Todos
los años se dan cita los mejores diseñadores de moda del país para presentar
sus creaciones en las pasarelas más importantes del gremio fashion.
Comienzan
los desfiles de, por ejemplo, la pasarela Cibeles con creadores de segunda fila
que ejercen el papel de teloneros y rellenan los tiempos de espera que crean
expectación para la aparición de las figuras reputadas del sector.
De
la misma forma en la pasarela judicial, tras los teloneros disfrazados de
alcaldes, sindicalistas, concejales de urbanismo, consejeros autonómicos o
tesoreros de partido, han iniciado su exhibición pública los Top-Model de la farsa
político-nacional.
Ha
llegado la hora de las figuras de la desfachatez. ¡Se abre la Pasarela
“Juzgados”! en distintas versiones: Tribunal Supremo para “los más de lo más”,
Audiencia Nacional para “figurillas de medio pelo” y Tribunales Superiores de
Justicia para los “quiero y no puedo”.
Cerrados
los procesos de instrucción son llamados a declarar Chaves, Griñán, Zarrías,… como
figuras involucradas en el despampanante expolio conocido como “ERES de
Andalucía”.
Y
¡Sorpresa! No sabían nada. Nadie les informó. Tenían tanto trabajo y tan poco
tiempo que no leían lo que firmaban. ¡Pobres criaturas! Los malvados
responsables de intervenir las cuentas no les advirtieron de la podredumbre en
la que se estaban ahogando. Ellos estaban a lo suyo, dedicaban todas sus
energías y esfuerzos en proporcionar a los ciudadanos las mayores cotas de bienestar.
¡Qué mal pensados somos! La culpa era del conserje que no se fijaba bien en los
sacos de euros que salían de las arcas de la Junta de Andalucía. A los gerifaltes
del Gobierno autónomo andaluz les ocupaban importantes cometidos que no les
permitían dedicarse a velar por el dinero de todos. ¡Para eso están los funcionarios!
La
estrategia del “soy tonto y no me entero” ha dado tan buenos resultados que va
a ser utilizada una vez más. Felipe González no supo nada de Filesa, de los Gal, de Roldan, de los fondos
reservados y otras menudencias hasta que
durante el desayuno lo leyó en la prensa.
Cuando,
hartos de su ignorancia, los votantes le dieron una patada en el culo, Felipe encontró
acomodo en las eléctricas y pudo satisfacer su vocación artística con el diseño
de joyas y cuidado de bonsáis.
Ahora
sus herederos utilizan el mismo escondite y al igual que él alegan ignorancia
eximente de los despropósitos provocados por su manifiesta inutilidad. Si los
magistrados no les condenan por otras causas, la sociedad debe condenarles por
inútiles.
Como
en todas las partes cuecen habas y en este país a calderadas, no podía faltar
en la exhibición de creaciones de la rapiña el diseñador de moda que no es otro
que el partido que en la actualidad nos gobierna, el PP. Una de sus top - Rodrigo Rato - ha sido amablemente invitado a
comparecer ante el juez en calidad de detenido. Su vivienda registrada, sus
cuentas bloqueadas. Ni la asistencia a actos de voluntariado social para ayudar
a los desfavorecidos ha servido para que se olviden sus pecados. Caído en
desgracia, purga sus penas en soledad.
Ya
nadie te conoce Rodrigo. Aquellos cánticos de Pizarro repitiendo ¡Ro-dri-go, Ro-dri-go,
Ro-dri-go…! martillean los tímpanos de los que ahora se ocultan. Esperanza te
da la espalda y Rajoy… ¿Qué hace Rajoy?
Espera
tranquilamente fumando un puro de una de las cajas de regalo que le proporcionó
Bárcenas cuando el tesorero todavía era merecedor del mensaje “Luis se fuerte”, al tiempo que se deleita con
un Madrid-Barça hasta la confortadora salida
del sol que despeje los nubarrones.
El
de Rato no será el último paseíllo al que vamos a asistir. Abierta la temporada
quedan por deleitarnos con sus contoneos en la pasarela importantes figuras de
la representación política. Escarbando en los gobiernos de Aznar pueden salir
noticias verdaderamente sabrosas. Eso sin olvidar que la abdicada Jefatura del
Estado ya ha sido salpicada en el caso abierto contra su yerno y su hija. Los
decretos exprés para conservar la inviolabilidad de la “Campechana figura real”
empiezan a tener sentido.
Los
próximos comicios electorales municipales y autonómicos darán una idea de la
necesidad que tienen los habitantes de este maltratado país de limpiar la vida
política, o si por el contrario encontrarán, de nuevo, motivos para dejar todo
igual una vez que se han acostumbrado a
vivir sumergidos en la indecencia.
Si
la ciudadanía no dice ¡Basta! Ellos no van a parar.
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