miércoles, 11 de mayo de 2016

Elecciones habemus

Nunca ganar una “Porra” resultó tan frustrante. Tras la cita electoral del 20D y conocidos los resultados comenzó la aventura de pronosticar las posibilidades que ofrecía el escenario político dimanante de las urnas. Cada cual emitió su pronóstico, los optimistas apostaban por ver cumplidos sus deseos, los pesimistas mostraban su resignación por el panorama, casi todos coincidían en  la desafección por la política.
La primera alternativa contemplada era la gran confluencia PP, PSOE, Ciudadanos. Posibilidad que fue descartada de inmediato a pesar de las presiones  desaforadas ejercidas por los caciques de todos los bandos, desde el IBEX 35 hasta los Añejos Popes del Socialismo. A continuación siguió la bufonada abocada al fracaso protagonizada por  PSOE y Ciudadanos, si los números no dan, pues  no dan.
Los partidos políticos, por una u otra causa, siempre han tenido en su estrategia la repetición de la cita electoral sintiendo la clonación como una segunda oportunidad ofrecida por un sistema lo suficientemente imperfecto como para que se pueda pensar que lanzar otra moneda al aire otorga una nueva ocasión de captar aquellos votantes que en la primera cita no se logró convencer.
Si hay algo que se pueda deducir de los resultados del 20D es la constatación fehaciente de que los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, le han dado al bipartidismo un mordisco tan importante que la vuelta a la situación anterior se antoja, cuando menos, complicada.
Entonces ¿Por qué el interés de los actores políticos en repetir?
Dependiendo de los concurrentes son varios los motivos que les condicionan. Para  el PP simboliza la lejana esperanza de poder recuperar lo que Ciudadanos le ha arrebatado, para ello le catalogará como un partido inconsistente, mentiroso y cercano a posturas peligrosas para la recuperación de la esencia española.  Una de las armas a utilizar será el pacto de la formación naranja con los socialistas. Los altavoces afines a los populares ya han comenzado con la matraca  y esos poderosos voceros tienen pocos escrúpulos.
Mariano Rajoy o quien le sustituya como candidato intentará recuperar los votantes desafectos que emigraron a las posiciones de Rivera utilizando estrategias de desgaste contra Ciudadanos  ¿Y?
 Si la aritmética no se equivoca lo que los populares ganen por un lado - más diputados del PP - lo perderán por el otro (menos diputados de Ciudadanos). En este caso la suma seguirá lejos de ofrecer una cantidad suficiente de diputados como para aupar al candidato de Génova. Seguirá haciendo falta alguien más. La misma situación que la legislatura disuelta, ese alguien más sería el PSOE.
Tal vez asistamos al final de las propuestas-brindis al sol, de los pactos para la galería alejados de la realidad parlamentaría y de las burlas a los electores de uno y otro lado, todas ellas  pasarán al recipiente para reciclar y olvidar. Las charlotadas serán descartadas por  ausencia de rigor político.
Suponiendo que el PSOE sea una alternativa de progreso - que es mucho suponer-las trabas que los patriarcas-dinosaurios del partido han puesto a un hipotético acuerdo con Podemos resulta indecente. En su día el adocenado González de nombre Felipe despreció acuerdos programáticos con IU porque el señor de los bonsáis no estaba dispuesto a ceder en su proyecto “liberalizante” de la economía patria. Así olvidó su amistad con Nicolás Redondo (el original sindicalista no el vástago Terreros) para privatizar empresas públicas, apretar el cinturón a los obreros, renegar de su ideología y dilapidar el mayor caudal político que ningún dirigente ha tenido jamás en este doliente país. Su veraneo al bordo de uno de los emblemas del dictador Franco, el yate “Azor”, debería habernos alertado de por dónde iban los pensamientos del promotor de la “Bodeguilla”.
Este histórico personaje ha vetado el acceso de Pedro Sánchez a la presidencia de Gobierno y el Secretario General del  PSOE ha claudicado. Nuestros biznietos algún día sabrán las razones de su arrastramiento, los chantajes que ha padecido y las presiones que no ha podido soportar.
Con la cita del 26 de junio parece que la cordura ha tocado a la dirección de Podemos, quizás sea tarde pero algo es algo. Echenique negocia un acuerdo con IU para acudir en confluencia. Adolfo Barrena tiene que estar pellizcándose para entender algo ¿El mismo Pablo que impidió a IU la formación de grupo parlamentario en las Cortes de Aragón es el urdidor de la confluencia? ¡Qué cosas tiene la política!
El otro Pablo realiza un ofrecimiento al PSOE si se produce el ansiado sorpaso ahora que parece que la confluencia con IU es una realidad. Cuenta con la formación de Susana Díaz y Felipe González para formar Gobierno. Pero seamos serios… ¿todavía no se ha enterado que no le quieren ni en las cercanías del poder? Si les salieron granos purulentos imaginándose a algún “desarrapado” en las lindes de los ministerios ¿Es tan ingenuo que piensa en un apoyo del PSOE para que Podemos-IU alcance la presidencia?

Como tengo remanente de porras ganadas voy a atreverme con un vaticinio: En el hipotético  caso de que la confluencia Podemos-IU sea la formación más votada o quede en segundo lugar superando al PSOE, el próximo gobierno será la gran coalición PPSOE. Sin Rajoy y sin Pedro Sánchez. Ahí queda eso ¡Al tiempo!

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