sábado, 30 de enero de 2016

El retorno de los dinosaurios

Ya está en marcha la nueva ronda de reuniones que el Jefe del Estado ha iniciado para encontrar a alguien a quien encomendar la tarea de formar Gobierno. En la primera tentativa regateó su responsabilidad haciendo el juego al “Registrador” ¿Por qué? Pues porque facilitó una declinación al encargo sin haber hecho  la propuesta oficialmente.
Para poder rechazar la invitación, esta debería haber sido realizada a través del Presidente del Congreso y una vez puesto el nombre sobre el tapete es el momento de decir que no se está en condiciones de cumplir con el cometido encomendado. No es necesario ser catedrático emérito de Derecho Constitucional para llegar a tan simple conclusión. No se puede objetar lo que no ha sido previamente propuesto. Únicamente existe una forma de realizar oficialmente la proposición: la comunicación al Presidente de la Cámara del candidato señalado por el Rey.
Pero no, la corona se inhibe y hace el enjuague de no nombrar responsable de conformar Gobierno. Actitud más que complaciente  con aquellos que esperan tensar la cuerda hasta conseguir la “Gran Coalición”.
De las profundidades del Pleistoceno han surgido los dinosaurios políticos que estaban sumidos en un profundo sueño, desperezándose de su somnolencia aparecen carcamales como el ex ministro de la patada en la puerta (Corcuera), el tránsfuga ideológico Leguina, Felipe González (el Tiranosaurio Rex del partido) y su alter ego Alfonso Guerra.
Todos coinciden en el tratamiento que debe ser administrado al PSOE para taponar la hemorragia de votos que sufre por la izquierda: Desplazarse a la derecha ¿Más todavía? Pues sí. Confían en que la atomización de las propuestas que surgen a su izquierda sea lo bastante severa como para que no haya una alternativa lo suficientemente fuerte que pueda saltar los obstáculos que coloca en el camino una ley electoral chapucera aderezada con el reparto según D´Hondt.
Produce grima oír a Corcuera hablar del respeto a la Constitución y a las leyes, cuando él tuvo que ser corregido por el Tribunal Constitucional en su etapa de Ministro del Interior. La secuela de su inconstitucionalidad fue la puerta de salida del Ministerio. Bien visto parece un minúsculo error. El hecho de saltarse derechos fundamentales con la llamada “Ley de la patada en la puerta” hoy en día no tendría más consecuencias que una reprimenda de su abuelita. 
Lo de Leguina casi no merece la pena tenerse en cuenta. Habitual tertuliano de TeleMadrid y otras cadenas afectas al Régimen de Esperancita, vaga cual alma en pena en pos de un hueco en el que colocar sus posaderas. El ex – presidente madrileño cavila como devolver el favor a su bienhechora, la insigne condesa consorte de Bornos, por rescatarle de la calle. El agradecimiento de Leguina es directamente proporcional a su falta de inteligencia y escrúpulos. 
Los estragos que el paso de los años produce en la mente humana podrían estudiarse mediante el análisis del comportamiento de los otrora Factótum Supremos del “socialistismo” patrio ¡Quien os ha visto y quién os ve!
Los antaño cachorros de Suresnes han evolucionado desde el marxismo a no sabemos dónde pero desde luego, su ideario actual,  dista mucho de parecerse al de personas que tengan un ligero poso catalizador de justicia igualitaria.
La coincidencia de sus análisis políticos a la actual situación y las recetas que prescriben para superar la catarsis en la que se encuentra sumido el país, muestran tal concomitancia con las que nos regala Jose María Aznar que difícilmente distinguimos a unos del otro, salvo por el acento andaluz  del dúo sevillano y la poca gracia que habitualmente acompaña al que en su día actuara como “bufón” de Bush.
Las presiones externas emanadas de Bruselas, el FMI, los Mercados, El BCE y demás mandantes poderes, vienen acompañadas de coros locales de cortejo. Los lacayos como González y Alfonso  ponen toda la carne en el asador para seguir reduciendo a cenizas el Estado de bienestar en España y beneficiar a sus patronos. Las medidas a adoptar irán encaminadas a seguir quemando derechos en pos de una supuesta recuperación económica en una sociedad tristemente castrada por los depredadores.
Probablemente la “Gran Coalición” no sería tan aplaudida por los miembros del selecto Club de “amos” si el Gobierno que resultara de semejante apaño  tuviera la menor intención de recuperar la soberanía nacional para devolvérsela a sus legítimos propietarios: La ciudadanía. Naturalmente ese es otro cantar.

sábado, 23 de enero de 2016

Huir o declinar

Una de las grandes tareas de Estado que le son atribuidas al portador de la corona es la de proveerse de un ábaco e ir pasando bolitas de un lado a otro para, al final de tan ardua misión, llegar a la conclusión de la posibilidad o imposibilidad que la aritmética otorga a los aspirantes a formar Gobierno.
Tras los representantes de las formaciones minoritarias - unos con excesivo peso en relación a su representatividad (partidos de nacionalismos periféricos) y otros con su peso especifico minusvalorado (UP es el ejemplo más evidente) por mor de una ley electoral confeccionada a medida de los defensores a ultranza de privilegios ajenos a la necesidad de las personas – le llegó el turno a los tres gallos del corral: Iglesias, Sánchez y Rajoy.
Las conversaciones de Felipe VI con los líderes de Podemos y PSOE deberían haberle inducido a pensar que, con las cuentas que le salían en su aparato contador, no iba a ser Mariano Rajoy la apuesta más certera. Pero no, “El Preparado” se atuvo al guión y propuso al líder de los populares la formación de Gobierno. Como no podía ser de otra forma el Registrador declinó el ofrecimiento.
Que Rajoy no tenía adhesiones suficientes para emprender la tarea era tan público y notorio después de las manifestaciones de los visitantes de la Zarzuela, que un niño de tres años hubiera adoptado la decisión de abrir otra ronda de conversaciones sin necesidad de colocar al Presidente saliente en la tesitura de comparecer en rueda de prensa para explicar lo obvio.
Esa es una de las grandes tareas encomendadas a la Jefatura del Estado, la otra es procrear para asegurar la pervivencia de la dinastía en la cúpula de la Institución. Con estos dos grandes cometidos se articula la justificación de la estructura estatal en forma de Reino. Bueno, no nos olvidemos la base en la que se sustenta que no es otra que el mando supremo de las Fuerzas Armadas, siempre le quedará a la monarquía española el recurso utilizado por sus antecesores para obligarnos a acatar su primacía sin rechistar: La Fuerza.
Un mes después de las votaciones estamos en el punto de partida; Rajoy continúa con la cantinela de apelar a que ha sido la formación ganadora. Todavía no se ha enterado que para ganar necesita un resultado que le proporcione 176 diputados por lo menos. Por debajo de esa cifra es el primero de los incapacitados para formar Gobierno. La capacidad de formarlo se la tendrá que ganar con acuerdos parlamentarios. Si no lo consigue seguirá siendo el primero de los desautorizados.
Ahora bien, si entre las demás opciones aparece una con apoyos externos suficientes esa será la legitimada para formar Gobierno y por ende, la opción preferida por los españoles pues han depositado en las urnas su voluntad de ser representados. Tal y como la ley electoral proclama.
Rajoy no ha dado un paso atrás, ha sido empujado. Cuando utiliza la cifra de votos que ha obtenido (7.215.530)  para descalificar otras alternativas, esconde – de forma artera - la cifra de todos los que no le han votado (29.295.422).  Si nos atenemos a la insolvencia que posteriormente ha exhibido para alcanzar acuerdos con los representantes de otras formaciones, esta es la cantidad de votantes que NO quieren que Mariano repita como Jefe del Ejecutivo. Por cierto, tras el desaparecido Suarez (Calvo Sotelo no se presentó a la reelección)  va a conquistar el dudoso honor de ser el primer Presidente/candidato que no resulta reelegido.
Se abre un tiempo nuevo, esperemos que sea de acuerdo y no de negociación. Parece lo mismo pero dista bastante; negociación deriva de negocio y en este campo las partes actoras buscan el beneficio propio aún a costa del resultado negativo para su interlocutor. En el negocio la consecución de ganancias propias prima sobre las pérdidas provocadas a la parte contraria.
En cambio los acuerdos se fundamentan en la discusión de objetivos, se ceden unos y se aceptan otros, se desplaza el beneficio propio por alcanzar un bien común.

La posibilidad de acuerdos tras la huida de Rajoy presenta un escenario que no se debe desaprovechar. Una vez enviado Rajoy al Registro de Santa Pola a lamerse sus heridas, sería muy mal entendido que la alternativa propuesta no alcanzara acuerdos solventes que barrieran el lodazal en el que nos han sumido cuatro años de  servilismo a intereses de grupos de presión representados por la Troika y el club Bilderberg. Adiós Rajoy adiós tanta paz lleves como tranquilidad dejas. 

miércoles, 13 de enero de 2016

El avestruz y la mosca

Es muy complicado hacer  distingos entre  los bobos: Aunque se pinten de diferentes colores cuesta saber quién es quién.  Sucede lo mismo con los nacionalistas, cuesta trabajo discernir entre la postura de un nacional/catalanista y un españolista recalcitrante.  Tienen diferencias insignificantes  los pueriles razonamientos de Pantuflo Inda o de Contrito Marhuenda con las posturas que desde CDC–CUP vienen esgrimiendo en sus reivindicaciones.
La confluencia entre las actitudes de los comunicadores y de los secesionistas viene dada por la adopción de la postura del avestruz acosado por la mosca cojonera: Escondo la cabeza en un hoyo y a partir de ese momento nada de lo que acontece en el exterior es relevante, cree el avestruz, en tanto la mosca decide porculizar al emplumado bicho hasta límites insoportables.
Unos (los españoleros) han decidido mirar hacia otro lado y de esta manera, sin afrontar los problemas, les parece que estos dejan de existir. Para esta grey el asunto catalán no pasa de ser un capricho de cuatro desaprensivos antipatriotas que únicamente buscan romper la unidad de la “Patria”.  Su táctica se basa en no darse por enterados.
Los otros (los independentistas) han encontrado una ganga en la actitud de una formación política (PP) cuyo lema es “Contra Cataluña las votaciones salen mejor”. Esa postura ha facilitado sobremanera su papel de mosca cojonera concediendo múltiples adhesiones a su programa secesionista.
El ejemplo más claro del comportamiento del avestruz nos lo ofreció Rajoy cuando, ante una pregunta sobre la corrupción que asola a su partido, contestó con el parte meteorológico. Una vez instalados en ese nivel político/intelectual ¿Qué se puede esperar?
Ahora no tiene ganas de encarar el problema que le ha surgido en Cataluña. Sentado en su sillón, leyendo “El Marca” y fumando un puro apurará los últimos instantes de su mandato para dejar encallado un problema de extrema gravedad.
Como todos los ineptos “El Indolente” piensa que el problema lo tienen otros. En esto tiene razón, su incapacidad ha creado un problema que tendremos que arreglar entre todos y entre todos lo pagaremos. La solución puede ser tan costosa como “El Indolente” decida  pues parece  ser que  se lo vamos a  permitir.
 Los actores de esta ópera bufa han conseguido confeccionar un traje en el que no cabe el cuerpo del difunto. La mortaja que han cosido se va a abrir por las costuras porque los costureros/as de la prenda han utilizado hilos podridos que no sujetan ni las gomas de la ropa interior.   
A los personajes de sentimiento ultra nacionalista español cualquier discrepancia con su concepción de Estado les resulta un atentado contra la cacareada unidad de la Patria. Su férreo inmovilismo les ata la neurona dejándoles incapacitados para pensar en alternativas que den respuesta a cualquier circunstancia que escape de su esquema mental. Acostumbran a argumentar razones de índole histórica para reforzar sus tesis.
Los argumentos históricos que usan no afectan a los pueblos. Todavía no saben que  los pueblos no tienen ese tipo de Historia, únicamente la padecen. Sufren las historias de los amos que son los que se unen y se separan para agrandar los límites de sus fincas (dominios). Los dueños (reyes o nobles) son los que declaran guerras para apropiarse los reinos colindantes. Ellos ganan y pierden las batallas y acaban siendo los actores de “su” historia. Las víctimas son las personas obligadas a participar en esas disputas. Las clases dominantes escriben la historia de sus hazañas, las clases humildes son obligadas a cambiar su herramienta de trabajo (la azada, el martillo, el horno de panadero, la escofina, el formón o,…)  por la lanza o la espada para morir defendiendo las propiedades del “señor”.  Los huérfanos agonizarán de hambre ante la falta de quien les proporcionaba el sustento. Los príncipes brindaran por la victoria o se exiliarán para lamerse las heridas de la derrota y preparar la reconquista de lo perdido.
Los estados son entes vivos y en continuo proceso cambiante, exactamente igual que los seres que lo conforman. Argüir razones históricas para  modificar o NO modificar las estructuras del Estado es tan banal como apelar a la tradición para mantener privilegios. Ambas cosas se transforman con reformas vivas.
Valga como ejemplo la caída del Imperio Romano, el cual  desapareció sin más motivo que el empuje de una nueva fuerza social ¿Seguro? Categóricamente NO, el amo de la finca vecina extendió sus lindes y se quedó con el territorio. Los humildes (romanos e invasores) seguían levantándose por las mañanas a trabajar y seguían acostándose con hambre.  Los dirigentes del Imperio fueron los que perdieron posesiones y los nuevos amos los que disfrutaron prebendas. En uno y otro lado la muerte y el dolor afectaron sobre todo a los parias sin historia. Lo único que tenían era existencia, hasta que dejaron de existir en aras del destino superior como era la defensa o el engrandecimiento del cortijo (la patria) del amo.
Basta de tópicos sobre la historia. Esa historia la escriben cuatro cronistas de sociedad y naturalmente escriben sobre quien les resulta importante. La historia se parece mucho al actual “Hola” pero trasladado a libros de texto.  
La Historia de los pueblos consiste en recordar las luchas para que sean reconocidos los derechos. La sangre y la muerte de los esclavos fue lo que terminó con la esclavitud. El derecho a la libertad ya existía, la rebelión de los sometidos consiguió que fuera legal y socialmente reconocido. Los derechos no se otorgan, tan solo se reconocen y se articula legalmente su defensa.
Los Estados modernos tendrían que enterrar  mucha de su historia para intentar ocultar sus miserias. Hitler es historia, Franco es historia, Stalin es historia o yendo más atrás, Nerón y Calígula son historia, en cambio sus víctimas son números anónimos en una estadística y a veces ni eso, en ocasiones son cantidades aproximadas de cálculos al azar.
Con esos antecedentes las posturas de ser o no determinado ente nacional tiene exiguo sentido. Los defensores de España por encima de todo se debían preguntar: Si desparece España ¿qué? Pues nada, aparecerá otra entidad creada por los poderosos para someter a los desfavorecidos.
¿Cataluña Estado? ¿Para qué? Pues probablemente para que los payeses del Ampurdá o El Maresme sigan trabajando como mulas para los nuevos amos: Los banqueros, sus socios y sus amigos.
Hasta este punto nos han traído dos animales: un avestruz que es incapaz de afrontar los desafíos por incapacidad y una mosca cojonera que a toda costa quiere su parte de pastel sin importarle las consecuencias.
En medio de semejantes lumbreras estamos todos los demás ¿Balcanización española? Es probable.
¿Intervención de la Guardia Civil o el Ejercito? Más que posible según mentes tan “privilegiadas” como el Ministro del Interior en funciones.

¿Conflicto social de difícil solución? Seguro. El ego diferenciador será alimentado para que los tontos de ambos lados culpen al otro bando de todos sus males. Quien gana seguro es el amo del cortijo.  

sábado, 9 de enero de 2016

La ilusión de los niños

Se acabó, un año más hemos soportado el éxtasis de la Navidad. En esta ocasión las fiestas han estado marcadas por la incertidumbre que suponen los resultados de las elecciones del día 20 de Diciembre. Llegar a fechas tan señaladas sin tener un gobierno “serio” le está provocando urticaria a más de uno y una. Sospechamos que ese y no otro es el motivo de su nerviosismo y picazón.
Claro que el único culpable de la situación no es otro que el “Señor de los hilillos” por marcar la cita electoral en día tan cercano a las fechas navideñas. Si hubiera convocado a los votantes en el mes de junio, se habría llegado al discurso del “Preparado” con el Gobierno formado o, cuando menos, hubiera tenido lugar la segunda cita a la que irremediablemente nos estamos viendo abocados.
Pero no, Mariano prefirió cerrar los presupuestos del Estado para el año 2016 y de esa forma tan simple atar las manos de sus sucesores con un nudo fuerte cual son las finanzas del país. El próximo Presidente del Ejecutivo tendrá motivos sobrados para hablar de la herencia recibida. Esta va a ser en forma de compromisos fehacientes con pagos y gastos establecidos. Por lo demás, para Rajoy, una vez destinado ¡Por fin! a hacer acto de presencia por el Registro de Santa Pola, la tentación de apurar un tiempo  más de indiscutible líder le debió parecer irrechazable. Total en unos meses los españoles no iban a dejar de ser “muy españoles y mucho españoles”, también “un vaso seguiría siendo un vaso y un plato un plato”.
Con semejante panorama apareció en pantalla Felipe VI para soltar el consabido discurso de las “entrañables fechas”. El marco elegido fue el palacio real, espacio ideal para escenificar la modestia y sobriedad del monarca. Con España descosiéndose por las costuras de siempre el Jefe del Estado optó por hacer gala y ostentación de grandeza y poder. Mensaje para los díscolos, la ley suprema le otorga la jefatura de las Fuerzas Armadas y a las mismas el Artículo 8º de la Sagrada Constitución de 1978 les encomienda la defensa de la unidad de la Patria. Aviso a navegantes. 
En la recepción de la Pascua militar el Ministro de Defensa en funciones hizo hincapié en la misión confiada al estamento militar. Que luego nadie diga que no estaba avisado.
La traca final de las Navidades siempre llega con la festividad de los Reyes Magos.  Nacido el niño, soportadas las inocentadas y acabado el año, tan sólo queda conceder a los pequeños alguno de los deseos por los que llevan suspirando desde que comenzaron las vacaciones. El gordo barbudo del ridículo traje rojo ha venido a paliar algo la espera, pero los tres Magos de Oriente siguen teniendo mucho tirón entre los habitantes de la piel de toro.
Las alarmas se han encendido con inusitada virulencia por la cabalgata de los monarcas que tuvo lugar en la Villa y Corte de Madrid.
La oposición en el Ayuntamiento de la Capital ha tocado los clarines para condenar a la Alcaldesa Manuela Carmena por transgredir las tradiciones y jugar con la ilusión de los niños. Cayetana Álvarez de Toledo y demás comparsas del Partido Popular no le van a perdonar NUNCA, a la regidora, que hiciera añicos la “ilu” de su nena.
¡Vaya por dios! Dejando a un lado el dudoso gusto del vestuario de los Reyes, tan condenadamente feos que parecían diseñados por Ágata Ruiz de la Prada, el principal asunto de decepción se debió a que una mujer participara en la cabalgata con rango de Reina Maga ¡Intolerable atentado contra las vetustas tradiciones! Eso sí que rompe la ilusión infantil.
Que millones de padres  lleven años desempleados no desilusiona a las criaturas, que les desahucien y expulsen de sus casas no les entristece, que su madre esté explotada en trabajos temporales no les perturba, que sus hermanos sufran el 50% de desempleo juvenil les deja impertérritos, que otros hermanos más mayores celebren las Navidades en Alemania o en la Cochinchina debido a la movilidad laboral de Doña Fátima no les altera. Sobre todo a la niña de la marquesa que no va a sufrir ninguno de esos avatares.
Lo  verdaderamente importante – para la mamá - es ver a una mujer y no un hombre vistiendo una porquería de disfraz. No haber utilizado, para la ocasión, a un viril y bizarro muchachote  cómo “dios manda” y marca la tradición religiosa desde el siglo XVI (según dicen los entendidos en materia monárquica oriental). Eso es lo que rompe sus esquemas de noble con privilegios y lucha con denuedo para salvaguardar  la cándida ilusión de su pequeña.
Había otra tradición que quizás eche en falta Cayetana: La que impedía a las mujeres viajar sin “permiso” del marido o tener una cuenta bancaria sin autorización marital o paterna, esta costumbre era probablemente anterior al siglo XVI y figuraba entre las eclesiásticamente bien vistas. Esta tradición, al igual que otras del mismo pelaje,  fue modificada por la Constitución de 1978 y las leyes que en ella se amparan. Para una Institución Pública regidora del Municipio es  una prueba de igualdad que los personajes imaginarios pudieran ser de cualquier sexo y condición sin que los ultra católicos se atribuyan la propiedad de los acontecimientos populares. Ya han comenzado la campaña para que las cabalgatas las organice el Obispado, de ahí a solicitar que sea el señor Obispo quién conceda el permiso de conducir o expida certificados de buena conducta no hay más que un paso. Los Rouco, Munilla, Blazquez, Osoro, Martinez, Reig Pla, Cañizares… estarán encantados de retomar el poder civil y así sus memeces  verbales no serán criticadas y pasarán desapercibidas.

En estas ocasiones me apunto a la idea de un buen amigo que dice: “Desde hace tiempo a los Reyes únicamente les pido que se vayan”.