Esta mañana haciendo zapping mediático online he cometido el error de detenerme y ¡leer! uno de los panfleticos doctrinarios de la subespecie humanoide arbórea que siguen habitando en la copa de los pinos. Su estado de evolución, aunque descienden del mono, todavía no les ha dado para bajar del árbol. ¡Ah claro, que no creen en la teoría de la evolución! Uno de estos homínidos es un tal Juan E. Pflüger, que escribe un artículo por el que tendrá que acudir a confesar. Ya desde el titulo de su homilía ¨Nuevo ataque laicista contra el sentimiento religioso¨, comete una falta clara contra el 8º mandamiento ¨No dirás falsos testimonios ni mentirás¨. Para no equivocarme voy a pegar su párrafo refiriéndose a Europa Laica: ¨Es frecuente en la página web de ese colectivo encontrar interpretaciones sesgadas e interesadas de la Constitución que en su artículo 16 establece que “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad españolas”, algo que ellos interpretan diciendo que : “si el Estado, como es su obligación, fuese neutral y no concediese privilegios a determinadas doctrinas…”. ¿Por qué decimos que miente, falsea o adultera? Según el diccionario de la RAE ¨mentir es decir lo contrario de lo que se sabe o piensa con intención de engañar¨ y esto puede suceder, según el catecismo, por acción de decir o por callar y omitir. Nos ilustra Juan E. con el Articulo 16 de la Constitución de 1978, pero, asegurará él, sin intención y por error involuntario, se le olvida una parte importante del Articulo 16 Punto 3, que para su conocimiento reproducimos y completamos (en negrita y subrayado la parte que ¨involuntariamente¨ omite Juan E.) 3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española… Desconocemos donde encuentra el susodicho Plugfer la dificultad en entender el punto 3, a nosotros nos parece claro. Vamos a ver si despacito somos capaces de explicarlo: Que ninguna confesión (Religión) tendrá carácter estatal quiere decir que el Estado no se verá influenciado por las creencias religiosas personales de nadie. El estado lo componen todos y cada uno de los organismos que administran y hacen posible la vida en común de todos los ciudadanos españoles. Que se sepa el Ministerio del Interior es un ente de la Administración pública estatal. Por lo tanto sujeto al Artículo 16 punto 3. El Ministro del Interior también está concernido por el mencionado punto y articulo. Jorge Fernández como individuo de pleno derecho puede tener las creencias personales que mejor se adapten a sus supersticiones, miedos o convicciones. Ahora bien, en su condición de Ministro, no debe, y si la justicia en esta ocasión funciona, no puede utilizar su posición para homenajear a personajes de su imaginario, aunque su imaginario coincida con el de otros muchos. Eso se deja para la vida privada. Hace referencia el autor de la chiste-crónica a una opinión que vierte el señor José Castro a la sazón presidente de una asociación denominada Enraizados ¨una asociación que defiende la presencia de los valores cristianos en la sociedad y la libertad de la expresión religiosa¨. Todo ello muy loable, ni entramos ni salimos como prefieren las personas utilizar su tiempo. Su presidente, José Castro, afirma que: “Es absurdo perder tiempo en esta digresión. No sé qué mal puede hacer esta condecoración. En cualquier caso, me parece absurdo que alguien se preocupe por esto y no por los importantes problemas que vive la sociedad, es triste”. ¡Qué razón tiene Castro!, es absurdo que un Ministro del Interior pierda el tiempo y malgaste el dinero en estas veleidades de beato; horas de trabajo de los funcionarios ministeriales para preparar el expediente de concesión de la condecoración - expediente que por cierto no aparece a pesar de los requerimiento judiciales para que se presente - minutas y salarios de funcionarios, abogados del estado, magistrados de la audiencia, todo para mayor gloria del gusto confesional del ministro.
Sí, ¡Es tristísimo tener un ministro que pierde su tiempo en estos menesteres! Se pregunta el presidente de Enraizados ¿qué daño hace? Pues hace el daño de utilizar las instituciones de todos, católicos, evangelistas, mormones, judíos, musulmanes, ateos,agnósticos… para glorificación de las creencias propias de un miembro del OPUS. Hace daño al conceder una alta condecoración policial a un personaje de ficción, y no a un miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que con unas condiciones de trabajo sensiblemente mejorables, y unos salarios incalificables, se sacrifican diariamente para cumplir su deber. Resulta que el ministro decide que la labor policial importante la realiza la Virgen del Santísimo Amor, y a esa conclusión llega en sus ensoñaciones místicas. Castro también explica que: “Si alguien tiene seguidores en España es la Virgen, está presente en todos los municipios y tiene millones de devotos. Si alguien ataca esto está atacando a las creencias más profundas de nuestra sociedad”. Y esto es muy cansino, nadie ataca a los devotos, nadie ataca creencias profundas, por equivocadas o acertadas que nos parezcan. Nadie ataca ni se burla de la virgen (otras facciones tan cristianas como la suya, pero sin Papa, si se dedican con frecuencia al escarnio de la señora). Únicamente creemos que la virgen condecorada no tiene ningún merito contrastado para merecer la condecoración. Solo es necesario un poquito de voluntad para entender, y menos integrismo ultra católico. Vayan ustedes en procesión, recen cuanto quieran, adoren a quien bien les parezca, pero déjennos tranquilos a los restante, seamos muchos o pocos. Si ustedes aseguran que los devotos son millones, deben saber que los cristianos no devotos de la virgen son muchos también, pero aunque ustedes fueran 5 y los no devotos 45 millones, o al revés, el estado y sus instituciones deben quedar al margen de las creencias. De las suyas y de las demás, de todas. ¡Venga hombre! Un esfuerzo y el mismo respeto que solicitáis a vuestra forma de vida concederlo a la manera de vivir de los demás. Tiene razón José Castro, hay muchas cosas que solucionar en el país para perder el tiempo condecorando vírgenes.
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