Voy
a comenzar confesando que he cambiado de opinión, la primigenia idea que
impulsaba este escrito era el programa “Salvados” que emitió la sexta el pasado
domingo 16 de octubre. El documental sobre el “Astral” y su esforzada misión
humanitaria no pueden pasar desapercibidos. Jordi Évole ha vuelto, una vez más,
a marcar la pauta de lo que debería ser una norma en la información: denunciar casos
gravísimos de aprovechamiento de las necesidades para lucro de unos indeseables
que tienen todo pero necesitan más.
En
una entrevista anterior a la emisión del programa contesta Jordi que los
motivos que le impulsan a abandonar la temática política en su nueva etapa son,
sobre todo, la escasa incidencia que en general ejerce sobre la sociedad una
denuncia repetida en clave política. Es
decir; el desánimo le lleva a buscar otras vías para llegar a involucrar a la
ciudadanía en la resolución de los problemas. Argumenta y no sin razón que se
usa con excesiva frecuencia la ignorancia para ocultar la inacción de la sociedad ante barbaries de gran calado. Su
ejemplo es esclarecedor, la sociedad alemana argumentó el desconocimiento ante
el genocidio nazi aun cuando el olor a carne quemada se extendía por el orbe
germánico como una pesada losa. Debían pensar que los vecinos estaban de
barbacoa. Muchos días y muchas
barbacoas.
Su
intención, la de Évole, es dejar al personal
con las vergüenzas al aire cuando sus nietos les pregunten. ¿Y qué
hacíais ante el drama de los refugiados y las pateras?
¡Qué
ingenuo es este Jordi! Le podemos anticipar las respuestas que tendrían cabida
en su documental: estaba trabajando, buscaba trabajo, me preocupaba de la
familia que bastante tenía, ¿Quién les mandaba venir?, Hijo no sé yo de esas
cosas no entiendo. ¿Queréis más excusas? Creo que son suficientes.
Astral
recaudará unos miles de euros, será tema de conversación durante unos días y
ya, fin, a otra cosa. Al igual que Sahara, Somalia, Sudan, el Congo, Granada,
Túnez, Nigeria, Liberia, Haití… la lista
es interminable; India, Bangladesh,
Yemen, Libia, Ucrania, Kosovo… Noticia
leída noticia vieja.
Aplausos
para el periodista por su iniciativa informativa y su intento de involucrar a
la sociedad en la resolución de los problemas, mis condolencias por su
estrepitoso fracaso, no de su programa que seguro que tiene un éxito atronador,
sino de su iniciativa. Los parámetros de indiferencia e indolencia seguirán siendo
los mismos, la opinión pública se olvidará de las victimas en cuanto la prensa
se lo proponga, utilizarán a la Pantoja, a Terelu, a Paquirrín o Ronaldo, da
igual, un reality desmemoriante causará los efectos secundarios anestesiantes
para que continúe el adormecimiento
poblacional.
Han provocado
muchísimas más reacciones sociales los abucheos estudiantiles a Felipe y a
Cebrián que las denuncias de Jordi Évole sobre las prácticas que llevan a cabo
unos desaprensivos.
Políticos,
tertulianos, columnistas, cadenas y rotativas se han hecho eco de la protesta en la Universidad de Madrid por la conferencia
programada de dos individuos que cuando menos deberían dar explicaciones ante
los tribunales. Uno por sus actividades en Panamá, el otro por aquello tan
grave que - según sus propias palabras - hizo en Euskadi.
Uno
es la voz y el medio de propaganda, el otro es el responsable brazo ejecutor.
Todavía
sigue sin despejarse la “x” que el juez instructor colocó en la cúpula de los
“GAL”, ¿A eso se refería González cuando hablaba de lo que hicieron bajo su mandato en el País Vasco que
era tan feo? Claro que tener a toda su cúpula del Ministerio del Interior,
Ministro incluido, condenados no deja en muy buen lugar al Presidente del
Gobierno aunque la memoria colectiva lo haya olvidado, exactamente igual que olvidará los programas como el
“Astral”.
Se
enfurecen los paniaguados de siempre arremetiendo contra los estudiantes que boicotearon
la intervención de dos personajes infames de la historia española mas
reciente. Aluden al respeto a la
libertad de expresión para afear la
conducta de los boicoteadores. ¡Ahora salen con la libertad de expresión!
¿Cuántos
medios de comunicación tienen los abucheados como para necesitar utilizar en su
propaganda las aulas de la Universidad?
¿No les parece suficiente el Grupo Prisa? ¿Ha usado Cebrián el mismo rasero con
sus trabajadores discrepantes? Categóricamente ¡No!, los ha despedido por hacer
uso de la libertad periodística (Aguilar, Berlín...) ¿Y Felipe?
Mira
por donde después de haberse comido hace años a su clon Isidoro, el “dios de
los bonsáis” nos ha premiado con otra lección que resumida tras el “Sanchicidio” podría quedar así:
El
verdugo no suelta el látigo de forma voluntaria, hay que arrancárselo de la
mano y para que no pueda coger un palo para seguir golpeando es necesario arrancarle la mano.
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