Los camellos de la narco-información inundan las ondas, los kioscos, las televisiones e incluso las redes sociales con su adormidera tertuliana. Hablan con dogmas y axiomas que consideran irrefutables. A quienes ellos nombran como bueno, queda santificado en cualquier circunstancia y situación.
Por el
contrario, aquel que tiene la desgracia de ser señalado como perverso, resulta
marcado para siempre jamás. Salvo que en un acto de autentica contrición se
arrodille ante el amo y éste magnánimamente le perdone sus culpas. Tras una
dolorosa penitencia, ¡Por supuesto!
Por
doquier surgen expertos en todo tipo de materias. Los shows televisivos les
autorizan a hablar sobre hechos y asuntos que desconocen. Pero poco importa, lo
realmente trascendente es lanzar el mensaje una y otra vez hasta que cale en el
imaginario colectivo.
Es la
táctica empleada durante siglos por las franquicias eclesiásticas: la
reiteración una y otra vez de un postulado por incongruente que sea, hasta que
a fuerza de repetirlo suene a verdad inmutable.
Nos venden
que Putin es un malvado (que lo es) y que Zelensky (otro malvado) es una pobre
víctima atacada por las ansias imperialistas de un ególatra con ínfulas de Zar.
Ana Rosa,
Vallés, Herrera, Losantos, Ferreras, Alsina, Marhuenda, Inda…, con sus
micrófonos a pleno rendimiento (si me dejo alguno que me perdone) han decidido
a quién santifican y a quién condenan.
Por
supuesto lo hacen en nombre de la sacrosanta democracia occidental y para
defendernos del diablo rojo comunista. Para estos popes de la “información”,
todo lo que procede de Rusia es comunista.
¿Para qué
informar con veracidad y certeza? ¿Quién lo necesita?
Putin se
presentó y ganó en las elecciones Presidenciales (2018) con una amalgama de
partidos llamada Frente Popular Panruso, en el cual se encuadraba el partido Rusia Unida de Vladimir Putin.
Este partido - Rusia Unida - se define como “centrista conservador, defensor
de los valores tradicionales y de la identidad rusa”.
Si en la
descripción del partido Rusia Unida, se cambia identidad rusa por española,
rápidamente se identifica al partido centrista conservador homólogo, que pasea
su “españolidad” por España: el PPOX del que se desgajan las dos corrientes PP
y VOX. En segundo lugar quedó Pável Grudinin
del Partido Comunista.
En las
elecciones legislativas (2021), la Duma, se dieron resultados similares y la
fuerza opositora al partido Rusia Unida resultó ser el Partido Comunista.
Vamos que
no son los perversos comunistas rusos quienes han ordenado atacar Ucrania. Tampoco
es Rusia quien ha iniciado la guerra.
El conflicto
tiene su origen en los incumplimientos de los acuerdos de Minsk, entre ellos el
acercamiento de la OTAN a espacio ruso. Otra cuestión importante es la
represión sufrida en las zonas “rusófonas” de Donetsk y Lugansk así como la
situación de Crimea. La zona lleva más de 14 años pregonando un enfrentamiento
que EE.UU, OTAN y UE han alimentado con su soberbia.
Un malvado
(Zelensky) ha desafiado a un malvado (Putin) esperando que otros malvados
(OTAN) le protegieran.
Hay otro malvado
al que la situación le viene de perlas. USA está tratando de enfurecer a Rusia
y como saco de golpes utiliza el culo ucraniano. Exactamente igual que antes
utilizó para su desfogue el culo iraquí, el afgano, el vietnamita, el sirio o
el libio. Todo ello lo hace para satisfacer su insaciable apetito de poder y
beneficiar a su bolsillo .
El tonto
de la película vuelve a ser la Unión Europea. Borrell recomienda bajar la
calefacción, Bruselas alargar el conflicto con el envío de armas a Ucrania para
armar civiles. Un completo dislate ¿Un dislate? ¡No!, una prueba más de la
escasa trascendencia que tiene la vieja Europa en el concierto mundial. Es el
pago por someterse incondicionalmente al amo yanqui.
Los
tertulianos, sin embargo, se regocijan pensando que Rusia ha fracasado en su
guerra relámpago. Opinan al unísono que - aguantando otra semana más - Putin
tendrá que negociar condiciones ventajosas para Ucrania y de paso para Europa ¿En
serio?
Aún no se
han enterado de que Rusia (Putin) no quiere ocupar ni siquiera invadir Ucrania.
El objetivo es una demostración de fuerza, en primer lugar a Ucrania, después a
Europa y la OTAN y por último al emperador del mundo le está enviando un
mensaje: “militarmente hemos vuelto”.
En la
guerra de los Balcanes, la OTAN (EE.UU) bombardeó sin piedad Serbia - siendo
Javier Solana el Secretario General - mientras
el mundo (Europa) se hizo el sordo, el ciego y el tonto.
Para
atacar Serbia alegaron una limpieza étnica de albano-kosovares llevada a cabo
por los serbios. A su vez Serbia proclamaba defender la integridad territorial
de su país. No le sirvió de nada, la operación de castigo se llevó a cabo.
Desde el
aire acabaron con la resistencia serbia, prácticamente no hizo falta
intervención de fuerzas terrestres en el ataque ¿Motivo? La extraordinaria posición
de debilidad económica, política y militar de la Federación Rusa. Boris Yeltsin
abandonó a Milosevic y este no tuvo otra opción que rendirse sin oponer
resistencia.
Hoy
Zelensky es alentado a resistir a Putin pensando que enquistando el conflicto
las sanciones económicas derribaran al gigante ruso. Puede ser, pero analicemos
las hipótesis.
La actual
capacidad de destrucción de ejército ruso es demoledora y no está muy alejada
de la fortaleza estadounidense. Rusia, todavía, está muy lejos de poner todos
sus recursos bélicos en acción. Con algo más de empeño y menos preocupación por
las consecuencias puede reducir a escombros importantes ciudades ucranianas sin
sufrir grandes pérdidas.
¿Por qué
no lo hace? ¿Por qué no emplea el método USA de destrucción total como hicieron
los americanos con Irak o Serbia?
Sencillamente
porque Ucrania es el porche de Rusia, su jardín, su vecino, está ahí, al lado.
Las secuelas para la vida posterior serían de conflicto permanente entre
vecinos y Rusia no quiere eso.
Para los
presidentes americanos era más sencillo, Kennedy, Johnson, Reagan, Ford,
Clinton, Bush…, no les importaba lo que
sucediera en lugares alejados de sus fronteras. Todos sus conflictos eran
llevados lejos. Hacían la guerra con Moscú masacrando Corea, Vietnam,
Irak, Afganistán, Serbia…, lejos, muy
lejos de Nueva York, Chicago o Los Ángeles.
Los
europeos pensamos lo mismo, por eso queremos que Ucrania aguante, para tener un
dique de contención. Usamos a los ucranianos como escudos para los miedos que nos
están inoculando desde todos los medios vendidos al poder.
Nos drogan
con el miedo al inmigrante y pedimos que se cierren las fronteras, pero tienen
que venir porque les necesitamos para hacer los trabajos que no queremos. Nos
asustan con los ocupas y nos venden alarmas. Los menores no acompañados nos
hacen cambiar de acera como si estuvieran apestados.
El miedo
al diferente nos inmoviliza, todos los árabes nos parecen sospechosos de algo.
Para los narco-comunicadores todos los sirios, palestinos, afganos, yemeníes,
somalíes… son culpables y las desgracias que padecen son invisibles.
Estos
personajes han convertido a Ucrania, en el centro del universo. Los debates
políticos giran en torno a las medidas punitivas que hay que adoptar para
doblegar al demonio Putin. Cuando sería mucho más fácil, más rápido,
infinitamente más barato y rentable, a la vez que menos doloroso, doblegar al
diablo Zelensky.
Eso es lo
que hizo Rusia con Milosevic. Pero eso no se contempla.
No es algo
que debiera afectar a Europa ¿Donetsk y Lugansk independientes? Y ¿Por qué no?
¿Crimea Rusa? Bueno. Ucrania neutral y desmilitarizada, vale, igual que Austria
o Finlandia por poner ejemplos.
¿A qué
intereses perjudican esos acuerdos? Seguramente a los del amo del mundo que no quiere
que Europa sea autónoma y actúe por ella misma.
Hay que
seguir narcotizándola con temores y en esta ocasión el miedo vive muy cerca.
Las víctimas son personas cristianas de piel blanquita, rubios y con los ojitos
claros.
Muy centrado el articulo
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