Los resultados de las elecciones del 23 de Julio, nos permiten hacer impías aseveraciones en contra de los beatos de este convento hispánico. También estamos autorizados a ningunear a la llamada gente de bien de este colectivo llamado España. Y ¡por supuesto! Se constata la estulticia de personajes que pretenden uniformar el comportamiento de una sociedad diversa ¡Ay Santiago, ay Alberto!
No es la primera vez que unos resultados electorales son cuestionados por la derecha españolista. La limpieza del procedimiento les trae sin cuidado. La derecha pone en duda la limpieza del proceso cada vez que los resultados le son desfavorables.
Sucedió en tiempos pasados, sucede en tempos presentes y si no lo remediamos, nuestras nietas lo sufrirán en el futuro.
En un ejercicio de memoria, por si alguien lo ha olvidado, recordemos pasajes del libro santo llamado hemeroteca.
Hubo un momento histórico en el que este simulacro de país casi alcanzó la categoría superior al respetar los derechos humanos del momento durante la II República.
Tampoco eran como para tirar cohetes los logros alcanzados, pero algo es mejor que nada.
La instauración republicana fue atacada por aquellos que – en su necesidad de ser siervos - exigían un amo que avalara sus mezquindades.
El ataque se basó en estafas sociales convenientemente
propagadas.
La prensa independiente fue clausurada y la llamada “nacional” hablaba
de las virtudes de un personaje sanguinario
y poco dado a la solidaridad. Nos referimos al mamarracho rey sin corona Francisco Franco
Tras conocer los resultados electorales del 23J esperamos las
reacciones extemporáneas de los “lame culos” de la derecha cuestionando el desenlace electoral.
Lo hizo Javier Arenas el año 1993 cuando Felipe González evito
la llegada de Aznar a la Moncloa.
La victoria de Zapatero fue siempre cuestionada desde la derecha
y sus voceros y por último; a Pedro Sánchez le han tildado de okupa por usar y
triunfar con la moción de censura, una herramienta contemplada en la sacrosanta
Constitución.
Las situaciones se repiten y por supuesto, se replican los
comportamientos.
La sociedad civil española debería reflexionar sobre su futuro,
evaluando el posible comportamiento de destacados miembros de la milicia.
El 18 de julio de 1936 el comandante Rodríguez-Medel Briones, era el jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Pamplona. Emilio Mola Vidal era el jefe militar de Navarra
Ambos militares habían coincidido en la Academia de Infantería de Toledo y Mola era conocedor de la rectitud y lealtad del comandante de la guardia civil cuando del cumplimiento de la legalidad establecida se trataba
Por la Dirección de la Guardia Civil eran conocidos los preparativos que algunos mandos militares estaban llevando a cabo para la ejecución de un golpe de estado. También se sabía que uno de los principales impulsores era Emilio Mola.
Con la misión de defender a Pamplona del acceso desde el sur, se ordenó al comandante Rodríguez-Medel trasladarse a Tafalla con los efectivos de la comandancia de la guardia civil, reforzados por unidades de guardias de asalto y milicias voluntarias de obreros.
El general golpista, conocido como “El Director”, no tuvo reparo alguno en hacer asesinar a Rodríguez-Medel. Bajo ningún concepto admitió el nazi recibir una negativa a sumarse al golpe militar. Se dice que Rodríguez –Medel fue el primer alto mando militar asesinado por los golpistas.
Muchos jefes de guarniciones militares, leales al orden legitimo, fueron asesinados por esbirros que cumplían las estrictas órdenes del instigador principal del golpe de estado de 1936. Mola lo dejó diáfano en las instrucciones escritas que dictó.
“Se tendrá en
cuenta que la acción ha de ser en extremo
violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien
organizado. Desde luego, serán encarcelados
todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no
afectos al movimiento, aplicándoles castigos
ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía
o huelgas”
“Es necesario crear una atmósfera
de terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni
vacilación a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran
impresión, todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado”.
General Mola:
Instrucción Reservada. Base 5.
Se está intentando retorcer los acontecimientos a través de
interpretaciones sesgadas hechas por personajes con capacidad de influencia en
la memoria colectiva (ay ¡Losantos que bobo eres!)
Ello ha llevado - con el paso del tiempo y la repetición sistemática
de los postulados fascistas – a equiparar al Gobierno legítimo de un país con
una banda de facinerosos pagados para tumbar la legalidad vigente.
Para entender la situación del panorama político actual es
ilustrativo indagar en lo que sucedió en la España de la República.
De esta forma constataríamos cómo se comporta la derecha cuando
las elecciones le vienen mal dadas. Los parámetros son siempre los mismos.
Durante la campaña mienten, insultan, provocan, falsean para
acabar manipulando a la población a través de los medios de comunicación,
afines ideológicamente a la derecha en su línea editorial o comprados con
suculentos contratos publicitarios, por no hablar del sistemático e ilegal dopaje
financiero con el que el PP ha concurrido a diferentes citas electorales. Ha quedado sentenciado en sede judicial que el
PP es una organización para delinquir.
Finanzas obtenidas a través de sistemáticas corrupciones,
principalmente en Madrid y Valencia. Operaciones Lezo y Gürtel ¿Qué más necesitan
los jueces para ilegalizar a un partido? ¡Ah, claro! Independencia del poder
judicial.
El origen del partido de la gaviota nos aclararía muchas cosas
si fuéramos capaces de analizarlas..
Originariamente el partido se denominó Alianza Popular y fue fundado
por los siete magníficos. Seis de ellos ex ministros de la dictadura franquista
y el séptimo un director general nombrado por el régimen.
Cada vez que la derecha pierde unas elecciones alega trampas.
Argumentos claros de mal perdedor. Aclaración: Perder una elecciones es no
conseguir los resultados adecuados para formar gobierno. Es lo que tiene el
sistema parlamentario español.
El germen de la duda lo vertieron en 1936 para justificar la
posterior asonada militar.
¿Veremos las hordas de las derechas españolas asaltar el palacio
de la carrera de San Jerónimo al más puro estilo Trump? O, por el contrario ¿asistiremos
a una nueva salvación de la patria por parte de algún uniformado nostálgico?
Ya han comenzado la campaña de acoso y deslegitimación del
posible gobierno progresista de coalición.
Desde el PSOE intentan que las prisas no les jueguen malas
pasadas. Tienen tiempo de conseguir los apoyos necesarios para reeditar
gobierno.
El primer paso está dado. Al PP se le escapó el doberman (VOX)
que tenía encerrado en la perrera y la fiera se ha dedicado a lo suyo: morder a
todos los que les parecen poco afines. Así la antigua Alianza Popular ha
perdido las llaves para abrir las puertas de la colaboración con los partidos
de derecha nacionalistas catalanes y vascos.
El Partido Popular ya ha recuperado a los votantes que se habían
refugiado en Ciudadanos cuando Albert Rivera quería convencer de su moderación
y el IBEX apostó por la opción liberal.
Queda trabajo para recuperar al otro hijo emancipado de la casa
materna. Aunque si lo consiguen ya no podrán negar su ascendencia fascista
hasta que, por fin, se decidan a renegar
de sus orígenes.
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