miércoles, 21 de diciembre de 2022

Un aborto sin embarazo

 

Resulta que la consolidada democracia española está sufriendo goteras en su sistema de plena participación ciudadana.

Los padres de la Constitución articularon una norma general de convivencia basada en la coexistencia pacífica de tres poderes, que deberían ser independientes entre sí, para ejercer de contrapesos entre ellos. El problema estaría en conseguir que la independencia fuera efectiva.

El poder ejecutivo es elegido por un legislativo, que está supeditado a las directrices emanadas de los partidos, que a su vez sostienen y eligen las listas para ser diputado o senador. En estos términos, con escasa autonomía de los electos, independencia la justa.

El poder judicial, como poder que debe emanar de la soberanía popular, que es quién ejerce esa soberanía, tiene que admitir que sus órganos rectores estén supeditados a los vaivenes de la voluntad soberana del pueblo español. Lo que hay que debatir es como se plasma esa elección soberana en el Órgano directivo de los jueces.

Hasta el día de hoy lo que se lleva a efecto es el nombramiento de una parte de CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) a través del Congreso de los diputados.

Quiere esto decir que en el juego democrático, cuando la tendencia política se inclina hacia uno u otro lado, los tres poderes ven afectada su correlación de fuerzas en el mismo sentido.

Pero, hete aquí, que cada vez que el Partido Popular ha perdido su mayoría parlamentaria ha sometido al poder judicial a una parálisis de renovación insólita.

Con la primera victoria electoral de Rodríguez Zapatero fue aproximadamente un año y diez meses de caducidad lo que tuvimos que soportar un CGPJ caducado.

En la actualidad estamos superando los cuatro años de caducidad.

Esta situación, además de una anomalía democrática denota un absoluto desprecio por la voluntad que los españoles han explicitado en las urnas.

Los constitucionalistas dotaron al sistema de un Órgano de Garantías con la finalidad de avalar que las iniciativas legales se adecuaran a la Constitución. Nació el Tribunal Constitucional.

Aunque es llamado Tribunal, no pertenece al Poder Judicial. Las sentencias que dicta el Tribunal Constitucional, a diferencia de las sentencias de tribunales de Justicia, se publican en el BOE y no son recurribles.

En pocas palabras, entre otras cosas nos dicen que leyes cumplen o incumplen la Carta Magna. Ni más, ni menos.

Labor tan ardua y difícil requiere un estudio pormenorizado que realizan exhaustivamente los letrados adscritos al propio Tribunal Constitucional.

Una vez los expertos informan a los miembros del Tribunal, este emite su resolución, normalmente de acuerdo con el informe de los expertos.

A veces, el Constitucional se demora algo en sus sentencias, por ejemplo en el caso de inconstitucionalidad de la ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo lleva diez años y sigue sin pronunciarse.

Lo que sí se puede colegir son las argucias empleadas por un partido (PP) que intenta gobernar al margen de la composición de las mayorías parlamentarias. Pretende, mediante los togados, gobernar por la puerta trasera a través de los tribunales.

Por primera vez en la historia de los tribunales, judiciales o no, un Tribunal responsable del mantenimiento de la limpieza democrática ha estudiado la legitimidad de una ley que todavía no es ley.

El Tribunal Constitucional ha paralizado un debate político por si acaso los debatientes se equivocaban y decidían algo contrario a lo establecido en la Constitución.

Podríamos llamarlo interrupción voluntaria del debate parlamentario, o sea un aborto del feto legislativo. Ayuso reconocería derechos al nonato concebido y no nacido.

En este caso hay dos personas que se benefician del aborto; González Trevijano y Narváez, ambos ven prolongada un poquito su permanencia al TC ¿Prevaricación? Que los tribunales independientes decidan. Esto último da risa pero no tiene gracia.

domingo, 4 de diciembre de 2022

El sociolisto Lamban

 

En nuestro querido Aragón seguimos asistiendo a nuevos capítulos de las excentricidades políticas de Javier Lamban.

Ya resulta bastante deplorable soportar al personaje como presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón, como para aguantar sus irrefrenables ansias de ser algo más.

El patológico patetismo de Lamban empieza a ser preocupante. Son muchas las personas que opinan acerca de lo sobrevalorado que está un ser tan improductivo como Lamban, al ser nombrado presidente de cualquier cosa que no sea la comunidad de vecinos. Aunque esta opción es posible que también le venga grande.

Su penúltima excentricidad ha sido intentar retractarse de una opinión fuera de lugar sobre su secretario general.

El pobrecito no recuerda que Pedro Sánchez fue avasallado, vejado, zarandeado e incluso agredido por individuos como él, los cuales no admitían la distancia política que existe entre el PP y el PSOE por pequeña que fuera.

El no es no de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, derivó en una guerra civil del socialismo de mesa camilla del PSOE, auspiciada por los poderes que años atrás convirtieron al PSOE en una penosa caricatura de partido de izquierdas.

Todo por intentar cerrar la entrada de otra izquierda más beligerante ideológicamente con el parto del 78. Pedro Sánchez fue acorralado, ninguneado e incluso agredido por su correligionarios socialista - ¿socialistas? - por tener la osadía de no tragar con la opción corrupta del PP.

Tras la peregrinación pueblo a pueblo, sede a sede, federación a federación, Pedro Sánchez resurgió de su propio entierro.

A continuación tenemos una historia conocida, con el nunca suficientemente reconocido apoyo de Pablo Iglesias, consiguió desalojar del palacio de la Moncloa a M. Rajoy, en sede judicial todavía les cuesta relacionar esa denominación con el presidente Mariano Rajoy.

Llegados a este extremo tendríamos que recordar la historia y una vez visto que los paradigmas democráticos funcionan más o menos, congratularnos de la expulsión del Gobierno de un partido condenado en sede judicial.

¡Pero no! la tendencia es declarar al gobierno que nace tras la moción de censura de Gobierno okupa. Como si las mociones de censura presentadas por el PP no hubieran sido consideradas legitimas si hubiesen triunfado.

Ni siquiera el Gobierno que se establece tras las elecciones es reconocido como legal porque parte de los diputados que lo apoyan son de tendencia e ideología nacionalista catalán y vasca.

Y en ese punto coinciden algunos “sociatontos” como Page y Lamban. A García Page lo dejaremos para un capítulo en exclusiva, hoy vamos a centrarnos en Javier Lamban.

El muchacho es un personaje que gobierna en la comunidad autónoma de Aragón con el apoyo y beneplácito del Partido Aragonés Regionalista (PAR), probablemente una de las formaciones políticas con genética ideológica más representativa  del rancio derechismo hispánico.

Sus declaraciones y posteriores retractos explicando que las decisiones del PSOE hubieran sido otras si Javier Fernández - presidente de la gestora - hubiese disputado la secretaria general a Pedro Sánchez, no se sabe muy bien si provoca risa o llanto.

El hombre, de flaca memoria y menos compromiso, no recuerda que Susana Díaz - en palabras de Lamban  señalada por los dioses del socialismo – disputó a cara de perro las primarias a Pedro Sánchez. Para desgracia de Lamban y muchos otros perdió Susana. Aún a pesar de ser avalada por personajes como Javier Lamban, O quizás por ese aval.

Hoy el presidente de Aragón alardea de no actuar condicionado por la directiva del PSOE, de Ferraz, ni por la presidencia del Gobierno en Moncloa. Una versión actualizada de la zorra y las uvas.

Si hay una cosa que no extraña de Javier Lamban es su camaleónica visión del devenir político.

Las elecciones municipales y autonómicas son antes que las generales. Así que un par de pataditas a  Pedro Sánchez difundidos por todos los medios de comunicación - seguidas de unas rectificaciones de parca  repercusión informativa - puede que sirvan para mantener en el puesto a un personajillo de tal calidad, eso sí con la impagable colaboración de los gloriosos descendientes del PAR.

La penúltima ocurrencia de Lamban (la última está por llegar)  ha sido la de alabar el bipartidismo PP/PSOE, precisamente ahora que la presidencia de la comunidad de Aragón se sustenta en un acuerdo de cuatro partidos ¡Le faltan luces incluso para elegir el momento!

La caída política de Javier Lamban es un hecho sabido incluso por Lamban, falta conocer el lugar y la hora. No será muy lejos, ni muy tarde.

Posicionarse contra o a favor de Pedro no le va a  acarrear más problemas ni adhesiones de las que ya tiene o carece.

Únicamente le retrata como lo que es y lleva años representando: un pobre individuo sin ideología cegado por la ambición y mamando de un sistema que encumbra a personajes de su triste perfil.

Pero tranquilo Javier, todos los presidentes autonómicos inútiles alcanzáis un destino común, igual que Fraga y Feijoo, el Senado te espera. Ahí tienes, bipartidismo en estado puro.