sábado, 27 de agosto de 2022

El uso y abuso del poder judicial

 

El próximo 15 de septiembre es la fecha señalada para que tenga lugar el juicio favorecido por una querella de VOX y promovido por el extraño concepto que de la justicia tienen algunos togados en España.

Porque no nos engañemos, que haya sido admitida la querella contra el concejal Alberto Cubero y que la fiscalía vea un delito de odio en su intervención en el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza, es una guinda más del apestoso pastel que pretenden hacernos tragar los defensores del régimen del 78.

Algo se retuerce en el interior de los demócratas, cuando ven, leen o escuchan las alabanzas a nuestra “modélica transacción”. El paso desde la dictadura de un golpista, a la calificada como democracia plena  estuvo lleno de incertidumbres por el futuro y de concesiones que ahora se antojan muy costosas.

Los cánticos  que se hacen a la “democracia plena” alcanzada, únicamente son intentos baldíos de camuflar el atropello ocasionado a los derechos de restitución de la legalidad derribada por un golpe militar acompañado de una insurrección armada.

Pretenden que abracemos el régimen del 78 a pesar de saber que fue auspiciado por los herederos de los sediciosos, con las reglas de los traidores, fortalecida por la ley de punto final para los criminales y apuntalada con la Jefatura del Estado del designado por el genocida jefe.

Todo resulta tan sucio y turbio que no basta con gritar ¡Hasta aquí! No, no va a ser suficiente.

La estrategia de los herederos del mayor criminal de la historia reciente de este país, es utilizar las herramientas que ellos mismos fabricaron (ley electoral a medida, poder judicial que controle al ejecutivo que a su vez les nombra,  acabando con la jefatura de las fuerzas armadas en mano del Jefe del Estado para disuadir a díscolos), todo muy democrático.

Llegado el caso, podrían volver a asaltar el poder con el beneplácito de nuestros vecinos europeos. En su día ya fueron cómplices de los crímenes cometidos por el general. Abandonaron a su suerte al pueblo español con un vergonzoso comportamiento. Después de aprovechar, sin ningún reparo, la intervención de los antifascistas españoles en la derrota del nazismo obviaron como se había hecho Franco con el poder y  reconocieron su régimen de terror.

“Reparación del mal ocasionado” primer mandamiento de cualquier estamento que pretenda impartir justicia.

Las facciones facciosas han resurgido ayudadas por los melindres “politiquitos” que nos dirigen. Pero por encima de todo han crecido por la dejación social de todos nosotros.

¿Qué oscuros intereses llevaron a la UE a equiparar Nazismo y Estalinismo para - haciendo un salto en el alambre - acabar hablando de crímenes del comunismo? Basándose  en esa equiparación unos “fascistillas” de manual se han querellado contra Alberto Cubero y un nacional católico con toga ha cumplido las directrices emanadas  en los contubernios  de 1978.

Al concejal de Zaragoza en Común le atribuyen en la querella delito de odio por exponer - en una sesión del plenario del Ayuntamiento de la ciudad de Zaragoza - que VOX merece ser repudiado por la masa social. Resumido y sin querer interpretar a nadie, Alberto expresó en la casa de todos los zaragozanos el sentir de quienes opinamos que el fascismo tendría que estar proscrito en todos los rincones de la tierra. En España es inconcebible que las víctimas del genocida tengan que soportar los alegatos moralizantes de los vástagos de los verdugos.

Resulta muy difícil entender la permisibilidad que se tiene con la apología del franquismo. En multitud de espacios se venera al genocida y se ríen las gracias de sus mamporreros. Por una caterva de descerebrados son admirados el hostelero antirrojos o el chino franquista ¿Y la aplicación de las leyes para cuándo?

Recapitulemos, los acontecimientos de Vallecas a los que, en su intervención en el pleno municipal, se refiere Alberto Cubero, son la disconformidad de una parte relevante del vecindario del populoso barrio madrileño con la presencia en sus calles de una formación política rechazada por una amplia mayoría.

En última instancia los disturbios son la consecuencia de la chulería de un matón, con camisa tres tallas menos, acostumbrado a vivir de los chiringuitos que le proporcionan sus amos.

Igual que un perro bien adiestrado, los líderes de Vox saben cuándo deben de morder y cuanto.

De los daños ocasionados  se ocupa el juzgado correspondiente apilando porquería sobre el sistema democrático mediante juicios que tiene que retrasar, querellas que debe de archivar, o sentencias que tienen que corregir.

En otras ocasiones la interpretación torticera que los tribunales españoles hacen del derecho ha concluido con múltiples llamadas al orden desde los tribunales europeos de derechos humanos. En esas ocasiones pagamos todos  por las desvergüenzas que no pueden disimular.

La democracia española adolece de muchas cosas; de proporcionalidad en el sistema  electoral,  de separación de poderes, de falta de trasparencia de la Jefatura del Estado… pero ante todo tiene una carencia que desvirtúa el intento de parecer una democracia: el seguidismo que - desde el estamento judicial - se continúa haciendo de los postulados, comportamientos y leyes franquistas.

La tendencia, vivida desde la aparición del régimen del 78, ha sido la de hacer ver que carece de relevancia histórica que el PCE fuera el principal núcleo activo anti-fascista durante todo el periodo dictatorial.

Ya han sido olvidados los luchadores del PCE asesinados en busca de la libertad.

Que la dirección del PCE de 1978 haya colaborado con la confección de este simulacro de democracia, debería atribuirle su cuota de responsabilidad proporcional, igual que a los demás partidos, sin embargo frecuentemente se le imputan más culpas.

Más de ochenta años oyendo que los comunistas desayunan niños pequeños y cenan almas de pecadores tienen mucho peso en el imaginario colectivo.

Esa es la razón para procesar a Alberto Cubero, no vaya a ser que los súbditos de este reino se den cuenta que los comunistas buscan una sociedad más justa para todos y se acaben desmontando las canonjías que disfrutan  unos pocos.

A eso juegan la extrema derecha y la derecha extrema con el beneplácito de la judicatura.

Si hacemos un ejercicio de memoria encontraremos cientos de frases que explican la resistencia a renovar los estamentos directivos de los Organismos y Tribunales judiciales. Desde la famosa: “la fiscalía te lo afina”, hasta la sorprendente: “controlamos la Sala 2ª del Supremo por la puerta de atrás”, entre ambas existen muchos más ejemplos en las hemerotecas.

La obstinación para mantener el caducado CGPJ con su presidente Lesmes a la cabeza, es la punta de lanza que nos muestra a qué nos enfrentamos, al tiempo que explica el recorrido de la querella a Alberto Cubero:

Un Estado caciquil con un jefe de Estado nombrado vía reproductiva, un Gobierno y Congreso atado, preso o en guerra con las directivas e intereses de los medios de comunicación, todo ello aderezado por un poder judicial al servicio de los amos del país que todos sabemos quiénes son pero nadie conoce… Salvo los jueces ¡Claro!

 

 

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