viernes, 27 de abril de 2018

La sentencia


Hace tiempo que aguantamos estoicamente las sucesivas barbaridades judiciales bajo la manida coletilla de respetar las sentencias. Se ha venido ocultando la obscena incompetencia judicial española con la siguiente frase: “Respetamos la sentencia aunque no la compartimos.”
¡Pues no, ni acatamos, ni respetamos, ni cumplimos!
¡Exigimos¡ Si, exigimos. Y lo hacemos de una manera contundente, fulminante, enérgica. La situación es insostenible, España no se arregla con un cambio. Es necesaria una catarsis nacional que nos agite con fuerza para sacarnos del estado de somnolencia en el que llevamos sumergidos más tiempo del aconsejable.
Las sociedades adormecidas acaban siendo devoradas por aquellos personajes sin escrúpulos que pretenden apropiarse de ellas.
En España nunca ha habido una verdadera conciencia colectiva de lucha por los derechos, la sumisión a los perversos poderes eclesiásticos han sometido las voluntades que en otras partes del planeta lucharon por liberarse. Aquí no, aquí la palabra del cura era el freno que necesitaban los poderosos, los caciques conseguían mantener sus privilegios a través de los párrocos. El temor al castigo divino mantenía a este inculto y atrasado país totalmente arrodillado ante sus amos.
Un día de abril, el 14 para ser más concretos, salió un radiante sol iluminador que inundó de luz a una sociedad hasta entonces sumergida en las tinieblas.
El periodo fue tan corto y la represión tan dura que se ha acabado hablando de peligrosos revolucionarios y de salvadores de la patria. Los peligrosos eran los que mostraban fidelidad a la legalidad democrática; los segundos terminaron siendo los héroes laureados, los que tenían calles y homenajes, los que disfrutaron de estancos y loterías.
El 27 de abril de 2018 ha venido a decirnos lo poco que han cambiado las cosas.
La justicia hispánica ha tenido rectificaciones dolorosas procedentes de los Tribunales Europeos de Derechos Humanos. Tanto el tribunal Supremo como el Constitucional han sido pluralmente rectificados en sus sentencias. El Alto  Tribunal Europeo las ha considerado una burla a los principios elementales del derecho, y como consecuencia el pírrico Estado Español ha sido condenado a indemnizaciones y multas. Aquí tengo que hacer un alto: el Estado somos todos, las multas las pagamos a escote.
Pues bien, una nueva actuación en clave jurídica vuelve  a constatar que en la Federación Ibérica estamos muy lejos de alcanzar un mínimo grado de cordura judicial.
La sentencia fallada en el caso de “La Manada” viene a abrir heridas mal cerradas en una estructura social machista, misógina, retrograda, patriarcal, enferma y sobre todo religiosamente manipulada.
Los comportamientos de los magistrados no se producen al azar. La judicatura y los tribunales están compuestos por una grandísima dosis de adeptos, inscritos, afines o lameculos de la curia eclesiástica y sus órdenes socio-religiosas. La Conferencia Episcopal dirige leyes de educación, pelea legislaciones sobre investigación científica (Células madre), atropella derechos humanos (colectivo LGTB) y culpabiliza a través de sus fuerzas de choque (abogados cristianos, hazte oír, OPUS Dei, Legionarios de Cristo, cristianos de base…) a cualquier  persona que se separe de lo que sus mentecatas cabezas consideran la norma.  
La nefasta sentencia no abre un debate, lo cierra.
Es imprescindible, urgente y absolutamente necesario desmontar el entramado judicial y desde las cenizas rehacer un sistema que nazca limpio.
No es necesario demostrar la prevaricación para  condenar a un juez o a un tribunal en un Estado Democrático, debería de bastar con la constatación de incompetencia manifiesta para el desempeño de sus funciones. La Sala de la Audiencia Provincial de Pamplona ha dado sobradas muestras de ello.  Al juez emisor del voto particular se le  tendría que ayudar a salir de la carrera judicial y de su psicopatía.

miércoles, 18 de abril de 2018

Los abriles


Para los habitantes de la península ibérica el mes de abril debe de tener algo especial.
Un 14 de Abril de 1931 tuvo lugar un hecho histórico, se comenzó a gestar lo que más tarde fue conocida  como  II República Española.
La posibilidad de ser señalada como la sociedad más igualitaria, justa y avanzada se frustró pocos años más tarde, concretamente en 1936 mediante una ignominiosa asonada militar dirigida y acaudillada por un traidor que decidió volver las armas contra el pueblo que alimentaba a sus regimientos.
Acaudillados por el “Sedicioso” Francisco Franco, los campesinos de uniforme dispararon contra los campesinos en alpargatas.
Los hijos mataron a sus padres, los obreros fueron masacrados por sus hermanos vestidos de caqui, la rueda represiva se puso en marcha para llevarse por delante las esperanzas de un pueblo.
La fórmula empleada era conocida en estos lares. Unas cucharadas de desigualdad condimentadas con una buena dosis de analfabetismo religioso y todo ello sazonado con la correspondiente dosis de barbarie y asesinatos al compás del “cara al sol”. Eso sí, poniéndose la camisa nueva para festejar las atrocidades y acudir a misa los domingos.
De esa forma se hizo la oscuridad. No fue de golpe, no. Tardaron tres largos años en pulsar el interruptor, pero cuando lo hicieron un manto de tinieblas cubrió los campos, los pueblos y las ciudades de España.
En diciembre de 1978 unas pocas velas en forma de  Constitución vigilada trajeron una rendija de claridad entre tantas tiniebla.
Antes - en 1974 - en el país vecino había tenido lugar una autentica convulsión. También fue un mes de Abril, el día 25 la sociedad portuguesa encabezada por las fuerzas armadas dieron carpetazo a la dictadura fascista que padecían desde  1926.
Hoy en día si viajas a Lisboa puedes visitar el Museo de la Memoria en el que te cuentan las atrocidades cometidas durante ese largo periodo. Durante casi cinco décadas  (48 años) tuvieron que soportar al régimen de asesinos comandados por Salazar.
En España el genocida designó al Jefe de Estado.
En Portugal fue barrida cualquier referencia a la Dictadura militar y a su consecuencia: el Estado Novo. En Portugal fueron eliminados de raíz los vestigios de la época   ”salazarista” y perseguida la apología del fascismo. Los partidos políticos sin distinción de color apoyaron las medidas. 
Se siente una especie de nostalgia envidiosa cuando recorres las estancias de Aljube - Sede de la Policía represiva portuguesa - que te muestran las atrocidades cometidas por la policía política (PYDE) y piensas que en nuestro país, en lugar de un Museo de la Memoria siguen las cunetas llenas de asesinados.
En el edificio de correos, en la madrileña Puerta del Sol, se ubicaba el centro de tortura franquista. Como si no hubiera pasado nada hoy está la presidencia de la comunidad Autónoma de Madrid  en el mismo sitio donde “BillY el niño” torturaba a sus detenidos.
Los antiguos calabozos de la brigada Político Social han pasado a ser lugares neutros donde funcionarios de la Autonomía cumplen con su trabajo rodeados de muros salpicados de dolor.
Los portugueses han decidido subsanar su historia  para que se recuerden los negros episodios de una dictadura que bajo ningún concepto debería repetirse. Partidos de todas las ideologías entendieron que por encima de las diferencias de pensamiento está el respeto a las personas y a los derechos humanos. Tras el reconocimiento llegó la  reparación de los daños ocasionados.
Las fuerzas armadas se pusieron al lado de su pueblo y protagonizaron uno de los más bellos episodios revolucionarios. Hasta el nombre es bonito, en la actualidad los episodios de Abril de 1974 son conocidos como  “La revolución de los claveles”.
En los acontecimientos revolucionarios portugueses murieron cuatro personas por disparos de la PYDE. Bastantes menos que los provocados por los energúmenos nostálgicos del régimen en sus actuaciones de Atocha, Vitoria, Montejurra… la Transición fue menos modélica de lo que  nos quieren vender.
Las diferencias en el resultado son notables.
En España se ponen trabas a los derechos de reparación que tienen los represaliados por el régimen, al tiempo que soportamos la fundación Francisco Franco y su apología del golpismo fascista. Conservamos  el Valle de los Caídos como tumba homenaje al dictador, los herederos del franquismo siguen en puestos de gobierno y al designado por el dedo del dictador le pagamos la Jefatura del Estado.
En el vecino país han borrado de su vida cualquier resquicio de la dictadura, han reconocido a las víctimas, procesado a los torturadores y colaboradores - los detestables “bufos”  (delatores) - exiliado a los dirigentes y encarcelado a los asesinos.
Tanto Franco como Salazar murieron en la cama. Ahora bien,  mientras el sucesor de Salazar (Marcelo Caetano) tuvo que exiliarse y huir, el designado por Franco ha sido rey en activo y ahora le agasajamos con el rango de Emérito. En su preparado vástago ha depositado  la Jefatura del Estado que le regaló Franco.
Los portugueses hicieron una revolución, los españoles nos conformamos con un sucedáneo de democracia que empieza a derivar  en tiranía.  

domingo, 8 de abril de 2018

Tres en uno


Los acontecimientos se amontonan de tal manera que no queda otro remedio que hacer un tres en uno para intentar abarcar la rabiosa actualidad “opinativa” del país.
Por un lado nos encontramos el chanchu-master en diferido que no cursó Cristina Cifuentes según apuntan todos los indicios.
A través de su rector - la Universidad Rey Juan Carlos - ya ha dejado meridianamente claro que ni hay Trabajo Fin de Master, ni hubo lectura del mismo ante tribunal, ni hubo tribunal. El profesor que dirigió su master también ha cantado ante los medios de comunicación que falsificó el acta con el que la Presidenta amenazaba a los madrileños con no dimitir, “No me voy, me quedo, me voy a quedar…”. Nos queda saber su versión ante la fiscalía. 
Las firmas que figuran en el acta son falsas, ergo las notas también. Una funcionaria modificó las notas  sin el acta que lo autorizara ¿Influyó en la señora Calonge su amistad con Cristina?  
Con la denuncia interpuesta tendrán que comparecer ante los tribunales todos aquellos implicados en el escándalo. Por si las moscas, la señora Cifuentes ya se ha sacudido las posibles culpas penales y ha dejado el muerto encima de la mesa a la Universidad Rey Juan Carlos. Con su pan se lo coman por lameculos, complacientes y falsificadores.
Pero si los responsables del delito de falsedad documental están en la Universidad, la beneficiaria del presunto delito se encuentra presidiendo la Comunidad de Madrid. Ella sabe a ciencia cierta que ni estuvo en las aulas cursando el master, ni presentó el TFM, ni lo defendió ¿Qué más necesita Ciudadanos para empezar la regeneración?
Quizás esté fiando la suerte a encontrar un magistrado licenciado en la Rey Juan Carlos que sea comprensivo con su cuna formadora. No son raros los jueces y fiscales propensos a tratar con magnánima condescendencia los deslices de los políticos de PP. De hecho la cúpula de la familia jurídica es más proclive a defenestrar jueces que se ponen incómodos con sus autos antes que protegerlos para consagrar la independencia judicial.
Que en España la separación de poderes dista mucho de ser una realidad ha sido certificado por la justicia alemana, la belga, la suiza y la escocesa. La euroorden de detención dictada contra los miembros del Govern afectados ha sido puesta en solfa, al igual que la imputación del delito de rebelión  ha sido desoída.
Ni los lamentos y lloriqueos de bufón  cortesano - con micrófonos regalados por el dedo benefactor de la otrora omnipotente Esperanza Aguirre- ni los artículos de inflamada pasión patriótica de pueblerino cateto van a hacer de Federico Jiménez Losantos otra cosa que un junta letras condenado sucesivamente por difamación e insultos.
En esta ocasión ha dado un pasito mas con sus cortas piernas, la alegoría de los 200.000 rehenes alemanes en Baleares y los estallidos de cervecerías en Baviera, es muy ilustrativa ¿No tiene nada que decir la fiscalía?
Tampoco parece que determinadas soflamas vertidas en diarios digitales merezcan la atención de los tribunales. Según A. Digital el atentado sufrido en Münster  - aludiendo a la existencia del “Karma” como mano justiciera para recomponer injusticias - ha sido consecuencia de la mala conciencia que los alemanes tienen debido a la sentencia que niega la entrega de Puigdemón acusado de  un delito que para el juez alemán no existe: el delito de rebelión a la española.
¿No cumple esa publicación y la del “junta letras” con los requisitos para ser procesados por incitación al odio? ¿No es enaltecimiento del terrorismo?
No, ¿Estáis tontos o qué? Para la Judicatura española, terrorismo es que unos cuantos nativos de Euskadi tengan una trifulca de bar con unos tipos que visten tricornio en su trabajo y les produzcan alguna lesión y un par de moratones por minúsculos que sean.  Así les pueden tener en prisión provisional sin fianza durante 510 días de momento.
Para la Judicatura española, enaltecimiento del terrorismo son las representaciones de los titiriteros,  los rap de Pablo Hasel o las letras de Valtonyc, nada que ver con los patrióticos escritos de la prensa cavernaria.
Por esos insignificantes motivos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acostumbra a condenar al Estado español a multas e indemnizaciones. Últimamente nos ha dicho que quemar fotos del “Preparao” del “ Campechano” o de sus “Consuertes” NO es delito.
Tampoco debería estar penado decir que el rey está borracho cuando lo está. Eso ya vendrá aunque tenga que ser vía Europa.
Hoy tenemos la trifulca monárquico-familiar en primera página de actualidad: una abuela de raíces nazis ofendida, un abuelo declarado irresponsable perpetuo intentando poner orden, una periodista republicana elevada a los altares monárquicos emulando a lady Di, una niña maleducada ofendiendo públicamente a su abuelita y un pasmarote descolocado sin saber qué hacer.
Esa es España y su Jefatura de Estado.

domingo, 1 de abril de 2018

Fervorosos Ministros


Los años anteriores fuimos deleitados con una visión retro: en un  inequívoco acto de sentir patriótico vimos el fervor con el que se puede portar  la mantilla. Eran los primeros actos de la entonces Presidenta de Castilla la Mancha. Hoy en rabiosa actualidad política, tras la pose en piadosa compostura  llega  “soy el novio de la muerte en versión ministerial hortera”.
Habíamos conseguido que la “santa” semana no nos afectara en demasía. Aunque a nuestro pesar el descanso laboral sigue coincidiendo con festividades religiosas, las ceremonias místicas estaban en un segundo plano.
Durante estas fechas ya no nos quejamos mucho porque, mal que bien, habíamos conseguido  un leve simulacro de sociedad que parecía independiente de los designios de la curia eclesiástica. Los cines y espectáculos habían dejado de estar vedados durante la “pasión”. En las cadenas de radio y Tv la música sacra parecía haber perdido la exclusividad.
Ahora bien, aquellos miembros del gabinete que le deben su cargo, puesto y rango a su fervor religioso deben hacer alarde de su misticismo en cuanto tienen la menor ocasión. De no hacerlo así la “Obra” se lo demandará en forma de abandono y perdida de protección.
Con estas premisas hemos visto a doña finiquito en diferido convertirse en “un novio de la muerte”. Otro intérprete del cuarteto musical ha sido el reprobado ministro de justicia. Rafa parece empeñado en hacer bueno a su inepto  antecesor. Según reputados profesionales del sector judicial y numerosos catedráticos de derecho, Alberto Ruiz Gallardón ha sido el peor ministro de justicia desde los tiempos de Chindasvinto.
 No podían faltar los “mariachis” de Interior y Cultura colocados en el ejecutivo por mor de su absoluta incapacidad y extrema devoción a los principios fundamentales del movimiento nacional – ideología política que abrazan con celo.
Naturalmente los aludidos alegarán que tienen perfecto derecho a vivir sus creencias de la manera que mejor crean y tienen razón. Nadie tiene derecho a cuestionar la vida interior de nadie, sin embargo ello no es óbice para que a los sufridos contribuyentes se les ocurra pensar que son dilapidados medios del Ministerio de Defensa para que cuatro ministros puedan hacer marciales gorgoritos, inflamando sus almas al compás del ritmo legionario.
Entre los tenores se encontraba la soprano titular de defensa.  Previamente a su coral miliciana la devota cofrade había cursado una orden que nos devuelve a los tiempos más oscuros del nacional catolicismo. Banderas a media asta en buques, bases y acuartelamientos en muestra de duelo por la conmemoración de un pasaje de la religión cristiana.
La orden ministerial acarrea una serie de irregularidades que únicamente son soportadas por la peculiar falta de sentido crítico que adorna a los habitantes de la piel de toro.
El vigente reglamento de honores militares marca claramente las ocasiones y circunstancias que motivan la colocación a media asta de la enseña nacional. Entre ellos no figura la muerte en la cruz de ningún personaje bíblico. Mal que les pese a los ministros del gobierno del PP pertenecientes o simpatizantes del OPUS.
En las fuerzas armadas españolas hace mucho tiempo que coexisten diferentes creencias e incluso la falta de creencias.
Ya resulta anacrónica la existencia de capellanes castrenses, al igual que resultan chocantes las capillas católicas en cuarteles, hospitales, buques, universidades, pero que desde el propio ministerio- que debería cumplir y hacer cumplir la Constitución -se dicten directivas que incumplen clamorosamente la aconfesionalidad del Estado, es una muestra más del  escaso respeto que profesan tanto a las leyes como a los ciudadanos.
El defensor del Pueblo coincide en declarar que la medida tiene un marcado carácter religioso por mucho que la Ministra de Defensa se empeñe en querer encontrar explicaciones a su iniciativa escudándose en las tan manidas tradiciones patrias.
La única tradición que defiende la Ministra “Mis Albacete” (así se refiere a ella Esperanza Aguirre) es la de la permanencia de los privilegios de clase.
Para  esos menesteres siempre encuentran a la curia católica alineada en primera fila, y así unos y otros (ministros, políticos y religiosos) en intima comunión  favorecen a los  devotos defensores de sus respectivos  momios.