lunes, 14 de marzo de 2016

Mirar desde las alturas

Tras hacerse públicos los mensajes cruzados entre López y Ortiz no alcanzo a discernir qué me causa más estupefacción, sí el silencio de la prensa oficialista o las manifestaciones de los ultra defensores de la Institución monárquica.
Por un lado la noticia ha pasado completamente desapercibida, salvo rarísimas excepciones, la prensa escrita ha tapado con un pesado manto de silencio los compadreos de la regia periodista con un coleguita de yoga. Su salida de tono calificando de “mierda” a un medio de comunicación ha merecido escasísima relevancia entre el resto de publicaciones. La intervención del “Preparado” ha sido alabada por la proverbial prudencia que tan ilustre personaje muestra en sus misivas. No podía ser de otra forma. Al aforado y legalmente “irresponsable” no se le debe afear conducta alguna haga lo que haga, aunque sea relacionarse con individuos imputados/investigados/judicializados por conductas cuando menos sospechosas de irregularidades.
Al monarca ¡Ni tocarlo!
Compañeros y amiguitos de colegio como eran mantienen incluso en sus mensajes particulares las formas de protocolo, solo se las salta una plebeya aupada a los altares por vinculo matrimonial, claro que ella no fue preparada desde su tierna infancia para asumir la más alta magistratura del Estado. Son los riesgos que se corren cuando se sale a buscar compañera fuera del rebaño de nobles de alta cuna, los modales son diferentes y subida en su nube dorada nos debe ver a todos los súbditos como un inmenso mojón merecedor del mayor de los desprecios.
Para su regio esposo y su compa no pasamos de ser un pueblo difícil, ¡Muy difícil! Sería cuestión de analizar donde encuentran la dificultad. Para engañarnos somos facilitos, para amaestrarnos estamos perfectamente capacitados, si lo que se trata es de humillarnos no tenemos parangón. Si le plantea dudas al Borbón como llevar a cabo estas misiones que le pida los apuntes a su padre que tiene un manual de cabecera con las instrucciones que a su vez  le pasó su padre político, el instigador de la Gloriosa Cruzada Nacional.
Pero dejemos al “Campechano” disfrutar como “Emérito”, sus lacayos dicen que bien se lo ha ganado, le atribuyen que nos trajera la modélica transición y con ella arribó la santa Democracia que en la actualidad padecemos. Repiten sus aduladores que Él bastante hizo con poner los pilares para desmontar el aparato franquista (aunque se quedara como reliquia), si después hemos hecho un bodrio ya es culpa nuestra. Nos espetan que no seamos desagradecidos y recordemos. Claro que si tuviéramos memoria seguro que no estábamos así.
Y así pasito a pasito vamos soportando la vida y a los guardianes de las esencias Reales, aguantamos estoicamente a todos aquellos españoles autollamados de bien que defienden con fiereza los derechos Institucionales de la Jefatura del Estado como pilar vertebrador de la convivencia entre todos los españoles. No importa que nos llamen “mierda”, tenemos que tener en cuenta que era una conversación privada y ya ha dicho el Ministro de Justicia que habrá que investigar cómo se han interceptado los mensajes para estudiar las responsabilidades por violar la vida privada.   
Seguramente el Ministro no estará de acuerdo conmigo, cosa que por otra parte me importa un carajo, pero la Institución Monárquica NO tiene vida privada, por mucho que se empeñen, es el liviano precio que tienen que pagar por acumular vasallos ¡Todo no se puede tener!.
 Hay que elegir: O vivir en un escaparate, eso sí en las alturas, o vivir en el anonimato, naturalmente sin siervos prefijados.
Si me apura el ministro iría más lejos, llegaría a decir que “La Consorte” ni siquiera puede tener vida íntima. Ella - como habitáculo receptor de la esencia borbónica regidora de los destinos del país – debe estar expuesta al control del organismo calificador que garantice que lo que nos proporciona como heredero/a  es un Borbón y no un Martínez cualquiera ¿Quién garantiza que en una de esas salidas rockeras  a las que es aficionada no se deja llevar por el éxtasis musical y comete un desliz, producto del cual en lugar de un Borbón-Ortiz tenemos un García-Ortiz.
Todo saltaría por los aires, Leonor y Sofía pasarían a un segundo plano siendo Borbonas y su hermanito Ortiz pasaría a ser el “Elegido”.

Imagino que para alguien con la carga de soberbia de la “Consuerte” someterse a una prueba de ADN para garantizar la legitimidad dinástica tiene que representar una inaceptable humillación. Lamento decir que para humillación la de los cuarenta y bastantes millones de conciudadanos que estamos expuestos  a ser considerados una mierda. 

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