sábado, 28 de agosto de 2021

El juego de las diferencias

 

No debería de extrañarnos. En tiempos pretéritos, cuando la patria hispánica estaba más tiesa que la mojama de Tánger, Manuel Fraga, a la sazón ministro de Franco y posteriormente fundador del germen irradiador del  Partido Popular,  manifestaba urbi et orbe que “España es diferente”. Tenía razón, ¡Vaya que sí!

El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha dictaminado que la sentencia dictada por el Tribunal Supremo de España, en la cual fue condenado por prevaricación el juez Baltasar Garzón,  no había respetado la presunción de inocencia y el acusado no había tenido un juicio justo.

El Tribunal Supremo de España y el Tribunal Constitucional NO ofrecieron al ex juez oportunidad alguna de recurrir a una instancia superior. Extremo este que también ha sido condenado por  la ONU.

El mencionado organismo de Naciones Unidas insta al Estado español a restituir el daño ocasionado al Juez Garzón. El dictamen otorga a España un plazo de seis meses para presentar alegaciones.

Como respuesta a la resolución de la ONU, el Tribunal Supremo – tan caducado como el Consejo General del Poder Judicial – y presidido por el mismo señor (que si en lugar de juez fuera un yogurt estaría en el cubo de reciclaje urgente), se pone farruco y dice que se pasa por el forro los dictados del Comité ¡Toma y toma!

Con una gracia que no se puede aguantar, el Tribunal Supremo dice que: “el Dictamen del Comité de Derechos Humanos de la ONU no es equiparable a una resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y recuerda que, según la Ley Orgánica del Poder Judicial, solo las resoluciones de Estrasburgo (TEDH) habilitan la revisión de las sentencias”.

La declaración ofrecida por el TS oculta que España deberá presentar sus «explicaciones o declaraciones escritas» y avisar si ha adoptado medidas sobre el caso del ex juez Baltasar Garzón en un plazo de seis meses ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU), según lo establecido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

En el marco del procedimiento, y según lo establecido en el artículo 106 del Reglamento del Comité, se designará a un «relator especial» para hacer seguimiento al dictamen aprobado a fin de «cerciorarse» de que España ha tomado medidas para «dar efecto» a la resolución.

Naturalmente España puede pasarse por el arco del triunfo la resolución. Aunque deberá tener en cuenta las consecuencias que se deriven por no atender las directrices que emanan de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

En cualquier caso, no dejará de ser una nueva llamada de atención internacional, ¡otra más! A las actuaciones de los tribunales de justicia nacionales.

Siguiente parada en la estación condenatoria al Estado español: Tribunal Europeo de Derechos Humanos  (TEDH) y la corrección que hará del proceso condenatorio de los jóvenes de Alsasua. Reyerta de borrachos en un bar convertido en un acto terrorista por mor de una judicatura trasnochada.

¿Hasta cuándo vamos a tener que vivir con la vergüenza de las actuaciones del Órgano de Gobierno de los jueces y por ende de magistrados agarrados a las ubres del poder? 

¿En qué instante llegará un atisbo de comportamiento democrático al Poder Judicial?

Que España necesita una revolución más que el comer es una realidad incontestable.

Falta por definir qué tipo de proceso revolucionario se ajusta mejor a las necesidades de la peculiar  idiosincrasia hispánica.

¡Eso sí! Siempre teniendo en cuenta que el proceso será doloroso y no estará exento de dificultades.

El panorama nacional demanda una pronta reacción de la sociedad civil “civilizada”, antes de que la facción “incivilizada” - que lamentablemente avanza - decida  preservar privilegios propios  a costa de derechos universales.

La situación político-social en otros países no nos es tan ajena y tan lejana.   

Las actuaciones de colectivos como Hazte Oír, El Yunque, o Abogados Cristianos son la punta de lanza de una operación a gran escala que pretende devolver a la sociedad española a las catacumbas del integrismo nacional-católico.

Hoy han encontrado en Afganistán la piedra angular que justifica su proyecto: ¡Nos acecha el islamismo! gritan sin cesar, ¡Laminarán los derechos civiles de mujeres y de colectivos desfavorecidos! La propaganda lo soporta y aguanta todo.

La realidad es que los postulados que nos ofertan desde de derecha extrema y extrema derecha no difieren gran cosa del modelo social que propugnan los barbudos con turbante. Quizás la longitud de la falda de las mujeres y la posibilidad de que elijan peinado. Para el resto de las cuestiones femeninas usaran el reglamento  del obispado titulado  ”Cásate y sé sumisa”. 

Los atentados de Kabul han dado en los morros candorosos de los dirigentes de las potencias mundiales.

Parece que los talibanes no lo controlan todo. Los acuerdos a los que llegó Trump, que Biden no cuestiona y que la EU no sabe no contesta, no alcanzan a la totalidad del país.

Ahora resulta que el ISIS afgano, primo del ISIS Sirio atenta contra los americanos en Kabul a pesar de estar financiados por EEUU para derrocar al régimen de Damasco. Bashar al Asad tiene que estar meándose de risa.

Y en España ¿Gobierno y oposición empezarán a pensar con miras de Estado o se distraerán con otras cosas? ¿Se centrarán en los problemas domésticos o jugaran al Stratego?

Nos quieren conducir hacia una sociedad dormida igual que la de los años más oscuros que soportamos con el felón.

Hablan de libertad para tomar cervezas y niegan la libertad en el trabajo con leyes que cercenan derechos básicos.

Su libertad religiosa atiende a los dictados de la Conferencia Episcopal, ¿Suena parecido a un talibán?

Soportan la Democracia siempre que ellos ganen las elecciones, en caso contrario – igual que en el 36 – buscaran la manera de recuperar el Gobierno para mantener el poder ¿Parecido a Afganistán?

En tiempos recientes hemos asistido a infamias por haber entregado temporalmente el Gobierno, aunque  nunca han perdido el poder. Los ejecutivos de Felipe González fueron una buena muestra de sumisión a los amos. El antaño socialista, hoy en día sigue recibiendo sus jugosas propinas electrificadas.

Desde 1978 arrastramos muchas taras. Se hicieron muchas concesiones camufladas bajo el: “había una gran presión y peligro de involución”.

A día de hoy nos siguen presionando con la misma cantinela. Cada vez que se habla de reformar la Constitución sacan espantajos del nacionalismo hispánico haciendo evidente el peligro de asistir a aventuras golpistas.   

Estamos corriendo el riesgo de que la estulticia nos aborregue y  se vuelvan a ciscar en nuestro futuro.

 

jueves, 19 de agosto de 2021

El nuevo orden

 

Es el eterno dilema: los que maman no quieren soltar la teta y los hambrientos luchan por sobrevivir ¿Qué prevalece?  ¿El derecho al bienestar de los múltiples desfavorecidos o el mantenimiento de escandalosas canonjías  de unos pocos a costa de la mayoría?

En eso consisten los procesos revolucionarios que la humanidad ha llevado a cabo ¿Nos conformamos con ver pasar la vida por delante de nuestra puerta, o nos hacemos partícipes de ella agarrándola con todas nuestras fuerzas? El futuro está en juego.

No parecen los momentos más propicios para hablar de revoluciones cuando el mundo occidental se mece somnoliento ante los convulsos sucesos afganos.

Los acontecimientos colocan a cada cual en su sitio y a pesar de los sabios que iluminan con su sapiencia las rotativas y medios de comunicación, la tozuda realidad de los hechos ha acabado enviando al cubo de la basura la misión de pacificadora modernización que los amos del mundo fingían llevar a cabo.

Será porque ya han arramplado con todo lo que tenía el país, o porque ha dejado de ser rentable, pero el caso es que el macarra que habitaba la Casa Blanca decidió abandonar a los títeres que simulaban dirigir Afganistán.

A continuación el pusilánime inquilino actual ha sido incapaz de asumir la responsabilidad que conlleva ser el presidente de la primera potencia intervencionista del mundo. 

Meter la narices - y las manos – en las casas ajenas, exige lavarte si te manchas, arreglar lo que estropeas, ordenar los que trastocas. En definitiva, si ejerces de gendarme de la humanidad estas obligado a establecer las condiciones de vida con las que has abanderado la invasión de unos territorios que no te pertenecen.

Una vez que has decidido ofrecer una alternativa de vida a los habitantes del territorio, no es de recibo que te inhibas a favor de aquellos a los que considerabas la esencia del mal. Los habitantes, ¡Todos los habitantes! Quedan expuestos a peligros reales por su condición de seres que sobrevivieron a la invasión imperialista.

La reconstrucción hubiera hecho necesaria una inicial demolición del podrido edifico que sustentaba la tiranía y sobre el solar comenzar a cimentar una sociedad justa, equitativa, libre y paritaria.

Claro que la inicial tiranía fue ayudada a alcanzar el poder combatiendo un estado que había desterrado a una tiranía que detentaba el poder… ¡Cuánto interés por un desierto sin valor! ¿Sin valor?  Un informe conjunto de la ONU y la UE de 2013 estimó en un billón de dólares el potencial de todos los recursos subterráneos del país.

Guillaume Pitron, autor del libro "La guerre des métaux rares" (La guerra de los metales raros), explica que Afganistán dispone de una enorme reserva de litio no explotada hasta la fecha.

Las tierras raras (el neodimio, el praseodimio o el disprosio), cruciales en la fabricación de imanes utilizados en industrias del futuro,  como la energía eólica o los vehículos eléctricos, también abundan en Afganistán.

¿Empezamos a entender la situación?, ¿comenzamos a comprender que buscan  las intervenciones de potencias extranjeras en Afganistán?

Al igual que tenemos conocimiento de los hechos de la segunda guerra mundial por medio de los panfletos propagandísticos de Hollywood y los USA son los salvadores de la humanidad, de la intervención yanqui en Afganistán nos están informando patéticos lameculos del poder.  Y por supuesto Hollywood.

Ya ha comenzado la desbandada de seres humanos huyendo de la barbarie que les espera tras la caída de Kabul en manos de los talibanes.

El terror comenzará a ser distribuido en tazas grandes para que no quepa la menor duda de las intenciones de los nuevos “señores de la guerra”.

El pueblo afgano - culpado de colaborar con los invasores - sufrirá las consecuencias de la retirada de las potencias del primer mundo.

Entretanto “los tertulianos españolotes” tratarán de  ridiculizar la aspiración de paz que manifestaron millones de “españolitos” de a pie en contra de la guerra.

Con el uso de papel y micrófonos aprovecharan las desgracias afganas para tildar de hipócritas a los que con la nueva ecuación de poder reclaman una intervención internacional.

Es deplorable el grado de servilismo que muestran estas sabandijas a quien les pone el pienso en el pesebre y el desprecio con el que tratan a todo el que discrepa de su integrismo libero-capital.

Para estos integristas del liberalismo la pérdida de derechos humanos será otro de los daños colaterales.

La situación de las mujeres de nuevo  pasará desapercibida. Nadie reparará en ellas pues estarán ocultas bajo trapos.

 

viernes, 16 de julio de 2021

Actores secundarios

Vayamos por partes: España tiene sin resolver muchos y graves problemas de configuración territorial, administrativa, económica, social, política y jurídica,  consecuencia sin lugar a dudas de su desarrollo como entidad nacional.

Los equilibrios para poder convivir los diferentes territorios, culturas, sociedades, costumbres y entidades han sido siempre complejos y nada fáciles

Los señores del lugar ejercían su influencia como dueños de las tierras, vidas y haciendas que usaban como propias. Mientras pudieran dar rienda suelta a sus desmanes y el mínimo deseo se viera satisfecho poco importaba la ordenación del país, el derecho de las personas o el bienestar de la gente.

La llegada del primer Borbón al trono de España no sirvió para solucionar los problemas. Es más, de inmediato comenzaron a gestarse rebeldías nacionalistas de territorios que durante siglos habían mantenido un difícil equilibrio en sus relaciones con la Corte Central.

La impuesta unidad no llevaba necesariamente acoplada la sumisión a unos principios inamovibles de actuación. El centralismo no es garantía de justicia o equidad y por otra parte  los componentes diferenciadores no deben ser tratados como folclore para visitantes.

Si a esas discrepancias le sumamos la idiocia del borbónico monarca, sus desequilibrios psiquiátricos, su tendencia a sufrir estados depresivos y sobre todo el poder absoluto ejercido por un paranoico que se creía una rana, es fácil entender el motivo por el cual la dinastía francesa desembarcó en España a bordo de un bajel cargado de humillación hacia los nativos, de injusticias con los humildes y de desprecio a las costumbres.

El Borbón derogó los acuerdos que habían mantenido el difícil equilibrio entre los diferentes  reinos y vació de contenido los derechos forales de los territorios.

Felipe V intentó trasladar a Madrid lo que su abuelo imponía en París. Grandísimo error que hoy seguimos padeciendo. Aquellos barros nos traen una buena parte de los presentes lodos.

En Francia hace tiempo que se libraron de la opresión de los Borbones. Aquí seguimos soportando su presencia aunque sepamos que  la monarquía es la imposición caprichosa de un genocida golpista.

La capacidad de sumisión del nativo hispánico es legendaria, las novelas de aventuras nos relatan las gestas de héroes patrios, humildes y sacrificados. Lo que no nos cuentan es lo harto que están los españoles de sus próceres y gobernantes, de sus obispos y curas, de sus generales y jueces. Por supuesto ocultan lo mucho que el pueblo tolera de esa chusma.

Los generales se levantan en armas contra la población y la mata usando las armas que la plebe financia. Orondos obispos y curas - alimentados con las dádivas del vulgo - bendicen el genocidio que los uniformados cometen. Los próceres recaudan dinero esquilmando a los trabajadores para financiar la masacre y los jueces nombrados para impartir justicia aplican las leyes en función de sus simpatías por el imputado ¡En nuestro país el proceso es fácilmente reconocible!

A día de hoy resultan inaceptables algunos comportamientos de servidores públicos, la desfachatez de renombrados políticos, la impunidad de miembros de altas instituciones y por encima de todo, no son de recibo determinadas decisiones judiciales.

Sin la complicidad de los magistrados sería impensable el abuso de comportamientos a los que hemos asistido y seguimos soportando.

Revertir el daño ocasionado tendría que ser (y de hecho es) el móvil principal de la justicia. En cambio hemos comprobado que tanto la Hacienda Pública como la Fiscalía han permanecido convenientemente quietas para dar tiempo al defraudador - oportunamente avisado - de las actuaciones que podrían incriminarle. Juan Carlos de Borbón ha llevado a cabo regularizaciones con el fisco que explicitan un claro reconocimiento de su conducta irregular.

Las últimas noticias conocidas es que el fraude no es colofón. Otras actividades, rayanas en la inmoralidad, aparecen como posibles causas de la escandalosa fortuna de un arribista. Las francachelas con conocidos traficantes de armas, parece que tienen  más recorrido que unas noches de alcohol y sexo. Se sospecha que hubo engorde de cuentas corrientes reales.

Mientras tanto los jueces y magistrados silban  mirando para otro lado. Deben estar esperando órdenes y claro como sus órganos de Gobierno están caducados, no saben a qué carta quedarse.

El CGPJ en funciones ahora se plantea una solución al bloqueo institucional que padece: La dimisión de sus miembros.

Esa grandiosa idea les pasa por la cabeza cuando llevan más de dos años en funciones, con su mandato caducado. En esa situación de interinidad se han atrevido a nombrar/renovar ocupantes de las principales salas jurídicas del país por periodos de larga duración. El tonto de mi pueblo había dado con la solución mientras se sorbía los mocos sin necesidad de hacer la difícil oposición a juez.

Los magistrados españoles van a necesitar que Europa les diga – otra vez más – que la justicia española dista mucho de ser justicia y que no está bien encanallar a un país por la puerta de atrás.

Tribunal Supremo y Constitucional han sido corregidos en varias ocasiones por Estrasburgo y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero no parece que ello inmute a sus letradas señorías.

La última ocurrencia de un tribunal caduco y caducado ha sido declarar INCONSTITUCIONAL el confinamiento del Estado de Alarma. Por seis votos a cinco. Lo pedía la derecha beligerante contra el Gobierno legal y naturalmente los miembros conservadores del Tribunal Constitucional se han apresurado a acatar las directivas de sus amos. En la vida política española siguen chupando cámara actores secundarios que nadie ha votado.

Esa y no otra es la democracia plena que disfrutamos ¡Lo que las urnas no dan los jueces lo prestan! 

martes, 15 de junio de 2021

Ni una menos

 

La cúpula de un partido que cada vez se parece más a una organización criminal - condenado en sede judicial - lleva tiempo alardeando de su dudosa inspiración democrática. Los comportamientos que adornan al Partido Popular deberían hacernos reflexionar como sociedad y preguntarnos si esto es lo que pomposamente  llamamos  democracia plena.

¡Solo nos faltaba una dosis de “paletismo” nacional-madrileño para completar la receta del coctel patrio de estupideces!

Ignoramos las motivaciones que han llevado a los votantes de Madrid a optar por la paradoja “a la madrileña” y aumenta nuestra perplejidad cuando la singular abanderada libertaria proclama a los cuatro vientos su desconocimiento de la Constitución del 78.

Desde las filas de su partido han tenido que corregir el último chiste de Ayuso que quiere otorgar al rey responsabilidades legislativas. Ocurrencias que se tienen cuando se es una anomalía democrática. ¡Todo el mundo sabe que el rey es irresponsable!

Claro que tampoco entendemos muy bien a la interfecta cuando nos alaba la forma de vivir en Madrid.

Si por “a la madrileña” entiende una ración de callos picantes, con garbanzos, derivados del cerdo y rodeado de chorizos; empezamos a entender a que se refiere Isabel Díaz Ayuso. El PP de Madrid presume de varios másteres en cuestiones de choriceo y sucedáneos.

Es perturbador que las extravagancias “a la madrileña” de una iluminada, asesorada por un individuo sin escrúpulos llamado Miguel Ángel Rodríguez sean premiadas. Aunque para ello haya tirado de  un nacionalismo palurdo y centralizador basado en un remake de la verbena de la paloma.

Por si no tuviéramos bastante Rosa Diez y su bufón filosófico nos obsequian con la estrafalaria propuesta patriótica en la plaza de las banderitas y escenifican lo peor de la estulticia nacional.

Mientras en Europa la derecha democrática se desmarca claramente de posiciones ultras en un intento de aislar los postulados fascistas y nazis, en España la derecha sigue sin pasar la página franquista. Tampoco superaría los obligados controles de calidad democrática y así resulta complicado distinguir al patriótico centro derecha de la extrema derecha patriótica.

Las dos son hijas de la misma hidra y han convivido bajo las mismas siglas durante años compartiendo postulados y objetivos.

Su unión duró hasta que el movimiento 15M trajo una nueva forma de hacer política que  asustó a los poderes fácticos.

Cuando el descontento ocupó calles y plazas trascendiendo las fronteras, los "apesebrados" vieron peligrar sus canonjías y se indignaron mucho. Tanto que retaron a los descontentos a presentarse a las elecciones.

La crisis del sistema financiero esparció a los cuatro vientos bonitas intenciones de regeneración social, hasta la ínclita Esperanza Aguirre habló de reconstruir el capital-liberalismo con fórmulas nuevas. No mencionó que sería con viejas recetas. 

Hartos de ser ignorados los perro-flautas se organizaron en un partido. Los que de verdad mandan vieron el peligro que representaba y potenciaron desde la derecha a dóciles alternativas que protegieran sus intereses. El bipartidismo oficial estaba a punto de desaparecer.

La fuerza de Ciudadanos con Albert Rivera engulló a UPyD de la indefinida oscilo-vacilante Rosa Diez.

Después se equivocó Albert Rivera, creyó que era alguien sin sus sponsors y que podía desafiarlos. Fin de su aventura, los magnates decidieron apostar por una opción con menos egos que hicieran peligrar sus intereses y más acostumbrada a obedecer. ¡Vamos lo que se llama un siervo de toda la vida! Y a lomos de un brioso corcel descendió Santi de las montañas.

La nueva ultra derecha se enraíza con la peor esencia nativa. En el centenario de Berlanga vuelve a resonar en nuestras cabezas “ Americano… te recibimos con alegría…Americano… Atapuerca sigue presente entre nosotros.

Desde la finalización del confinamiento  estamos asistiendo a un intolerable incremento de violencia machista. Una violencia negada por los ultras montanos que sostienen Gobiernos de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos del Partido Popular.

Los muy hijos de Santi hacen silogismos perversos equiparando todas las violencias. Y ¡NO! a los hombres no se les maltrata, violenta, abusa, viola, o asesina por ser hombres ¡NO! Los hombres padecen delitos.

Pero hay unos delitos que sufren las mujeres SOLO porque son mujeres. Es decir, para el maltratador no son más que objetos de su propiedad. Artículos animados sin vida propia, pensados y creados para el goce y disfrute del canalla que las atormenta.

Cuando el maltratador siente que se resquebraja el control sobre su presa, acude al ejercicio de múltiples métodos de tortura. Entre ellos hay uno que tiene nombre y es la violencia vicaria.

Con esta violencia lo que persigue el asesino es hacer el mayor daño posible a la mujer elegida como diana de su perversa mente machista. Hemos asistido a lamentables casos de frialdad de comportamiento de monstruos humanos.

Para acabar con la lacra de los asesinatos de mujeres son necesarias leyes más duras que también penalicen la negación del delito que se comete específicamente contra las mujeres. Una mayor protección a las víctimas y su entorno (hijas e hijos), mejor asistencia a las amenazadas y sobre todo otro modelo educativo y social en el que no tengan encaje las premisas de la derecha ultra nacional y católica.

Una sociedad en la que la mujer no sea un ser de segunda sacado de una costilla, un sistema que eduque en el respeto y la igualdad, un modelo que impida a un sacerdote culpar del asesinato de sus hijas a una madre a la que tacha de infiel.

¿No es delito la justificación de un asesinato? Habría que revisarlo para enseñar a los bocazas con sotana que hay barbaridades que no se pueden decir desde los pulpitos ¡Por muy de derechas que se sea monseñor!

sábado, 24 de abril de 2021

Estábamos avisados

Nos convencieron de que había que esconder las taras bajo un barniz de necesidad: las cosas se hicieron de la mejor manera que permitían las circunstancias.

“Las circunstancias” ¡Esas desconocidas! Debían de ser unas hermanastras malvadas que obligaron a los señores franquistas a exigir el mantenimiento de privilegios. Por lo visto también susurraron a los “singulares” Felipe González y Santiago Carrillo que traicionaran las aspiraciones de una población maltratada durante cuatro décadas. Nos cuentan que soportaron la amenaza de volver a “las cosas como dios manda”. ¡Ay la iglesia católica cuanto sabe de eso!

Según los defensores de la “Modélica” el chantaje era de tal calibre que no cabía más solución que pasar página y aceptar las condiciones de la rendición o arriesgarse a una involución de consecuencias catastróficas.

¡Si, de la rendición! ¿Cómo sino debe de llamarse a la ley de punto final (amnistía) que envió al limbo de la impunidad a los múltiples crímenes cometidos durante la dictadura?

Queda bastante aclarado que el caminar hacia la democracia fue un proceso vigilado por fuerzas reaccionarias afines al Movimiento Nacional ¿Podemos llamar a eso imposición fascista o lo seguimos llamando reconciliación y concordia?

En países hermanos hemos visto que el tránsito desde regímenes culpables de crímenes de lesa humanidad a una concordia nacional se hace tras la condena de los genocidas ¡Con leyes, juicios y condenas! En España fueron cubiertos con un tupido velo los delitos y los delincuentes.

El primer delito impune y no juzgado fue el levantamiento militar contra el Estado legal y soberano.

En España no ha tenido lugar un macro proceso que permita condenar con contundencia la insurrección cometida por servidores del Estado que juraron lealtad, por políticos sin escrúpulos que traicionaron al Estado, por el capital que sufragó el levantamiento y por la Iglesia que bendijo las atrocidades otorgando a la guerra el calificativo de cruzada de liberación.

Gracias a este tipo de desmanes es por lo que algunos - manipuladores de la historia y falaces comunicadores – venden, en las casquerías de la ignominia, la necesidad del pronunciamiento castrense y la equiparación de bandos en conflicto.  

A ver si nos enteramos de una vez: había un Estado legítimo, un Gobierno legal y una sociedad que mayoritariamente anhelaba avanzar. En frente se puso la rancia clase caciquil, el endémico feudalismo económico, el patético vodevil eclesiástico y como argamasa intervinieron algunos acomplejados generales de un ejército concebido para represaliar a la mísera población civil.

Después de caminar durante cuarenta años por una pantomima de democracia nos estamos dando de bruces con la cruda realidad: las tremendas deficiencias con las que fue concebida la débil criatura democrática.

España sigue sin solventar centenares de tropelías y abusos cometidos bajo el yugo del dictador: asesinatos, torturas, robos, expolios, fosas en las cunetas, miles de desaparecidos enterrados en cualquier lugar. Demasiadas  injusticias por solucionar.

Continúa siendo imprescindible acometer un proceso que juzgue la asonada militar que nos llevó a una cruel guerra para continuar con cuarenta años de oscuridad.

Iniciando ese proceso se acabarían las peregrinas teorías de los dos bandos, la apología del franquismo sería declarada delito y los partidos que vociferan su ideología de odio podrían ser expulsados del sistema tal y como se está haciendo en Alemania o Polonia.

Las reiteradas amenazas a los adversarios políticos, la apología del fascismo genocida, la utilización de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado de forma partidista, la manipulación y tergiversación informativa para adulterar la verdad deben de ser condenados con contundencia para que  episodios como los que hemos vivido repetidamente dejen de producirse o sean convenientemente sancionados por una autoridad judicial imparcial y dotada con las herramientas adecuadas.

Hasta que no llegue ese momento seguiremos con pronunciamientos políticos de altos cargos militares en situación de retiro y activo mientras la ministra Robles mira a las avutardas.

Se continuará cuestionando las decisiones del ministro Marlaska por no haber sabido ejercer su autoridad en tiempo y forma adecuada. Para cesar a un mando de responsabilidad de la Guardia Civil o de la Policía nacional únicamente tiene que alegar pérdida de confianza; sin más explicaciones. Cualquier otro tipo de argumento es dar pábulo a la intervención de un juez con ganas de protagonismo que alargue el proceso de cese del mando cuestionado.

Y mientras la legislación no se muestre contundente con la apología del fascismo y del franquismo tendremos a la cavernícola ultraderecha alardeando de matonismo. Todo ello  al compás de los coros mediáticos y las danzas de bastantes ignorantes con indeseables aspiraciones de supremacía de clase, de raza, de género, de religión o vaya usted a saber de qué.

Sus acólitos en realidad se esconden tras un caparazón de miedo irrefrenable al diferente, temerosos de perder lo que no tienen, pobres diablos que sueñan con la gloria inalcanzable de los poderosos en espera de ser recompensados con la migajas que sobren del banquete.

Las manifestaciones posteriores de responsables del PP (Ayuso, Almeida…), del candidato de Ciudadanos, marcando equidistancia entre los amenazantes y los amenazados reafirman la necesidad de una revisión legislativa que acabe con la tibieza.

Aunque lo que provoca estupor es el tiempo que  tardaron en reaccionar  Ángel Gabilondo y Mónica García ¿Tanta importancia tiene permanecer unos minutos más en antena?

 

 


sábado, 13 de febrero de 2021

¡Normalidad de toda la vida!

 

Tras haber padecido, durante gran parte de nuestra vida, la insufrible bota del pastoso genocida que pisaba nuestros cuellos, recibimos a la “modélica transición”  como un espejismo democrático que acudía a nuestro rescate ¡Que engañados estábamos!

Si lo analizamos con la tradicional mansedumbre hispánica, concluiremos que la situación político–social era tan lamentable que no podía empeorar; sucediera lo que sucediera ir a mejor resultaba bastante factible aunque fuera complicado.

La falta de libertades, la represión sistémica, las torturas, las sentencias a muerte dictadas y ejecutadas solo unos meses antes de la muerte del dictador, hacían que cualquier pequeño atisbo de luz fuera presentado como la explosión de claridad que nos rescataría de las sombras en las que nos veíamos sumidos ¡Pobres incautos!

Los trileros de la política consiguieron vendernos la estafa de una democracia vigilada envuelta en papel para regalo. Regalo del rey.

El dictador dejó atada la cuestión sucesoria colocando a Juan Carlos al frente de la Jefatura del Estado a título de rey. Previamente el Borbón aceptó el encargo de mantener y perpetuar el Régimen y juró los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional ¿Nadie se acuerda?

Una recua de ilustres franquistas también los había jurado y en cambio, una vez desaparecido el opresor, se ofrecieron como garantes perpetuos de una incipiente democracia. Un relevante fascista reconvertido en liberal y teñido de demócrata fundó Alianza (Partido) Popular y con él seguimos.

Hace unos días Pablo Casado alardeaba del número de padres de la Constitución que militaban o habían militado en el Partido Popular. Naturalmente obvió los ministros y altos cargos franquistas que habitaban o habían habitado en las filas de su partido.

La derecha española nunca ha pretendido, ni querido, renegar de sus orígenes totalitarios. Los comportamientos democráticos le resultan soportables siempre y cuando  sus expectativas de poder se vean satisfechas.

Si  los comicios  electorales le son favorables los votantes han decidido correctamente, si por el contrario les son adversos ponen en entredicho la capacidad de los electores y la limpieza del resultado, está en su ADN.

Para justificar el golpe de estado de 1936 recurrieron a difundir un falso fraude electoral. En fechas más cercanas - en 1993 - Javier Arenas gritaba desaforadamente que la victoria de la otra derecha, la de Felipe González, había sido un pucherazo ¡Maldita hemeroteca!

Los poderosos – la derecha – pueden soportar la discrepancia de opinión, pero no admiten la irrelevancia en el reparto. Verse relegado a figura contemplativa del devenir social en el que los parias tengan presencia y capacidad de decisión les resulta inaceptable.

¿Cómo solucionarlo? Pues al estilo tradicional, como Franco, Hitler, Mussolini o Trump. Se invaden las instituciones, son coartadas las libertades, se limitan los derechos y se vende una alforja de rancio nacionalismo que inflame los pechos de vasallos convencidos de la  superioridad dinástica mientras los dueños les mean en la cara.  

Comprobar las reacciones de algunos personajes ante recientes acontecimientos define con meridiana exactitud la calidad de la Democracia que padecemos.

Pablo Hasel entrará en prisión por cantar contra UN presunto delincuente y Rodrigo Rato saldrá tras robarnos a TODOS ¡Normalidad democrática!

Denigrar a un Gobierno legal y legítimamente constituido con difamaciones, falsedades y mentiras para conseguir doblegar la voluntad popular ¡Normalidad democrática!

Mirar para otro lado deshojando margaritas de un roble mientras se amenaza con fusilar a 26 millones de españoles ¡Normalidad democrática!

Que el Congreso  admita institucionalmente a un CGPJ caducado tomando decisiones que hipotecan el funcionamiento de los órganos judiciales los próximos años ¡Normalidad democrática!

Comprobar la utilización de los cuerpos de Seguridad del Estado para fines particulares de un  determinado partido (PP) condenado por prácticas antidemocráticas (dopaje financiero para ganar las elecciones) ¡Normalidad democrática!

Que las niñas y niños de Cañada Real tengan que estudiar con la luz de una vela y al tiempo le paguemos un elitista bachillerato en el extranjero a la hija del “Preparado” ¡Normalidad democrática!

Que despidan a un trabajador porque rotule que la nieta se va a estudiar fuera igual que se marchó su emérito abuelo ¡Normalidad democrática!

Que sigan en prisión los jóvenes de Alsasua por una riña de bar ¡Normalidad democrática!

Que la “X” de los GAL siga en los consejos de administración de petroleras y eléctricas. Que los diligentes jueces  admitan querellas que tienen que archivar. Querellas falsas contra Podemos alentadas por los mismos que sepultaron las evidencias contra la “X”. ¡Normalidad democrática!

Que soportemos a policías, periodistas, jueces, fiscales y militares confabulados contra una opción política utilizando recursos del Estado ¡Normalidad democrática!

Que el Jefe del Estado sea el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, a la vez que  inviolable, inimputable, irresponsable cual ser superior que levita sobre nuestras vidas, le siguen llamando ¡Normalidad democrática!