martes, 9 de diciembre de 2014

Las aventuras de Nicolás

Los desmentidos se suceden a una velocidad que es directamente proporcional a los datos que van apareciendo sobre las andanzas del “Pequeño” Nicolás.
Si salen a la luz noticias sobre las colaboraciones  que ha mantenido con el CNI, inmediatamente aparece un comunicado negando cualquier tipo de relación entre la institución y el joven.
Que la noticia versa sobre su presencia en los actos de elevación a la jefatura del Estado de Felipe VI al que su regio padre tildaba de “Preparado”, rápidamente el gabinete de prensa de la Casa Real envía una nota refutando las informaciones y negando cualquier vinculación con el interfecto.
Lo mismo ocurre con el Ayuntamiento de Madrid y su alcaldesa; con el Gobierno de la Comunidad Autónoma y su presidente, con el inefable presidente de los empresarios madrileños, con la Secretaría de Estado de Comercio, hasta con el Real Madrid y el inexpugnable Florentino. La negación es la coartada habitual.
Absolutamente todos atribuyen a extrañas circunstancias y a malignos poderes que el joven se colara en sus respectivos cubiles y aparezca profusamente fotografiado en actos, convenciones y mamoneos varios.
Los anuncios de demandas se multiplican como setas, los señalados, al igual que San Pedro, niegan conocer al intruso. ¡Yo no! ¡Yo no! Gritan a los cuatro vientos.
Escuchando las declaraciones de la Casa Real, parece ser que Francisco Nicolás acudió a la coronación sin más acreditación que su cara de lelo y un morro que se lo pisa.
Si lo que se dilucida son las labores desempeñadas en nombre del CNI, falta tiempo para que desde el organismo del espionaje español salten las alarmas y tilden de ensoñaciones y paparruchadas las declaraciones del joven.
Los organismos de gobiernos de Madrid niegan conocerle a pesar de la inmensa cantidad de pruebas que existen acerca de la utilización que Francisco ha hecho de medios de transporte, influencias, atribuciones, ascendencia y demás cositas de esas que utilizan los “conseguidores”, cositas que el mentor oculto  de Nicolás enseñó muy bien a su pupilo.
Supongo y solo supongo, que los responsables de seguridad de los diferentes entes implicados tendrán algo que decir. Si hacemos caso a los voceros oficiales resulta más sencillo colarse en la recepción pos-coronación de Felipe VI que entrar en la discoteca PACHA un viernes por la noche. Acceder a la sede del PP y frecuentar despachos de ministros y secretarios  de estado presenta menos dificultad que entrar en un centro comercial en campaña de rebajas.
Aunque en estos momentos no nos merezcan mucho respeto las instituciones de este flácido país, siempre nos quedaba la esperanza de tener algún agarradero al que asirnos en períodos de zozobra. De la lista de posibles asideros deberemos descartar al CNEI (Centro Nacional de Escasa Inteligencia) aun cuando únicamente sea verdad el 10% de lo que el niño cuenta, la catalogación en la que ha quedado el centro director del espionaje español ha quedado muy por debajo de la TIA de Mortadelo y Filemón. Y ¿qué decir del Servicio de Seguridad de la Casa Real? Deberían recomponer su protocolo de acreditaciones con urgencia. Nadie sabe como entró, quien le invitó, o a quien acompañaba. No lo saben o si lo saben no lo quieren decir, es impensable tanto despropósito incluso para un país como el nuestro.
Resulta patético ver a los ardientes defensores de las instituciones desprestigiar los servicios de seguridad nacional y menoscabar el funcionamiento de la identificación en los actos de la realeza utilizando como único argumento la egocéntrica personalidad de Nicolás y su desmedido afán de protagonismo. En los balbuceos de Cospedal no vamos a  reparar por redundantes.
Por lo visto ser asiduo, simpatizante, colaborador o mediopensionista de FAES  es credencial más que suficiente para ser recibido en cualquier foro u organismo.  Coronación incluida.
Se desconoce si pertenecer a cualquier otra fundación es igualmente válido.

Aviso: No intentar comprobar esto último sin el asesoramiento de alguna personalidad relevante del corrupto panorama político español,  puede tener efectos secundarios que normalmente derivan en hematomas y detenciones varias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario