¡La Virgen que ministro!
Día
a día aumenta mi desazón, quizás provocado por mi propia falta de capacidad
para entender las decisiones y comportamiento del piadoso ministro del
interior.
Leo
una y otra vez la Constitución, la nuestra, la española, la de 1978, y dice
claramente que vivimos en un estado aconfesional, es verdad que a continuación
los padres de la Constitución añadieron un ´´inocente´´ párrafo, con la clara finalidad de contentar al clero,
caben serias dudas de la´´ inocencia´´
del párrafo, pero aun así, y atendiendo al trato especial que la Constitución
reconoce a la versión católica del cristianismo, España está definida como un
estado ACONFESIONAL.
Aquí
es donde me pierdo. No sé qué parte de esa característica del Estado no
entiende el Sr. Ministro, y por extensión todo el gabinete que le consiente sus
excentricidades y caprichos.
Los
hechos se producen tan cercanos en el tiempo, que retratan con meridiana
claridad el pensamiento y actuación de los implicados.
En
fechas recientes, la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría, se desplazaba a
Barcelona, para recordarle a Artur Mas la perentoria necesidad de cumplir
escrupulosamente la Constitución, y esta obligatoriedad afecta a todos y cada
uno de los poderes públicos.
Advierte
la Vice-presidenta al Sr. Mas, que el gobierno del que forma parte, utilizará
todos los recursos legales a su alcance para frenar, lo que ella cree que son
desvaríos.
El
Gobierno del que forma parte Sáenz de Santamaría, ha nombrado un Delegado en
Aragón que está siendo corregido por los
tribunales, por conculcar derechos ciudadanos que contempla la Constitución. Ignoro
si las sentencias son como los cupones descuento, y cuando reúna una docena, le
corresponderá una vajilla, o un ministerio, el de Interior por ejemplo.
Las
sentencias firmes, argumentan con meridiana claridad lo que considera una actuación
impropia de la Delegación del gobierno en Aragón, y rectifica la actuación del Delegado al considerar que está
impidiendo el ejercicio de derechos fundamentales.
En
este caso, a Soraya no le preocupa mucho que no se respete la Constitución.
Todavía no le ha cesado, ni tiene pinta de que vaya a hacerlo.
Pero,
¡oh casualidad! Hace pocos días anunció Jorge Fernández la concesión de la
medalla al merito policial a la Virgen del Amor, y la Vicepresidenta calla, luego otorga.
Para
poner coto al disparate, desde una asociación ciudadana se ha interpuesto una
demanda, que ha sido admitida a trámite.
Y en
este punto hay que detenerse un momento, para aclarar lo que significa defender
ante los tribunales derechos ciudadanos.
Sentirse
agraviado y recurrir a la justicia, implica el pago de unas tasas, establecidas
desde el Ministerio que tan sabiamente dirige Ruiz Gallardón.
Con
lo cual si la sentencia es contraria al demandante, las tasas y costas
representan un pico que desanima al más pintado.
Pero
si la sentencia es desfavorable al Gobierno, o institución de turno, no importa,
las tasas ya están cobradas.
Ni
el trilero más avezado se podía imaginar un negocio más redondo. La banca, en
este caso el gobierno, siempre gana.
Sin
entrar a valorar los méritos policiales de la virgen, que seguro que en la
imaginación del beato ministro son muchos, y variados, si creo que debería
abstenerse de hacer apostolado desde el ministerio de interior, hay otros
ministerios eclesiásticos desde los que puede epistolar todo lo que quiera.
Esta muy bien que el acepte con cristiana resignación las limitaciones que sus
supercherías le imponen. No es muy licito que pretenda hacer participes al
resto de los ciudadanos.
Ahora,
los seguidores integristas del mismo club de fans que el ministro se alteraran
y dirán que el que no crea que les deje en paz, que ellos si creen y que les
parecen bien esas distinciones.
Y
por mi pueden creer lo que quieran, y vivir su intimidad como mejor les
parezca, pero hombre, obligarnos a aceptar que un ministerio, y una institución
de las Fuerzas de seguridad del Estado Cuerpo Nacional de Policía, ocupe su
tiempo en conceder condecoraciones a un ser que solo existe en la imaginación
de los cristianos, rama católica, otras ramas cristianas no admiten la
virginidad de la señora, supera con creces lo que se debe tolerar.
A no
ser que se pretenda tener a la policía entretenida, y distraída y no investigue
mucho sobre los casos que asolan este
país.
No
es el primer caso de ataque de exaltación religiosa que sufre un político,
recordemos a Jose Bono y su cruzada por reconocer los meritos de Sor Maravilla
y su placa en el Congreso.
Solo
cabe esperar un poco de suerte, y que la
demanda admitida a trámite no sea juzgada por una persona de misa diaria, y nos
haga comulgar con ruedas de molino.
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