sábado, 10 de octubre de 2015

Nuevo escenario, mismos actores

No es necesario investigar mucho para  encontrar  actuaciones reincidentes de unos personajes políticos que necesitan colocarse en el escaparate para satisfacer su ego. Aznar y Aguirre son ejemplos meridianos de la codicia de poder que alimenta a la especie política. Otras “estrellitas”  intentan pasar desapercibidas pero sus acciones (Rato) u omisiones (Rajoy) les colocan en el disparadero mediático. Para nuestra desgracia son parte importante de la elitista cúpula nacional.
Como siempre que tiene lugar una cita electoral, (Elecciones al parlamento de Cataluña), los partidos hacen la interpretación de los resultados y en ese menester hay pocas variaciones con los análisis hechos tras los resultados de convocatorias anteriores.
Todos  manifiestan haber alcanzado sus objetivos, pero aún en el caso de reconocer el varapalo que han recibido de la ciudadanía (Podemos admite el fracaso  y el PP, disimuladamente, lo deja entrever) rebuscan  frágiles argumentos para encontrar la dosis de indulgencia suficiente que disimule sus meteduras de pata.
Con semejantes premisas,  para mantener su status,  Doña Esperanza ha ido corriendo a la modista para cambiar de chaqueta. Necesita vestir algo que vaya bien con la nueva corriente neoliberal dominante y adaptarse al nuevo escenario con un adecuado camuflaje.
El  naranja no resulta sencillo de combinar a no ser que una educación (de colegio de pago) esmerada en protocolo y asuntos sociales variopintos te ayude a vestir la prenda apropiada para cada finalidad y en cualquier situación.
¿Qué el PP se despatarra en la elecciones catalanas? me pongo la chaqueta naranja que es la tonalidad del ciudadano de moda que  rebosa actualidad. De esa guisa apareció ante los micrófonos para dar su opinión sobre algo que a nadie interesaba, lo importante era salir en la tele vestida con ese color, lo que dijera no tenía ninguna relevancia.
La obstinación con la que la dama defiende su momio es una prueba más del apego al poder que rebosa un personaje, tan trasnochado como caduco, que  se resiste vigorosamente a la jubilación forzosa que los electores le han obsequiado.
Calificada en su día como “animal político”, la falta de raciocinio y el carácter de depredador  fueron su principal estimulo para hostigar los derechos de los trabajadores de Sanidad y Educación. Ambos colectivos resultaron  las  principales piezas de caza para calmar la sed liberal de la condesa. El premio recibido por su montería ha sido  la inclusión de la dama en los libros de enseñanza  de la Comunidad Autónoma de Madrid. Estoy por apostar que los editores - al igual que gran parte de la tropa ministerial - son cercanos al OPUS. Cada cual que piense lo que quiera.
Los textos enumeran entre sus logros el haber conseguido la Presidencia de la Comunidad con el mayor número  de votos  jamás logrado. Por supuesto olvidan su llegada a través del tamayazo y dejan en el tintero mencionar que los madrileños, hartos de tanta chulería, le negaron a la señora el acceso a la alcaldía. Cuesta trabajo creer que  las carencias sean erratas de imprenta, lo apuntaremos en el apartado “olvidos voluntarios”.
Como no podía ser de otra manera también se produjo la aparición  del inefable José María Aznar repartiendo estopa entre sus herederos con un rancio discurso. No le gusta como hace las cosas Mariano, no es nada original a casi nadie le gusta, por patético que resulte  cada vez se oye con más insistencia  que puede producirse su retorno desde el lado oscuro. 
Este personajillo de comedia chusca tildado de líder incontestable por sus acólitos, también padece una demencia senil transitoria que le permite olvidar que fue él, mediante su dedo omnipotente, quien nombró a Rajoy su sucesor. El único asesoramiento que se permitió usar lo recibió de su libretita azul. La sabia elección recayó sobre el “Señor de los Hilillos de plastilina”; decisión equivocada tal como el ex – presidente reconoce en la actualidad.
Claro que si analizamos la alternativa nos damos cuenta que ahora estaríamos en un difícil callejón con angosta salida. La otra posibilidad que barajó el entonces amo del PP era Rodrigo Rato.
El laureado, aclamado, subido a los altares Vicepresidente del Gobierno con Aznar y encumbrado como el mejor ministro de economía del universo ha resultado ser un imputado por sus actividades poco claras, muchas de ellas realizadas mientras era responsable de las finanzas del país ¡Caramba que descubrimiento! Naturalmente Aznar pasa de puntillas por estos espinosos asuntos y no habla de nada que le resulte embarazoso. Nunca lo hace, bueno tal vez lo haga en catalán en la intimidad. Como cuando ganó por los pelos las elecciones en el 96 y para contrarrestar los gritos de sus fieles: “Pujol enano habla castellano” necesitado como estaba  del apoyo de CiU, no tuvo ningún reparo en postrarse de hinojos ante el Molt Honorable.
Claro que eran otros tiempos, con Aznar España no se rompía,  el 3% de mordida institucional estaba asumido, el escándalo Banca Catalana se ocultó bajo las alfombras para satisfacer a Jordi, La Generalitat era una Institución amiga. En esa época los enemigos a batir eran el PSOE y su versión catalana PSC.
Aznar nunca ha reparado en los cadáveres sembrados en el camino con tal de conseguir sus objetivos. El  próximo blanco en su punto de mira se llama Mariano. A poco que las previsiones se cumplan y el PP obtenga una victoria pírrica, en lugar de la mayoría absoluta que disfruta, el futuro del Registrador estará en su despacho de Santa Pola ¡Tampoco es mal sitio para leer el Marca! A Rajoy no le quedan Más asideros a los que agarrarse salvo que pinte las asas de naranja.


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