Los méritos que les atribuyen a los personajes homenajeados con los nombramientos son de lo mas variados y basados normalmente en:
La devoción, naturalmente de ellos.
La tradición, que no es argumento, pues tradiciones hay buenas mejorables, malas y muy malas.La protección y amparo que conceden al pueblo, como todo lo que se fundamenta en la superstición es, cuando menos, cuestionable.
Entonces ¿que bicho les ha picado a los prebostes de los pueblos en cuestión para emprender esta desaforada carrera?
La teoría mas extendida es la necesidad que tiene el ministro " medallitas tengo", de ocultar bajo una inmensa montaña de inmundicia en forma de homenaje santurrón, la denuncia que se está dilucidando en la Audiencia, sobre la legalidad del hecho de concesión de una medalla al Mérito Policial.
Alguien que nunca debió de ser ministro y ya que lo ha sido sería una desgracia que durara mucho, ha diseñado una estúpida estrategia de distracción.
Si empiezan a florecer casos parecidos de homenaje al santoral católico, la Sala de la Audiencia no tendrá otra opción que reconocer la peculiar singularidad del pueblo español y sus profundas convicciones cristianas.
Y que mejor prueba que ediles corriendo tras una virgen. No tenemos una idea clara de sus intenciones cuándo la alcancen, pero de momento la persiguen y homenajean como manda el ministro.
Confunden y mantienen en la confusión a los ciudadanos, uniendo de forma indisoluble religión y festividad del lugar. Se otorgan a través de sus amigos eclesiásticos la concesión de nuestros festejos y descansos.
De esta forma tan sencilla el cura del lugar adquiere especial relevancia durante las fechas de asueto y divertimento. Y Jorge Fernández obtiene su principal objetivo de esconder su metedura de pata, su legislar favoreciendo a una creencia, a la suya, bajo el servilismo de sus colegitas aduladores que le hacen de pantalla con sus santos y vírgenes alcaldes, que por otra parte pretenden hacer perpetuas.
Les debe evocar otras épocas en los que ellos ocupaban de manera perpetua los ayuntamientos, siempre y cuando fueran dóciles y sumisos con el usurpador.
Ahora el perpetuo no ira mas allá de una legislatura, tiempo que necesitaremos para que desalojen los ayuntamientos.
No necesitaremos de mucho esfuerzo. Si hacemos caso al misógino alcalde de Valladolid, León de la Riva, cuando Podemos entre en su ayuntamiento, el alcalde tendrá que salir corriendo. No sabemos si a su casa a descansar, hacia Barajas para abandonar el país, o camino de Soto del Real para acompañar a Barcenas.
La investigación e intervención de las corporaciones locales marcará el camino a seguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario