lunes, 6 de noviembre de 2023

Españolismo

 

Ser ciudadano de este antiguo imperio parece que provoca ataques de ulcera patriótica a algunos de los mediocres comunicadores que intentan adormecernos.

No es la primera vez, ni será la última, en la que un locutor hace un uso sesgado de su posición de privilegio para exponer su ideología y alentar a las masas en contra de aquellas opciones que a su derechizada mente no les parecen adecuadas.

Dice el hermano mayor de trancas y barrancas que se siente avergonzado en sus viajes fuera de España. Si los políticos se dedican a hacer política el humorista se siente mal con sus orígenes hispánicos.

El asunto es que, le guste a Motos o no le guste, las negociaciones que están llevando a cabo los representantes elegidos por la ciudadanía española forman parte de la política. Los votados  en las urnas tratan de llegar a acuerdos para lograr  formar el gobierno de la nación. Algo tan legítimo como eso es lo que a algunos mentecatos  les provoca  rechazo con su españolismo.

Las declaraciones ya han tenido  las oportunas respuestas. Los aludidos le han reprochado si no sentía más vergüenza por los innumerables casos de corrupción que han adornado el devenir del Partido Popular y que en ningún caso le han impulsado a buscar un exilio reparador para vivir en paz con su conciencia.

Otros periodistas le han hecho ver que peca de partidista cuando, su sensibilidad española, no se ha visto afectada por los escándalos que salpican a la presidenta de la  Comunidad de Madrid.

La lógica explicación para las declaraciones de Pablo Motos es que tiene su propio orden de prioridades. Es posible que entre ellas no se encuentre la defensa de la decencia política en los casos de corrupción. Tampoco parece que al misógino presentador le importe gran cosa la defensa de los derechos humanos y por ese motivo  desprecie la dignidad de los fallecidos en las residencias madrileñas gestionadas por el gobierno de Isabel Díaz Ayuso.

El plan de la derecha política consiste en soliviantar a una  sociedad manipulable. Para ello resultan imprescindibles las proclamas incendiarias de su brazo mediático. Todos  persiguen los mismos objetivos que el presentador del hormiguero: ¡Deslegitimar el resultado de las urnas!

Los insultos marcan el camino, el acoso es constante y las amenazas se verbalizan sin pudor. Si los posibles acuerdos entre partidos concluyen en la formación de un gobierno de coalición; la consecuencia es un gobierno ilegítimo. Es el corolario que repiten “los hombres de bien” y lo tenemos que padecer “las mujeres malas y hombres malos”.

A la cloaca mediática tampoco le importa gran cosa el flagrante incumplimiento de la constitución que dura casi cinco años. Que el Consejo General del Poder Judicial esté “requete-caducado” no les impulsa a aborrecer el país. Otra muestra de sus asquerosas prioridades.

Algo que sí figura entre sus perentorias obligaciones es el trasladar a la sociedad su servilismo. Esa condición les ha obligado a buscar unos instantes de pausa para alabar a la nena que, si la III República no lo remedia, reinará como Leonor I. Democráticamente un dislate ya que nadie la ha elegido, eso sí, los vasallos no la cuestionan aún cuando deberían. Si su capacitación viene dada por vía genética debería certificar mediante pruebas de ADN que es hija de Felipe VI y no de algún otro macho fecundador.

La descendiente de Alfonso XIII ha demostrado que sabe leer sin atropellarse y en su discurso  en sede parlamentaria, ha ordenado a los representantes de la soberanía nacional que confíen en ella ¿Por qué? ¿Qué virtudes acompañan a la chica para que tenga que ser Jefa del Estado por encima de cualquier joven español obligado a ganarse la vida?

Si durante la extensa y costosa educación que los españoles la estamos proporcionando ningún profesor se lo ha explicado vamos a intentarlo desde este modesto escrito.

Hay una forma inequívoca de pedir confianza: un referéndum con una pregunta sencilla. Monarquía o República.

Y cuando tengas que buscar trabajo no te preocupes, tus tías paternas no saben hacer nada y se ganan la vida estupendamente. Incluso Froilán y Victoria tienen trabajos facilitos y muy bien remunerados.

Así no correremos el riesgo de que te cases con un colega de tu madre y nos salga una especie de Pablo Motos de turno que se avergüence de ser español porque la democracia le provoca urticaria.

Los laudatorios plebeyos deberían susurrarte al oído que, aunque lo digas en francés, merde es mierda y en español se entiende muy bien. Tu plebeya mamá  tiene un amigo con comportamientos anómalos y cuando alguien se refiere  esa amistad se siente en la obligación de atacar al informante. Los desaciertos de tu mami no tienen porque convertirse en tus desatinos.

Por otra parte, tú no te preocupes. La prensa está muy bien aleccionada y en las manos adecuadas. La iglesia católica, los bancos y la patronal que apoyó a tu abuelo, controlan la práctica totalidad del espectro periodístico español.

Con los medios informativos controlados es muy difícil que se recuerde que el  coleguita de mamá - Javier López Madrid - es un presunto delincuente para el que la fiscalía pide 13 años de prisión. Para desdicha monárquica, es yerno de Villar Mir, uno de los amigotes franquistas del “Emérito”.  En el cole, Javier L. M. era uno de sus mejores amigos de Felipe VI. Apunte: todos son ex alumnos del colegio Nuestra Señora del Pilar. Otros muchos investigados por corrupción también estudiaron allí.

De esa relación nace el infantilismo compi yogui de mamá. Papá y mamá tienen una peculiar forma de ser y ya sabemos que “lo que  natura no da Salamanca no presta”.

Es improbable que tengas problemas. Tu abuelito - designado por Franco para la jefatura del Estado – ha cometido múltiples fechorías sin consecuencias legales. Al abdicar exigió ser legalmente inimputable y  por si acaso eso no colaba, los jueces han retrasado sus autos el tiempo  suficiente para que los regios desmanes de Juan Carlos prescriban.

Una monarquía moderna para españoles de bien protegida por las togas ¡Cómo dios manda!

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