domingo, 25 de septiembre de 2016

El derecho a la defensa

“Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad”, esta sencilla frase encierra (sobre todo) el reconocimiento del derecho a ser oído antes de ser culpado. Gran logro jurídico que establece la inocencia de las personas en tanto y cuanto no quede probada su culpabilidad.
Ahora bien, llegados a este punto nos podríamos preguntar ¿Son validas todas las técnicas de defensa para desarticular la acusación? Pues hombre, me van ustedes a permitir que me posicione: NO, TODO no debería ser válido en la defensa de un presunto culpable.
En este momento parte de mis lectores se moverán inquietos en la silla que soporta sus posaderas ¡Que barbaridad! Dirán sin encomendarse a dios ni al diablo, ¿Cómo no va a poder un defensor usar cualquier procedimiento para demostrar la inocencia de su defendido? Y yo reitero: Pues NO.
No es lícito; ni ética ni social ni moral ni jurídicamente, someter a una víctima a la recreación  de su dolor por el uso de técnicas “abogadiles” irrespetuosas con la parte que es el centro del drama ¡Tendría que ser la victima el primer sujeto de protección!
Las defensas de “Los Prendas” - presuntos violadores de una mujer durante las pasadas fiestas pamplonesas - rozan el insulto a la inteligencia y lo lamentable es que está permitido.
Se encuentra muy cerca de la estulticia procesal basar la defensa  en el consentimiento y la aceptación cuando las pruebas establecen la violencia grupal de la que fue objeto la joven. Para más inri estas pruebas han sido proporcionadas  por los acusados al alardear de su hazaña con sus colegas. No estaría de más repensar si - este tipo de artimañas de la defensa - deberían ser causa de inmediata inhabilitación para el ejercicio de cualquier papel en el sistema judicial.
Resulta indecoroso que María tenga que escuchar que sus agresores eran unos  guapos ligones a los que no les hacía falta forzar a nadie para satisfacer sus deseos sexuales. Es del todo punto reprobable que María sea sometida a un interrogatorio para verse forzada a dejar constancia de su negativa a ser poseída en cadena por cinco orangutanes.
 Las mofas, risas, improperios y comentarios grabados  por “El Prenda” y sus secuaces son tan asquerosos que plantear la aceptación de los mismos por parte de la violada roza el calificativo de ensoñación de una mente enferma.
Tampoco tardarán en llegar las preguntas más soeces, ¿Gozabas mientras eras sucesivamente penetrada? ¿Dijiste NO alto y claro? ¿Gemías de dolor o de gusto?, o la madre de todas las preguntas que los jueces saltimbanquis no se resisten a hacer ¿Cerraste las piernas con fuerza para que no te metieran su “miembro viril”? (No dicen su nombre porque son muy finos).
Alucinada tú contestarás como buenamente puedas, quizás entre sollozos, tal vez roja de ira, con ganas de vomitar y de mandar a la mierda a los letrados y a su señoría que permite tal tipo de preguntas, pero aguantarás y dirás:
No señor, tenía las piernas abiertas por dos cafres mientras otro me penetraba, no gozaba nada.
Uno de los simios me tapaba la boca y me ahogaba apretando mi garganta, casi no podía respirar. Me tiraban del pelo para inmovilizarme al tiempo que pedían su turno como en la pescadería.
Estaba muy asustada y eran cinco bestias sujetándome, no podía resistirme. Me era imposible cerrar las piernas.
Aquí en una sociedad moralmente sana se produciría un tumulto en la sala que desbordaría a los encargados de seguridad y la multitud enardecida arrastraría por las togas a los preguntantes mientras les pateaba el culo hasta que cerraran con fuerza las piernas, quizás a los enfurecidos les diera por llenar de brea y plumas al presidente del tribunal por colaborar con una infamia y ser un cobarde consentidor de semejante simulacro de justicia.
Pero no sueñes, no pasará nada, te someterán a una segunda violación, a la de las preguntas que una porquería de sistema judicial permite realizar a los defensores de una subespecie animal denominada ciudadanos con derechos procesales. Sin embargo los derechos de los acusados no tendrían que estar por encima del respeto que mereces tú como agredida.

Para cuando llegue la sentencia que intente reparar el daño que te han ocasionado habrá un daño que será irreparable: El dolor gratuito que te ha sido proporcionado por las preguntas dirigidas a obligarte a justificar tu condición de mujer, porque no te engañes, lo que se juzga es tu condición de pecadora femenina, por ser mujer eres un saco de perversión irresistible para el macho en celo. Si eres mujer ya eres culpable porque eres portadora de la tentación indecente con la que algunos jueces intentan justificar que te violenten. 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Jueces y Justicia

Nuestra falta de criterio es legendaria, nos catalogamos como imperio aunque vivamos en una cloaca, criticamos con dureza los comportamientos ajenos y suplicamos que generosamente nos condonen los  fallos propios. Vivimos a medio camino entre una nube y un descarrío: O levitamos o nos arrastramos.
¿Quién se atreve a poner en solfa la sentencia que dicta un juez exculpando a un individuo que profesa la “sanísima costumbre”  de llamar chochitos a unas empleadas? Pocas voces se levantan, alguna asociación de mujeres,  movimientos feministas activos, algún que otro articulista disidente y pare usted de contar. En definitiva: dos titulares de queja, medio minuto en los noticieros y ¡ya! Se acabó la noticia.
¿Alguien se ha parado a pensar en ellas, en las menospreciadas?
Hay que imaginarse la cara que se les quedó cuando acudieron al despacho de su abogado a conocer el contenido de la sentencia. Salen del edificio y caminan zombis por las calles, ¡No dan crédito! Años de acoso y de soportar vejaciones para que un togado dictamine que el cabestro que ejercía de jefe no había cometido delito alguno cada vez que se dirigía a ellas llamándolas “Chochito”.
Tienen que dar gracias si al llegar a casa no se encuentran con otro cafre tumbado en el sofá que a bocajarro les puede gritar: ¡Ya era hora! ¿De dónde coño vienes? Anda haz la cena y déjate de lloriqueos, ¿Qué esperabas? ¡Si no fueras vestida como una putilla! Y más agradecida quedarán si la retahíla anterior no va acompañada de un par de guantazos.
Al mismo tiempo que soportan la borrasca del compadre en la tele sale un anuncio que dice:
“No estás sola”, “Denuncia”, “Te ayudaremos”...
¿Esos anuncios no los ven los hombres y mujeres de negro apodados Jueces/as?
Va a ser que no, su vida social está llena y no necesitan de entretenimientos baratos como la televisión en abierto. Recuerdo a una togada beoda, hoy miembro del Consejo Superior de Justicia, que alardeaba una noche de 31 de Diciembre como, entre campanada y campanada, dictaba sentencias. Gracias a esa práctica siguió ascendiendo profesionalmente de manera meteórica.
Lo verdaderamente lamentable es que la sentencia de marras no es una excepción, son ya muchos los dictámenes y comportamientos de los magistrados que inciden en esa vertiente.
Actitudes que tienden a culpabilizar a la víctima de modos varios: o con disposiciones absurdas y carentes del menor rigor jurídico basadas en que - la denunciante de haber sido abusada - vestía unos vaqueros ajustados y era una irresistible tentación para el acosador  o bien sometiéndolas a interrogatorios tan deleznables como preguntar si cerró bien las piernas antes de ser violada.
No, no son casos aislados, son la constatación de la podredumbre que asola el sistema judicial español. Todos estos comportamientos tienen una componente común, todos están dirigidos contra mujeres. El motivo debe ser que, en lugar de los códigos penales y reglamentos legislativos, se utiliza La Biblia como libro de consulta para juzgar la conducta de la mujer, el libro que - en el Génesis - comienza haciendo a la hembra culpable de todos los males que asolan al género humano.
Ser mujer en un país de las características del nuestro es una profesión de riesgo, no habrá leyes que cambien la situación en tanto no se articulen los medios necesarios para que estas leyes se cumplan.
¿De qué servirá una orden de alejamiento si no se utilizan medios adecuados para que el alejamiento sea efectivo? Hoy día es muy sencillo, tecnológicamente muy fácil y económicamente muy barato, únicamente hay que tener voluntad político-social para llevarlas a cabo.
Dolorosamente se ha comprobado que ni la judicatura ni los estamentos del Estado han movido un dedo para procurar la protección de las amenazadas. Es más, han tenido la desvergüenza de cargar sobre los hombros de las asesinadas la responsabilidad de las muertes.
Sobran muchas sentencias carentes de justicia, casualmente casi todas están siendo dictadas por magistrados con ideologías religiosas cercanísimas a la Edad Media y afiliados a grupos de presión existentes en la rama más integrista de la iglesia dominante en el ruedo ibérico, la católica.
Con estos antecedentes patrios  ¿Cómo va a ser capaz de impartir justicia un simple juez?
 Queremos creer que los jueces intentan aplicar las leyes; ahora bien, como sufridores  de su incompetencia les deberíamos decir:
Señorías las leyes son normas que nos auto-otorgamos para estructurar la armonía social, aplicar la literalidad de las mismas lo podría hacer un mandril con el adecuado entrenamiento, para cumplir con decoro  la misión de  impartir Justicia se necesita otra sensibilidad.
La  Justicia es otra cosa.


lunes, 12 de septiembre de 2016

La familia protegida

Son las cosas que tiene una democracia, incluso una tan imperfecta como la hispánica,  las luchas que se libran para alcanzar el poder ponen de manifiesto las miserias del sistema. Casualmente y ¡Solo casualmente! estas oscuras estancias están normalmente ligadas a espacios vetados a los comunes.
Con el escándalo del nombramiento de Soria para un puestecico lleno de “espinas y dificultades” en el cual es necesaria una “especialísima preparación”, hemos descubierto otro nido de privilegios indecentes que se llama Técnicos de Comercio y Economistas del Estado.
Tras una “durísima” oposición estos triunfadores tienen como misión el estudio y elaboración de las políticas económicas del Estado. Sus sesudos análisis están fuera de toda discusión y su proyección en el ámbito económico alcanza a elaborar las directrices macroeconómicas que deben articular el funcionamiento del país. Naturalmente tan “altísima misión” es merecedora de unos salarios justos y  en consonancia con la responsabilidad adquirida.  Estas lumbreras son los Tecos.
Entre ellos encontramos figuras tan relevantes como Pedro Solbes, artífice de la agenda económica española durante el último reinado de Felipe González, seguido a pies juntillas por el ganapán del “España va bien” y al final tristemente defenestrado por discrepancias con Zapatero.   Cuando estalló la crisis inmobiliaria - de la cual había sido uno de los  principales animadores - fue una de sus primeras víctimas colaterales. Con rapidez se puso a salvo pues a estos el daño nunca les da del todo.
Otro ejemplo paradigmático lo encontramos en Miguel Angel Fernández Ordoñez  (MAFO), un personaje consignado para gobernar el Banco de España,  organismo cuya principal función es la de controlar a las entidades financieras y que por una especial verborrea incontenible del interfecto se dedicó en cuerpo y alma a emitir informes en los que acusaba a los asalariados del desastre económico que se estaba produciendo ¡Serán insensatos, pues ¿no quieren cobrar por trabajar?!
Dedicado MAFO a estos menesteres reguladores del mercado laboral sus colegas bancarios dejaban el sistema financiero español al borde del colapso aunque él seguía con su cantinela de trabajar más y cobrar menos. Para todos los españoles menos para él,  que cobraba bastante por hacer poco.
Con su sucesor llegó el rescate que no iba a costar nada al erario público, otro que tampoco sabe sumar y restar: si dejas unos  50.000 millones y recuperas escasamente 3000, algo has perdido,  la tontería de 47.000 millones,  millón más millón menos.
El descubrimiento de este desconocido cubil de privilegios se produce cuando nominan al ex ministro Soria para que se gane honradamente la vida en el Banco Mundial con la “nimiedad” de 226,000 euros de salario por ir allí y hacer lo mismo que hizo como ministro aquí. Nada.
El nombramiento provoca un sarpullido y tras el sainete interpretado por Guindos, Hernando, Rajoy, Cospedal, Maillo,…  el interfecto presenta la renuncia. Su sustituto Jiménez Latorre resulta ser un amiguete de Guindos, o sea otro TeCo. Este no es un inútil como Soria capaz de dejar el sector de energías renovables a la altura del carbón de mina, este en cambio es un Delawariano.
Curioso sitio este Delaware que tiene más sociedades que habitantes pero no está catalogado como paraíso fiscal porque pertenece al imperio USA.
¿Qué son los TeCos? Pues la respuesta la encontramos en la fantástica Wilkipedia, son una raza aparte de altos funcionarios del Estado cuya función está exenta de cualquier tipo de responsabilidad subyacente ¿Cómo si no se pueden catalogar los errores que cometen?
¿Qué sus previsiones acerca del los vaivenes económicos son un puro petardo? No pasa nada es la coyuntura del comportamiento de los mercados. A nadie, repito ¡A nadie! Le permitirían equivocarse tanto en el desarrollo de su trabajo. A estos sí.
A estos no les  cuestiona ni Esperanza Aguirre, el azote del funcionariado. Ni Ciudadanos ni el PP ni PSOE ni Podemos  ni nacionalistas ni medio pensionistas  se han parado a analizar las madrigueras de privilegios que han urdido las familias “De toda la vida” para dar salida laboral a su progenie. Así nacen Notarios, Registradores, TeCos,… canonjías subvencionadas de dudosa utilidad. Labores  que podrían ser llevadas a cabo por funcionariado de carrera sin tantas prerrogativas.
Cuando un bombero con equipamiento limitado se juega la vida en un incendio, un Guardia Civil realiza un control sin chaleco antibalas, un militar es aerotransportado en una tartana tipo Yak 42 o un trabajador de cualquiera de las administraciones públicas es continuamente humillado y tildado de vago e irresponsable,  un Registrador utiliza los medios del Estado para apuntar en ellos la plena propiedad de un bien y se embolsa una pasta gansa por el trabajo que le hace un administrativo, posiblemente contratado en precario y con el salario mínimo. El Titular del Registro durante ese tiempo se puede dedicar a tareas tan loables como cerrar un país por derribo. Esa y no otra es nuestra  simpática democracia.
Rajoy de esto a lo mejor también se entera por la prensa.