jueves, 8 de junio de 2023

La refundación

 

Tras el nuevo advenimiento monárquico que tiene lugar a la muerte del dictador y después de constatar la necesaria exhumación del franquismo, se produce una realidad socio-política que culmina con el clímax de la llegada del régimen del 78.

Normalmente se denomina “Transición” y se califica de “modélica” a algo que tendría que ser conocido como “Transmutación” y calificado como “artera”. Hoy en día seguimos pagando las consecuencias de la claudicación ante el chantaje. El sucesor designado por el sátrapa se instaló en la Jefatura del Estado con la aquiescencia de los poderes fácticos del país: Iglesia, nobleza capitalista y militares fascistas.

Por si alguien lo ha olvidado, son las mismas patas que propiciaron el golpe de Estado contra la II República española; que posteriormente alentaron la acción armada de exterminio contra la población civil disidente, para acabar sosteniendo y sufragando la implantación durante cuarenta años de una cruel dictadura.

Pues bien, con esos “amiguetes” y rodeado de falangistas, arribó Juan Carlos I al trono del Reino de España. A la muerte del usurpador hubiera sido lógico tratar de restablecer la legalidad hurtada por las armas y que la nación sometida por la fuerza pudiese haber recuperado su estatus de libertad.

¡Pero no! cuarenta años de terror, mordaza, sometimiento y adoctrinamiento son un escollo difícil de saltar. Más todavía si se es parte de una nación acostumbrada a gritar:

¡Vivan las caenas!

El hoy denostado “emérito” es tan sólo una campechana anécdota en el penoso devenir de este simulacro de país que se conoce como España. Que existan una serie de presunciones de culpable comportamiento archivado por oportunas prescripciones, denota la calidad del sistema político que nos han impuesto. Del poder judicial mejor ni hablamos.

Que el sucesor del sucesor del genocida, sea incapaz de reflexionar y devolver la finca a sus legítimos dueños: los españoles, es una real prueba de soberbia o una prueba de soberbia real. A elección.

Estamos asistiendo a un cambio de ciclo. Es desalentador ver a un supuesto ecologista como Felipe de Borbón y Grecia asistir a un sacrificio sangriento de animales para divertimento de unos cafres. ¿Dónde quedó la defensa de la naturaleza del joven Felipe? El cambio climático ha debido propiciar una mutación cerebral. O tal vez no era tan defensor del ecosistema.

Tampoco ayuda a confiar en la jefatura del Estado de Felipe VI su propensión a enarbolar la jefatura de las Fuerzas Armadas como pilar fundamental de su reinado. ¡Algo chirría! ¿Necesita generales para ser rey, o necesitan rey los generales? He ahí el dilema.

En los últimos tiempos pensábamos que había alguna posibilidad de abandonar este deprimente escenario. Se hablaba del fin del bipartidismo como casilla de salida para regenerar la “Artera Transmutación”.

Pero no, el quítate tú (PP ó PSOE) que me pongo yo (PSOE ó PP) siempre ha estado cimentado en los partidos nacionalistas periféricos que sustentaban la alternancia según su conveniencia. Partidos de la más rancia ideología liberal capitalista: la finiquitada confluencia catalana de CyU, sumada al catolicismo jesuita vasco del PNV. Eso podríamos denominarlo bipartidismo unipartidista.

El movimiento 15M convulsionó las estructuras del poder, levantó ampollas en los delicados cuerpos celestiales de la nobleza política y recibió un desafío: si quieren  cambiar las cosas que se presenten a las elecciones. Frase que muchos se arrepintieron de haber pronunciado porque lo hicieron. Y llegaron al gobierno.

Para no ser una crónica  peñazo; el resumen es que - visto lo que se puede conseguir desde la voluntad popular - los antiguos poderes facticos han tomado la iniciativa con nuevas armas, los medios y las redes sociales.

Los cantos de sirena han llegado a los oídos adecuados para que “esos piojosos” se peleen y disgreguen. Naturalmente - para justificar la disolución en la nada de un movimiento político que alcanzó a tener más de 5 millones de votos y de 70 diputados en Cortes Generales – hay que fomentar la refundación de  la izquierda.

Yolanda Díaz alaba la generosidad de Garzón al echarse a un costado y alentar que nuevos rostros lideren IU. Bien, pero tarde. Alberto podía haber tenido la tentación de apartarse  cuando su gestión – traducida en resultados electorales - estuvo a punto de convertir IU en una anécdota política.

Y da la impresión de que a la vicepresidenta del Gobierno ya no le resulta de utilidad el partido que propició su visibilidad ministerial. Debería recordar que no fueron Más País (Errejón), ni Compromís (Baldoví), ni Drago (Rodríguez) ni otros… quienes facilitaron su llegada al Ministerio de Trabajo.  A ver si ella sola es capaz de recordar quién se empeño en que Unidas Podemos estuviera en el ejecutivo.

¿Para qué es necesario refundar? La izquierda lleva refundándose desde el advenimiento democrático. Siempre surge algún matiz que el nuevo líder o lideresa necesita introducir para desvincularse de su predecesor.

Yolanda Díaz no iba a ser una excepción. Lamentablemente, para emanciparse de quién la señaló como sucesora, ha elegido un camino tortuoso uniéndose a dolorosas escisiones de Podemos o a territoriales rivales políticos.

Por parte de Sumar tiene poco sentido la estrategia de tomar como punto de partida a las rupturas disidentes que cosechan escasos éxitos en el ámbito estatal.  Refundar el espacio que ocupa Unidas Podemos tiene todos los indicios de intento de liquidación y de venganza encubierta.

Tal vez menos ansias de protagonismo y mayores dosis de cordura servirían para volver a enfocar los objetivos políticos de la izquierda progresista en lugar de vivir pendiente de las cámaras.

1 comentario:

  1. Estamos jodidos, como siempre. A mis 64 años la ilusión de que vuelva la cordura a la gente, ha terminado. Nos toca vivir rodeados de incultura y estupidez gracias a los medios de comunicación. Yo he trabajado en publicidad y sé cómo funciona la manipulación de las masas, por eso seguiré votando a gente que quiera que cambie el mundo porque no hay más remedio: O usamos la razón o nos vamos en muy poco tiempo, todos A la Mierda!!!

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