lunes, 30 de junio de 2025

Los disidentes

 

Según las noticias que nos llegan y que la mugre mediática se ha encargado de aderezar a su gusto, Pedro Sánchez le ha dicho a Trump - “el nene loco delincuente” - que lo del 5% en gastos de defensa no lo ve claro. No nos engañemos, tampoco le ha mandado a tomar por donde amargan los pepinos, únicamente le ha transmitido que, en las actuales circunstancias, tenemos serias dificultades para cumplir sus imperiales deseos.

Según los panfletos informativos poco sospechosos de ser zurdos peligrosos, (El Mundo, la Razón, ABC, el Español…,) Meloni ha declarado que nuestro país ha firmado lo mismo que firmó ella, o sea; sumisión al amo.

Es difícil conocer la verdad de lo acontecido, no sabemos qué versión coincide con lo firmado o sí Pedro sólo ha cabreado al “nene loco” para que, al final, tengamos que tragar con lo que Donald quiere.

¿El presidente del Gobierno de España se negó a ser pisoteado, o la primera Ministra de Italia agasaja a Trump como hizo el servil Secretario General de la OTAN Mark Rutte?

El ex primer ministro de Países Bajos, no podía caer más bajo en su baboseo. Ahora tendrá que desinfectarse la boca después de hacer lo que su “Papi” Trump vaticinó: los países de la Unión Europea le iban a besar el culo. Mark ha corrido para ser el primero. Pobre hombre ¡Para lo que ha quedado! ¡De besa culos!

Nuestra opinión al respecto de la postura española, se basa en los propósitos que el Gobierno de España debería buscar y en los deseos que nos impulsan.

Las exigencias y amenazas, si tales demandas no se cumplen, vienen a dar un balón de oxigeno al Presidente del Gobierno. Según lo plantea el presidente de USA - el trágala - no deja de ser un impuesto revolucionario que los países miembros de la OTAN deben de pagar a la industria americana de armamento: o compras armas por valor del 5% o lo pagarás en aranceles.

El país que más interviene para preservar los principios democráticos –incluso usando la fuerza-  no parece  que los respete mucho.

El aumento de inversión en defensa, por lo menos en España y me temo que en la mayoría de los países OTAN sucede lo mismo, tiene que reflejarse en los Presupuestos Generales de los Estados. Dichos presupuestos tienen que aprobarse en el Congreso de los Diputados.

El gobierno de progreso de España tiene varias salidas airosas que estamos seguros que los múltiples asesores han puesto sobre la mesa.

La primera es decir al “nene loco” que sí, que se va a aumentar el gasto. Eso sí, cumpliendo con la legalidad española vigente: el incremento tiene que ser aprobado por el Congreso de los Diputados”.

La segunda opción es un no relativo. No debemos incrementar los gastos en defensa si no podemos controlar la balanza comercial con terceros países. Gustosamente lo haremos, pero necesitaremos, sin coste, ayuda comercial de la administración americana.

La tercera es un no tajante que estaría vinculado a un referéndum nacional con 2 preguntas. La primera trataría de saber la opinión de los ciudadanos sobre la permanencia de nuestra nación en la OTAN y la sumisión a los desvaríos del emperador.

Si ganara el sí a seguir participando de una organización belicista, habría que responder a la segunda pregunta, que buscaría conocer qué partidas deberían reducirse o ser eliminadas para sufragar nuestra aportación armamentística ¿Sanidad, educación, medio ambiente, seguridad ciudadana, pensiones,…?  La soberanía popular ejercida en estado puro.

En este contexto de inadmisible injerencia extranjera es extraordinariamente relevante oír el estruendoso silencio de los “patriotas de pulsera”. Lanzan al ruedo a los cabestros de opinión para que propaguen las miserias que nos asolarán si no inclinamos la cerviz ante el patrón.  Todo será malo por la grotesca chulería del “Perro”, pero nada dicen de la dignidad mantenida ante el atropello. Acaban de liquidar el enaltecido espíritu del 2 de mayo.

¿Criticar al emperador? ¿Desafiar los deseos del amo? ¿Apoyar al Gobierno de España ante la imposición de un déspota? ¡Ni hablar! Mejor seguir los dictados de sus ideologías y adorar al dios dinero sobre todas las cosas, que - por otra parte - es lo que siempre hacen Feijoo, Abascal y comparsas.

Entre las charangas actuantes han aparecido los chicos de Suresnes (1974) y sus mariachis. Con el visto bueno del franquismo, Isidoro y la banda sevillana, defenestró a Rodolfo Llopis y descabezó la oposición al régimen del genocida que representaba el socialismo exiliado.

Cincuenta años después, la banda tiene que jurar y re jurar que ellos también son socialistas porque nadie se lo cree. Felipe y adláteres se despojan de la careta para hacer público que NO votarán al PSOE de un Secretario General que ha derrotado por dos veces a sus candidatos oficiales. Primero a Eduardo Madina, después a Susana Díaz.

Ninguna novedad. Si Borrell no fuera tan cobarde podría contar las muchas tropelías sufridas en su condición de Secretario General del PSOE teniendo al aparato “felipista” en contra. Zapatero tuvo que tragar con un “felipismo” en la sombra y bastante activo. En su día los cachorros de Suresnes comulgaron con  la máxima de Alfonso Guerra: quién se mueva no sale en la foto. Los carcamales en que se han convertido quieren seguir imponiendo sus deseos.

Felipe ha estallado contra el Secretario General de su partido utilizando, como excusa, una ley de amnistía que el TC sentencia válida. ¿Ha perdido el respeto a las sentencias del Constitucional? ¡Vaya! Exactamente igual que los constitucionalistas PP y VOX.

Los escándalos de Roldan o Filesa no difieren mucho de los de Ábalos o Cerdán. Aunque los actuales quedan en mantillas frente al demostrado terrorismo de Estado de los GAL. Tampoco son menores los delitos  del ex - general Galindo (condenado a 70 años)  al mando del cuartel de Intxaurrondo. Sin olvidar los asesinatos de Lasa y Zabala, las actuaciones delictivas de Amedo, Domínguez, Barrionuevo, Vera... La lista del señalado políticamente como señor X sería interminable para que ahora - en su decrepitud personal y política - trate de ser ejemplo de nada. Los mismos parámetros pueden utilizarse para el otro componente del dúo. La comedia podría titularse “Alfonso y las corruptelas de su hermano Juan”.

En un curioso documento con destacados firmantes (Barrionuevo, Vera, Redondo Terreros…,) socialistas, se pide la dimisión del Presidente Sánchez y la convocatoria de elecciones. Mejor no investigar a los firmantes no vaya a ser que vuelvan a tener que visitar Alcalá Meco.

¿Disolver las cortes y convocar elecciones? ¿Por qué? Casualmente coinciden en pedir lo mismo que el PP y Vox.

Pueden - como socialistas, si lo fueran - articular una corriente crítica que obligue a dimitir a Pedro Sánchez y que el PSOE parlamentario, con los apoyos necesarios de otras formaciones políticas, elija otro Presidente del Gobierno. Esa fue la solución de Adolfo Suarez. Dimitió y el Parlamento nombró a Leopoldo Calvo Sotelo. Entonces Felipe González era jefe de la oposición ¿Por qué ahora no vale esa solución menos dramática?

La contestación es sencilla, ni Felipe González, ni sus coleguitas son de izquierdas, ni siquiera socialistas.

¿Puede ser de izquierdas alguien que sea monárquico? ¿Alguien pro OTAN? ¿Aquel que promueve y defiende la enseñanza concertada en lugar de la pública? ¿El privatizador de empresas públicas rentables? ¿Aquel que suprime impuestos a las rentas altas? ¿Quién mantiene los privilegios económicos de la Iglesia Católica? ¡Qué dices hombre!

domingo, 15 de junio de 2025

Vete Pedro

De la tríada de los elegidos; Albert Rivera, Pablo Casado y Pedro Sánchez, únicamente aguantaba en pie el Presidente del Gobierno.

No es lo mismo descabezar a un partido sin tradición como “Ciudadanos”, purgar a Casado por decir cosas inconvenientes, que desalojar de su castillo al autor de “Manual de resistencia”.

Pedro Sánchez llegó para quedarse y no se va a ir voluntariamente. Hace mal.

Es una realidad que el PSOE es una extrañísima mezcla de militantes que quieren ser de izquierdas, con dirigentes socialistas en busca de hueco político. Esto es un denominador común en todos los partidos, incluso en aquellos que alardean de la participación de las bases en la toma de decisiones y en la elección de sus representantes, ¡Falso de toda falsedad!

¡Todos! Absolutamente todos los partidos adolecen del mismo problema: Las bases importan un pepino. Únicamente son tenidas en cuenta cuando son necesarias para visibilizar al candidato que está en campaña.

Pero vayamos por partes. Pedro Sánchez nunca hubiera sido presidente del Gobierno sin la colaboración necesaria e imprescindible de Pablo Iglesias.

Desde el resultado de la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy, las formaciones políticas que consiguió aglutinar Pablo Iglesias, se vieron involucradas en un proyecto común. Con notables discrepancias ideológicas, pero, al fin y a la postre con  objetivos comunes: intentar una mínima regeneración democrática con los escasos medios que la Constitución pone al alcance de los españoles.  

Es baladí enumerar los incumplimientos que Pedro Sánchez ha perpetrado en sus años de Gobierno, así como también es innecesario recordar que las iniciativas legislativas de mayor calado, aprobadas durante su mandato, han sido forzadas por sus socios de Gobierno y las políticas que lo sustentan.

La corrupción política es un problema nacional que amenaza con volverse crónico, o tal vez  endémico. Quizás ya sea una epidemia.

¿Tiene solución? Queremos creer que sí. Pero la respuesta adecuada no va a pasar por la sustitución de un partido (PSOE) que alberga corruptos presuntos, por otro (PP) que protege corruptos declarados. Solo en Madrid, aproximadamente 7291 razones avalan esta afirmación.

Sánchez circulaba en un Peugeot en busca de votos mientras Feijoo navegaba con Marcial Dorado, pasándose de la raya poniéndose cremita y las botas.

Pedro debería tener un atisbo de grandeza como líder y, después de fulminar a todos sus asesores políticos,  tomar la decisión adecuada.

Si, Pedro, la has cagado, ¡Dimite!

Ahora bien, la dimisión no implica elecciones anticipadas, ni disolución de las cámaras, ni nada por el estilo. Dimite y que los partidos que sostienen al Gobierno de progreso consensuen un candidato a la  Presidencia del Gobierno. 

Puede que la elección no recaiga en alguien del PSOE. No tendría que importar. Con la medida el PSOE se regala dos años para rehacerse del golpe y la parte progresista del Congreso cuenta con media legislatura para llevar a cabo las políticas para las que fue elegida.

¿Es una quimera esta solución? Probablemente. Decidir el destino próximo de la política española está en manos de Pedro Sánchez.

Por los indicios, por los ejemplos de anteriores decisiones y por sus comportamientos precedentes, caben pocas esperanzas. Las hienas vengativas saldrán a darse lustre y el exceso de ego del Presidente hará el resto.

Desde dirigentes atiborrados de escándalos como Felipe González o Alfonso Guerra - apoyados por mediocres sin futuro como Lamban o Page -  hasta el más humilde socialista, lamentarán la inacción  de Pedro.

Morirá matando y el PSOE será un resKOLDO de la quema de ABALOrios en las hogueras de la festividad de todos los SANTOS.