miércoles, 13 de junio de 2018

Las Furias


Cuando aún está caliente la tinta de las rotativas y sin apagarse los ecos de la sorpresa del desalojo del último Gobierno de Rajoy, las hordas mediáticas comandadas por “el general  Federico” han empezado a salir de la caverna para lanzarse a la yugular de las ministras con el ánimo inflamado por el “furibundismo” patriótico.  
Ni siquiera necesitan que se haya tomado una sola medida de gobierno.
Con estar en el ejecutivo de Sánchez ya son culpables de cumplir un Articulo de la Constitución. Para estas lumbreras de la información el cambio de Presidente mediante la moción de censura debe de ser un adorno para la galería.
Así, insignes populares - como Celia Villalobos - consideran que la función del articulado constitucional regulador de la moción de censura está en la Carta Magna únicamente de relleno. Nunca para ser utilizado con resultado positivo.
Puede censurarse al Presidente del ejecutivo  a cambio de perder la votación ¿Qué es eso de acceder al Gobierno a través de la ley? ¡Hasta dónde van a llegar estos rojos!
Como  carnaza los batallones de la derecha incorrupta otra vez han encontrado en Cataluña la excusa perfecta para azuzar sus complejos contra todo lo que se mueve a la izquierda del ideario de la añorada Falange Española y de la JONS.
En ese vergel las cuentas corrientes de los mangantes de la opinión florecen esplendorosas al abrigo de los magnates de la comunicación.
La sociedad española ha tenido varias veces la posibilidad de librarse de los comentarios de individuos de esa calaña.
En ocasiones las emisoras se cansan de ser “responsables civiles subsidiarios a titulo lucrativo” y les quita el micrófono.
Por desgracia la lucha por las audiencias hace que  la cordura dure poco tiempo. Rápidamente vuelven a reclutarlos para  lanzar sus beligerantes andanadas panfletarias contra todas las posturas alejadas de sus intereses empresariales.
Sin embargo los adalides del liberalismo a ultranza frecuentemente necesitan ser salvados mediante  ayudas financieras recibidas desde las Administraciones Públicas. En boca de Cospedal serían “rescates diferidos en forma de simulación”
La fórmula utilizada es la concesión de publicidad institucional.  Repartida aleatoriamente entre sus aliados les  permite mantenerse en primera línea de fuego.
Un fuego que nutren con artículos incendiarios o diatribas apocalípticas.
La muestra más significativa la tenemos cuando “El bufón turolense” desbarra con la posibilidad de que le peguen un tiro a Pablo Iglesias o apoya la utilización del ejército para enseñar modales a los rojos y a los separatistas bombardeando Barcelona.
Esas son los tipos de consignas que emanan de los medios de comunicación que pacen en los pesebres de la flor y nata del neoliberalismo económico que sustenta Ciudadanos.
Albert Rivera ha sido nombrado tonto útil para hacer el caldo gordo a las élites económicas. Él está esperando que las migajas del banquete lleven pegadas algo de chicha de poder ¡Ingenuo!
Cuando deje de ser útil - igual que sucedió con Rajoy  -  le tiraran al estercolero de los inservibles para regocijo de sus rivales y descanso de los rapsodas que hoy se ven obligados a cantar las exiguas gestas del muchacho.
La misión de los juglares es agrandar los  logros que va a alcanzar el elegido para cumplir los augurios que profetizan  las encuestas.
Muchos son los aduladores entre los que vuelve a destacar un tal Federico.
”El azote de la izquierda”  tañe su lira recitando las epopeyas que nos esperan cuando lidere España la gallarda figura del Ciudadano Rivera.  
En su lucha contra la peligrosa izquierda separatista y “filoetarra”, el turolense quiere explotar otro filón de la inmundicia informativa a coro con los colegas de toda la vida, Inda, Marhuenda y Pedro Jota entre los más significativos. Su objetivo es encaminar a la sociedad hacia una etapa política carente de ideología.
Solamente la “meritocracia” servirá para evaluar los merecimientos ¡Cómo si a los farfullantes radiofónicos y al esbelto neoliberal elegido les adornara merito alguno!
Esos especímenes son los compañeros de viaje de los tipejos que emponzoñan la vida política. Así lo hicieron el 11M al perder una victoria  electoral que ya habían celebrado. Hoy repiten con saña.
En esa ocasión arguyeron la falsaria teoría de la conspiración, ahora esgrimen falta de legitimidad a un parlamento surgido de las urnas.
Los urdidores como Federico o camaradas de centuria de Rafael Hernando alimentan al monstruo de la intransigencia para recuperar como sea lo que creen que les pertenece por clase y alcurnia. Para recuperar el sillón arrebatado les importa un higo pisotear la democracia y machacar la convivencia.
 El afán de agradar a sus amos les obliga a adoptar insanas posturas en las que resulta difícil  conservar intacta la dignidad.

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