Saulo
requería a su caballo un esfuerzo cada vez
mayor para llegar a tiempo de recaudar los impuestos que la pobre gente
de Damasco tenía que pagar a los amos del acalorado jinete. Tanta era la
exigencia que el equino, desfallecido,
sufrió un inusitado accidente que provocó la caída del recaudador.
Es
probado que son malas y traicioneras esas inopinadas tomas de tierra, tanto que
cuando Saulo se despertó del golpe, vio como una doncella era poseída por un
ave y de la coyunda nacía un ser que años después caminaría sobre las aguas y
aportaría a los bodegueros la primera idea para aumentar sus beneficios convirtiendo el agua en vino con el simple método de añadir un cuartillo de
agua por cada litro de vino.
Algo
parecido debió de sucederle al pio Jorge Fernández en su camino a las Vegas,
tal vez no fuera una caída de caballo, pero lo que sí es seguro es que se
golpeó con fuerza la cabeza y en su despertar las alucinaciones le persiguen
como sombras del pasado.
El
primer acontecimiento extraordinario al que ha asistido el beato ha sido verse
investido con la dignidad ministerial. Eso sí que es un milagro.
Para
afirmar su ministerio y de paso hacerse invulnerable, nos ha obsequiado con la
ley mordaza. Impedir que la critica le toque es una de las formulas más
antiguas que se ha inventado para permanecer eternamente en el puesto. Sus
guías espirituales y sus ancestros nacional-católicos son expertos en la
materia. Dominar y tener adeptos entre las voces de opinión, Inda y Marhuenda
mediante, hacen el resto para controlar al rebaño pastoral. La disidencia
apaleada es disidencia controlada.
¿Y
Rajoy?, pues de oyente. Al impulsor de la austeridad y control de gasto público
no le preocupa lo más mínimo que uno de sus íntimos colaboradores haga un uso espurio de los bienes y servicios
del Estado.
La
Audiencia Nacional ha emitido una sentencia por la cual afea a la abogacía del
estado su estratagema para dilatar la celebración de la vista que juzgue la
concesión de medallicas a vírgenes y demás personajes de ficción.
Esto
no es gratis, los abogados del estado cobran religiosamente, nunca mejor dicho,
sus salarios y emolumentos. Salarios tirados
a la basura porque el ministro beato se implica en acciones para calmar su
conciencia y ganar su trocito de paraíso.
Parece
que nuestros políticos pueden utilizar los servicios del estado a su libre
antojo y con total discrecionalidad, como nada les cuesta se embarcan en
operaciones de marketing y lujo que pagamos entre todos.
Que
un miembro del gobierno cometa una patochada, obligando a la abogacía del
estado a defender acciones indefendibles, representa un derroche de dinero del
erario público gastado en argumentar como una señora, sin detener a ningún
delincuente, merece un reconocimiento de los organismos del estado por la ocurrencia
de un buen señor que quiere universalizar sus creencias en lugar de cumplir con
sus obligaciones. Aunque no se haya dado cuenta sus compromisos son muchos e importantes.
¿Cómo
calificar este comportamiento? ¿Derroche? ¿Malversación? ¿Corrupción? ¿Despilfarro?
¿Dilapidación?
Que
la sala de la Audiencia Nacional tenga que reunirse para dilucidar la idoneidad
del comportamiento del titular de Interior es otra acción que tampoco es
gratuita.
Este
individuo, con este historial, se envalentona y como solución a una ilegalidad
manifiesta -como las devoluciones en caliente- ofrece enviar a los inmigrantes
ilegales a los domicilios de todos aquellos que consideran que las leyes deben
cumplirse. Sí quiere una dirección que se apunte la de la comisión de derechos
humanos de la ONU, o la de la comisión de Bruselas, o la de su venerado
Vaticano. Todos estos organismos consideran perversas y fuera de ley las
devoluciones en caliente. Si es tan chulo que no busque mas, en google
encontrará las direcciones de las autoridades que discrepan con sus actuaciones.
No nos consta que la virgen del Santísimo Amor sea contraria a las devoluciones en caliente, pero si así fuera Jorge Fernández Díaz tiene complicado conocer su dirección.
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