Los
lunes son de por sí duros, después de un fin de semana de tertulias televisivas
con los esquizofrénicos de siempre, es necesario un gran esfuerzo de
recomposición para afrontar la vida. Es verdaderamente descorazonador y
frustrante asistir a las charlas y razonamientos de los tertulianos para
defender unas tesis que; oídas de boca de unos, las comparsas del PP, produce
sarpullido y en boca de otros, los coros y danzas del PSOE, provoca náuseas.
Que
tenemos un Jefe de Estado nombrado por un tirano y sancionado en Cortes
Generales conforme a los Principios Fundamentales del Movimiento, es una
realidad que se intenta ocultar, pero que le vamos a hacer, es una realidad. Que
fue un tipo metido con calzador, es otra realidad. Que ahora, agobiado por los escándalos
propios y otros añadidos por su familia, se va y nos deja de regalo a su niño
impuesto con vaselina, es otra realidad.
El
resultado es:
Una
institución machista con preponderancia del hombre sobre la mujer en el orden
sucesorio, al margen por lo tanto del mandato constitucional (Articulo 14. Los
españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,
religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.).
Clasista
porque disfruta derechos que no tiene ninguna otra familia española, al margen
por lo tanto del mandato constitucional (leer otra vez el Artículo 14 Los españoles
son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por
razón de nacimiento, raza,
sexo, religión, opinión o cualquier
otra condición o circunstancia personal o social).
Opaca
y fuera del control parlamentario, al margen por lo tanto del mandato
constitucional (Articulo 1º punto 2. La
soberanía nacional reside en el pueblo español).
Y lo
más triste, una institución protegida en sus desmanes con la figura inviolable
e inimputable del monarca, recogido en
el Titulo II Articulo 56, punto 3 del mandato constitucional (La persona del Rey es inviolable y no está
sujeta a responsabilidad) ;
por el cual sabemos que NO Todos los españoles somos
iguales ante la ley.
Esta
modélica institución llamada monarquía es el faro y guía de la nación española,
vertebradora de nuestra convivencia y elemento equilibrador de la vida
socio-política del país. ¡Estamos apañados!
Sus
aduladores nos presentan el modelo equiparándolo con otras monarquías
parlamentarias del entorno, Suecia, Noruega, Dinamarca, o el Reino Unido, como
si la nuestra fuera igual. Generaciones
y años de cultura monárquica parlamentaria no se aprenden en un rato y
menos cazando elefantes con Corina. Con el propósito de no deslucir el brillo
de la institución, de forma sibilina, eluden
nombrar otras monarquías como la de Marruecos o Arabia Saudí de las que,
lamentablemente, es probable que nos encontremos más cerca.
Rizando
el rizo nos llevan hasta Australia o Canadá para convencernos que, al margen de
su estructura política, el jefe de estado de estos países es la Reina de
Inglaterra. Como si pudiera ser un
consuelo que australianos y canadienses tuvieran en su ordenamiento nacional
una reliquia del pasado que les produce el mismo efecto en sus vidas cotidianas
que el amanecer de la aurora boreal.
En
el corazón del imperio entiende Obama que
el reinado de Juan Carlos ha sido fructífero y
considera que ha actuado con muy buen criterio. Se referirá al
impactante politono que tanto cabreó a los diplomáticos y empresarios españoles
¨por
qué no te callas¨, o al otro de menos trascendencia diplomática y más
humilde ¨lo siento mucho, me he equivocado no volverá a ocurrir¨. Vete
a saber que entiende Obama por reinado y si ya ha situado a España más cerca de
París que del golfo de México.
Aunque
vistas las explicaciones que los gobiernos de PSOE (Zapatero), y el actual del
PP, NO están dando sobre los
vuelos de la CIA, las salidas desde territorio español de misiones de
bombardeo, la pérdida de soberanía nacional a favor de fuerzas de la OTAN o de
EE.UU, el espionaje a que han estado sometidas altas instituciones del estado
(escuchas telefónicas descubiertas), las trabas e impedimentos para la
resolución judicial del caso Couso, a lo mejor, y solo a lo mejor, Obama es el
que ha puesto el dedo en la llaga y cuando habla de reinado se refiere a los
tupidos velos que se ciernen sobre la actuación de las más altas
autoridades españolas en las materias reservadas que por mucho que
se intente nadie explica y por supuesto nadie soluciona.
Visto
todo en perspectiva humildemente tengo que reconocer a los valedores del
Advenimiento del ¨preparado¨, que la jefatura de estado tipo Australia o
Canadá es una solución a tener en cuenta, el rey a más de 10.000 kilómetros y
con la misma influencia en la vida política, económica y social del país que un
Koala encima de un pino.
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