martes, 24 de mayo de 2016

Un simulacro

Erase una vez una masa de personas sometidas a los caprichos de unas pocas familias que se creyó una nación. Entre las familias especiales fue  designada una de ellas como “la más especial” a la que se le denominó casa real. Todos estaban muy contentos, habían dado con la fórmula para convertirse en una sociedad avanzada y moderna. Tras años de oscuridad se había hecho la luz, desaparecieron las tribus y los clanes, todos los esfuerzos se iban a encaminar a la consecución de una vida justa y digna para todos los habitantes sin distinción de origen, sexo, raza o religión.
Sesudos juristas se empeñaron en la tarea de articular una “Ley de leyes”  que diera forma al modelo de convivencia. Durante intensas jornadas debatieron en profundidad las propuestas de unos y otros, fueron aparcados intereses personales en aras de un bien común, se desestimaron propuestas por sectarias e injustas, incluyeron puntos protectores de las peculiaridades de cada cual, se protegieron las minorías sin perder de vista el deseo de las mayorías ¡Teníamos una Constitución!  ¡Albricias, alborozos! ¡España convertida en una Nación moderna! Y hasta con derechos de los ciudadanos.
Con el paso de los años comenzaron a aflorar las trampas incluidas por los prohombres constituyentes:
Todos éramos iguales ante la ley excepto uno al que no le afectaba la ley por irresponsabilidad otorgada.
La justicia era igual para todos menos para los múltiples aforados que escapan de ella por infinitos vericuetos (el más utilizado es el de la prescripción del delito).
España pasó a ser aconfesional pero protectora de un minúsculo estado teocrático con intereses en el suelo patrio. Leyes y acuerdos antero-posteriores contemplan la obligación de sostener a los funcionarios de ese minúsculo Estado y se le obsequia con propiedades en mor de su santidad de comportamiento. Ah! Y la educación la dejamos en sus manos que son las que mejor soban a los niños.
Se universalizó la sanidad y se crearon las listas de espera ¿para todos? ¡No! Dejaron una puerta abierta para que los de siempre pudieran saltarse la cola y ponerse al inicio de la fila. El copago sanitario vendría a rematar la discriminación.
El trabajo pasó a ser un derecho y no una obligación. Claro que como derecho puede ser conculcado y como obligación sigue siendo insorteable.
Fue abierta la puerta a la participación política. Como paso imprescindible era necesaria una ley de amnistía política que permitiera intervenir a los opositores; para conseguirlo hubo que liberar a los presos disidentes. El portón que se abrió resultó de tal tamaño que por él huyeron como ratas los responsables del genocidio español  provocado durante el franquismo. Hoy día siguen siendo protegidos ante la intervención de tribunales extranjeros que tratan de juzgar las acciones cometidas por tipos como Martin Villa, Utrera Molina, Billy el Niño,…catalogadas como delitos contra la humanidad.
Todos de acuerdo imprimieron las copias que firmó el sucesor del usurpador rebelde. Ratificada en referéndum dirigido entró en vigor y nos convertimos en democracia, en estado de derecho, en país moderno,…entramos en el primer mundo de manera definitiva.
La euforia de los logros obnubiló la visión de todos, los comportamientos posteriores nos abrieron bruscamente los ojos.
Los partidos se adueñaron del sistema, la separación de poderes resultó una quimera, el Jefe del Estado simplificaba sus tropelías pidiendo perdón, la Conferencia Episcopal utilizaba la asignación estatal para montar emisoras de radio (Cope) y cadenas de televisión (13tv) con el fin de adoctrinar a sus fieles, la educación universal se convirtió en concertada para sustituir a la pública, el aforamiento para defender la actuación política se convirtió en escudo contra el procesamiento por delitos comunes, los órganos de control judicial se subastaron y vendieron a los mejores postores, la economía de mercado sustituyó a la economía de Estado de derecho y la caridad suplantó a la justicia.
El último paso se dio con la desarticulación de los mecanismos de control, unos por ser capi-disminuidos: Intervención del Estado y Tribunal cuentas.
Otros por ser apesebrados: Tribunal Constitucional y Gobernador del Banco de España.

Ante este panorama me dan mucha envidia los indómitos islandeses. Con cuanta rapidez expulsan a ministros, qué ligeros son para procesar a corruptos y qué diligentes para exigir responsabilidades y adoptar rápidas medidas de reparación. ¡Quien fuera islandés! O de cualquier otra finca con un mínimo de dignidad. ¡Qué pena de simulacro de Estado!
Hemos tardado años en darnos cuenta que al Gobernador del Banco de España (MAFO) le afectaba alguna responsabilidad en el despelote financiero de Cajas y Bancos. Seguramente habrá prescrito. Otro simulacro de justicia.

lunes, 16 de mayo de 2016

Cinco años después

¡Cómo pasa el tiempo! Parece que fue ayer y ya han pasado cinco años desde la expresión de disconformidad con el estatus establecido que representó el 15M tomando las plazas y las calles. El mundo se quedó sorprendido ante la explosión de dignidad que atacó al pueblo español.
A lo largo de nuestra doliente historia nunca hemos sido ejemplo de sociedad beligerante con las injusticias, mansamente hemos asumido que el que manda, manda, aunque lo haga mal. Durante siglos hemos asistido como espectadores a los cambalaches que decidían nuestras vidas y siempre sin levantar la voz.
Cuando España era un Imperio los españoles eran unos famélicos andrajosos, analfabetos e incultos al servicio de los intereses de una familia de austriacos primero y de gabachos después. Mientras los paletos hispánicos morían de hambre, los acomplejados terratenientes ibéricos adulaban a sus dueños centroeuropeos y franceses  para comer del pesebre de la gloria.
Nunca hemos tenido dignidad, ni mucha ni poca, socialmente hemos sido irresponsables e inadaptados, lo que le pasaba al vecino era un problema del vecino, nosotros a lo nuestro…” dame pan y llámame tonto”. Nuestra resistencia solo se ha puesto de manifiesto ante el cambio de amo; debíamos pensar que… “vale más látigo conocido que látigo por conocer” y así nos ha ido. Somos capaces de tomar las calles para mostrar nuestra repulsa ante el descenso de categoría del club de futbol y nos quedamos inermes ante el cierre de una multinacional que provoca miles de despidos. Debe de ser la genética. Dejamos que los dictadores mueran en la cama y adoramos a su descendencia. Admitimos su testamento como mal menor pues somos incapaces de buscar un bien mayor.
Soportamos la ignominia de los poderosos porque carecemos de capacidad de repulsa.
Como decía, el 15M sorprendió al mundo civilizado por ser una actuación inesperada, el pensamiento generalizado era que exigir respeto estaba fuera de los parámetros de comportamiento del español medio.
La explosión pilló a todos tan desprevenidos que las reacciones fueron sorprendentes por inesperadas. Después del choque emocional  las oficinas de marketing encargadas de ponderar la imagen de sus patrocinados políticos aconsejaron dar un paso adelante, entonces empezaron a cuestionar el sistema político-económico que había llevado al conjunto social hasta el caos que se vivía y aún se vive. El 15 de mayo la presión de la población, al límite del hartazgo, obligó a  realizar afirmaciones apagafuegos:
-          Debemos refundar el capitalismo.
-          Los servicios sociales deben de ser protegidos.
-          Algo hemos hecho mal cuando hemos llegado a esta situación.
Son una muestra de algunas declaraciones de los Aguirre, Rajoy, Rato, Rubalcaba, Camps, Zapatero,… y tantos y tantos otros.
Las buenas intenciones acabaron pronto, rápidamente la culpa se repartió entre todos, habíamos vivido por encima de nuestra posibilidades, éramos unos derrochadores, vagos, improductivos e irresponsables que habíamos conducido al conjunto social a una catastrófica situación.  
Los protestones eran unos perro flautas anti sistema que lo que deberían hacer era someterse al dictamen de las urnas. Según los caciques los procedimientos legales otorgaban cauces y caminos para reivindicar los cambios que propugnaban. Todo desde la sacro santa Constitución.
Hoy, cinco años después, los marginales se han organizado e intentan tomar el poder para eliminar el hedor que de él emana, se han institucionalizado y admitido las normas que les han dictado, han asumido la vía legal para dar un vuelco a la situación.
En los inicios fueron considerados una extravagante anécdota sin gran recorrido. Las elecciones al Parlamento Europeo fueron la primera señal que debería haber alertado a los instaurados. Las Autonómicas y la toma de  municipios relevantes hicieron saltar las alarmas. Los resultados de las Elecciones  Generales del 20 de diciembre plasmaron la cruda realidad: España está harta.
La prorroga que disfruta el “Señor de los Hilillos” además de injusta e improductiva ha sido innecesaria. Estamos en el punto de salida. Se avecina una cita electoral de vital importancia, capaz de producir un vuelco radical al panorama político.
El PSOE puede verse obligado a firmar el finiquito ante el ERE electoral al que va a ser sometido, el PP va a ser empujado a convertirse en un partido moderno alejado de la curia eclesiástica y la banca atosigadora y los emergentes están forzados a dar respuesta a los problemas sociales más allá de una curiosa exposición de intenciones.
El 26 de junio se debería llegar al final del partido, aunque si antes de depositar el voto vuelve a haber millones de compatriotas que para disimular el mal olor se ponen en la nariz gotitas de azahar, quizás continúe el empate y prorroguemos la permanencia de un inútil al frente de un Gobierno disfuncional.

Mariano Rajoy dice que el PP es la única opción seria, a millones de votantes cada vez que le oyen decirlo les da un ataque de risa.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Elecciones habemus

Nunca ganar una “Porra” resultó tan frustrante. Tras la cita electoral del 20D y conocidos los resultados comenzó la aventura de pronosticar las posibilidades que ofrecía el escenario político dimanante de las urnas. Cada cual emitió su pronóstico, los optimistas apostaban por ver cumplidos sus deseos, los pesimistas mostraban su resignación por el panorama, casi todos coincidían en  la desafección por la política.
La primera alternativa contemplada era la gran confluencia PP, PSOE, Ciudadanos. Posibilidad que fue descartada de inmediato a pesar de las presiones  desaforadas ejercidas por los caciques de todos los bandos, desde el IBEX 35 hasta los Añejos Popes del Socialismo. A continuación siguió la bufonada abocada al fracaso protagonizada por  PSOE y Ciudadanos, si los números no dan, pues  no dan.
Los partidos políticos, por una u otra causa, siempre han tenido en su estrategia la repetición de la cita electoral sintiendo la clonación como una segunda oportunidad ofrecida por un sistema lo suficientemente imperfecto como para que se pueda pensar que lanzar otra moneda al aire otorga una nueva ocasión de captar aquellos votantes que en la primera cita no se logró convencer.
Si hay algo que se pueda deducir de los resultados del 20D es la constatación fehaciente de que los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, le han dado al bipartidismo un mordisco tan importante que la vuelta a la situación anterior se antoja, cuando menos, complicada.
Entonces ¿Por qué el interés de los actores políticos en repetir?
Dependiendo de los concurrentes son varios los motivos que les condicionan. Para  el PP simboliza la lejana esperanza de poder recuperar lo que Ciudadanos le ha arrebatado, para ello le catalogará como un partido inconsistente, mentiroso y cercano a posturas peligrosas para la recuperación de la esencia española.  Una de las armas a utilizar será el pacto de la formación naranja con los socialistas. Los altavoces afines a los populares ya han comenzado con la matraca  y esos poderosos voceros tienen pocos escrúpulos.
Mariano Rajoy o quien le sustituya como candidato intentará recuperar los votantes desafectos que emigraron a las posiciones de Rivera utilizando estrategias de desgaste contra Ciudadanos  ¿Y?
 Si la aritmética no se equivoca lo que los populares ganen por un lado - más diputados del PP - lo perderán por el otro (menos diputados de Ciudadanos). En este caso la suma seguirá lejos de ofrecer una cantidad suficiente de diputados como para aupar al candidato de Génova. Seguirá haciendo falta alguien más. La misma situación que la legislatura disuelta, ese alguien más sería el PSOE.
Tal vez asistamos al final de las propuestas-brindis al sol, de los pactos para la galería alejados de la realidad parlamentaría y de las burlas a los electores de uno y otro lado, todas ellas  pasarán al recipiente para reciclar y olvidar. Las charlotadas serán descartadas por  ausencia de rigor político.
Suponiendo que el PSOE sea una alternativa de progreso - que es mucho suponer-las trabas que los patriarcas-dinosaurios del partido han puesto a un hipotético acuerdo con Podemos resulta indecente. En su día el adocenado González de nombre Felipe despreció acuerdos programáticos con IU porque el señor de los bonsáis no estaba dispuesto a ceder en su proyecto “liberalizante” de la economía patria. Así olvidó su amistad con Nicolás Redondo (el original sindicalista no el vástago Terreros) para privatizar empresas públicas, apretar el cinturón a los obreros, renegar de su ideología y dilapidar el mayor caudal político que ningún dirigente ha tenido jamás en este doliente país. Su veraneo al bordo de uno de los emblemas del dictador Franco, el yate “Azor”, debería habernos alertado de por dónde iban los pensamientos del promotor de la “Bodeguilla”.
Este histórico personaje ha vetado el acceso de Pedro Sánchez a la presidencia de Gobierno y el Secretario General del  PSOE ha claudicado. Nuestros biznietos algún día sabrán las razones de su arrastramiento, los chantajes que ha padecido y las presiones que no ha podido soportar.
Con la cita del 26 de junio parece que la cordura ha tocado a la dirección de Podemos, quizás sea tarde pero algo es algo. Echenique negocia un acuerdo con IU para acudir en confluencia. Adolfo Barrena tiene que estar pellizcándose para entender algo ¿El mismo Pablo que impidió a IU la formación de grupo parlamentario en las Cortes de Aragón es el urdidor de la confluencia? ¡Qué cosas tiene la política!
El otro Pablo realiza un ofrecimiento al PSOE si se produce el ansiado sorpaso ahora que parece que la confluencia con IU es una realidad. Cuenta con la formación de Susana Díaz y Felipe González para formar Gobierno. Pero seamos serios… ¿todavía no se ha enterado que no le quieren ni en las cercanías del poder? Si les salieron granos purulentos imaginándose a algún “desarrapado” en las lindes de los ministerios ¿Es tan ingenuo que piensa en un apoyo del PSOE para que Podemos-IU alcance la presidencia?

Como tengo remanente de porras ganadas voy a atreverme con un vaticinio: En el hipotético  caso de que la confluencia Podemos-IU sea la formación más votada o quede en segundo lugar superando al PSOE, el próximo gobierno será la gran coalición PPSOE. Sin Rajoy y sin Pedro Sánchez. Ahí queda eso ¡Al tiempo!