Debemos
admitir su fuerza, únicamente reconociendo nuestra debilidad podremos articular
nuestras defensas para hacer frente a las múltiples agresiones que recibimos.
Pecaríamos de ingenuos si por un momento cayéramos en la tentación de pensar
que la razón nos va a permitir doblegar la estulticia que alimenta sus
comportamientos. Son estúpidos, sí, pero muy poderosos.
Con
la llegada al gobierno municipal de Madrid
de la candidatura de regeneración democrática encabezada por Manuela
Carmena estamos asistiendo a una permanente caza de brujas por parte de los
irreductibles asalariados de los poderes ocultos, de los que mandan. El primer
blanco lo encontraron escarbando en las aportaciones que había realizado el
concejal electo Zapata cuando participó en un foro-evento que trataba sobre el
humor negro.
Con
la “gracieta” de cómo se podrían meter un motón de judíos en un seiscientos
vislumbraron la oportunidad y se lanzaron cual buitres a por ella.
Tan
virulento fue el acoso que Zapata se vio obligado a dimitir. Los calificativos recibidos por su aportación
al programa sobre el tipo de humor macabro ejercieron tal presión sobre la
opinión pública que Zapata compareció en rueda de prensa para pedir perdón por
su error. Resultó enternecedor escuchar a un político de nuevo cuño disculparse
por comentarios vertidos en épocas en las que ni sospechaba que algún día le
pasarían factura. El chiste ni siquiera es suyo.
Por otra parte chistes de mal gusto que atentan contra millones de sensibilidades los oímos a diario en todas las esquinas de los pueblos de esta atormentada nación. Reírnos y burlarnos de los jefes, de los poderosos, de los diferentes, de los débiles, de los fuertes, de los iguales, de las mujeres, de los disminuidos, de los guapos, de los feos, de los catalanes, de los vascos, de los de Lepe, de los que rezan, de los ateos, en definitiva de todo hijo de vecino, es una de las pocas cosas que no nos han podido quitar.
Por otra parte chistes de mal gusto que atentan contra millones de sensibilidades los oímos a diario en todas las esquinas de los pueblos de esta atormentada nación. Reírnos y burlarnos de los jefes, de los poderosos, de los diferentes, de los débiles, de los fuertes, de los iguales, de las mujeres, de los disminuidos, de los guapos, de los feos, de los catalanes, de los vascos, de los de Lepe, de los que rezan, de los ateos, en definitiva de todo hijo de vecino, es una de las pocas cosas que no nos han podido quitar.
Probablemente
sea de un pésimo gusto y esconda una tremenda zafiedad sin embargo la chanza es
la válvula de escape para soportar la desigualdad, la soberbia de los que
mandan, la mierda de vida que nos permiten. Si eliminamos
la posibilidad de burlarnos de todos los que nos acogotan y de nosotros
mismos, ¿Qué nos queda?
Quizás
nos quede mandarlos a tomar por saco y reconstruirnos, pero ya sabemos que no
estamos capacitados para decisiones tan difíciles, seguiremos gritando ¡Vivan
las “caenas”! Y a continuación nos conformaremos con los chistes, mal que nos
pese.
Pues
bien, con estos ilustrativos antecedentes el pasado día 18 de Julio se celebró
una misa homenaje en la iglesia de los Jerónimos de Madrid en recuerdo de un
acto delictivo. Histórico y delictivo.
Durante
la homilía el señor párroco se vino ¡Arriba! y obsequió a los entregados
asistentes con una versión monacal de ¡Como ser un sinvergüenza y además
parecerlo!
Cantó,
alabó, defendió y subió a los altares una perversa y sangrienta toma de poder y
las posteriores consecuencias. Mancillo el honor de las victimas ensalzando al
verdugo: Al denominado “Glorioso
Alzamiento Nacional”.
Ya
resulta suficientemente anacrónico que tengamos como jefe de Estado al sucesor
de un personaje impuesto por el Dictador. Es inverosímil que exista una fundación
Francisco Franco subvencionada y sostenida desde un Estado supuestamente
democrático. Parece una burla que se mantenga la ley de amnistía que ampara y
protege a expoliadores y asesinos. Produce dolor el nulo cumplimiento de la Ley
de la memoria histórica. Escuece
comprobar cómo se sortean los compromisos contraídos con la comunidad
internacional con el propósito de evitar el procesamiento de personajes
relevantes del régimen - Martín Villa, Utrera Molina,… - mientras se alaba la
actuación de la justicia contra gobernantes de idéntico pelaje: Junta militar
argentina, Pinochet, Videla, Noriega,..- en suelo ibérico la consigna es: A los
facinerosos franquistas no molestarlos.
La
iglesia de Los Jerónimos está en Madrid, cerca de donde pasea Esperanza Aguirre, ¿Le parece a la presidenta
del PP madrileño una broma de mal gusto la diatriba del cura? ¿Ha satisfecho Aguirre todas sus ansias reparadoras maltratando a Zapata? ¿Están de acuerdo
los paniaguados de la prensa con lo que dijo el oficiante? ¿Comparte la
Conferencia Episcopal la visión del sacerdote? ¿A Maroto no le da asco este
caso igual que le produce repugnancia Bárcenas?
Las
respuestas a las preguntas parecen ser: NO, SI, SI, SI, NO SABE
NO CONTESTA.
Mientras
la franquicia católica bombardea a los televidentes con la manida “X” un estremecedor
mutismo se ha apoderado de los medios de comunicación “oficiales” y de los portavoces
políticos. El célibe vocacional ha soltado su sarta de estupideces y un manto
de silencio ha sellado bocas, micrófonos y rotativas ¿No es su discurso un
enaltecimiento del golpismo?
La
mierda es mejor no menearla que huele.
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