Parecía que el simulacro
democrático que vivimos había ayudado a superar pasadas situaciones de aspereza
institucional ¡Pero no! han bastado unos pocos contratiempos para comprobar que
- bajo una ligera capa de pintura -
habitaba la esencia
reaccionaria de la “Modélica
Transición”.
En la actualidad, estamos
inmersos en un insólito periodo de berrea de los tres machos alfa que pugnan por conseguir los favores de la derecha nacional.
Parecía impensable que, a estas
alturas de desarrollo social, aparecieran tres verracos disputándose las sobras del banquete para auparse al “Olimpo” de los cantantes al
sol que estrenan la camisa nueva.
Aunque parezca mentira, aún
coexistimos con fantoches reaccionarios envueltos en banderitas.
¿Quién podía sospechar que veríamos
a Felipe González exculpar las torturas de la dictadura de Franco o a Alfonso
Guerra alabar los logros económicos de Pinochet?
Tampoco nos debería extrañar si fuésemos
capaces de reparar en los intereses que defiende la pareja cuando se quitan las
caretas. Esencialmente, son
beneficios de sus amigos venezolanos que,
“casualmente”, están instalados en lujosos inmuebles del madrileño barrio de
Salamanca.
Si se piensa detenidamente, estas
posturas de los antiguos popes del “socialismo obrero” no resultan vicisitudes tan insólitas. En este maremágnum de teatralizaciones
y poses hallamos múltiples obras
satíricas en la dramaturgia nacional.
Entre ellas se sitúa el
desarrollo del juicio que todo lo tapa, el descubrimiento del banquero espía,
la constatación de elecciones ganadas con doping financiero, el impúdico
destape de los liberales económicos (Casado, Abascal, Aguirre…) a los que no se
les conoce actividad económica que no mame de las arcas públicas.
En la obscena lista no puede
faltar esa policía política al servicio de unos sinvergüenzas; un rey que
antepone el derecho a la democracia porque ignora que sin democracia no hay
derechos; unos fiscales que afinan las
demandas a gusto del consumidor o algunos jueces que fallan sentencias fallando
a la sociedad.
También hay que incluir entre los
dramas a un clérigo falangista que alardea de su ideología insultando a las víctimas que reposan humilladas al lado de su
verdugo y a un gobierno nacido de la esperanza de cambio que se mece laxo bajo
las sombras de sus incumplimientos.
Tantas y tantas cosas
desazonadoras que nos dan ganas de
emular a Labordeta y chillar ¡A la mierda!
Y así, pasito a pasito hemos vuelto
a llegar hasta el 8M. La jornada de lucha que se llevó a cabo el día 8 de Marzo
del año 2018 fue una explosión
reivindicativa por parte de las mujeres.
El Gobierno del Partido Popular presidido
por Mariano Rajoy no entendió nada, o si entendieron algo fueron incapaces de
transmitir ninguna empatía por las demandas de las mujeres.
El registrador de Santa Pola tuvo
el comportamiento que se esperaba de un ambiguo y decidió dejar pasar el tiempo
para que todo se olvidara y las aguas retornaran a bajar mansas.
O sea, lo habitual, y como
siempre se equivocó con su indolente dejadez.
Un año después el tsunami
feminista amenaza con ahogar las melifluas “interpretaciones” de esa derecha
medieval. PP y Ciudadanos se están viendo abocados a definirse políticamente
obligados por la corriente integrista que asoma por su derecha ¡Vox está aquí!
Y eso les aterroriza.
A populares y neoliberales se les
está acabando el tiempo de nadar y guardar la ropa.
La demanda de IGUALDAD ya es imparable, todavía no se han
enterado en la CEOE, en la Conferencia
Episcopal o en el Palacio de la Zarzuela. Pero se pongan como se pongan la
rueda no va a dejar de girar.
A Pablo Casado le pierde haber
cursado una lastimosa carrera exprés y un master en Harvard- Aravaca. Su
formación personal es tan deficiente como la académica.
El comodín del terrorismo hace
tiempo que no les funciona y el de España se rompe por Cataluña está muy sobado
por el juicio del “Procés” ¡Se acabaron las excusas! Faltan las soluciones.
La tan manoseada Constitución hoy
cobra especial importancia. España se constituyó en un Estado Social y
democrático de Derecho aunque nadie se lo crea.
Las Mujeres RECLAMAMOS ¡IGUALDAD!
La IGUALDAD ha dejado de ser una petición para convertirse en una EXIGENCIA.