lunes, 14 de abril de 2014

Señor Obispo

En unas conferencias llevadas a cabo en un colegio religioso concertado, el Obispo de Málaga, expuso su particular visión de la homosexualidad a un auditorio compuesto por estudiantes entre 15 y 18 años.
Monseñor ya ha utilizado el comodín de la mala interpretación que de sus palabras han hecho los medios de comunicación.
Olvida Mosén que los medios de comunicación transmiten las informaciones que les llegan a través de los padres de los alumnos, por las manifestaciones de estos mismos.  Oyentes directos de sus palabras.
Según las versiones de los estudiantes, el príncipe de la iglesia, les cuenta su pensamiento acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo, hablando sin complejos, sin cortapisas, sin vergüenza, y podíamos seguir indefinidamente apuntando sin… , sin respeto, sin pudor, sin conocimiento, sin amor al prójimo, sin idea de lo que habla…
Dice el prelado, que la ley española que reconoce el derecho a contraer matrimonio a personas del mismo sexo, es la peor del mundo, porque habla de cónyuge 1 y cónyuge 2, y estos pueden ser un hombre y un perro… ¿desde cuándo tiene un perro la condición de persona?
 Confunde, malintencionadamente, una opción personal con una perversión sexual.
Estos cónyuges, según el obispo, también podrían ser un bebe, y un anciano de 70 años. Aquí habla desde la mala fe, porque sabe muy bien que esta relación pedófila es un delito. Y lo sabe muy bien, por los múltiples casos que salpican a su corporación.
Hasta aquí, desmentido incluido, nada nuevo. Solo le apuntaremos un detalle, no es a los medios de comunicación a quien tiene que rectificar, sino a los chicos que recibieron su mensaje, y  a los padres que no supieron interpretarlo.
Ahora, las asociaciones de los colectivos dañados, presentaran una demanda ante la fiscalía, y se encontraran con los impedimentos que en forma de tasas ha puesto el Ministro de justicia.
Para defenderse de un atropello primero hay que pagar. ¡Viva la justicia igualitaria!
Y el resto de la sociedad, asistiremos estupefactos al espectáculo de comunicados y noticias, mientras, desde otro ministerio, se consolida la asignatura de religión en el sistema público de enseñanza, se convierte en curricular, se imparte por profesores elegidos por la iglesia y pagados por todos, se menosprecia la enseñanza pública a favor de la concertada, y se adoctrina desde las aulas, sin necesidad de pulpitos.

Por otra parte, como ya he dicho con anterioridad, nada nuevo.

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