenta, ni les importa, que la institución aclamada haya interferido rastreramente en ámbitos que no son de su competencia.

Sería conveniente que los atolondrados defensores de la impúdica unidad de pensamiento que nos quieren imponer, se dieran cuenta de que - aunque sean mil veces repetidas por las facciones mediáticas afines - la estupenda grandeza que acompaña a la rama borbónica española  no deja de ser una imposición de un gabacho que entonces era el árbitro del mundo.

La falta de descendencia del último Habsburgo  que mortificó a los hispánicos, propició que las potencias europeas se lanzaran sobre el botín  que dejaba como herencia el despojo que reinaba las Españas.

El  afortunado resultó ser un nieto de Luis XIV. Después de una sangrienta guerra civil Felipe V fue el primer Borbón que se sentó en el trono español.

El iniciador de la saga Borbónica acabó con la “federalidad” de los reinos de España al dictar los Decretos de Nueva Planta que a la postre han sido el embrión de los conflictos territoriales que aún padecemos.

La llegada  de los Borbón al trono de las Españas con el carácter absolutista que les caracterizaba propició continuas luchas fratricidas e intentos de levantamientos sofocados por las tropas reales.

El comportamiento de los descendientes del nieto del rey de Francia ha justificado con creces que España haya intentado transitar por senderos republicanos en dos ocasiones.

La llegada de Isabel II fue otra demostración del nulo respeto que su padre (Fernando VII) tenía por la legalidad y por los españoles. Primero vendió la corona España como si fuera el sofá de su casa, a continuación cambió la ley para que reinara su hija. Ella y su tío Carlos condujeron a los españoles a un largo periodo de guerras civiles para dilucidar quién se quedaba con la finca.  

La primera República española fue la respuesta lógica a los estruendosos escándalos de corrupción que acompañaron a Isabel II.

El asesinato de Prim  más la furibunda oposición de la nobleza reaccionaria  acabó con el sueño perseguido de tener una Jefatura del Estado al servicio de los ciudadanos. Lamentablemente se perdió la oportunidad histórica de modernizar España.

El bisabuelo de Felipe VI fue otro de los Borbón al que no le agradaba el parlamentarismo y utilizó al general Primo de Rivera para reprimir las exigencias de justicia. La pobreza, la desigualdad y una irrefrenable ansia de libertad ante el absolutismo borbónico desembocaron en la 2ª República Española.

La derecha política y económica unida a militares reaccionarios  y bendecidos por la iglesia católica española alentaron un fallido golpe de Estado que fatalmente desembocó en otra guerra civil. La victoria de los rebeldes condujo a España a un periodo de amarga oscuridad y retraso social.

Desde hace mucho tiempo una recua de simulacros de historiador pretende vender la teoría de los dos bandos.  Es hora de defender la realidad: el Estado legal y legítimo fue atacado por sediciosos, traidores y rebeldes que se levantaron en armas para imponer sus propios intereses y los de sus dueños.

Como regalo de despedida el genocida nos dejó de Jefe de Estado a un rey nacido en Roma e importado de Portugal de ascendencia francesa casado con una griega de ascendencia alemana y ahora exiliado en Emiratos Árabes ¡Todo muy español!  Juan Carlos I juró solemnemente fidelidad a los principios franquistas del Movimiento Nacional.

A continuación el Borbón se transmutó en demócrata de toda la vida; igual que los centenares de franquistas que abrazaron la “modélica transacción” para mantener sus privilegios a salvo.

En la actualidad, los tribunales de justicia internacionales acosan a los residuos del régimen fascista, comienzan a eliminarse las distinciones a los asesinos, se cuestionan las leyes de amnistía, las corruptelas persiguen al “Campechano”, los lameculos cierran filas en torno al heredero de Franco y ¿el “Preparado”?

Felipe VI debía de tener paperas el día que en su colegio de pago explicaron el papel Constitucional de la Corona.  También es posible que la juvenil militante nacionalsocialista griega, mamá Sofía, le convenciera de la supremacía de raza que atesora.

En cualquier caso, es preocupante que a su edad todavía no haya tenido tiempo de leer el artículo primero de la Constitución de 1978 en el cual se estipula claramente que  la “Soberanía Nacional reside en el pueblo español del que emanan todos los poderes del Estado”. Claro que la misma Constitución establece que todos somos iguales ante la ley y sin  embargo existe la excepción pactada de irresponsabilidad  del monarca por su inviolabilidad.

Otro dislate a solucionar es la incongruencia de otorgar legalmente preponderancia sucesoria a los machitos sobre sus  hermanas por listas o bobas que sean. 

Viendo el video patrocinado por la marquesa de Casa Fuerte cargado con intervenciones estelares de ilustres como M punto Rajoy, el nene masterizado de Aravaca, Hermann el condenado por difamación, la imputada seleccionadora de ranas y otras mentes privilegiadas es un buen momento para que el Borbón actual se plantee renunciar a  los privilegios que le otorga el vasallaje al que nos sometió un dictador nombrando sucesor al papá “Campechano”

En definitiva: la carísima preparación pagada por los españoles a la que ha tenido acceso le debería ayudar a finiquitar una institución tan anacrónica como corrupta e innecesaria.

Ver quién grita ¡Viva el Rey! unido al resultado de las encuestas realizadas por 40dB sobre lo que opinan los españoles de la monarquía y a favor de la República deja lugar a pocas dudas: que Leonor estudie y en el futuro presente el telediario.

 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Los firmantes

 

Desde que el mundo es mundo, los factores que propician el control de las personas han sido favorecidos por otras patas necesarias para someter a la población; los poderes políticos obscenos se han visto sustentados por un bastardo poder militar o viceversa. Ambos se ven bendecidos por las autoridades eclesiales por si no resulta suficientemente amenazador el castigo terreno.

De esta forma  cierran el círculo los que de verdad mandan, aquellos que en esta vida cumplen con el cometido  de subyugar a la población. Con dinero acumulado mediante sistemas opresivos, compran mercenarios armados y políticos dóciles que a su vez sobornan a eclesiásticos para que apoyen la explotación del ciudadano común.

A los mercenarios,  políticos y religiosos se ha unido una nueva partida de facinerosos tan peligrosos como los anteriores si no más: los creadores de opinión.

Si, esos tertulianos  pseudo-periodistas de ficción que lo mismo “instruyen” sobre enunciados de física cuántica que pontifican acerca de biología molecular.

Que alguno de las “lumbreras” conocidas se preste a influir acerca de lo que desconoce y sean tenidas en cuenta sus “verdades”, denota la carestía moral que nos adorna. Probablemente lo hace porque piensa que alguien con mayor criterio arreglará el desaguisado que está a punto de provocar con su “sapiencia”.

Y no siempre es así, en realidad casi nunca es así. Por regla general se permite que la memez circule libremente sin que nadie ponga coto a su expansión.   

No es muy distinto el comportamiento que observa una gran mayoría de supuestos profesionales de la información. Sueltan por sus cadenas, sus emisoras y sus columnas escritas lo primero que les pasa por la cabeza importando muy poco la veracidad de lo que pretenden transmitir.  

No reparan en opinar acerca de cualquier conflicto social, judicial, económico…, merodean en las cercanías de sus amos prestos a complacer los menores deseos de quienes les apesebran. Para ello no muestran ninguna dificultad en falsear la realidad a riesgo de caer en prácticas que rozan el delito.

Bien es cierto que poco temor les provoca las decisiones judiciales cuando son corregidos, normalmente las barbaridades periodísticas de cariz delictivo son despachadas con unas multitas poco disuasorias. Los capos de las audiencias lo saben bien y cambian con gusto la consiguiente sanción por el aumento de audiencia y recibir el beneplácito de los dueños de la cadena, emisora o periódico en cuestión.

Igual que propagan bulos, falsedades y sandeces para perjudicar a los rivales de los amos, ocultan todo aquello que puede resultar dañino para los intereses de los patronos.

Las  noticias que atañen a instituciones intocables han sido convenientemente silenciadas.

El monarca suplente todavía no ha tenido tiempo de dirigirse a la nación para solicitar el indulto por la usencia de explicaciones ante la huida de papá. El real emigrante a casa del Emir le debería haber enseñado la frase” Lo siento mucho, no volverá a ocurrir”.

La jefatura del Estado tiene muy poquitas obligaciones a parte de asegurar la sucesión dinástica. Entre ellas se encuentra la de no inmiscuirse en problemas políticos como hizo El “preparao” con motivo del 1de Octubre.  

Para que no quedara duda - de la intencionalidad del Jefe del Estado - se dirigió a la nación haciendo valer su condición de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas que le otorga la Constitución del 78.

Las críticas al Borbón fueron escuálidas y convenientemente silenciadas por los diferentes medios oficialmente proclives, es decir: prácticamente todos.

Esos medios han perdido la memoria y no recuerdan la “merde” con que la consorte obsequia a los detractores de López Madrid, cuando anima a su compi yogui involucrado en un turbio asunto  con el comisario jubilado Villarejo.

En cambio, se han hecho eco de las ilustres firmas movilizadas en apoyo del Rey papá. Antiguos y confesos republicanos han suscrito el comunicado en defensa de la historiografía de Juan Carlos I alegando para ello los grandes logros atribuidos al Emérito.  Naturalmente tanto los firmantes como los propagadores ocultan las sombras que acompañan el reinado del sucesor de Franco.  Sombras  a las que está enfocando y poniendo luz la fiscalía suiza  mientras jueces y fiscalía española miraban para otro lado.

Muchos de los firmantes  han decidido sumarse al epistolario que está siendo enviado a la jueza María Servini con motivo de la comparecencia de Martin Villa - ex ministro en el Gobierno de Arias Navarro – y según la magistrada responsable de  sucesos como la masacre de Vitoria.

En Argentina exigieron justicia y reparación, a continuación derogaron la ley de punto final para poder procesar a los responsables de la dictadura militar acusados de delitos de lesa humanidad.

Hoy son convictos cumpliendo condena, retiradas sus prebendas,  anulados los homenajes y perseguidos los huidos para restituir la dignidad a los agraviados.

En España los sucesivos Gobiernos blindaron a los genocidas y ahora los cuatro expresidentes vivos escriben a la jueza cantando las glorias de un presunto autor de delitos de lesa humanidad. Pues eso. ¡Firmantes!

jueves, 6 de agosto de 2020

Ese rey del que usted me habla

Corría el año 1947 cuando en una pirueta circense, el general genocida - amigo de Adolf y Mussolini – pretendió organizar los Poderes del Estado durante el franquismo con la aprobación de las ocho Leyes Fundamentales.

Todo fue rapidito, el 28 de marzo del mencionado año fue remitido por el Gobierno del Dictador a las Cortes del Dictador el proyecto de ley del Dictador. Una vez elaborada la ley, en sesión del 7 de Junio fue aprobada en Cortes de Franco, el 6 de julio sometida a referéndum de Franco y el 27 de julio entró en vigor firmada por Franco.

La quinta Ley de esas llamadas “Fundamentales” era la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado.

A raíz de su promulgación, España quedaba constituida como reino (de momento sin rey pero con sátrapa).

El Régimen hacía un guiño a sus compinches declarando a España Reino “católico“. Así eran pagados parte de los favores que la Iglesia Católica le había prestado al levantisco militar ayudada por la nobleza  empresarial y el capital reaccionario.

La Ley de Sucesión confirmaba a Franco en la Jefatura del Estado de forma vitalicia como Caudillo de la Cruzada, al tiempo se creaba el Consejo del Reino como órgano consultivo  y se  facultaba al Jefe del Estado para nombrar a su sucesor a título de rey.

Esto último escoció en las carnes de quién se consideraba legítimo heredero de un trono que por abandono estaba vacío. Juan de Borbón se ofreció voluntario a los fascistas para participar en el derribo de la legitimidad republicana.

Rechazado el ofrecimiento las relaciones con el Régimen siempre fueron tensas y empeoraron considerablemente con la publicación de la Ley que el Conde de Barcelona tildó de ilegalidad sucesoria.

No importa, Franco y Juan Borbón (reyezuelos sin corona) llegaron a un acuerdo y los vástagos Borbones -  Juan Carlos y Alfonso - se trasladaron a Madrid para ser educados en los valores del “Glorioso Movimiento Nacional”.

El 22 de Julio de 1969, Franco nombra a Juan Carlos de Borbón y Borbón dos Sicilias heredero a la Jefatura del Estado con el título de Príncipe de España. Las Cortes  franquistas ratifican el nombramiento  - como no podía ser de otra manera - y Juanito juró fidelidad al Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino.

A grandes rasgos esta es la cronología de los hechos, nos saltamos la desazón de Juan de Borbón al verse relegado por el dictador y traicionado por su hijo. Aunque no era tan extraño, no era el primer Borbón que traicionaba a su padre para ceñir la corona.

El Conde de Barcelona renunció en mayo de 1977 a todos sus derechos dinásticos a favor de su hijo , le costó casi dos años reconocer a Juan Carlos I como rey de España.

Mucho tiempo para poder legitimar a un Jefe de Estado nombrado por el dedo de un tirano.

Así nace el juancarlismo: del franquismo que; con parodias judiciales (Consejos de Guerra sumarísimos) continuaba ejecutando españoles. El 27 de septiembre 1975 se hicieron realidad sus últimas condenas a muerte. El 30 de Octubre de ese año Juan Carlos asumió las funciones de Jefe de Estado hasta que el 27 de Noviembre jura como Rey. No hace falta devanarse los sesos para saber al lado de quién estaba el “demócrata” Príncipe de España durante los fusilamientos

Los posteriores lavados de cara, los enjuagues para legitimar al Borbón, la “modélica” Transición, la Constitución vigilada  por los herederos del régimen, las amenazas de involución, los ruidos de sables en los cuarteles - algunos ciertos, parodias otros - , las plagas que nos esperaban si no se cumplían los designios de los mandamases y por encima de todo la desvergüenza de los cachorros socialistas de Suresnes; fueron muchos de los barros que nos han traído estos lodos.

Releer las conclusiones del Congreso en el que Felipe González resultó elegido Secretario General y compararlas con sus actuaciones, su trayectoria y por supuesto sus últimas declaraciones provocan un espantoso dolor de tripas.

El Congreso Federal se decantó por una decidida defensa del derecho de autodeterminación de las diferentes nacionalidades que configuran el Estado. Por la libertad de elección de la relación de esas nacionalidades con el Estado. Por  una Jefatura del Estado alejada de los designios del Dictador… ¿Republicana?

En uno de sus muchos arabescos dialécticos posteriores, Felipe (el antaño Isidoro) proclamó al PSOE “accidentalista”, explicando que si la monarquía respeta la democracia, el PSOE defiende la monarquía y en caso contrario no.

O sea una nueva expresión de falta de escrúpulos y certidumbre ideológica: gato negro o blanco que cace ratones, terrorismo de Estado para solventar problemas de disidencias, socialistas antes que marxistas… mientras tanto disfrutaba vacaciones en el AZOR, regalaba Galerías Preciados a sus amigos venezolanos, se asociaba con Slim y se forraba diciendo chorradas en sus conferencias. Al igual que su decimonónico rival Aznar.

Y por encima de todo los Socios-listos nos envolvían en papel de regalo un sistema político putrefacto que permite el expolio de las arcas públicas por desaprensivos institucionales.

Un sistema que ha consentido que fuera desvalijada la nación por el PSOE (Filesa, ERES, Gal, Roldán, Barrionuevo…) y el PP (Gürtel, Púnica, Lezo, Bárcenas, Mata, Granados, Mato…) y en el que únicamente faltaba una tercera pata para comprender la razón por la que somos el estercolero de Europa: ese rey del que usted me habla.

La jefatura del Estado la encarna el sucesor del espejo en el que se miran todos los corruptos. No hay mayor corrupción institucional que volver las armas contra el pueblo que te ha encomendado su defensa y la defensa de sus designios. Defender la voluntad de la mayoría de la población es la primera obligación de quien tiene encomendada la misión de proteger a la Nación.

¿A quién extraña el comportamiento del sucesor designado por un rebelde y traidor a la Patria que oprimió durante cuarenta largos años?

El yernísimo del opresor no tuvo reparos en utilizar su condición para lucrarse incluso comerciando con fotos de la agonía de su suegro, según denuncian algunas fuentes. El yerno del designado Real cumple condena por su ejemplar comportamiento como imitador del Marqués de Villaverde.

Cuarenta años de silencios de los medios de comunicación acompañados por loas desorbitadas y cantares de gestas auto-preparadas han saltado por los aires por la investigación de las autoridades suizas.

Ahora para librarse de las declaraciones de una amante alemana, de los chantajes de un ex comisario fullero y de la arrogante banca suiza, el Estado español se encuentra arrinconado por la falta de dignidad de unos súbditos complacientes incapaces de pedir responsabilidades a un gandul enriquecido a costa del trabajo de sus vasallos.

Hasta los más acérrimos defensores del servilismo patrio se ven en dificultades para seguir postrándose de hinojos ante un individuo tan propenso al desenfreno como lo fueron sus regios antepasados. Ese rey del que usted me habla.


viernes, 29 de mayo de 2020

Nostalgia de Marquesas


Un buen día, una mañana primaveral y a lomos del brioso corcel de la estulticia nacional, un triste simpatizante de la Obra de San José María, tiene contra las cuerdas al simulacro de sistema democrático hispánico. Ni más ni menos.
El día 29 de mayo de 2020, es decir 44 años 6 mese y 9 días después de la muerte del dictador, sigue pendiendo sobre las cabezas de los habitantes de esta lamentable identidad nacional el espectro incólume del asesino en serie que robo la esperanza de reconstrucción  a este patético  país.
Bajo palio entraba y salía el sátrapa de los templos. Curas, Obispos y Cardenales le reían los chistes y le otorgaban “gracias” divinas. En compensación el funesto verdugo obsequiaba con bienes, prebendas y poder. Sobretodo esto último, poder, mucho poder.
La corporación creada por José María Escrivá, nació como contrapeso espiritual a otras cofradías y a las injerencias que la autoridad vaticana trataba de ejercer sobre las políticas del dictador.
Haber sido el primer “Estado” – suponiendo que el Vaticano sea un estado, que es mucho suponer – que concedió legitimidad al régimen fascista español tenía que tener sus favorables contraprestaciones.
Para los Papas de Roma traicionar al pueblo español era un tema de menor importancia comparado con los beneficios que acarrearía para las insaciables arcas de la iglesia.
El resto es historia conocida, se firmó un escandaloso tratado (llamado Concordato) entre la autoridad eclesiástica y los usurpadores de la legalidad nacida con la II República de España, que sigue vigente.
Leyendo la Constitución republicana es muy fácil, pero que muy fácil, deducir que la legalidad emanante del sistema democrático del 14 de abril de 1931, fue una liberación del asfixiante yugo déspota que mantenían los carcamales con sotana. La llegada del régimen opresor franquista impidió modernizar el Estado hacia la laicidad.
El militar perjuro declaró el catolicismo(religión oficial) del Estado al tiempo que eliminó la libertad religiosa y de creencias. La imposición del estado nacional católico tuvo nefastas consecuencias para la población en general. Entre las más importantes podemos enumerar el secular retraso socio cultural al que fue sometida y el imperdonable desfase económico con el resto de la Europa que se reconstruía tras la II Guerra.
España seguía abandonada a su suerte y en manos de una cuadrilla de facinerosos que se auto denominaban “patriotas”.
Delante y detrás de ellos desfilaban las sotanas, hisopo en mano, dando fe de la  “hermosura” de comportamiento que acompañaba a los verdugos cuando ejecutaban inocentes en las cunetas.
La levantisca rebelión que los matones denominaron “glorioso alzamiento nacional” ni siquiera trató de enmascarar la intencionalidad de los poderes fácticos que auspiciaron el golpe de Estado; por todos los medios querían recuperar el poder que unas elecciones democráticas les había arrebatado.
La normalidad Republicana era completamente aceptada por esos poderes fácticos mientras los órganos de poder siguieran en sus manos. Siempre que los Gobiernos fueran afines a sus intereses no eran peligrosos. Solo la llegada al poder de las clases populares impulsó la rebelión de Franco.
Hoy se están reproduciendo miméticamente las mismas situaciones y comportamientos. El Gobierno haría bien vigilando los peligrosos movimientos que se están originando. Hay una facción dentro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que sigue anclada en los privilegios de clase que alcanzó con la dictadura y que años después sigue alimentando la nostalgia involucionista que emana de los uniformes.
La influencia del OPUS DEI dentro de la escala de mando de la FFSS resulta evidente. El ministro Fernández Díaz alimentó con sus cloacas las injerencias policiales en la vida política. La Obra ayudó a sus acólitos a copar  puestos claves en el organigrama policial y peso especifico en la Guardia Civil.
El Ministerio del Interior no ha escogido el mejor momento para hacer la actualización y remodelación de la cúpula que dirige el Instituto Armado, eso no le quita ni un ápice de necesidad para llevarla a cabo.
Al igual que la limpieza de las cloacas del Estado, el cese del coronel Pérez de los Cobos ha llegado con un considerable retraso. Independientemente de su juvenil tendencia a presentarse voluntario para los golpes de Estado.
Sin escrutar el fondo de su currículo (imputación en el sumario de torturas por el caso Urra) el coronel ha dado muestras más que sobradas de una alarmante incompetencia para dirigir la Comandancia de Madrid.
A la Dirección General de la Guardia Civil se le debe reprochar una pasmosa negligencia en la adecuación de la cúpula del Instituto Armado. Hace tiempo que debería haber resuelto la incuestionable influencia que un grupo de mandos afín al OPUS sigue ejerciendo en la corporación a través de mandos intermedios y superiores. Los Pérez de los Cobos de turno seguirán intentando influenciar por medio de sus títeres.
En las FOPS y por supuesto en la Judicatura, la remodelación democrática es imprescindible, en ambas instituciones todavía no se han enterado que la muerte del dictador enterró al franquismo ¿O no fue enterrado y sigue vivo?

jueves, 21 de mayo de 2020

A garrotazos


La pandemia nacional continúa ocupando las calles y plazas públicas armada de cacerolas y cucharones, escudados por el manto protector que les proporciona la sacrosanta enseña nacional bordada con hilos dorados perlados de virginales gotas de sangre de los mártires de la patria.
Vivas a España suenan atronadores rebotando con las paredes de sus mansiones. Los gritos se difuminan entre los toques de claxon de los descapotables que conduce el fiel Fermín. Valentina sacude el cazo con la cuchara al ritmo que marca la señora con su delicado hablar mezcla de un español afrancesado y un inglés caribeño: “Sánchez dimisión”, “Iglesias asesino”, “Una, Grande y Libre”, “Libertad”.
En el asiento trasero del descapotable, un palurdo con megáfono, vocea consignas que el pobre Fermín tiene que soportar estoicamente, grita ¡Libertad! mientras obliga a conducir a su empleado para más humillación de clase. El cabestro palurdo no tiene vergüenza ni edad para alcanzar a tenerla.
La momia vejestorio, a riesgo de contagiarse y participar en el colapso activo de los servicios sanitarios, sale a la calle apoyada en el brazo de la fámula obligada a aporrear una olla que más tarde tendrá que esmerarse en limpiar.
La momia también grita ¡Libertad!
Nunca antes había participado en algarada semejante ¡Claro que no estaban tan bien organizadas! En alguna ocasión se había acercado a mirar cuando Zapatero aprobó el matrimonio entre “maricones”, el divorcio exprés o aquel aborto asesino que nos trajo “el Cejas”. 
Su confesor le había asegurado que monseñor Rouco estaba muy disgustado con la perdida de fe que estaba recorriendo la Patria ¡Donde íbamos a llegar!
¡“Sánchez dimisión”!, ¡“Iglesias asesino”!, ¡“Una, Grande y Libre”!, ¡“Libertad”!.
Al tiempo que el palurdo y la momia hacen su trabajo, en el Congreso de los Diputados tiene lugar una curiosa escena, esperpéntica y cómica si no fuera por la trascendencia de las decisiones que allí se toman.
Dos carneros barbados muestran sus cornamentas para erigirse en el macho alfa de la ultramontana derecha hispánica. Berrean sin descanso hasta quedar afónicos. Nunca habían imaginado llegar a estar en semejante tesitura.
Hace poco sus pretensiones no pasaban de ser un… “Pablo ve y dile…” de Mariano Rajoy o “Santi toma tu chiringuito…” de Esperanza Aguirre.
Ahora los dos líderes se embelesan con la imagen que proyectan ¡Quién se lo iba a decir! Dos mediocres - aupados a los altares por mor de la política más indecente que ha soportado este miserable país  -  se afanan en demostrar quién de los dos es más retrógrado e infame.
Desde la tribuna parlamentaria alientan la desobediencia civil, el incumplimiento de la ley y la trasgresión de la norma, aunque todo ello lleve implícito poner a la totalidad de la población en un inaceptable estado de riesgo ¡Les importa un higo!
Unas pocas muertes más les parecen daños colaterales, igual que la guerra de Irak, los inmigrantes ahogados en el Mediterráneo o los refugiados sirios.
Se decantan por levantar el estado de alarma sin saber muy bien que significa permitir la movilidad nacional ni que leyes pueden ser usadas para limitarla ¡Para esta gentuza, el bien general vuelve a estar en entredicho!
Ver las imágenes de antidisturbios de Barcelona cargando contra manifestaciones de diferentes colectivos, mientras amables funcionarios uniformados facilitan que los palurdos de la banderita del barrio de Salamanca  aporren las cacerolas produce un profundo escozor.
La pandemia peligrosa no es la COVID-19, el verdadero peligro son los millones de descerebrados que siguen empeñados en imponernos sus ideas de sociedad, sus dogmas religiosos y su “paletismo” endémico.
Ese es el purulento virus que nos condena a todos a seguir anclados en una sociedad de película de Berlanga, reviviendo escenas de “La escopeta nacional” y que irremediablemente nos conducirá de nuevo a los tristes episodios de Puerto Hurraco.




viernes, 8 de mayo de 2020

¡Atentos!


Los cuñaos - sabios de barra de bar y de cena  navideña - tendrán que apechugar con sus teorías. Esta vez no servirá de nada el acostumbrado recule que con tanta destreza utilizan. Con cada nuevo dato que llega de los científicos, los listillos se ven obligados a correr a la hemeroteca para destruir las pruebas de su incontinencia verbal.
En este menester no les falta la complicidad de los mamarrachos habituales. Los medios de comunicación oficialmente derechizados cambian de versión con pasmosa facilidad sin aludir a las teorías que habían propagado unos segundos antes.
La catástrofe ha pasado por varias fases, de gripecilla sin importancia a pandemia devastadora prácticamente en la misma intervención mediática.
Mención aparte merecen las definiciones  que los detractores han regalado a las medidas tomadas. Los apelativos han oscilado desde precipitadas y alarmistas a tardías y laxas, Todo ello dicho sin que se les haya movido ni un solo músculo de su endurecido rostro.
Cuando fueron anunciadas medidas de prevención para frenar la extensión de los contagios, los promotores fueron tachados de alarmistas aunque ya se hubieran dado una cantidad significativa de casos, ¿Alguien se imagina que las medidas se hubieran adoptado antes? ¿Al igual que nuestros vecinos portugueses que se confinaron con 4 fallecidos? Solo pensar la reacción que hubiera tenido la “leal oposición” produce escalofríos.
A los falsarios no les importa cuando se tomaron las medidas, ni cuales, ni como se llevaron a cabo, ni con cuantos medios se contaba. Tampoco contemplan el absoluto desconocimiento que se tenía acerca del “bichito”. Su denominador común ha sido tachar las iniciativas del Gobierno como desastrosas, equivocadas, a destiempo (precipitado o tardío), sin fundamento, erróneas y sobre todo ineficaces.
El objetivo era y sigue siendo, desalojar de la bancada azul al Gobierno “social-comunista”.
El método que se emplea para ello carece de importancia. Se sienten legitimados por los millones de votos que sistemáticamente apoyan sus postulados. Así consiguió la extinta UCD, el juvenil tinte democrático que transmutó al aparato franquista en demócratas de toda la vida. Sus desmanes y barbaries quedaron en un segundo plano.
Un acierto de Adolfo Suárez fue distanciarse de la carcunda que emanaba de Manuel Fraga. Al paladín de la democracia el disfraz le duró poco. El conglomerado UCD se desmoronó, después el Congreso forzó su dimisión y por último los ahítos españoles enviaron al limbo al primer presidente de la democracia y su CDS.
Como legado del prohombre nos quedó el nombre de un aeropuerto y un vástago cuyo mayor mérito es acudir a las tientas y apellidarse Suárez.  
La historia ya la conocemos, tras el descalabro de UCD, llegó al poder el personaje  que ha dilapidado el mayor caudal político que nunca ha tenido nadie en este país. La derecha fáctica se vio forzada a recomponer su estrategia. Los que de verdad mandan (grandes familias, capital y obispos) enviaron a Fraga a Galicia.
El invento dio resultados. En 1996 una derecha unificada en torno al “hombrecillo insufrible” alcanzó la Moncloa. Hoy chirria la sinfonía que Aznar compuso y de la unidad se ha pasado a una derecha desgajada y rota en trozos difíciles de unir.
Una de las opciones ha vuelto a retomar la idea para la que fue concebida y que abandonó abruptamente. Su alumbramiento vino señalado con la vocación de ser la muleta que sustituyera a los volubles y pedigüeños partidos soberanistas. Una vez ensayado en el almirez de Cataluña, Ciudadanos saltó a la política nacional.
Pero a los diseñadores del invento se les escapó un detalle, no contaron con la altiva personalidad de Albert Rivera. El chico se vio tan cerca de ser “El elegido” que se pasó de frenada, las ínfulas que doparon al nene del Ibex 35 le hicieron perder la perspectiva y se saltó la raya marcada.
La nueva presidenta está devolviendo el protagonismo perdido a un partido fabricado para influir siempre en el poder. Si es con el PP bien, pero si atornilla al PSOE tampoco está mal.
Los jefes han recordado el camino y Arrimadas ha captado el mensaje. Volver a un bipartidismo tranquilo dejando a Ciudadanos en el Centro. Apoyar a uno o a otro, a una derecha tipo PP o a la derecha camuflada del PSOE.
Ahora que el centro está ocupado, las otras derecha han comenzado la carrera escondidas detrás de banderitas, crespones y grititos patrioteros. Los machos están en plena berrea para demostrar la idoneidad de su liderazgo. Asistiremos a un espectáculo curioso para ver quién se lleva el premio. El perdedor sabe que está condenado a mendigar o desaparecer. La unión de las derechas es la única posibilidad que tienen de volver a satisfacer al poder. Saben que una derecha extrema y una extrema derecha separadas tienen muy difícil alcanzar números que permitan llegar a la Moncloa. Juntas podrían forzar el apoyo de la muleta si saliera la suma.
Las espadas están en todo lo alto. El señor de los másteres regalados busca, en su imagen reflejada en el espejo, un atisbo de decencia y no lo encuentra. El círculo cercano tampoco ayuda mucho. Ineptos y aduladores se esmeran en no ensombrecer la imagen del muchacho.
En la otra esquina, el cafre antediluviano bufa anclado en un odio visceral hacia todo aquello que no entiende y se sale de los cortos parámetros  que adornan sus miras.
Este individuo, cuyo mayor logro es haber vivido como un marajá en un chiringuito fabricado ad hoc por la condesa consorte de Bornos, se permite el lujo de dar lecciones de dignidad y comportamiento cuando ha percibido de las arcas públicas cerca de medio millón de eurazos por rascarse  con fruición las partes pudendas.
Al coronavirus se encontrará una solución científica y adecuada a las necesidades que nos asaltan. Encontrar la vacuna contra otros virus que nos asolan será más complicado.
Ya va siendo hora de que los responsables de la situación política que sufrimos – es decir la población – seamos conscientes que la configuración parlamentaria que libremente hemos decidido es la que hay. Al igual que la leyes que hemos admitido, la Constitución que hemos aprobado o la Jefatura de Estado que nos representa.
Todo, absolutamente todo es susceptible de ser cambiado y mejorado, si no lo hacemos es por falta de ganas, de iniciativa o de voluntad, pero a estas alturas no nos está permitido alegar ignorancia eximente.  
Nuestra historia reciente está marcada por episodios violentos promovidos por salvapatrias similares a los actuales y que por la fuerza impusieron el camino que el pueblo tenía que recorrer.
Esos fantoches siempre han acabado condenando a la gente a una existencia de miseria, hambre y desolación. Normalmente seguidos por largos periodos de represión repletos de más miseria, más hambre y más desolación.
El fallecimiento del torturador tardío apodado Billy El Niño, es un buen momento para reflexionar acerca de la  necesidad de blindar el disfrute de los derechos alcanzados. Después de asistir estupefactos a las intervenciones de la oposición reaccionaria es imprescindible que las instituciones del Estado estén alerta y no bajen la guardia.
Falsear la verdad, pisotear las normas elementales de decencia democrática y desafiar al Gobierno puede conducir al país a un callejón sin salida.
Ese callejón oscuro del que ha costado tanta sangre salir.


martes, 28 de abril de 2020

Así son las cosas


Para conseguir tumbar a un Gobierno legal y legítimamente constituido, se están llevando a cabo viscerales campañas de descredito desde una rastrera oposición. Diferentes ámbitos e instancias  ponen todas sus fuerzas en el empeño para la consecución de su anhelo: derrocar al llamado okupa Sánchez y al peligroso comunista Iglesias.
              “La conjunción del Ejecutivo Social Comunista creado por la confabulación de los enemigos de la Patria…, nos obliga a los españoles de bien a tomar decisiones que – a pesar del dolor que nos producen – ayuden a volver a la senda que España nunca debió abandonar”.
Cerrando los ojos incluso podríamos oír la vocecilla de la mismísima “Paca la culona”, el dictador monórquido  que asoló España durante cuatro décadas.
Esta alocución perfectamente podría atribuirse a cualquiera de los gallardos mariscales de campo que exhiben la banderita en la pulsera, en las mascarillas o tal vez bordada en la ropa interior.
Con la finalidad de justificar  las acciones que propugnan,  ponen encima del tablero político a las víctimas de la catástrofe. Exhibir muertos para tumbar gobiernos es una de las especialidades de la derecha patriótica.
Lo utilizaron con sus teorías de la conspiración, achacando la victoria de Zapatero a la realización de un terrible atentado que quisieron atribuir a la organización terrorista ETA. Las posteriores investigaciones, procesos judiciales y sentencias dejaron en evidencia la falsedad que esgrimieron ministros, políticos e informadores de la conjura.
No importa, a día de hoy 16 años después, sinvergüenzas siguen martilleando a la población disfrazados de periodistas, mediante periodicuchos convertidos en bodrios. Siguen usando  la cantinela de una conspiración para justificar que fueran desalojados del poder los cachorros de Aznar.
La situación que vivimos vuelve a animar a los fanáticos para enardecer los ánimos. Cada vez que los herederos del legado franquista se ven un poco apartados de los atributos del poder, orquestan una campaña para enrarecer el ambiente y lograr por otros caminos lo que la democracia les ha negado.
Si la sarta de memeces con que nos obsequian las viéramos en blanco y negro,  pusiéramos una voz aflautada de niño viejo que nunca crece y lo aderezáramos de ¡Vivas! y ¡Arribas! obtendríamos un perfecto gazpacho de idioteces dignas de cualquier desmembrado cerebral de la emergente extrema derecha actual.
Al rebelde le faltaba un huevo testicular y le sobraba “un huevo de psicopatía asesina”.
Los legatarios políticos del dictador han vuelto. Dejémonos de zarandajas, nunca se fueron, permanecían ocultos. En la actualidad no necesitan disfraces casi democráticos, ahora se atreven a desafiar abiertamente a las leyes, al Gobierno y a los tribunales. Ya están alentando un golpe de estado, tardarán muy poco en reclamar la intervención armada del uniformado salvapatrias de turno.
Una nueva andanada de reproches trata de inculcar entre el imaginario colectivo la culpabilidad del Gobierno en los trágicos resultados de la pandemia. Otra vez cadáveres  encima de la mesa.
De golpe y porrazo se ha propagado por contagio cerebral una excelsa formación epidemiológica nacional. En el más recóndito de los parajes emerge una eminencia capaz de dar solución científica a los estragos de la pandemia.
Las normas dictadas han tenido que ser radicales, en este país las recomendaciones no sirven de mucho, un alarmante porcentaje de autóctonos están incapacitados para entenderlas y menos para seguirlas.
Desde los grupos opositores tampoco han ayudado gran cosa. Los políticos con sus soflamas incendiarias, los empresarios dando patadas al Gobierno en el culo de los trabajadores y la jerarquía eclesiástica manipulando conciencias desde los púlpitos modernos instalados en televisiones, emisoras de radio y panfletos pastorales.
Las medidas preventivas no se adoptaron con anterioridad ni adecuadamente. Cierto, todas las personas que opinan así no dejan de decir una obviedad. El sistema sanitario público fue convenientemente desmantelado para dar negocio a los consorcios sanitarios privados.
Estas Corporaciones  sirvieron a los amos para recuperar los beneficios que habían perdido con la explosión de la burbuja inmobiliaria. Necesitaban otro cado de negocio y lo encontraron en la salud.
A partir de ese momento una España despojada de industria, sin recursos propios y dependiente de los proveedores extranjeros tuvo muy limitada su capacidad de reacción.
Y eso por muchas banderitas que ondeen y caceroladas que organicen no es culpa de un ejecutivo que lleva 100 días de Gobierno activo y 60 de ellos con una  pandemia globalizada.

miércoles, 22 de abril de 2020

Los mismos jinetes de siempre


Si hay algo a lo que conduce el momento que estamos viviendo es a una profunda depresión no exenta de escepticismo hacia todo lo que nos rodea. El amasijo de mortales que componemos la maquinaria productiva e improductiva de la población nacional hispánica somos diferentes, pero no por ser sagaces, ingeniosos, solidarios, simpáticos o inteligentes, somos diferentes por nuestra ancestral inclinación a vivir sometidos.
Somos tan dóciles como los orgullosos caballos españoles debidamente domados. Austrias y Borbones encontraron en la cabaña equina ibérica la realización de sus anhelos: un animal con apariencia de impetuoso y sin embago obediente a la mínima señal del jinete. Todos los pintores de las estirpes resaltaban la gallarda figura de un príncipe sometiendo la voluntad de la indómita bestia.
Nada más lejos de la realidad, el caballo pura raza español encarna la totalidad de las virtudes que los amos de la plantación esperan encontrar en sus esclavos: sumisión, abnegación, fortaleza y servidumbre.
Desde el principio de los tiempos, la tradicional clase dirigente española ha entendido muy bien cómo sacar provecho de las características de los vasallos. Empresarios, capital e iglesia coinciden en sus mensajes con los partidos de la oposición cuando tildan de apocalípticas las medidas que va adoptando el Gobierno.
Los propietarios de la derecha han colocado en el Congreso de los Diputados a unos monigotes para que  socaven la credibilidad del actual ejecutivo cueste lo que cueste.
No les importan las víctimas, los machotes hispánicos siempre han considerado a los muertos como daños colaterales. Para esos jinetes de la indecencia, los fallecidos son cifras en el informe estadístico rellenado por una becaria mal pagada. Siempre que los muertos no sean cercanos ¡Por supuesto! Si son parentela, en lugar de bajas pasan a ser mártires.
Cuando el orbe se debate en el análisis de un nuevo orden mundial, aquí perdemos el tiempo con las ocurrencias de un cura de pueblo recitando la homilía a cuatro feligreses beatos carentes de empatía social.
Mientras los organismos económicos de las naciones avanzadas entienden la necesidad de aportar recursos para paliar la devastación, en esta España tuya y nuestra “los meritorios” paniaguados denigran la renta mínima vital considerándola una paguita para vagos.
¡Ojo que entre los que se posicionan en contra de las ayudas se halla un colectivo tan “productivo” como el de los Obispos! Una tropa históricamente acostumbrada a esquilmar las arcas públicas, niega la ayuda a los desfavorecidos y dañados por esta catástrofe ¿Necesita la Iglesia que los desgraciados sigan desprotegidos?
Resulta una demostración más de la calidad que adorna a la Conferencia Episcopal. La curia defiende la opción de que los recursos sean derivados a la caridad - vía cruz en la declaración de la renta -  para ser gestionados alegremente por los Arzobispados. No les gusta que las instituciones gubernativas dicten medidas de JUSTICIA social.
No es de extrañar, ponderada por los meapilas, la caridad tiene en los derechos sociales a su mayor enemigo.  La justicia equitativa y la redistribución de la riqueza dejan sin sentido la caridad.
Queda clara la oposición eclesiástica a la renta básica: están defendiendo su puesto de trabajo, la caridad es el disfraz con el que enmascaran su falta de función. Sin necesitados no tienen a quién auxiliar y los psicólogos son una dura competencia como consuelo al atormentado.
Los empresarios y por ende el capital, también se oponen a la renta vital. Con una simple reflexión deberíamos preguntarnos ¿Por qué tanta beligerancia?
La respuesta la dio, aunque fuera de manera involuntaria, la comunity manager de un chucho: Isabel Díaz Ayuso. La becaria de “Pecas” defendió el “trabajo basura” diciendo que muchas personas querrían un trabajo de esas características. 
Naturalmente que sí, pero se le olvidó decir - o quizás no está capacitada para reparar en ello - que los trabajos con condiciones laborales por debajo del umbral de la dignidad, no son ocupaciones deseables, son esclavitud encubierta bajo el paraguas de una falsa competitividad empresarial que en realidad esconde explotación.
Curas y patronal siempre han caminado unidos en la consecución de sus objetivos, falta que se adhieran otras piezas para acabar el puzle. Avanza a la carrera una detestable rama política, la extrema derecha se ha desenmascarado y cada vez ocultan menos la finalidad que persiguen. Cuando alcancen la meta lloraremos la estupidez de nuestro comportamiento.
Si todavía no han dado el paso definitivo no es por falta de ganas, es porque desconfían del  seguimiento que suscitaría entre los uniformados un proceso desestabilizador a gran escala.
Afortunadamente, todavía es un escenario que le plantea muchas dudas a esa “derechita valiente” emergida de la neblina democrática con la que se envuelve la derecha pos franquista.
Nos queda esperar que el mando supremo de los ejércitos no sucumba a la tentación de montar un brioso corcel para arengar a las tropas.











sábado, 11 de abril de 2020

El hedor de las propuestas


Los mentecatos insolidarios son muchos más de lo deseable, el número de sanciones interpuestas hasta la fecha supera ampliamente el medio millón. Esto representa que los infractores son casi cuatro  veces más numerosos que el número de contagiados ¡inaudito! Solo cabe una explicación a semejante estadística: la estupidez insolidaria es más rápida que el virus.
En semejante escenario, el Gobierno de coalición tiene que bregar con las críticas que la oposición lanza a su gestión. Utilizan las cifras para minar las acciones y disposiciones gubernativas, tenga o no responsabilidad en las áreas concernidas. Poco importan los traspasos de competencias, ni la gestión descentralizada, ni siquiera la utilización que algunas administraciones han hecho de las partidas presupuestarias.
Piensan esos creadores de opinión que ahora es el momento de centrar toda la artillería en el acoso y derribo de un Gobierno que consideran ilegítimo y al que tildan de peligroso para la seguridad nacional.
Desde las editoriales apoyan a grupos políticos que presentan auténticas ocurrencias sin importar mucho sus múltiples incoherencias, falsedades o incluso que realicen fanáticos llamamientos a subvertir el orden legalmente establecido.
Donde ayer decían blanco blandiendo el salvamiento de la patria, hoy usan el negro para defender a “su patria”. La manifiesta ilegalidad de sus propuestas – tal y como han observado los letrados del Congreso de Diputados – van acompañadas de un absoluto desprecio al ordenamiento constitucional vigente.
Tampoco ayuda mucho la flacidez endémica de la opinión pública. La obscena exhibición de fariseísmo político que adorna a gran cantidad de comunicadores está alcanzando cotas de desconocido filibusterismo informativo. Todo sin que su comportamiento sea repudiado por una la población que debería estar harta de ser manipulada. Estos informadores perversos manejan los datos oficiales - y los que se inventan - con  la torticera finalidad de debilitar la credibilidad de un Gobierno que consideran bastardo.
Los cantautores de la oposición interpretan sus baladas reivindicativas en un escenario de tenebrosos augurios ¡o ellos o el caos!
Son acompañados ¡Cómo no! por relucientes estómagos agradecidos capitaneados por los mariscales del latrocinio: ¡a la batería! Felipe “X” González,  ¡En el bajo! José María “No me aguanta la mirada” Aznar, ¡en el triangulo! Rosa “Me cambio de partido” Díez, ¡Los coros son los medios afines! y ¡tocando la gaita! La Curia episcopal.
Todos contra el Gobierno socio-comunista-bolivariano que ha salido del Congreso de los diputados con la ayuda de los separatistas, golpistas, rebeldes y nacionalistas rompe-España.
Suben a la tribuna de la cámara de diputados y ruegan a dios que acabe con la epidemia porque la ciencia no avanza tan rápida como el agua bendita que lleva el Ángel Marcelo.
Por si dios esta en otras cosas, se invocan la intervención del Borbón para ver si se decide a dar un golpe de timón (esta vez bien hecho, no como la chapuza que las malas lenguas le atribuyen al emérito) con el objetivo de reconducir a la patria por la senda que nunca debió abandonar la de ¡Como dios manda!
Para sus fines postulan a los tres tenores en versión “Sopranos”: Felipe, José María y Rosa, para que elijamos líder.
Una vez visto que la “modélica transacción” permitió a los criminales continuar gozando de los beneficios de sus crímenes, los lacayos del verdadero poder tienen muy poco interés en que nada cambie. De la democracia  ya si eso.
Sobre el mundo se extiende una amenaza sanitaria que indudablemente será superada, aunque las consecuencias que se prevén tienen pocos visos de ser halagüeñas.
Los carroñeros están ojo avizor para rentabilizar la situación que se avecina. Y como siempre ha sucedido desde que el mundo es mundo, los audaces emprendedores esquilmarán la caja que más provisiones tiene: la de todos.
A los reputados economistas liberales se les llena la boca alabando las excelencias de un sistema de libre competencia sin regulación posible,  en el cual – dicen los muy osados - cada uno tenga ganancias de acuerdo a sus valías, preparación y méritos.
Claro que como los beneficios a alcanzar están limitados por las ambiciones de un avaricioso círculo muy restringido, los depredadores miran con ojos golositos la rebosante caja común. Una caja hecha con sudor, sacrificio y trabajo, elementos de poco valor para aquellos que esgrimen el nacimiento, la estirpe y la clase social para alcanzar influencias.
Los meritorios heredan fortunas, puestos de trabajo, cargos públicos y hasta puestos políticos. Cuando ocupan los sitios dominantes lo atribuyen a su especial preparación y valía, cuando en realidad es debido a influyentes presiones de su entorno.
El pago a las prebendas que reciben lo hacen con capital que no les pertenece, privatizan empresas, disminuyen servicios sociales y recortan derechos mientras todo el capital esquilmado es regalado a los mecenas que les protegen.
La situación actual no difiere mucho de otras que ya hemos vivido, las reacciones de las lumbreras socio-políticas suelen ser similares en todas las circunstancias.
En primer lugar vociferan negando la peligrosidad de los acontecimientos, a continuación pasan a un estado de silencioso letargo en espera de que pase la alarma,  a ello le sigue un posicionamiento a favor de cambiar hábitos de comportamiento que han conducido hasta la situación de crisis para atacar con virulencia a todo aquel que ose advertir de las medidas económicas liberales.
Todo acaba con la intervención de los mediáticos mercenarios del poder que colocan a cada cual en su sitio: el dinero en la cima, la iglesia a su derecha, los uniformados a sus pies y el pueblo bajo las botas.

domingo, 29 de marzo de 2020

La pandemia crónica


Las autoridades científicas se encuentren en estado de shock y la sociedad cae en la injusticia de culpabilizar a los políticos metiendo a todos en el mismo saco.
Los expertos intentan aplicar remedios que funcionaron en situaciones sanitarias similares. Los protocolos de actuación tienen un proceso simple:
-          La identificación y/o aislamiento
-          La contaminación y/o propagación.
-          La cura y/o superación.
-          La prevención y/o vacunación.
Algunas de las fases han sido superadas y según los informes que nos llegan parece que está  clara la forma de contagio y la de trasmisión: el contacto directo o la posibilidad de que un infectado deje el virus en algún artilugio que posteriormente pueda ser utilizado por otra persona en un breve plazo de tiempo.
Como principal medida de prevención se está decretando el aislamiento y la confinación. Ello provoca una disminución de la actividad personal, profesional, laboral, empresarial, social y económica, explicitando con el cumplimiento o el desacato la pasta de la que estamos hechos. Al lado de generosidad, sacrificio, trabajo y responsable comportamiento están otras maneras de actuar.
Las retenciones para salir durante los fines de semana a la segunda vivienda, las trampitas para pasear el perro, las múltiples triquiñuelas que se usan para saltarse el confinamiento van íntimamente unidas al tipo de sociedad que hemos fabricado. Es decir, actitudes egoístas, insolidarias, tramposas, irresponsables, desobedientes, señalan con meridiana claridad las prioridades que mueven a cada persona.
Algunos profesionales que están realizando su labor en tiempos difíciles son merecedores de los aplausos que cada día reciben, pero también lo eran en tiempos más normales y estaban olvidados en la más absoluta y completa soledad.
Cuando los gobiernos de Rajoy, Esperanza Aguirre, Camps…, acometieron sin miramientos el desmantelamiento de la sanidad pública, algunos trabajadores de la sanidad (no todos)  alertaron a la sociedad de los problemas que llegarían con esa devastación. Sistemáticamente la marea blanca se manifestó en defensa de la sanidad pública.
Se privatizaron servicios, desparecieron camas hospitalarias, se redujeron plantillas, disminuyó la inversión en investigación, en material y en medicamentos, drásticamente se priorizó las ayudas a las corporaciones privadas en detrimento de la sanidad de todos.
El resultado lo conocemos, nació una nueva burbuja que sustituyó a del ladrillo, la especulación sanitaria ha proporcionado pingües beneficios durante los últimos diez años. Bancos, aseguradoras y brókeres inversionistas han aterrizado en la sanidad cambiando salud por euros.
Los liberales económicos jalean la desaparición del Estado en la gestión de cualquier campo que pudiera representar un beneficio económico para los inversores privados y su capital.
El modelo de USA es la meta que persiguen los lobos de la especulación sanitaria. El negocio de la salud plantea pocas dudas. Ante la pérdida de la salud ¡todos! estamos dispuestos a endeudarnos incluso hasta convertirnos en esclavos de nuestra deuda.
Naturalmente muchas sanguijuelas se aprovechan de la situación, con la complicidad de algunos micrófonos y plumas usados por mierdecillas de la profesión periodística convenientemente comprados. Por supuesto no van a faltar  los políticos ventajistas “salvapatrias” que no van a perder la ocasión de hacer el trabajo que sus amos les han encomendado.
Ahora claman por la falta de personal sanitario, por la falta de camas hospitalarias, por la ausencia de material y recursos. Ellos que se dedicaron sistemáticamente a desguazar el sistema para que sus jefes se llenaran los bolsillos.
Una  prueba más de la congruencia de tipos que cobran de las arcas de un Estado que quieren deshacer y a la vez viven a cuerpo de rey en puestos creados exclusivamente para ellos.
Como ejemplo sirve Abascal proponiendo una confluencia de dios y la ciencia para ver si entre ambos encuentran una salida a la pandemia. Además recomienda no dar asistencia a los inmigrantes no vaya a ser que se curen. Todo normal en la cabeza de un tarugo estructural que tiene la desfachatez de culpar al Gobierno porque no le prohibieron el 8M la celebración de su acto en Vistalegre.
La  otra lumbrera de la derecha hispánica no se queda atrás. Al líder supremo del Partido Popular le chirría que Pedro Sánchez siga las recomendaciones de los expertos. No como su partido que resuelve los problemas de salud (crisis de las vacas locas, ébola…) o ecológicos (el Prestige, proyecto Castor…) encomendándose a la virgen de turno o llamando al ángel Marcelo.
Pablo Casado - que también tuvo a Esperanza Aguirre de mentora igual que su amigo Santi Abascal – el chico del “máster regalado”, se le ocurre como solución infalible izar banderitas a media asta. Será que piensa que el balanceo de la enseña aventará el virus y con la caída se romperá la cabeza.
La aparición de la pandemia del COVID-19 necesariamente obligará a reflexionar al mundo. En España a la gravedad sanitaria que padecemos se une la mezquindad que llevamos muchos años sufriendo.
La avaricia de los grupos políticos de las derechas ultramontanas es la epidemia crónica que sufrimos y continúan propagando con sus  miserables comportamientos. Ya va siendo hora de aprender a defender los derechos conseguidos para encontrar las vacunas necesarias.