sábado, 23 de septiembre de 2023

Estás nominado

 

Es de justicia reconocer que las “derechitas reaccionarias” del panorama político hispánico (la cobarde y la chulita) llevan decenios utilizando el lenguaje con mejores resultados que la izquierda progresista disidente. Los efectos están íntimamente ligados a potencia mediática que los propagan.

En su momento - un lastimoso tiempo por otra parte - acuñaron para los delincuentes la nominación de bando nacional ¿Cómo puede ser nacional quién se levanta en armas contra la nación? Por raro que parezca sucedió.

La España de las paradojas permitió que los agresores de la nación: Iglesia, Ejército y caciques capitalistas - defensores de intereses bastardos - se autoproclamaran “nacionales”. Resulta curioso que el nombre fuera asumido con tanta naturalidad.

Sin embargo en el infausto día de julio de 1936 los mismos relatores denominaron  despectivamente bando republicano al Gobierno legítimo y legal, a las instituciones de la nación y a los defensores de la Constitución vigente. La legalidad eran “los rojos”.

En una España prácticamente analfabeta (en el año 1931 el índice de analfabetismo de la población  estaba en el 47%) la terminología tenía mucha importancia. Por desgracia los malversadores de opinión tipo Ferreras, Ana Rosa, Vallés y similares hoy siguen influyendo en la conformación de la conciencia social.

Durante el periodo 1931-1936 se acometió la tarea de alfabetización y escolarización universal. El 18 de julio de 1936 se apagó la luz. Los maestros que pudieron huyeron de las garras del fascista criminal. Los menos afortunados todavía se retuercen en fosas de las cunetas. Otros muchos acabaron deambulando por la vida intentando pasar desapercibidos.

En este país de dolor; mierdecillas sin conciencia, como Rafael Hernando,  se mofan de los asesinados y de sus deudos, ¡Qué tipos tan ocurrentes! Como buenos carroñeros del Régimen de vez en cuando graznan sus soflamas: ¡Algo habrían hecho! Vociferan.

Y ¡Claro que habían hecho algo! Habían tratado de educar a las generaciones futuras para que no sufrieran el maltrato esclavista que habían sufrido sus padres.

En la actualidad la Jefatura del Estado la ostenta un individuo tan mortal como cualquiera de nosotros. Pero no hay posibilidad de pedirle explicaciones por sus actos. Es tan irresponsable judicialmente como un niño de tres años. Sin embargo puede decidir el destino que nos espera y su regia voluntad resuelva.

Si había algún motivo para someternos a una monarquía – QUE POR SUPUESTO NO LO HAY - Felipe VI nos da razones a diario para espetarle – como decimos en Aragón - ¡Anda a cascala “Preparao”!

Sus antepasados Borbónicos Felipe V y subsiguientes - al eliminar los fueros territoriales - consiguieron crear un conflicto donde durante siglos rigió un equilibrio entre las distintas identidades nacionales. La represión centralista impuesta por los Borbón derivó en un desencuentro que lamentablemente seguimos padeciendo.

El actual Borbón es descendiente del pervertido Alfonso XIII, el rey que instauró la dictadura de Miguel Primo de Rivera cuando se aburrió de la democracia. La procaz abuela de Alfonso XIII,  Isabel II, se tuvo que exiliar a Francia por unos turbios asuntillos de corrupción. El anterior monarca, el “Emérito”, papaíto del actual, aprendió bien la historia de la tatarabuela Isabel, corrupta/fornicadora y se especializó en los mismos campos: fornicación y corruptelas.

En España, de vez en cuando, desalojamos a los reyes del trono, pero hasta ahora siempre han encontrado la forma de volver. Será porque, aunque resulte inverosímil, existen mamertos de la derecha que siguen considerando a la institución monárquica el baluarte de la convivencia.

Ese sumiso vasallaje les permite justificar que el Borbón se salga del papel constitucional y haga política. La única política que debería hacer el rey es  someterse a un referéndum: Monarquía o República. Todos somos conscientes de que más temprano que tarde la III República llegará. Una vez más asistiremos al espectáculo de un Borbón saliendo de España.

Pero hasta que llegue el feliz momento, el Jefe del Estado debería poner más cuidado en el uso de las atribuciones que la Constitución le confiere. Encargar a Feijoo la formación de Gobierno ha sido una “metedura de pata” real. Sí en la primera ronda, alguien tan “preparado” no atisba indicios de que el candidato pueda formar Gobierno, tendría que haber convocado una segunda rueda de consultas. Las “Prisas” no son buenas consejeras. Opiniones de “Mediaset”, “Vocento”,“ Mediapro”, la COPE, y similares no tendrían que haber influido en su regia elección.

Los acontecimientos, de los últimos días, nos hacen deducir que el asesor borrachín de Díaz Ayuso no está de acuerdo con la decisión de Felipe VI. Ya está susurrando estupideces al oído de Isabel. La presidenta - inmersa en su papel de marioneta - se hace eco de las tonterías y las repite sin ningún pudor ni conocimiento ¡Cómo siempre!

La total y absoluta ignorancia que demuestra acerca del procedimiento, de las leyes y del protocolo democrático, ha llevado al monigote de guiñol madrileño a reclamar al Presidente de Gobierno, en funciones,  que convoque elecciones.

No tendría que tener tanta “Prisa” y esperar que Feijoo fracase, ¡Qué Pedro Sánchez ahora no puede disolver las Cortes, mujer!

Debería ser obvio que, una presidenta de Comunidad Autónoma, tuviera conocimiento de la legislación estatal vigente. Del borrachín no nos sorprende su torpeza. Del rey tampoco.

Díaz Ayuso, además de no respetar la ridícula postulación de Feijoo, sin saberlo cuestiona la soberana autoridad de Felipe VI por hacer una encomienda fallida.

Hasta una monárquica convencida duda de la designación ¿Qué  chirría con el espíritu CONSTITUCIONAL? Qué más da si sigue siendo el Rey.

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