martes, 28 de febrero de 2023

Juanjo el justo

 Resulta que Juan José Escalonilla, juez instructor titular del Juzgado nº 42 de Madrid, últimamente se está dando cuenta de los errores procesales que sistemáticamente ha venido cometiendo. Casualmente todos relacionados con Podemos ¡Vaya por dios!

Es verdad que Juan José hace un reconocimiento de las equivocaciones cometidas. Sin embargo no dice nada de la mala praxis jurídica llevada a cabo por su señoría.

Curiosamente el magistrado Escalonilla ha cometido sus últimas extravagancias jurídicas  persiguiendo a una formación política exhaustivamente investigada por sus colegas togados.

El juez instructor del caso Neurona reconoce, en una resolución firmada el pasado 9 de febrero, que Pablo Iglesias, antiguo secretario general de Podemos, fue incluido "indebidamente" en el procedimiento como investigado en esta causa judicial.

De igual forma el juez Escalonilla admite el "manifiesto error" que cometió al no admitir un recurso de Podemos presentado un día antes de que venciera el plazo legal y que puede condicionar el informe final del caso.

Cuesta mucho trabajo creer en la buena voluntad de los magistrados cuando los errores siempre se cometen en la misma dirección y con las mismas víctimas atropelladas.

Que el núcleo duro de jueces conservadores, herederos directos de los componentes de los Tribunales de Orden Público de la dictadura franquista, sigan marcando la agenda jurídica hispánica, denota claramente la calidad del sistema democrático que nos proporcionó la “modélica  transacción española”.

El caso “Neurona” sigue vivito y coleando por obra y gracia de Juan José Escalonilla con sus dictámenes plagados de errores.

Comprobamos que no es el único magistrado al que le importa un higo la ley.

Son legión los togados que retuercen la voluntad del legislador a sabiendas de que el espíritu legislativo se encuentra en las antípodas de sus sentencias.

Ni les importa ni les amilana. Se consideran por encima de la voluntad popular, es más, el populacho les parece prescindible.

Ya lo dijo Cosidó siendo el portavoz del PP en el Senado: “promocionamos a nuestro candidato “x” a presidente de CGPJ y controlamos la sala 2ª del Supremo por la puerta de atrás”. El juez Marchena podría explicar su negativa, pero no es probable que se preste a ello.

Aunque parezca inverosímil no fue el único caso. Ignacio González, presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, reclamaba a Zaplana la recuperación del juez García Castellón para solventar unos “asuntillos” investigados por el juez Velasco en los que ambos personajes del partido Popular  estaban involucrados.

Escalonilla y sus errores no son una excepción, resultan la constatación fehaciente de las artimañas que un sistema podrido está utilizando para no perder sus privilegios.

La separación de poderes en España, además de una entelequia, es una falsedad.

Un grupúsculo de integrantes del más rancio sistema judicial hispánico, apoyados por la caverna mediática, sigue medrando con el objetivo de retorcer la voluntad popular y gobernar sin presentarse a las elecciones.

Su postura no cambiará hasta que consigan recuperar el Gobierno devolviendo la población al redil para que su comportamiento no ponga en peligro sus intereses.  Las cloacas policiales que manejan, cierran el círculo de inmundicia estatal que nos rodea.


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