Una
nueva víctima, otra mujer muerta a manos de un asesino. Los casos se repiten
con tanta frecuencia que están dejando de ser noticia, unas pocas líneas en los
periódicos locales y las consabidas condolencias de los responsables públicos.
Alexandra
ha sido apuñalada por su agresor en presencia del hijo de ambos, esto tampoco
es nuevo. Al igual que no es nuevo que unos incapaces dictaminen que un psicópata agresor deba
tener derecho de visita por encima de los derechos de la amenazada.
Alexandra
había solicitado y conseguido una orden de alejamiento del individuo que
finalmente fue su verdugo. Al infame tipejo se le había concedido “derecho” a un régimen de convivencia con un
niño de cinco años aun cuando estuviera pensando en matar a la madre de la criatura.
Según
noticias que nos han llegado, la Coordinadora de mujeres de Zaragoza aconsejó,
buscó y procuró una nueva vida a Alexandra en Madrid, alejada de su agresor. Las
mujeres de la Coordinadora imaginaron el peligro que corría la vida de
Alexandra y con sus escasos recursos buscaron soluciones que ningún organismo
estatal ofrecía a la víctima.
Somos
conscientes de la dureza de la labor judicial, después de una competida
oposición, tras meterse en la cabeza los códigos y legislaciones pertinentes deben
quedar exhaustos y a continuación viene lo peor: medrar para avanzar en la
carrera, agradar al amo que puede promocionarnos, ser fiel siervo de la
ideología o del poder. La justicia, parafraseando al inquilino temporal de la
Moncloa “ya si eso, esto…ehhh ahhh”.
¿Puede
alguien comprender que una mujer amenazada se vea obligada a compartir espacio
con su agresor por dictamen judicial?
¿Imagina
alguien la tortura de Alexandra dejando a su hijo de forma periódica en manos
de su verdugo?
¿Cuántas
muertas son necesarias para que los jueces entiendan que el derecho a visitas
en casos de violencia es el menos importante de los derechos?
¿Necesitan
sus señorías un croquis para saber que un potencial asesino se convierte en
asesino si tiene oportunidad?
¿En
el siglo de la información no les ha llegado a los jueces la noticia de que los
agresores buscan cualquier medio para hacer daño a sus víctimas y no les
importa usar a los hijos como blanco?
Demasiadas
preguntas y pocas respuestas coherentes. A partir de ahora condolencias,
manifestaciones de repulsa, frases grandilocuentes “No estás sola”, “Hay
salida”, “Denuncia tu situación”, “Planta cara a tu agresor”,… y mil frases
hechas de parecido pelaje.
Todo
ello son reformas de chapa y pintura para no abordar el fondo de la cuestión;
un país y una sociedad podridos en los que un guardia civil graba, se mofa,
tolera, no impide una violación y como premio el Gobierno Disfuncional le
indulta ¿motivos para merecer el indulto? El papá del guardia es concejal y
cargo del PP. Sobran las explicaciones.
El
fiscal general no ve y no encuentra indicios para abrir una causa investigadora
acerca del comportamiento del Ministro del Interior y su colega de la Agencia
Antifraude de Cataluña. Pensemos que no será debido a que el angel Marcelo ha
conseguido que la fiscalía “afine y aliñe” el dictamen a favor de Jorgito. El
mismo ministro que tiene al cuerpo policial descabezado y con los cargos
directivos en precario debido a las guerras comisariales desatadas en la cúpula
policial.
Si en
estos asuntos nadie es responsable, nadie asume sus errores, nadie se da cuenta
que ocupan cargos en los organismos del Estado para servir a los ciudadanos
¿Qué podemos esperar de un pobre juez? ¿De un delegado del Gobierno como
Gustavo Alcalde?, ¿Qué sean responsables con su trabajo y decisiones?
Nadie
va a volver la mirada hacia una sentencia que dictamina un régimen de visitas
quizás ajustado a ley, pero profundamente estúpido.
Pocas
voces preguntarán ¿Por qué no se articulan medidas para que la amenazada esté
permanentemente protegida? A lo mejor dedicando alguno de los múltiples
policías y guardias civiles dedicados a proteger procesiones, honrar a
diosecillos, custodiar a políticos en sus casas y limitar los derechos de las
personas (Gustavo Alcalde en estos puntos tiene una gran experiencia)
encontrábamos medios para defender a las mujeres amenazadas aunque a un juez,
sin ningún atisbo de cerebro, se le ocurra primar el derecho a martirizar al
niño por encima del derecho a la vida de la madre y por supuesto a la vida del
niño.
Nadie
le va a pedir responsabilidades al magistrado. Ni él, o ella va a asumirlas, ya
estudió mucho cuando aprobó la oposición y quedó exhausto. Ahora ¡A impartir
justicia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario