La
burla y chanza pública es una práctica
asumida y admitida socialmente desde tiempos inmemoriales. La gente, el vulgo,
se refugia en el escarnio para liberar sus frustraciones por la vida miserable
que lleva. Así, el empleado hace mofa de su jefe, la sirvienta de la señora, y
el funcionario del director del departamento en el que trabaja. Esto sucede
aquí y en Kuala Lumpur. Al de abajo solo le queda mostrar y caricaturizar las
carencias y miserias de los de arriba
para no sentirse tan minúsculo.
Las
caricaturas que hace la plebe de las personas que le aporrean la vida suelen
ser descarnadas, y en ocasiones
ofensivas. Si no ofendieran los castos oídos de la persona a las que van
dirigidas no alcanzarían su finalidad: Molestar, ridiculizar, bajar de las alturas
al que se coloca en situación de superioridad, moral, social, o económica. Esta
última es la que mas jode.
En
todas las partes del globo terráqueo para atacar a los intocables, se utiliza
el sarcasmo en sus diferentes versiones, el fino humor inglés, o la despiadada
pulla española. Pero ambas versiones persiguen el
mismo objetivo: arrastrar por el barro al que cree vivir por encima de los
mortales.
En
las barras de los bares, en las reuniones de amigos, en cualquier situación,
son motivo de burla las carencias físicas, las inclinaciones sexuales, las
desgracias ajenas… cualquier cosa que pueda servir para vejar al blanco de
nuestra ira, o para mostrar el hartazgo que sentimos, es válida para
la chacota. Será de mejor o peor gusto, pero es la realidad.
El
asesinato de la Presidenta de la Diputación Provincial de León ha sido tratado
bajo esos parámetros. Con una diferencia, el altavoz que proporcionan las redes
sociales. Este detalle ha hecho que saltaran las alarmas de los que pretenden
encorsetar el comportamiento de los demás, siendo los únicos con derecho a
expresarse como les venga en gana.
Numerosos agitadores de la información tipo Terch, Sansebastian, Sostres…,
están utilizando los medios en los que trabajan, Tele Madrid, ABC, La Razon, El
Mundo, para demonizar mensajes aparecidos
en twiter, o facebook, expresiones que, por
otra parte, dejan en un pésimo lugar a la finada.
Curiosamente,
los mismos que critican esas conductas, no tienen ningún empacho en dirigir sus
dardos envenenados contra personas o grupos a los que tildan de delincuentes,
anti sistema, perro flautas, indeseables, y cuantos epítetos despectivos se
quiera seguir poniendo. Han vinculado
sin pudor las protestas ciudadanas con la violencia de un asesinato. Han
equiparado a las presuntas asesinas con
plataformas cívicas, con acciones de protesta, con ejercicios de defensa de derechos
fundamentales como el derecho a decidir de las mujeres o el derecho a una
vivienda digna de las personas.
Han
solicitado que sobre los tuiteros díscolos caiga todo el peso de la ley. Aunque
tengan que inventarse la ley. Y en esas está el Tontonistro del Interior. Ya ha
manifestado que actuaran de oficio contra las personas que vulneren no sabemos qué
derechos de la muerta.
Con
la fea costumbre que tenemos de ensalzar a los muertos, pretendemos que se olvide lo malo de su vida y en su biografía
se refleje únicamente lo bueno. Lamentablemente la muerte no esteriliza el
comportamiento. Un cacique en vida cuando muere es un cacique muerto. Sea
cual sea el motivo de su óbito, no pierde su condición de cacique.
Como
ya no lo tenemos que padecer mas, el deceso multiplica las filias, a la vez que
amortigua las fobias. Por ejemplo: Para los fans de Manuel Fraga se borró de un
plumazo su filiación como ministro
de la dictadura el día de su fallecimiento. Para
los detractores y opositores políticos tibios se convirtió por arte de magia en
un defensor a ultranza de las libertades, a pesar de la frase ¨la calle es mía¨, o de los sucesos de
Vitoria. La cruda realidad es que hasta el
final de su vida Fraga fue lo que fue, lo diga Agamenón o su porquero: Un
fascistilla reconvertido por intereses personales.
Ahora
la tragedia de León destapa para el Tontonistro oscuros comportamientos
comparables, según él, con los de los terroristas yihadistas. Ya ha amenazado con la intervención de las
fuerzas del Orden. Podía haberse dado la misma prisa con las declaraciones de
la presidenta de la Fundación Francisco Franco instando a la intervención militar.
A lo mejor, entre rosario y rosario tiene tiempo de comprobar si las
declaraciones de la Duquesa pueden ser constitutivas del delito de incitación a
la rebelión militar. La hija de Franco tal vez busca que alguien imite a su papaíto.
En
todos los gabinetes de gobierno hay siempre un miembro al que la ciudadanía
otorga el galardón de tonto de solemnidad, (Moran, Aguirre, Moratinos,
Villalobos…). Y en este, tras dura disputa, aunque la carrera no ha acabado,
marcha destacado el amigo Jorge. Si persevera, si se esfuerza, no necesitara la
ayuda ni el mecenazgo de la virgen del amor para ganar el premio. Lleva camino
de ello, tal vez debido a su reconversión en las Vegas. Son malísimas las caídas
de caballo como las de Saulo. Dejan secuelas incurables.
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