Las
autoridades científicas se encuentren en estado de shock y la sociedad cae en
la injusticia de culpabilizar a los políticos metiendo a todos en el mismo
saco.
Los expertos
intentan aplicar remedios que funcionaron en situaciones sanitarias similares. Los
protocolos de actuación tienen un proceso simple:
-
La identificación y/o aislamiento
-
La contaminación y/o propagación.
-
La cura y/o superación.
-
La prevención y/o vacunación.
Algunas
de las fases han sido superadas y según los informes que nos llegan parece que
está clara la forma de contagio y la de trasmisión:
el contacto directo o la posibilidad de que un infectado deje el virus en algún
artilugio que posteriormente pueda ser utilizado por otra persona en un breve
plazo de tiempo.
Como
principal medida de prevención se está decretando el aislamiento y la confinación.
Ello provoca una disminución de la actividad personal, profesional, laboral,
empresarial, social y económica, explicitando con el cumplimiento o el desacato
la pasta de la que estamos hechos. Al lado de generosidad, sacrificio, trabajo
y responsable comportamiento están otras maneras de actuar.
Las
retenciones para salir durante los fines de semana a la segunda vivienda, las
trampitas para pasear el perro, las múltiples triquiñuelas que se usan para
saltarse el confinamiento van íntimamente unidas al tipo de sociedad que hemos
fabricado. Es decir, actitudes egoístas, insolidarias, tramposas,
irresponsables, desobedientes, señalan con meridiana claridad las prioridades
que mueven a cada persona.
Algunos
profesionales que están realizando su labor en tiempos difíciles son
merecedores de los aplausos que cada día reciben, pero también lo eran en
tiempos más normales y estaban olvidados en la más absoluta y completa soledad.
Cuando
los gobiernos de Rajoy, Esperanza Aguirre, Camps…, acometieron sin miramientos el
desmantelamiento de la sanidad pública, algunos trabajadores de la sanidad (no
todos) alertaron a la sociedad de los
problemas que llegarían con esa devastación. Sistemáticamente la marea blanca
se manifestó en defensa de la sanidad pública.
Se
privatizaron servicios, desparecieron camas hospitalarias, se redujeron
plantillas, disminuyó la inversión en investigación, en material y en
medicamentos, drásticamente se priorizó las ayudas a las corporaciones privadas
en detrimento de la sanidad de todos.
El
resultado lo conocemos, nació una nueva burbuja que sustituyó a del ladrillo,
la especulación sanitaria ha proporcionado pingües beneficios durante los
últimos diez años. Bancos, aseguradoras y brókeres inversionistas han
aterrizado en la sanidad cambiando salud por euros.
Los
liberales económicos jalean la desaparición del Estado en la gestión de
cualquier campo que pudiera representar un beneficio económico para los inversores
privados y su capital.
El
modelo de USA es la meta que persiguen los lobos de la especulación sanitaria.
El negocio de la salud plantea pocas dudas. Ante la pérdida de la salud ¡todos!
estamos dispuestos a endeudarnos incluso hasta convertirnos en esclavos de
nuestra deuda.
Naturalmente
muchas sanguijuelas se aprovechan de la situación, con la complicidad de algunos
micrófonos y plumas usados por mierdecillas de la profesión periodística
convenientemente comprados. Por supuesto no van a faltar los políticos ventajistas “salvapatrias” que no
van a perder la ocasión de hacer el trabajo que sus amos les han encomendado.
Ahora
claman por la falta de personal sanitario, por la falta de camas hospitalarias,
por la ausencia de material y recursos. Ellos que se dedicaron sistemáticamente
a desguazar el sistema para que sus jefes se llenaran los bolsillos.
Una prueba más de la congruencia de tipos que cobran
de las arcas de un Estado que quieren deshacer y a la vez viven a cuerpo de rey
en puestos creados exclusivamente para ellos.
Como
ejemplo sirve Abascal proponiendo una confluencia de dios y la ciencia para ver
si entre ambos encuentran una salida a la pandemia. Además recomienda no dar
asistencia a los inmigrantes no vaya a ser que se curen. Todo normal en la
cabeza de un tarugo estructural que tiene la desfachatez de culpar al Gobierno porque
no le prohibieron el 8M la celebración de su acto en Vistalegre.
La otra lumbrera de la derecha hispánica no se queda
atrás. Al líder supremo del Partido Popular le chirría que Pedro Sánchez siga
las recomendaciones de los expertos. No como su partido que resuelve los
problemas de salud (crisis de las vacas locas, ébola…) o ecológicos (el Prestige,
proyecto Castor…) encomendándose a la virgen de turno o llamando al ángel
Marcelo.
Pablo
Casado - que también tuvo a Esperanza Aguirre de mentora igual que su amigo
Santi Abascal – el chico del “máster regalado”, se le ocurre como solución
infalible izar banderitas a media asta. Será que piensa que el balanceo de la
enseña aventará el virus y con la caída se romperá la cabeza.
La
aparición de la pandemia del COVID-19 necesariamente obligará a reflexionar al
mundo. En España a la gravedad sanitaria que padecemos se une la mezquindad que
llevamos muchos años sufriendo.
La avaricia
de los grupos políticos de las derechas ultramontanas es la epidemia crónica que
sufrimos y continúan propagando con sus miserables
comportamientos. Ya va siendo hora de aprender a defender los derechos conseguidos
para encontrar las vacunas necesarias.
Buena reflexión después de su lectura rememoro a Luis Pastor"Con tu quiero y mi puedo vamos juntos compañero. Ya no somos inocentes ni en la mala ni en la buena ¡cada cual en su faena porque en "esto" no hay suplentes!
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